domingo, octubre 01, 2006

Portero de Museo de Arte Moderno de Cartagena se volvió artista y ahora expone con los grandes

http://www.eltiempo.com/nacion/caribe/2006-10-01/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3265832.html

Miguel Rodríguez dice que solo dedica los domingos a la escultura. Durante la semana, cuando llega del trabajo, comparte las noches con su mujer y sus dos hijos.

Después de 14 años de cuidar el lugar, Miguel Rodríguez exhibe sus esculturas de madera junto a obras de Eduardo Ramírez-Villamizar, Cecilia Porras, Alejandro Obregón, Enrique Grau y Darío Morales.
Su exposición la inauguró el 31 de agosto, rodeado de familiares y de los visitantes a los que siempre acostumbra a venderles los tiquetes de entrada al Museo.

"Fue un día maravilloso, mucha gente no se esperaba que el portero fuera artista también", se ríe al contar.
Vivir rodeado de arte y artistas por tanto tiempo, motivó desde hace tres años a este cordobés a empezar una escultura sin la intención de exponerla.

"Un día caminando vi un tronco de ceiba y me dieron ganas de hacer algo con él. Era de una señora que hacía fritos y le propuse cambiárselo por otra madera que tenía en la casa. Empecé a tallarlo de domingo en domingo cuando descansaba, y empezaron a salirme figuras: un ave y un pez", dice.

Un hombre 'con madera'

Por tres años consiguió más troncos tirados en las calles, sobre todo en su barrio San José de Los Campanos, a las afueras de la ciudad y habitado por gente pobre y desplazada. A la madera la curaba de hongos y polillas para luego acariciarla semanalmente sin contarle a nadie del arte que cultivaba en casa.
Cuando tuvo siete esculturas, le mostró una a Eduardo Hernández, curador del Museo, para pedirle su opinión.

El experto y Yolanda Pupo, directora del Museo, quedaron impactados con el arte del portero. Cuando se planeaba la exposición Tierra, Mar y Aire, sus jefes no dudaron en escogerlo como uno de los tres artistas para esta colectiva.

Eduardo Polanco, conocedor de arte, ha señalado que el éxito del trabajo de Miguel es "el logro de perfectas figuras a escalas que otros artistas de trayectoria no han logrado. Además de su autenticidad y su capacidad para darle vida a la madera con garzas y pelícanos".

Miguel nació en San Antero (Córdoba) hace 40 años, pero desde joven llegó a Cartagena con su familia. Estudió bachillerato en la noctura mientras en el día trabajaba en lo que saliera. Por medio de un familiar consiguió el trabajo en el Museo, donde conoció a Gabriel García Márquez, Alejandro Obregón, Leo Matiz, entre otros reconocidos artistas.

A sus obras las ha llamado 'Mirando al mangle seco', 'Atardecer Marino', 'Corralito encantado', 'En Cartagena no hay gaviotas', entre otras.

Sabe que el arte es para expresar ideas y con sus esculturas de animales marinos y aves, y temáticas ambientales quiere hacer reflexionar a la gente sobre la importancia de cuidar las aguas para preservar las especies.

También le gusta trabajar con imágenes del Caribe como lo hacía uno de sus artistas favoritos, el fallecido cartagenero Enrique Grau.

"Una vez me escribió en un afiche que decía 'Para mi General'. Él decía que yo parecía militar porque todo lo que me dicen yo respondo: como ordene", recuerda orgulloso.

Está contento con la oportunidad que le dieron en el Museo y aunque no niega que le gustaría seguir exponiendo también en otras ciudades, confiesa que su trabajo como portero le gusta mucho. Y por eso no ha pensado en renunciar.

"Me gusta estar en el Museo, conocer gente, artistas, ayudar en los montajes, barrer, hacer diligencias. Me gusta que todo esté limpio acá. También quiero seguir haciendo arte pero como una necesidad para el alma", señala.

Miguel sigue ahí, en la entrada de su sitio de trabajo, con su uniforme de portero en frente de la Plaza de San Pedro, en pleno Centro Amurallado, entregando tiquetes e imaginando qué forma darle a su próximo tronco.

YARA BAYUELOESPECIAL PARA EL TIEMPOCARTAGENA

Por amor al arte

Me gusta el arte porque eso me alimenta el alma, pero también me gusta barrer y limpiar. Que el museo siempre esté bonito".Miguel Rodríguez, portero del Museo desde hace 14 años.