martes, diciembre 30, 2008

Todo apunta a que pobreza crecerá en 2009; recesión en grandes potencias y desaceleración en Colombia

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El activo más preciado de los colombianos pobres es un empleo, como asalariados o independientes, que les genere ingresos para satisfacer las necesidades de sus hogares.

Por eso la pobreza tiende a aumentar cuando las economías no crean puestos de trabajo suficientes -se estima que cada año se vinculan al mercado laboral colombiano algo más de 350.000 personas-.

Por no hablar de lo que pasa cuando se destruye empleo, como ya comenzó a ocurrir en el país: entre octubre del 2007 e igual mes de este año se perdieron 318.000 plazas, según el Dane.

Analistas independientes y el Gobierno coinciden en que lo anterior obedece a la desaceleración de la economía, que creció 3,1 por ciento en el segundo trimestre, la mitad que en el mismo periodo del año pasado.

La ralentización de la actividad productiva se evidenció desde el primer trimestre: 4,5 por ciento frente al 8,5 por ciento de un año atrás.

Las últimas estimaciones oficiales dicen que el Producto Interno Bruto (PIB) aumentará 3,5 por ciento este año y 3 por ciento en el 2009.

Analistas privados y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) manejan cifras más bajas, desalentadoras para las expectativas de mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos pobres, que en junio del 2006 eran el 45,1 por ciento de la población, según Planeación Nacional.

La caída en el ritmo de la economía no es el único factor que atenta contra los colombianos de menos recursos, incluidos los clasificados como indigentes, que hace dos años constituían el 12 por ciento de todos los habitantes del país.

El encarecimiento de los alimentos, que explican en buena medida el comportamiento alcista de la inflación este año, hacen estragos en los menguados presupuestos de los hogares pobres y pueden marcar la diferencia entre mantenerlos en ese estatus y empujarlos a la indigencia.

Aunque ya ha comenzado a ceder el alza de la comida -que pesa 41,42 por ciento en los gastos de los hogares de ingresos bajos-, entre enero y noviembre acumuló 12,29 por ciento. Los efectos de esta tendencia entre los más pobres aún no se han cuantificado, pero las autoridades temen que haya un retroceso en las cifras, que hasta el 2006 fueron favorables.

Así las cosas, Colombia no escaparía a la dinámica regional divulgada recientemente por la Cepal, según la cual este año a pesar de que se estima una desminución de los pobres, de 184 a 182 millones, el de indigentes aumentará de 68 a 71 millones.

Lo preocupante es que la recesión en las principales economías del mundo y la desaceleración en India y China harán más difícil la situación de las familias pobres. Para la Cepal, es probable que la pobreza y la indigencia en el hemisferio crezcan ligeramente, extendiendo el comportamiento negativo iniciado en el 2008.

Los empresarios prefieren invertir en máquinas que en nuevos empleados

La mayor eficiencia de las empresas, pero sobre todo las exenciones a las inversiones en activos fijos productivos (máquinas, herramientas y equipos), equivalentes al 40 por ciento del total de la inversión, han desestimulado el enganche de trabajadores.

Además, de acuerdo con diferentes analistas, las cargas sobre la nómina (aportes a la seguridad social y parafiscales) han contribuido a que se prefiera invertir en activos fijos que en contratación de personal, amén del efecto que tienen a la hora de mantener o aumentar la informalidad.

La desaceleración en marcha no propicia el incremento del empleo. Por el contrario, como ya está ocurriendo, lleva a las empresas a despedir trabajadores, cuyo muy probable camino sea la informalidad o el desempleo total.

En ese sentido, la desocupación de los jefes de hogar es uno de los aspectos más traumáticos porque -en situaciones extremas y especialmente entre los más pobres- obliga a que otros miembros del hogar (amas de casa, estudiantes, pensionados) abandonen sus tareas y salgan al mercado laboral.

En el trimestre agosto-octubre, el desempleo entre los jefes de hogar del país fue de 5,2 por ciento, 0,2 puntos más que en el mismo periodo del año pasado.

La informalidad en las 13 grandes áreas metropolitanas del país fue del 57,5 por ciento en septiembre, un punto por encima de la reportada por el Dane para el mismo mes del año inmediatamente anterior.

Un bache estadístico de más de dos años

¿Cuál es el punto de partida del Gobierno para diseñar una política que amortigüe el impacto de la desaceleración económica sobre los millones de colombianos pobres? Los indicadores se quedaron congelados en junio del 2006, a pesar del intenso trabajo de expertos oficiales y privados para llenar el bache de más de un año que produjo el cambio metodológico del Dane en la recolección de información.

Quizás la luz nunca llegue a ese hoyo estadístico, han advertido expertos que participan en esos ejercicios. Igualmente probable es que la decisión de que el Dane procese las cifras de pobreza a partir del 2009 sea reversada y que lo siga haciendo el Departamento Nacional de Planeación (DNP).
Jorge Correa C. / Redacción de Economía y Negocios

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