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jueves, enero 11, 2018

Consumo en Colombia de canasta familiar - Empresas - Economía - ELTIEMPO.COM

Consumo en Colombia de canasta familiar - Empresas - Economía - ELTIEMPO.COM




Consumidores del país prefieren calidad antes que el bajo precio


A la hora de mercar, el costo ocupa solo el segundo lugar de importancia, con 57 por ciento.




A pesar del dominio de la tiendas, los consumidores usan varios canales para comprar.
Foto:

Juan Augusto Cardona/Archivo EL TIEMPO

Por: REDACCIÓN EL TIEMPO
10 de enero 2018 , 03:22 p.m.



Aunque la compra del mercado tiene un momento distinto por el tipo de hogar, es una tarea inevitable y con particularidades por regiones.

La empresa de investigaciones Kantar Worldpanel afirma que el primer mito es que debido a la aparición de nuevos supermercados y tiendas de descuento, las tiendas de barrio van a desaparecer.


“Es poco probable, dado que este tipo de establecimientos tienen una penetración de mercado de 96 por ciento y un 20 por ciento de participación en la canasta de consumo masivo”, dice la compañía.

Por ejemplo, por cada 10.000 pesos que se gastan, 3.282 pesos se destinan a las tiendas de barrio.

También se calcula que se hacen en promedio 10 visitas mensuales a la tienda, lo que significa 8 más que a grandes cadenas y canales de descuento.

Además, de cada 10.000 pesos que gastan en las tiendas, 8.506 pesos son compras de proximidad ,y se destinan a 4, 5 o 6 artículos.

Otro mito señala que las personas prefieren concentrar sus compras al inicio de semana.

“Los colombianos hacen sus compras durante los fines de semana y allí se acumula el 34 por ciento de las adquisiciones. Sin embargo, también evidenciamos que los primeros 10 días del mes se concentra el 37 por ciento de las adquisiciones”, dijo el gerente de Kantar Worldpanel Colombia, Andrés Simon.

En total, según agregó el ejecutivo, los colombianos frecuentan los puntos de venta 16 veces al mes.

Primero, la calidad

El tercer mito dice que la gente selecciona lo que va comprar por el precio.

Sin embargo, el 82 por ciento no se guía por esa variable y busca primero calidad en los productos.

En segundo lugar de importancia, se ubica el precio del bien, con 57 por ciento.

Otros aspectos que se tienen en cuenta son que estén en promoción, tamaño requerido; orgánico o envase reciclable; por recomendación; o que el empaque se adapte a la necesidad específica del consumidor.

Otro de los hallazgos del estudio de Kantar es que el 56 por ciento de los colombianos está prefiriendo marcas locales.

En ese sentido, se halló que en 7 de los 10 países de América Latina se prefiere comprar marcas de ese tipo.

Igualmente, entre las 50 marcas más elegidas en Colombia, el 74 por ciento es de origen local.

Respecto a las verdades absolutas, Kantar Worldpanel agrega que es cierto que las amas de casa sí se preocupan por la belleza y la salud.

“Las mujeres colombianas quieren estar bellas, es así como el 68 por ciento dice que prefieren tener un peinado natural, el 40 por ciento advierte que no puede estar sin maquillaje y el 28 por ciento se cuida y se arregla en toda ocasión”, añade Simon.

Cuando se trata de la salud, el 36 por ciento de las mujeres dijeron que van a cambiar sus hábitos para cuidarse, el 23 por ciento que va a reducir el consumo de sal y el 25 por ciento aseguró que recortó el consumo de grasas.

En cuanto al tiempo libre, el 61 por ciento los pasa en actividades de grupo y el 58 por ciento los distribuye entre la vida personal y la profesional.

Por su parte, los hábitos de compra por ciudad o región son así:

-Bogotá: se hacen 12 visitas al mes en distintos canales, el gasto promedio es de 16.533 pesos y el mayor porcentaje de gasto se lleva las grandes cadenas.

-Zona Centro: la preferencia son los minimercados, se realizan 9 visitas en promedio al mes a los diferentes canales y el gasto es de 21.459 pesos.

-Zona Pacífico: las compras, en su mayoría, se hacen en cadenas independientes, se realizan 16 visitas al mes en los distintos canales y el valor de la adaquisición es de 14.116 pesos.

-Medellín: los minimercados son los favoritos, el número de visitas es de 16 al mes en distintos canales y el gasto promedio de 16.924 pesos.

-Zona Atlántico: el lugar de compra predilecto es el tradicional, con 12 visitas al mes a los distintos canales y un gasto promedio de 14.162 pesos.

-Zona Oriental: el lugar más frecuentado también es la tienda de barrio, se hacen 24 visitas al mes a los distintos puntos de venta y el gasto promedio es de 16.345 pesos.

ECONOMÍA Y NEGOCIOS

sábado, enero 06, 2018

El 82% de los colombianos prefiere la calidad antes que el precio a la hora de comprar

El 82% de los colombianos prefiere la calidad antes que el precio a la hora de comprar


Dinero.com


El 82% de los colombianos prefiere la calidad antes que el precio a la hora de comprar

Un estudio de la firma Kantar Worldpanel expuso que, aunque el 52% de los colombianos sí se fija en el precio de los productos en el momento de hacer una compra, el 82% busca primero la calidad.
El 82% de los colombianos prefiere la calidad antes que el precio a la hora de comprar


Kantar Worldpanel, entidad experta en el comportamiento del consumidor, en su más reciente estudio sobre los mitos y realidades a la hora de hacer compras en Colombia, reveló que además de la calidad y el precio de un producto, también hay otros aspectos que los consumidores colombianos tienen en cuenta como las promociones, cantidades y/o tamaños, vida útil y capacidad para reciclarse o reutilizarse, recomendaciones de terceros o un empaque adecuado para suplir sus necesidades comerciales.

El estudio de la firma Kantar indicó que, para hacer compras, otro factor influyente son las marcas. En el caso de Colombia, los consumidores prefieren más las nacionales que las extranjeras, pues, según la firma de estadística, de las 50 marcas más elegidas en el país, el 74% son locales.

Y no solo en Colombia, pues en Latinoamérica el crecimiento de las marcaslocales es del 11,4% en el gasto y de apenas el 6,6% para las internacionales.

Consumo en tiendas de barrio

Kantar Worldpanel señaló que el mito que se creó alrededor de la aparición de las tiendas de descuento (como D1, Justo y Bueno o Ara), sobre que éstas lograrían que las tiendas de barrio o tiendas minoritas desaparecieran, tiene una baja probabilidad de ser cierto.

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Pues, por un lado, porque el nivel de acogida de este tipo de negocios y su penetración de mercado ronda el 96%. Y, por el otro, porque tienen un 20% de participación en la canasta de consumo masivo.

Además, conforme al estudio de la entidad “se calcula que se hacen 10 visitas en promedio a las tiendas de manera mensual, lo que significa 8 viajes más que grandes cadenas y canales de descuento. Además de cada $10.000 gastados en tiendas, $8.506 se hacen en compras de proximidad, cuando se compran entre 4 y 6 artículos en la visita a la tienda”.

Así consumen las mujeres

Según Kantar, el 68% de las mujeres colombianas dice que prefieren tener un peinado natural, el 40% advierte que no puede estar sin maquillaje y el 28% se cuida y se arregla en toda ocasión.

Por el lado de la salud, el estudio cuenta que un 36% de las mujeres advierten que van a cambiar sus hábitos para cuidarse, el 23% dice que va a reducir el consumo de sal y el 25% asegura que ya recortó el consumo de grasas.

Finalmente, en cuanto al tiempo libre de las colombianas, un 61% de ellas lo pasa en actividades de grupo y el 58% los distribuye entre la vida personal y la profesional.

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Consumo por regiones

El documento asegura que el consumo en Colombia varía dependiendo de las distintas regiones. Por ejemplo:

-En Bogotá se hacen 12 visitas al mes a distintos canales en promedio, el gasto aproximado es de $16.533 y el mayor porcentaje de gasto se lo lleva las grandes cadenas de almacenes.

-En la zona centro del país la preferencia son los minimercados, se realizan 9 visitas en promedio al mes a los diferentes canales y el gasto es de $21.459.

-La Región del Pacífico puede dar cuenta de que las compras, en su mayoría, se hacen en cadenas independientes. En esta zona se realizan 16 visitas al mes en los distintos canales y el valor de compra es de $14.116.

-En Medellín los minimercados o tiendas de barrio son los favoritos por los consumidores, el número de visitas es de 16 al mes en distintos canales y el gasto promedio es de $16.924.

-En el Atlántico el lugar de compra predilecto es el tradicional con 12 visitas al mes a los distintos canales y un gasto promedio de $14.162.

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-En el oriente colombiano el lugar más frecuentado también es el tradicional, se hacen 24 visitas al mes a los distintos puntos de venta y el gasto promedio es de $16.345.

domingo, abril 17, 2016

Comprar no solo es un tema de precios

Comprar no solo es un tema de precios


Comprar no solo es un tema de precios


  • Ilustración Elena Ospina.
    Ilustración Elena Ospina.




POR MÓNICA QUINTERO RESTREPO | PUBLICADO HACE 10 HORAS



Comprar es una acción de sumas y restas, de multiplicar y comparar, de ver, tocar y oler, de tener tiempo, de caminar y, al final, de tomar una decisión y sentir que se ganó. Comprar, dice Camilo Herrera Mora, presidente de la firma Raddar, significa hacer una inversión. Las inversiones, por supuesto, se revisan, para reducir riesgos.
El precio es el primer paso para elegir un producto, pero hay más factores que influyen. Uno importante es la claridad de para qué se va a usar lo comprado. Ahí entra un factor de gusto, y qué tanto está dispuesto a pagar por un objeto que quiere. No es lo mismo comprar un café para la canasta básica, sin un interés especial, que uno producido bajo mezclas o de una región específica. Piense en una receta. ¿Hasta dónde está dispuesto a pagar por un ingrediente de calidad?
Elizabeth Ortiz recuerda que cuando tenía 14 años le hicieron una pijamada de cumpleaños a una amiga. Los sánduches de atún eran el plato de la noche. Con la limitación de presupuesto, y sin leer, eligieron la lata más barata. Resultó tener pequeñas espinas que las hizo reír toda la noche y aguantar hambre. No se les olvida.
Un elemento importante para decidir comprar algo es la calidad. Alejandro Giraldo López,superintendente delegado para la Metrología Legal y Reglamentos Técnicos de la Superintendencia de Industria y Comercio, explica que hay varias formas para determinarla. La más fácil son las marcas reconocidas. La segunda son los sellos de calidad. Por supuesto que hay productos nuevos, que vale la pena ensayar. En ese caso, hay que constatar los certificados correspondientes.
Luego está la información, señala Óscar Medina Arango, profesor de Organización y Gerencia de Eafit. Revisar las características que ofrecen las marcas para un producto y si son las que se buscan. En un alimento, por ejemplo, ¿son los ingredientes que interesan? Si le gusta lo orgánico, ¿lo es? En los blanqueadores pasa incluso por mirar la concentración del hipoclorito de sodio.
Las etiquetas de los productos, por reglamentación, deben tener una información específica, que depende de su categoría. Giraldo indica que por ejemplo todo producto que se venda por peso y medida debe informar en letras claras esos elementos. Los alimentos deben decir el contenido y el nivel de calorías, y en productos eléctricos, los requisitos de calidad. Es decir que un producto debe informar los detalles, para que pueda identificar si cumple con las características que busca.
En estos tiempos de internet, por supuesto, preguntar por la calidad de un producto es fácil, y puede ser una opinión a tener en cuenta. Aunque también puede pasar por prueba y error, comenta Herrera, en tanto está el tema del gusto, en el que entra la subjetividad: bueno para alguien, no para otros. Así que al comprar aplica el dicho “entre gustos no hay disgustos”, y quién le ve un valor agregado, que lo hace estar dispuesto a pagar por él.
Por supuesto no siempre está la posibilidad de probar, porque si la opción que se elige no es buena hay una pérdida de dinero. El presidente de Raddar cuenta que en sus investigaciones ha aprendido que la gente de bajos ingresos prefiere comprar marcas reconocidas, porque tienen la certeza de la calidad y así no arriesgan el dinero.
Añade que se ha desarrollado un esquema en el que ofrecen el producto en presentaciones pequeñas, con la calidad necesaria. No es generalizado.
Las comparaciones

Hay otros elementos. El profesor Medina expresa que hay atributos que, según el producto, pueden revisarse. La frescura, los procesos de producción, la comodidad. “Los servicios pueden hacer que los productos salgan más costosos”.
Hay almacenes para un público más exigente y los beneficios tienen su valor, que se transfieren muchas veces en un mayor costo. Camilo Herrera precisa que incluso donde se ubica la tienda altera el precio, porque una zona en la que el metro cuadrado sea muy costoso, aumenta el arriendo.
Ofrecer el servicio de pagar con tarjetas (débito y crédito) implica que haya un intermediario al que hay que pagarle, u ofrecer bolsas tiene un costo. Pensar si le importa tenerlos o no, suma en su decisión.
No siempre pasa. El superintendente delegado precisa que los almacenes de cadena venden más cantidad, y ello les permitiría precios más bajos que una tienda de barrio. Los primeros ofrecen restaurantes, mientras la tienda no. Es un asunto relativo.
Porque en Colombia son muy pocos los productos con precio regulado, en tanto hay libertad de precios. Es decir, un producto puede ser tan caro o tan barato como se quiera. Podría vender un kilo de arroz por 20 mil pesos, si quiere. El problema es encontrar quién lo compre. Entre los pocos productos regulados Giraldo nombra algunos medicamentos, el precio del combustible en algunos sitios y el transporte urbano. No más.
“Estamos en un mercado de libre competencia –continúa él–, porque ello permite que la gente compita con precios, con calidad, con publicidad, con muchas cosas. Regular el precio es limitar la competencia del mercado”. En ese sentido, buscar precio es interesante, sabiendo que las comparaciones son difíciles y deben hacerse entre productos que satisfagan la misma necesidad, teniendo en cuenta que entre más especialidad se piense, la comparación se vuelve compleja.
Además hay que tener ciertas reglas, relata el funcionario, como la comparación de extremos análogos: velocidad con velocidad, calidad con calidad. Si compara calidades, compara precios. “Cuando comparo –agrega el delegado–, solo puedo comparar cosas objetivas y comprobables. No puedo decir que mi producto es más bonito, porque el más bonito es subjetivo de apreciación”.
También hay comparaciones más fáciles que otras, apunta el presidente de Raddar, porque vuelve a entrar el gusto. Dos bolsas de leche es una fácil, pero no tanto dos salsas de tomate. “¿Un turrón de Santa Elena contra uno del Astor? Ahí es el qué le gusta más a cada uno”. Pasa igual entre comparar una Coca Cola y una Pepsi.
Barato no es lo mejor

El precio sí importa, pero hay que ir despacio. Lo barato puede funcionar a veces, con buena calidad, pero no es una regla para siempre. A veces no es lo mejor, y a largo plazo puede ser más costoso.
Un ejemplo. Desde agosto, comenta Alejandro Giraldo, los productos eléctricos deberán tener en su etiqueta la eficiencia energética y señalar cuánto consumen. Así se podrá revisar si es barato en el momento, pero si a largo plazo el consumo es más alto entonces hay un pago mayor.
Pasa igual con un desodorante si se compra sin conocer las condiciones. Puede ser más barato, pero proteger menos. Así sucesivamente.
Se trata por tanto de revisar los diferentes factores y elegir el producto más barato –no necesariamente en precio–, que cumpla las condiciones que busca.
Ahora bien, ¿funciona comprar en diferentes tiendas? Depende. Si son cerca y el desplazamiento no es grande, es una opción. De todas maneras debe revisar qué tanto cuesta su tiempo, si puede invertirlo y si hacerlo de verdad le ahorra dinero. Para una ama de casa puede funcionar, pero no para alguien que trabaje por horas. “Muchas veces la gente no valora el tiempo que se gasta haciendo la vuelta”, opina el profesor Óscar Medina Arango. Para él, comprar es casi una cacería que no tiene que ver solo con la plata. Camilo Herrera Mora añade que ocurre un fenómeno importante, en el caso del ama de casa: siente que encontró el mejor precio y el mejor producto y, por lo tanto, que ganó. Para quien sienta que pierde tiempo con tanta vuelta, no será así.
Si los lugares son lejanos, tiene que sumar el factor desplazamiento y revisar si eso que se gasta en transporte –bus, taxi o carro– no le sale más costoso que al ahorro que se supone está teniendo en precios. Porque aunque la tienda de la esquina vende 200 pesos más cara la bolsa de leche, ir hasta el supermercado que queda a dos kilómetros, para el que debe tomar un bus, no vale la pena. Salvo que vaya a mercar, y los 200 van sumando otro precio. Otra vez, cuestión de sumar y restar.
Pasa igual si en un lugar puede encontrar todo de una vez, y no tiene que desplazarse a otro para comprar la carne. ¿Puede hacerlo?
Al final, concluye Herrera, comprar no tiene una receta absoluta y cada quién tiene una historia distinta para contar, de acuerdo a su experiencia. Por eso es una suma de posibilidades, de categorías y de opciones. De gustos.
Buscar su mejor compra, a su manera y a sus necesidades, es el camino

jueves, febrero 18, 2016

Calidad: máxima preocupación para el comprador online de productos de alimentación : Profesional Retail

Calidad: máxima preocupación para el comprador online de productos de alimentación : Profesional Retail



Profesional Retail



Calidad: máxima preocupación para el comprador online de productos de alimentación

Al 64% de los consumidores les preocupa la calidad de los productos de alimentación que compran online, según desvela un estudio de la consultora Nielsen.

Barreras al comercio electrónico de alimentaciónLa compra online de alimentación todavía genera reticencias para una parte de los consumidores españoles. Pero, ¿cuáles son las razones que motivan esa actitud hacia el comercio electrónico de alimentos y bebidas? El mayor problema que encuentran los internautas a la de realizar una compra en un supermercado online es no controlar el proceso de compra. La imposibilidad de seleccionar el producto personalmente y examinar su calidad hace que un 63% de los compradores se lo piense dos veces antes de realizar un pedido online.
Según destaca el informe “Comercio conectado”, elaborado por la consultora Nielsen, las principales barreras que perciben los españoles a la hora de lanzarse a hacer la compra por Internet son, por un lado, la preocupación por la calidad de los productos (64%), mientras que no poder examinar uno mismo los productos es un problema para el 63% de los internautas, actitudes ambas muy ligadas al consumo de frescos. Igualmente, para el 50% de los consumidores su mayor temor es que los alimentos que le incluyan en su cesta de la compra digital no tengan la suficiente frescura o estén cercanos a su caducidad.
Además, cerca de seis de cada diez consumidores temen que los artículos que le entreguen no coincidan con los que compró o que el pedido llegue cuando no están en casa cuando escogen esta forma de entrega.
El estudio también revela que un 54% de los compradores consultados asegura que no comprará alimentos en Internet hasta que no sepa cómo devolver de forma sencilla aquello que no quiere o que le han mandado por equivocación.

Puntos fuertes de la cesta de la compra en digital

A pesar de todo, los usuarios de Internet valoran ciertas ventajas que ofrece el canal como, por ejemplo, la información que obtienen de los productos en la red o el ahorro de tiempo que les brinda el medio online.
Asimismo, un 57% aprovecha la red para leer comentarios y prescripciones de otros usuarios sobre los productos. Este aspecto es muy importante porque los comentarios online son la fuente de mayor fiabilidad para los españoles solo superado por las recomendaciones de familiares y amigos.
Otro de los aspectos relacionados con la información es la facilidad para buscar y comparar en Internet el precio más barato, tal como afirma un 57%, por lo que ni siquiera cuando se trata de la compra digital el consumidor abandona su hipersensibilidad al precio.
Otro de los puntos fuertes de hacer la compra en Internet es la conveniencia. Y es que cerca de un 60% considera que el supermercado online les procura ahorro de tiempo, mientras que un 53% valora cómo esta forma de compra se ajusta mejor a sus horarios que la tienda física.
Además, no pasa desapercibida para los españoles una de las ventajas inherentes de Internet, la ausencia de barreras físicas. Y es que más de la mitad valora la posibilidad que les ofrece este canal de comprar en tiendas que no están a su alcance donde viven, o bien productos que en un establecimiento físico nunca logra encontrar.
Según el director general de Nielsen Iberia, Gustavo Núñez, “muchas de las barreras que perciben los consumidores en la compra online de alimentación son psicológicas y están ligadas a la experiencia de compra. Es muy importante conseguir que el consumidor que se lanza a comprar en la red tenga una experiencia satisfactoria desde el primer momento, porque si falla algo luego cuesta mucho convencerlo de que vuelva a intentarlo. Otra manera de vencer esos temores es a través de la recomendación de familiares y amigos, los mejores prescriptores de la compra digital”.
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domingo, abril 12, 2015

Lidl asume que la calidad vale más | Economía | EL PAÍS

Lidl asume que la calidad vale más | Economía | EL PAÍS

Lidl asume que la calidad vale más

La cadena alemana intenta adaptarse a un cliente más exigente manteniendo los precios

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Dos empleados reponen mercancía en la frutería de un Lidl de Madrid. / BERNARDO PÉREZ
Aún cuando los expertos la sigan calificando de cadena hard discount (descuentos agresivos), hace años que Lidl inició su migración hacía un modelo más moderado. Hoy, pasado lo peor de la crisis, la menor pulsión del factor precio está llevando a la compañía a ofrecer una mejor experiencia de compra a sus clientes. “Estamos yendo hacía un formato intermedio entre el discount y el supermercado convencional” explica Víctor de Bobes, su director de Comunicación. Los cambios en la cadena, que se estableció en España en 1994, han sido tan profundos que entre sus primeras tiendas y las actuales media un abismo.
“Hace 20 años primaba de tal modo la funcionalidad”, explica un portavoz de la firma, “que a las tiendas las llamábamos cajas de zapatos”. No había la menor preocupación por el decorado. La mercancía quedaba expuesta en los mismos pallets en que viajaba. Solo había artículos secos y conservas. Los productos eran de marca propia (nada de marcas de fabricantes) y era casi imposible descubrir algo fabricado en España, lo que provocaba desconcierto en la clientela, que no encontraba sus marcas.

Cifras del grupo

Schwartz (Lidl + Kaufland)
78.000 millones de euros de facturación.
335.000 empleados.
10.000 establecimientos en 26 países.
Lidl en España
2.530 millones de euros de facturación.
10.000 empleados.
530 establecimientos y nueve plataformas logísticas.
“Hoy, el escenario es diferente. Las tiendas han crecido desde los 800 a los 1.200 metros de media, las referencias se han doblado de las 600 a las 1.300, hay productos frescos (frutas y verduras, pescadería y carnicería envasada) y panadería. Muchos artículos se presentan mejor y el entorno empieza a mostrar cierta alegría, más color y luminosidad.
La empresa se está gastando decenas de millones de euros al año en la puesta al día de sus tiendas. El producto español, que en el 2008 ocupaba sólo 38% del espacio, representa ahora el 60%. Dos de cada diez productos son de marca y, como el número de referencias sigue siendo bajo en comparación con las cadenas convencionales, la empresa ofrece un surtido variable que cambia cada semana. Incluso hay semanas gastronómicas (asiática, americana…) y ropa diseñada por modistos como Custo. “También la sección de bazar, habitual en los híper y uno de los puntos fuertes Lidl, ha crecido en tamaño y variedad”, añade De Bobes.
Esta revolución gradual no ha sido por capricho, sino por necesidad. Primero, el limitado surtido que ofrecía Lidl ponía en riesgo la fidelidad de los clientes, que no encontraban muchos productos en los lineales y acababan teniendo que ir a otro establecimiento. De ahí el aumento de los productos frescos y del número de referencias. Otra de las explicaciones es que Lidl se ha convertido en un destino de compra para la clase media e incluso la media-alta, que acepta el famoso eslógan de la empresa: “La calidad no es cara”.
Como prueba de ello, la empresa esgrime su exitosa crema antiarrugas, Cien Q 10, calificada como la mejor según la OCU y que cuesta solo tres euros, 30 veces menos que otras más famosas. Laempresa presentó hace días sus cápsulas para Nespresso, diez por 1,89 euros, “de calidad igual a las cápsulas de la marca, ya que el café es Arábica” explica De Bobes. Otro ejemplo: la crema de cacao de Lidl lleva un 13% de avellanas, la composición del producto de la marca de mayor calidad. La empresa intenta mantener esos elevados niveles sin sacrificar su política de precios. Claro que eso repercute en sus márgenes, inferiores a los de la competencia.
Lidl sorteó con holgura la crisis. La empresa facturaba 2.000 millones de euros en el 2009 y acabó el 2014 con 2.530 millones, un 25% más en solo cuatro años. “Lidl lleva dos años”, asegura César Valencoso, de Kantar Worldpanel, “siendo la que más crece entre todas las cadenas”. No solo avanzó más que Mercadona en términos porcentuales el año pasado, sino que suplantó a Dia en crecimiento, que estancó su facturación en España en los 4.500 millones de euros. Gracias a ello incrementó su cuota de mercado desde el 2,7% al 3,1%. Valencoso explica esa escalada por factores como “la rápida apertura de tiendas [es el detallista que más establecimientos abre tras Mercadona] y su entrada en nuevas líneas de productos, frescos, panadería, que han añadido facturación”. También en el Reino Unido, las ventas de la empresa crecieron el 13,6% el año pasado.
La gran pregunta es si Lidl logrará seguir creciendo a este ritmo, ahora que la crisis parece tocar a su fin. En la empresa creen que sí y que su éxito no ha sido a causa de la depresión. “Estamos ganando clientes a buen ritmo” afirma De Bobes “desde mucho antes del 2008. El nuestro es un modelo que convencía antes y convence ahora”. Valencoso, sin embargo, tiene dudas: teme que el ritmo se ablande debido a que, “con más dinero, parte de los consumidores redirigirán sus compras hacía supermercados de mayor nivel”. Otros expertos, como Gildo Seisdedos, profesor de Marketing de IE Business School, opinan diferente. “Creo que la cultura low cost que ha llegado para quedarse dado que la gente sigue mirando el precio, garantizará la afluencia de clientes a este tipo de supermercados”. A lo que habría que añadir la tendencia creciente de los consumidores a hacer compras más pequeñas y cerca de casa, en lugar de en los hipermercados del extrarradio.
Todo indica que en los próximos años la cadena seguirá aumentando referencias y abriéndose a nuevas líneas de productos con el fin de mantener y hasta atraer clientes de nivel más alto. Algo factible. Un estudio publicado por Grocer Magazine revela que en el Reino Unido uno de cada tres clientes de Lidl es de clase media o media-alta. Hace dos años era solo uno de cada diez. “Iremos respondiendo a la demanda” apunta el portavoz de Lidl. Valencoso cree, además, que “ese aumento del surtido es un paso necesario si Lidl quiere convertirse en la cadena habitual. Si no hay surtido y no ves ahí tus productos habituales, tiendes a ir a otro sitio”.
Todo ello no significa que Lild se vaya a convertir en una segunda Mercadona. El avance hacía un descuento más suavizado no pasa por abandonar el carácter de la compañía, que tan buenos resultados le ha dado. En Lidl consideran que lo importante es buscar un equilibrio entre los deseos de los clientes, de mayor oferta, y la necesidad de seguir manteniendo los precios ajustados. “Hay que conservar la ventaja competitiva que nos da el modelo discount” recuerda De Bobes: un modelo que pasa por hacer compras centralizadas para cada producto a nivel de grupo, primar las marcas propias y eliminar costes que no aportan valor, pero mantener también un número de referencias que no sea excesivo. “Tener muchas referencias añade costes de gestión y logísticos y complica la negociación” afirma el portavoz de la empresa. “Si vas a comprar a cinco en lugar de a dos, compras menor volumen y no logras precios tan baratos”.

lunes, mayo 07, 2012

Economía/Empresas.- Mercadona, Carrefour, Dia y Eroski, los supermercados visitados con más frecuencia


elEconomista.es

Economía/Empresas.- Mercadona, Carrefour, Dia y Eroski, los supermercados visitados con más frecuencia

7/05/2012 - 14:02
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MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Los establecimientos de Mercadona, Carrefour, Dia y Eroski son los visitados con más frecuencia por los consumidores españoles para hacer la compra, según el estudio 'El comercio y sus compras' de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC).
El informe, realizado a través de entrevistas a más de 10.000 personas, pone de manifiesto que Mercadona aparece como el supermercado más mencionado en once de las diecisiete comunidades autónomas.
Por su parte, los establecimientos de Eroski destacan como los más mencionados en País Vasco, Navarra y Galicia; CARREFOUR (CA.PA)en Cantabria y Dia en La Rioja.
El estudio refleja que el precio (para el 48,8% de los encuestados) y la proximidad (44%) son los factores más importantes para la elección del lugar de compra de productos de alimentación, por encima de la calidad (41,16%).
Según señala, en los últimos cuatro años ha crecido del 38,2% al 44,5% el porcentaje de consumidores que elige habitualmente los productos más baratos, al tiempo que ha bajado del 64,7% al 56,1% la proporción de quienes dicen comprar solo marcas de confianza.
LA CALIDAD DE LAS MARCAS BLANCAS.
Además, más de la mitad de los consumidores (51,6%) considera que las marcas blancas son de igual calidad que las grandes marcas de los fabricantes, aunque para más del 62% de los entrevistados la calidad de las marcas blancas depende del establecimiento y para un 40% depende del producto en concreto.
En el contexto actual de crisis, los españoles planifican más la compra, ya que el 57,6% de los consumidores dice planearla más cuidadosamente, diez puntos más que antes de la crisis (47,1% en 2007). Asimismo, las compras se realizan cada vez más espaciadas en el tiempo.


EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co +57 3014152370 COLOMBIA - SURAMERICA