viernes, enero 18, 2019

COLOMBIA - MEDELLIN -La Central Mayorista alista su centro de negocios

ElColombiano
Juan Orlando Toro Escobar, gerente de la Central Mayorista de Antioquia, explicó que este año la prioridad será poner en operación el bloque Naranja (al fondo en la imagen). FOTO Camilo Suárez
Las apuestas de 2019 para la Central Mayorista de Antioquia (CMA) están echadas: poner en operación su nuevo centro de negocios o bloque Naranja, consolidar el programa de reducción de desperdicios y formalizar las ventas ambulantes que aún se aprecian en el complejo.

Así lo expresó Juan Orlando Toro Escobar, gerente de la Central, quien destacó que a diferencia de las grandes centrales de abastos del país, en esta el gobierno ni es dueño ni tiene participación accionaria, siendo la única que funciona como una empresa privada (ver Radiografía).

“Somos una propiedad horizontal en la que no hay participación oficial en los procesos de oferta y demanda de productos, ni como colocador de precios de la canasta familiar, es decir que la dinámica de los negocios obedece a la dinámica comercial”, comentó Toro, quien en diálogo con EL COLOMBIANO expuso cuáles son las principales iniciativas de este año.
Inicialmente, ¿cómo se comportó el 2018?
“Hubo una afectación por el aspecto político. Las elecciones presidenciales impactaron el comercio y en especial las importaciones de las grandes comercializadoras que están instaladas en el complejo. Las empresas estuvieron recelosas y esperaron el desenlace de los comicios para cerrar las operaciones de compra. Tras la resolución de los comicios hubo una reactivación y en el cierre de año se reflejó un mayor impulso en la llegada de productos del extranjero e incluso de artículos nacionales. Como unidad de negocio, la CMA ha seguido creciendo muy acorde con el desarrollo que ha tenido el Valle de Aburrá en temas de urbanismo y ejecutamos varios proyectos”.

¿Cuáles son?

“El primero es el Bloque Naranja o Bloque 24, que es un nuevo centro de negocios que vamos a poner a disposición del área metropolitana. Se trata de 50 mil metros cuadrados de superficie comercial, para satisfacer las necesidades tanto de mayoristas como minoristas y de ofrecerles servicios complementarios. Nos estamos orientando hacia esa tendencia que han tenido las grandes centrales de abasto del mundo al convertirse en centros de negocio y de experiencia. A eso le apuntamos porque la ciudad ya nos arropo y casi que estamos en el Centro. Esto ya no son solo bodegas como en los años 60 y 70, sino que ahora los negocios se hacen desde otras partes y por eso es necesario renovar la infraestructura y encarar factores clave como la movilidad interna”.
¿Cuánto se invierte en el nuevo edificio?
“Eso suma unos 120 mil millones de pesos”.

Y, ¿cuál será la oferta?

“Tendremos algo muy novedoso: los mercados campesinos que ocuparán un piso completo y en el que se invitará a la gente a que compre productos recién cosechados a precios muy económicos. Esto lo estamos diseñando desde hace más de un año y lo que pretendemos es acortar la cadena de comercialización. Habrá opciones complementarias con formatos que están en centros comerciales tradicionales, e incluso servicios notariales (Notaría primera de Itagüí), sucursales bancarias (17), y 1.500 parqueaderos (públicos y privados).
¿Cuándo se inaugurará?
“Tendremos entregas parciales, las primeras a finales de enero y comienzos de febrero. Pero, la inauguración oficial estamos intentando que sea en la primera quincena de abril, aunque la fecha exacta dependerá de la confirmación que nos haga el presidente Iván Duque”.

¿Le queda espacio a la CMA para más ampliaciones?

“Estamos buscando un nuevo espacio, el lote que ocupa Crem Helado en Itagüí, el cual está en proceso de adquisición. Con ese terreno el proyecto a 2020 es tener un gran portal con ocho carriles que conecte con la Autopista Sur por ese terreno. También buscamos reconstruir el bloque 27, que se quemó hace año y medio, en el que reactivaremos el mercado de Las Malvinas”.
¿Qué otras iniciativas se desarrollan?
“Hay un trabajo ambiental que busca cómo manejar los residuos que se generan en el complejo y que a la vez abarca la seguridad alimentaria y cómo reducir el desperdicio de alimentos. En los países latinos no hay cadenas de frío y, por lo general, lo que no se venda en tres o cuatro días se pierde y la idea es que esto no ocurra”

¿Cómo vincula a los propietarios de la CMA al proyecto ambiental?

“Lo que hacemos es simular que la Central es una ciudad dentro de la ciudad, y la iniciativa consiste en que cada comerciante acoja un protocolo y se obligue a no producir residuos a diestra y siniestra, porque esto tiene costos. Lo que hacemos es invitarlos a regular los volúmenes de productos que compra, a que ordene los momentos de cargue y descargue y que categorice los artículos, para que los productos que no se alcanzan a vender tengan algún uso”.
¿Cómo se logra eso?
“Mediante procesos industriales como la pulverización, la deshidratación y la liofilización se alarga la vida, hasta un año, de algunos productos. Así producimos bases frutales. Además, los productos que nos donan los comerciantes los entregamos a comedores comunitarios de Medellín, Sabaneta e Itagüí y al Banco Arquidiocesano de Alimentos”.

¿Cuál es al gran desafío?

“Le apostamos a la formalización, a la organización y a la seguridad como base fundamental para los negocios. Lo que buscamos es que todos los comerciantes cumplan con obligaciones básicas como el Registro Único Tributario (RUT) y que sean reconocible frente a quienes administramos estos espacios y poder darle un plus tanto a los clientes como al país”.
¿Todos los comerciantes son formales en la CMA?
“Desde hace cuatro años trabajados en eso y todos los que ocupan locales lo son, pero igual tenemos comercio informal, venteros ambulantes y es algo que tratamos de frenar”.
Expansión, planes de formalización de comerciantes y protección del ambiente son los proyectos que la Central Mayorista de Antioquia busca consolidar durante este 2019.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

Entre enero y septiembre de 2018, el abastecimiento en la Central alcanzó 716 mil toneladas, volumen que estuvo 0,5 % por debajo del obtenido en el mismo periodo de 2017. El resultado, según el Boletín Económico Regional del Banco de la República, se sustentó en el descenso que observó el grupo de tubérculos y plátanos, cuya variación anual fue de -7,5 %. A su turno, la entrada de frutas frescas y verduras y hortalizas se expandió 1,4 % y 5,1 %, en su orden. Relacionado con ese panorama, el precio promedio para los comercializadores mayoristas evidenció descensos en buena parte de los productos.

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