martes, febrero 24, 2009

Dólar caro: comienza la angustia para unos y el alivio para otros

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Importadores y ciudadanos que a finales del 2007 y comienzos del 2008 aprovecharon un peso fuerte frente al dólar por la revaluación que vivía este empiezan a vivir la época de los dolorosos.

Ello sucede, precisamente, por el efecto contrario: la devaluación que hoy tiene disparado y sin control el precio del dólar en el país.

Sin embargo, quienes en la misma época se quejaban por el incremento de sus costos operativos, hoy analizan las circunstancias con optimismo, aunque con la mesura que caracteriza en el presente al pánico económico mundial donde cualquier cosa puede pasar.

Es que con un dólar trepado en su precio, pensar en comprar televisores de alta tecnología, electrodomésticos de lujo para el hogar, carros importados, o planear vacaciones al exterior ya no es tan sencillo. También la tienen complicada los empresarios interesados en renovar la maquinaria de sus empresas.

El precio del dólar ha sufrido unos cambios drásticos en el país. Mientras en julio del año pasado se pagaban 1.600 pesos por uno, este lunes la divisa estadounidense se cotizó en 2.572,37 pesos. La razón de esta disparada es que los inversionistas lo siguen considerando como un refugio seguro ante la crisis internacional, lo que genera un aumento en la demanda y por consiguiente su mayor valor.

Esta devaluación, que ha alcanzado incluso el 60,7 por ciento este año, también es un baldado de agua fría para las empresas que tienen sus deudas en dólares. El Gobierno y la Nación no se quedan atrás. El primero, porque la depreciación de la moneda ocasiona menor capacidad de consumo entre la gente y esto genera inflación. Y para la Nación, porque ve cómo se eleva dramáticamente el costo de la deuda externa.

Dos caras de una misma moneda

Para el mundo de los computadores, por ejemplo, la devaluación es perjudicial porque aumenta los costos de las materias primas, lo que encarece los productos y eso se ve directamente reflejado en las ventas.

Según explicó Héctor García, gerente comercial de PC Smart, aunque la última reforma tributaria buscaba excluir del IVA a los computadores que tenían costos inferiores a 1'948.566 pesos, para permitir un mayor acceso a la tecnología, cada vez que se incrementa el dólar se afecta la compra de partes para la fabricación de los aparatos reduciendo su nivel tecnológico y haciendo más costoso el producto al usuario final, lo que impide a las personas de ingresos bajos acceso a equipos de última generación.

Santiago Chamorro, presidente de General Motors, explica que "en el ensamble de un vehículo, aproximadamente el 65 por ciento del costo corresponde a material importado de diversas fuentes. En ese sentido, el aumento del dólar afecta directamente nuestros costos de producción, lo que consecuentemente nos lleva a aumentar los precios". Sin embargo, admite que ayuda las ventas de exportación que se realizan en dólares. "En el mercado local, tenemos una oferta de financiación muy atractiva para darles a más clientes la oportunidad de adquirir un Chevrolet con una excelente tasa de 0,99 por ciento".

En la otra orilla están los sectores beneficiados. Es el caso de la hotelería y el turismo, que ya le empiezan a sacar provecho al dólar por encima de los 2.500 pesos. Según Carlos Julio Kellman, gerente de mercadeo de Hoteles Estelar, hay varias razones para hablar de beneficios. "Desde el punto de vista internacional, el nombre de Estelar se vuelve más competitivo, porque no solamente podemos sostener sino incluso bajar las tarifas en dólares, porque a la larga vamos a recibir igual o más pesos. Eso nos da poder de negociación y maniobra".

La otra razón que argumenta es que los turistas extranjeros llegan al país con un dólar que les da mayor poder adquisitivo y por eso la opción de Colombia es interesante para sus viajes de descanso o de trabajo. El otro punto a favor que analiza Kellman para su gremio es que el turista colombiano requiere de más pesos para comprar dólares si planea un viaje al exterior y por eso opta por los destinos nacionales.

Según el consultor Jorge Serrano Torres, la devaluación favorece de manera importante el desempeño financiero de los hoteles que tiene un componente de huéspedes internacionales porque recibirán más pesos por la tarifa en dólares que de una u otra manera tienen un mercado tarifario establecido.

El sector del cuero y el gremio del calzado se benefician con una tasa de cambio alta, según Luis Gustavo Flórez, presidente de Acicam: "La devaluación evidentemente favorece un mayor espacio para la industria nacional en el mercado interno por cuanto encarece las importaciones. Ello significa que otras condiciones -como un efectivo control al contrabando- se mantienen iguales y se mejora la competitividad relativa de la producción nacional frente a las importaciones".

El lujo, de lejos

Camilo Herrera, de la firma de estudios de mercado Raddar, advirtió que inclusive el mayor costo del dólar estratificará aún más los artículos y prendas de lujo porque seguirán siendo asequibles solo para bolsillos privilegiados.

Según el analista, este semestre muchas empresas que importan vestuario se verán tentadas o forzadas a subir sus precios en niveles cercanos al 8 por ciento debido a la devaluación, por lo que es probable que las marcas locales que usan insumos mayormente criollos sean más baratos y recuperen terreno.

Lo propio considera el director de comercio de la cadena de perfumería La Riviera, Guillermo Barreto: "Nuestros productos son importados y el precio de venta depende de la TRM. Un aumento de precios disminuye el volumen de ventas, y se estimula el mercado informal", explica.

El gerente de ventas de Volvo en Colombia, Sergio Escobar, dice que claramente su sector se afecta porque los carros importados valen los mismos dólares cuando se compran en el exterior, pero más pesos para el consumidor en el país. "En dos semanas pueden valer 20 millones de pesos más y los clientes pensarán más la decisión de comprar un carro de gama alta", explica.

El presidente de La multinacional alemana Beiersdorf (BFD) para la Región Andina, compañía, que produce marcas como la crema Nivea, las curitas Hansaplast o los condones DUO, Nelsón Cabrera, sostiene que no aumentarán precios de productos que importan por la devaluación porque su casa matriz es alemana y maneja el euro en las transacciones.

Agrega que la devaluación de la moneda colombiana podría eventualmente favorecer la recuperación del consumo de los hogares, dado que pese a que las exportaciones y las remesas del exterior han disminuido en valor, significan más pesos en circulación.

El director de DHL Express Colombia, Jorge Lavignasse, dice que ésta empresa recibe un alto impacto de la tasa de cambio y marca la tendencia de su negocio, pero no es un efecto negativo ni positivo. Ello debido a que con la devaluación tiene un incentivo adicional para que los exportadores vendan al exterior y realicen más envíos.

"Cuando hay revaluación, como sucedió el año pasado, hubo un incentivo adicional para las importaciones, lo cual también nos favorece", aclara.

Aún así considera que la estructura del comercio exterior colombiano es tan robusta como para adecuarse a las circunstancias actuales.

Para el presidente de Michelin Colombia, Jorge Luis Vega, la devaluación tiene un doble efecto sobre los resultados de las ventas de la compañía.

En Colombia la empresa vende productos que fabrica localmente y exporta, pero también importa para vender en el mercado nacional.

Es uno de los que estima que los costos de la materia prima se incrementan con la devaluación.

El gerente de ventas de Mattel Colombia, Mauricio Stellabatti, dice que aún es muy pronto para poder establecer si el efecto de la devaluación va a afectar o beneficiar las ventas de la compañía en el mercado interno este año, pues todo dependerá del comportamiento del dólar en los próximos meses.

El directivo considera, sin embargo, que los importadores en las diferentes categorías de negocio tendrán que revisar las estrategias y lineamientos para moverse de acuerdo a la fluctuación de la divisa.

Sin embargo, el precio que tendrán La Barbie o Elmo legales este fin de año en Colombia no solo dependerá de la tasa de cambio sino de otras variables dentro de la estructura de costos de fabricación y comercialización.

Jorge Ospina Sardi, ex ministro de Estado, asevera que con el comportamiento actual del 'verde' pierden las empresas y los ciudadanos. Las primeras porque a pesar que reciben más pesos por los que exportan, venden menos cantidades porque la gran parte de los mercados donde venden están en recesión y compran menos productos.

Si bien reconoce que la devaluación puede afectar la inflación, considera el impacto mínimo porque los costos de las materias primas han descendido con la crisis mundial.

"Pero lo fundamental es que nos empobrecemos frente al resto del mundo, podemos comprar menos maquinaria para actualizarnos y viajamos menos al exterior", dice.

Considera que la sustitución de importaciones que pueda generar la devaluación no generará un mayor efecto sobre el empleo porque el costo beneficio no justifica reemplazar importaciones con producción local.
Rolando Lozano y Jaime Viana Redacción Economía y Negocios




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