En cumbre de este jueves, líderes del G-20 no pueden darse el lujo de fracasar

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Las diferencias entre E.U., que aboga por la política fiscal, y Europa, cuya prioridad es la regulación financiera, serán el punto de partida del encuentro.

Por segunda vez en menos de seis meses, los países del G-20 se reunirán en Londres, Inglaterra, con el objetivo de plantear soluciones a la profunda crisis económica internacional.

Aunque la cumbre de noviembre fue 'mucho ruido y pocas nueces', en esta oportunidad la diferencia está en que ya se ha decantado un poco la situación y cada uno de los países ha adoptado sus propias 'recetas' anticrisis.

Estas experiencias serán la base de discusión entre los principales líderes del mundo, que ya están en suelo británico representando a dos terceras partes de la población que concentran el 90 por ciento de la economía mundial.

Ayer, en reuniones bilaterales que sostuvieron algunos mandatarios, se dieron varias 'puntadas' de los temas que concentrarán la atención de los asistentes a la cumbre.

Por un lado, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, señaló que la crisis es "demasiado grave como para permitirse una cumbre para nada".

Por eso, con la canciller alemana, Angela Merkel, coincidieron en que una de las conclusiones debe ser la aprobación de una nueva regulación financiera internacional e insistieron en que este punto es más importante que los estímulos fiscales, que es la estrategia de Estados Unidos.

E.U., contra el proteccionismo

Justamente, el presidente estadounidense, Barack Obama, señaló que lo importante es que en el encuentro, los líderes se concentren en los puntos que tienen en común.

El mandatario dejó entrever en la reunión con el presidente chino Hu Jintao que combatirá el proteccionismo.

Otros de los temas que han sido recurrentes es el aumento en el capital del Fondo Monetario Internacional (FMI) , reformas a los organismos multilaterales para abrirle un espacio a los países en vías de desarrollo y en general, facilitar el acceso de las naciones a los recursos.

En esta reunión, Colombia deberá estar pendiente de lo que planteen Brasil, Argentina y México, que hacen parte del grupo y pueden ser los que tienen situaciones más similares a las del país.

El presidente de la República, Álvaro Uribe, se refirió al encuentro y señaló que es importante tener en cuenta varios elementos que están relacionados con lo que se viene haciendo en Colombia.

Entre ellos, están mantener el flujo de recursos hacia los países por medio de los bancos multilaterales, con el objetivo de apoyar las políticas de infraestructura y de protección social, que han sido medidas adoptadas contra la crisis.

Expectativa latinoamericana

El decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, sostiene que si bien Colombia no tiene lugar en este encuentro, hay varios temas de fondo que tienen un efecto indirecto en el país.

Por ejemplo, está el tema del proteccionismo, que afecta principalmente a los países en desarrollo, y la posición que tomará Brasil en el sentido de dar una directriz para que las entidades multilaterales presten más dinero a los países en vías de desarrollo.

Pero no hay que hacerse grandes expectativas, pues no sorprende que cada uno de los países latinoamericanos vaya a defender sus intereses particulares. Por ejemplo, el objetivo de México está en obtener un préstamo de 47.000 millones de dólares del FMI, mientras que Argentina va en busca de un mejor lugar en la toma de decisiones, además de promover la reforma de los organismos multilaterales.

"Es muy difícil que los tres países latinoamericanos que van al G-20 tomen la vocería de toda la región, pero Brasil está tratando de asumir una posición más general y representativa de las economías emergentes", dice Gaviria.

Pero, Eduardo Sarmiento, director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela Colombiana de Ingeniería, cree que "de alguna forma, las necesidades de cada uno de los países son las mismas de la región. Lo importante es que tengan claros cuáles han sido los efectos de la crisis en Latinoamérica y sus causas".

Álvaro Montenegro, profesor de la Universidad Javeriana, indica que la importancia de esta reunión para Colombia es muy poca, pero afirma que en general, la cumbre es buena para las expectativas económicas, pues "la reunión tiene el fin político de que la gente vea que están haciendo algo frente a la crisis".

No obstante, insiste en que "los líderes mundiales no necesitan una reunión para hablar sobre soluciones a la crisis ni sobre su intención de coordinar la regulación y vigilancia financiera; esto lo hacen todos los días desde sus propios países o a través de canales diplomáticos".

Para Sarmiento, el problema es que no existe un diagnóstico claro sobre la crisis ni sus causas y señala que esto es mucho más que un tema de dinero y por eso, considera que la solución debe ser más de fondo.

"El problema está en el modelo económico, hay que crear uno nuevo, del cual salen las políticas que se deben abordar para resolver los problemas. Esto fue lo que se hizo hace 80 años, pero la diferencia es que ahora no se puede aplicar en un solo país, sino que las acciones deben coordinarse entre todos".

Cinco puntos claves que discutirán los líderes mundiales en Londres

Creación de una nueva arquitectura financiera: Una de las causas de la crisis fue la falta de regulación a los negocios financieros. Por eso, la intención es hacer una reforma profunda a la normativa para recuperar la confianza y evitar caer de nuevo en excesos.

Lucha contra el proteccionismo: Esta es una de las alternativas que han tomado los países desarrollados contra la crisis, pero el llamado es a eliminarla con el objetivo de dinamizar el comercio, que beneficia principalmente a los menos industrializados.

Reforzar entidades multilaterales: La prioridad es aumentar el capital del Fondo Monetario Internacional para que pueda prestar más recursos a los países que así lo requieran. También quieren reformar al FMI para más participación de socios minoritarios.

Paraísos fiscales: Se quiere obligar a que los países con estos regímenes tengan más controles y divulguen información, pues se les acusa de que estos mecanismos son laxos en regulación y permiten que las entidades oculten sus pérdidas.

Unidad: Las diferencias de Estados Unidos y Europa a la hora de abordar la crisis, no tienen que acentuarla. En el primer caso, la clave han sido los estímulos fiscales, mientras que en Europa la prioridad es cambiar la regulación en materia financiera.
Luisa Gómez Rodríguez / Redacción de Economía y Negocios - Con la colaboración de agencias

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