viernes, enero 18, 2013

Tienda de barrio: negocio más común en Medellín


Tienda de barrio: negocio más común en Medellín

Tienda de barrio: negocio más común en Medellín
En la ciudad hay una tienda por cada 308 habitantes. En ellas venden productos de consumo masivo.

Factores como crisis económica e incertidumbre laboral hacen que aumenten estos establecimientos.

Hace seis años Ángela López sostiene su hogar por cuenta de una tienda en el sector de la Mota. Esa manera de ganarse la vida es la misma de 7.858 hogares en Medellín que encuentran su sustento por medio de esos pequeños locales, por lo general, ubicados en casas.
Desde años atrás, las tiendas de barrio se han convertido en la oportunidad económica de muchos colombianos. Su fácil montaje y manejo, así como el tener clientes permanentes, son algunas de las razones por las que, por ejemplo en Medellín, son el negocio más popular.
Según el más reciente censo Infocomercio, realizado por Servinformación para el periodo 2011 - 2013, en la capital antioqueña hay una tienda por cada 308 habitantes, ubicando este negocio en el número uno del ranking de los 10 más comunes en la ciudad.
El fenómeno del crecimiento de este tipo de establecimientos se da en la mayoría del país y es explicado por Marcelo Carrascal, gerente de Infocomercio, por la informalidad del ingreso económico de los colombianos.
“Mucha gente esperaba que las tiendas de barrio fueran desapareciendo dada la proliferación de almacenes de cadena. Pero estos lugares han perdurado por temas como el desempleo”, explica, al anotar que “lo más fácil para la gente es montar una tienda de abarrotes en el garaje de su casa”.
Ángela es un ejemplo de ello. Perdió su empleo en un almacén de repuestos y consideró que tener una tienda era la alternativa más fácil para emplearse y criar, de mejor manera, a sus tres hijos.
Admite que antes de tener la Charcutería Portales, pensó en una panadería, otro negocio popular de la ciudad, pero al que las tiendas triplican a la hora de los paisas decidir ser independientes.
El caso de Ángela es, para Esperanza Arango, directora de Investigación de Fenalco, el mismo de personas que no han ingresado al mercado laboral formal y este negocio les representa, además de una baja inversión, la oportunidad de conocer la comunidad.
“En las tiendas se venden productos de consumo masivo que es lo que más se demanda en los barrios, donde está la mayor población consumidora”, indica.
Resalta que el servicio del tendero también es valorado porque fían y pueden comprar lo del diario (dosis personales como el shampoo, jabón o leche).
Ese ‘menudeo’ no es mirado con buenos ojos por algunos economistas que no creen que las tiendas aporten mucho al crecimiento del país. “Por ser pequeños no facturan lo necesario para ser grandes contribuyentes.
Pero algunos ya han empezado a tributar dando el paso a minimercados y tener ventas importantes”, dice Arango.
Ese lugar, casi invisible que le dan unos a ese negocio dentro de la economía nacional, tiene sin cuidado a Ángela. Para ella, lo más importante es que puede sobrevivir y cumple diariamente con los pagos a sus proveedores.
Víctor Andrés Álvarez A.
Redactor de EL TIEMPO
Medellín


IGNACIO GOMEZ ESCOBAR igomeze@gmail.com skype: igomeze (+57) 3014152370

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