La llegada de cadenas extranjeras y las alianzas desarrolladas por las nacionales más representativas han obligado a las pequeñas a sumarse.
A comienzos del 2000, con el boom de las grandes superficies varios sectores de la economía sintieron el impacto y la necesidad de readecuarse para mantenerse frente a la agresiva competencia.
Eso fue lo que ocurrió con las droguerías, un negocio que históricamente operaba en forma independiente y que se provisionaba de lo que les vendían grandes cadenas mayoristas. Como complemento a la venta de productos farmacéuticos hacía una mezcla en la oferta con productos de papelería y fotocopias.
Ahora, la tendencia es que ese modelo sea la excepción porque la posibilidad de que las empresas se mantengan está en la opción de construir cadenas de comercialización fuertes y modernizadas que permita abaratar costos y ganar eficiencia. Superpharma, Don Saludero, Ley 100, Fava, Farmacenter son algunos casos representativos.
Detrás, de estas cadenas están grandes empresas que por años se han dedicado a la comercialización mayorista de medicamentos y que vendían a los droguistas de barrios.
En el caso de Ley 100 está Drogas Continental, mientras que Farmacenter tiene detrás a Copidrogas y Dromayor impulsa a Superpharma y Don Saludero y Droguerias Acuña, con Axa, promueve la red Fava.
Por el impacto de las grandes minoristas ha tenido que crear sus propio canal para llegar al consumidor final y garantizar la venta al público.
Entre las locales, también tiene un lugar de importancia, la cadena Olímpica que tiene en el negocio de droguerías una de sus mayores fortalezas. Igualmente, las cajas de compensación como Cafam y Colsubsidio han tenido dinamismo en este sector, ligado a sus negocios de salud y de mercadeo social.
Alrededor de este fenómeno también han llegado, firmas internacionales que han mostrado que las cadenas de drogas modernas con servicios de valor agregado son el camino correcto para el negocio.
Farmacity, de Argentina, y Localtel, original de Venezuela, son las empresas que están en el país. Se habla que Farmacias Ahumada de Chile viene, al tiempo que Farmacias Similares de México está próxima a entrar, según un anuncio hecho pasado por su presidente, Víctor González.
Además, se habla de la posibilidad de que entre al país Farmatodo de Venezuela.
En el sector no se descarta que una fórmula para la entrada de compañías extranjeras sea la compra de una red local.
Y es que no es poco el negopcio que está en juego: el consumo aparente de medicamentos es de unos 1.650 millones de dólares el año pasado, según un reciente estudio de la Andi.
Maximio Visbal, de Asocoldro, explica que el negocio se ha caracterizado por el crecimiento en el número de actores que quieren de una torta que no aumenta al mismo ritmo.
PERFIL DEL MERCADO
Los precios, la ubicación y la disponibilidad de productos son los principales factores que tiene en cuenta el cliente cuando acude a una droguería.
Un estudio de la Andi muestra que el consumo aparente de medicamentos en Colombia suma los 1.650 millones de dólares el año pasado. En el 2004 ascendieron a los 1.352 millones de dólares.
Se estima que casi el 70 por ciento del gasto en salud que hacen los colombianos corresponde a los productos médicos. En la conquista por estos consumidores también participan las grandes cadenas de comercio. Almacenes Exito maneja su sección de droguerías con marcas propias para los medicamentos OTC -que no requieren formulación médica-. La misma estrategia maneja la cadena Carulla Vivero.
Las extranjeras, listas para crecer más
Carlos Hugo Escobar, dejó hace dos años Cativen, la cadena venezolana que maneja los hipermercados Exito para incursionar en Colombia con el modelo de hipermercado de la salud Locatel, que opera en el país vecino con 45 puntos de venta
Con sus dos locales en operación, adecuó el modelo a las necesidades del mercado colombiano.
Se trataba de entrar al mercado sin hacer énfasis en los medicamentos que incluye la lista del Plan Obligatorio de Salud, y más bien satisfacer necesidades en especialidades como el manejo de la tensión o la diabetes, explica Escobar.
Locatel también enfatiza en la dotación de productos y artículos especializados como ortopédicos, tensiómetros o pañales de varios tamaños para el manejo de la incontinencia urinaria.
Las 14.000 referencias de productos se complementan con servicios como el alquiler de sillas de ruedas o de camas especiales que puede requirirse temporalmente.
Consolidado el concepto, empezará el proceso de expansión a través de las franquicias, explicó el empresario, con una estrategia de crecimiento cerca a zonas donde se concentren clínicas y hospitales. .
La idea es abrir tres o cuatro tiendas al año y empezar el proceso de crecimiento en Medellín, Cali y Barranquilla. Actualmente, adelanta la negociación de siete proyectos.
Explica que la inversión en productos es del orden de 1.5 millones de dólares, mientras que el valor de la franquicia es de 125.000 dólares.
Para Escobar, las droguerías experimentan la misma evolución que han tenido las tiendas que ya han llegado hasta el hipermercado.
El otro caso internacional es de la argentina Farmacity que en tres años ha consolidado 14 puntos de venta en Bogotá.
Catalina Ossa, encargada del área comercial, dice que en el tiempo que lleva la compañía en Colombia, se ha logrado dar un cambio de la droguería tradicional hacia un modelo más completo de tienda por conveniencia.
Bajo este esquema además de los medicamentos se ofrecen otros productos como artículos de cuidado personal y golosinas.
El servicio al cliente, con domicilios, servicios 24 horas y parqueaderos, menciona entre sus fortalezas.
Farmacity tiene en sus planes la apertura de dos puntos de venta más en los próximos días, uno de ellos en el centro comercial Gran Estación, que se inaugurará a mediados de este mes en Bogotá.
En los planes de la compañía argentina está la incursión en el negocio de las marcas propias de aquellas categorías de productos complementarios de la farmacia como los pañales, explicó Catalina Ossa.
La lucha de las locales por mantenerse en el mercado
La modernización en uniones de compra, franquicias, cooperativas, con puntos de venta atractivos, servicios a domicilio y 24 horas, son estrategias que puede evitar que los pequeños salgan de circulación.
Droguerías Continental tiene como canal de venta detallista la cadena Ley 100 que opera desde hace seis años y hoy tiene 32 puntos de venta en Bogotá.
Se creó la necesidad de montarla ante la llegada de las grandes superficies y su participación en la venta de medicamentos. Lo mejor era crear una cadena propia en vista de que el droguista pequeño e independiente tiende a desaparecer, explicó John Clavijo, del departamento de mercadeo de Ley 100.En servicios complementarios, se han preocupado por sacar adelante la promoción de productos naturistas, teniendo en cuenta que la tendencia del mercado es hacia esa línea de medicamentos.
Próximamente, firmará un acuerdo con Deprisa para prestar el servicio de mensajería.
Igualmente, ofrece descuentos especiales a clientes que adquieran sus productos y tengan afiliación con entidades como Liberty y Compensar.
La compañía Copidrogas que el año pasado consolidó ventas por 458.616 millones de pesos trabaja en el formato Farmacenter, con 31 puntos de venta, de los cuales 17 están en Bogotá. En total, esta cadena cuenta con 2.600 afiliados.
Una de las pioneras como red de droguerías es la cadena Olímpica. Al cierre del 2005 contaba con 37 establecimientos entre Superdroguerías y Droguerías. Adicionalmente, en sus supermercados, como los SAO, cuenta con ese servicio. Eso, sin contar con dispensarios para atender afiliados a entidades de salud.
En el escenario también está la cadena Cafam que acaba de abrir su más moderna droguería en la Floresta. Bajo el sistema de autoservicio y de mostrador, la cadena ofrece desde un sitio de comidas rápidas hasta un refrigerador para la oferta de alimentos como frutas y lácteos. El concepto se llama Mercadroguería.
Hoy tiene 72 droguerías y la meta es crecer más. Este año abrió 11 en Bogotá, una en Pereira dentro del supermercado y otras tres en Cartagena.
A comienzos del 2000, con el boom de las grandes superficies varios sectores de la economía sintieron el impacto y la necesidad de readecuarse para mantenerse frente a la agresiva competencia.
Eso fue lo que ocurrió con las droguerías, un negocio que históricamente operaba en forma independiente y que se provisionaba de lo que les vendían grandes cadenas mayoristas. Como complemento a la venta de productos farmacéuticos hacía una mezcla en la oferta con productos de papelería y fotocopias.
Ahora, la tendencia es que ese modelo sea la excepción porque la posibilidad de que las empresas se mantengan está en la opción de construir cadenas de comercialización fuertes y modernizadas que permita abaratar costos y ganar eficiencia. Superpharma, Don Saludero, Ley 100, Fava, Farmacenter son algunos casos representativos.
Detrás, de estas cadenas están grandes empresas que por años se han dedicado a la comercialización mayorista de medicamentos y que vendían a los droguistas de barrios.
En el caso de Ley 100 está Drogas Continental, mientras que Farmacenter tiene detrás a Copidrogas y Dromayor impulsa a Superpharma y Don Saludero y Droguerias Acuña, con Axa, promueve la red Fava.
Por el impacto de las grandes minoristas ha tenido que crear sus propio canal para llegar al consumidor final y garantizar la venta al público.
Entre las locales, también tiene un lugar de importancia, la cadena Olímpica que tiene en el negocio de droguerías una de sus mayores fortalezas. Igualmente, las cajas de compensación como Cafam y Colsubsidio han tenido dinamismo en este sector, ligado a sus negocios de salud y de mercadeo social.
Alrededor de este fenómeno también han llegado, firmas internacionales que han mostrado que las cadenas de drogas modernas con servicios de valor agregado son el camino correcto para el negocio.
Farmacity, de Argentina, y Localtel, original de Venezuela, son las empresas que están en el país. Se habla que Farmacias Ahumada de Chile viene, al tiempo que Farmacias Similares de México está próxima a entrar, según un anuncio hecho pasado por su presidente, Víctor González.
Además, se habla de la posibilidad de que entre al país Farmatodo de Venezuela.
En el sector no se descarta que una fórmula para la entrada de compañías extranjeras sea la compra de una red local.
Y es que no es poco el negopcio que está en juego: el consumo aparente de medicamentos es de unos 1.650 millones de dólares el año pasado, según un reciente estudio de la Andi.
Maximio Visbal, de Asocoldro, explica que el negocio se ha caracterizado por el crecimiento en el número de actores que quieren de una torta que no aumenta al mismo ritmo.
PERFIL DEL MERCADO
Los precios, la ubicación y la disponibilidad de productos son los principales factores que tiene en cuenta el cliente cuando acude a una droguería.
Un estudio de la Andi muestra que el consumo aparente de medicamentos en Colombia suma los 1.650 millones de dólares el año pasado. En el 2004 ascendieron a los 1.352 millones de dólares.
Se estima que casi el 70 por ciento del gasto en salud que hacen los colombianos corresponde a los productos médicos. En la conquista por estos consumidores también participan las grandes cadenas de comercio. Almacenes Exito maneja su sección de droguerías con marcas propias para los medicamentos OTC -que no requieren formulación médica-. La misma estrategia maneja la cadena Carulla Vivero.
Las extranjeras, listas para crecer más
Carlos Hugo Escobar, dejó hace dos años Cativen, la cadena venezolana que maneja los hipermercados Exito para incursionar en Colombia con el modelo de hipermercado de la salud Locatel, que opera en el país vecino con 45 puntos de venta
Con sus dos locales en operación, adecuó el modelo a las necesidades del mercado colombiano.
Se trataba de entrar al mercado sin hacer énfasis en los medicamentos que incluye la lista del Plan Obligatorio de Salud, y más bien satisfacer necesidades en especialidades como el manejo de la tensión o la diabetes, explica Escobar.
Locatel también enfatiza en la dotación de productos y artículos especializados como ortopédicos, tensiómetros o pañales de varios tamaños para el manejo de la incontinencia urinaria.
Las 14.000 referencias de productos se complementan con servicios como el alquiler de sillas de ruedas o de camas especiales que puede requirirse temporalmente.
Consolidado el concepto, empezará el proceso de expansión a través de las franquicias, explicó el empresario, con una estrategia de crecimiento cerca a zonas donde se concentren clínicas y hospitales. .
La idea es abrir tres o cuatro tiendas al año y empezar el proceso de crecimiento en Medellín, Cali y Barranquilla. Actualmente, adelanta la negociación de siete proyectos.
Explica que la inversión en productos es del orden de 1.5 millones de dólares, mientras que el valor de la franquicia es de 125.000 dólares.
Para Escobar, las droguerías experimentan la misma evolución que han tenido las tiendas que ya han llegado hasta el hipermercado.
El otro caso internacional es de la argentina Farmacity que en tres años ha consolidado 14 puntos de venta en Bogotá.
Catalina Ossa, encargada del área comercial, dice que en el tiempo que lleva la compañía en Colombia, se ha logrado dar un cambio de la droguería tradicional hacia un modelo más completo de tienda por conveniencia.
Bajo este esquema además de los medicamentos se ofrecen otros productos como artículos de cuidado personal y golosinas.
El servicio al cliente, con domicilios, servicios 24 horas y parqueaderos, menciona entre sus fortalezas.
Farmacity tiene en sus planes la apertura de dos puntos de venta más en los próximos días, uno de ellos en el centro comercial Gran Estación, que se inaugurará a mediados de este mes en Bogotá.
En los planes de la compañía argentina está la incursión en el negocio de las marcas propias de aquellas categorías de productos complementarios de la farmacia como los pañales, explicó Catalina Ossa.
La lucha de las locales por mantenerse en el mercado
La modernización en uniones de compra, franquicias, cooperativas, con puntos de venta atractivos, servicios a domicilio y 24 horas, son estrategias que puede evitar que los pequeños salgan de circulación.
Droguerías Continental tiene como canal de venta detallista la cadena Ley 100 que opera desde hace seis años y hoy tiene 32 puntos de venta en Bogotá.
Se creó la necesidad de montarla ante la llegada de las grandes superficies y su participación en la venta de medicamentos. Lo mejor era crear una cadena propia en vista de que el droguista pequeño e independiente tiende a desaparecer, explicó John Clavijo, del departamento de mercadeo de Ley 100.En servicios complementarios, se han preocupado por sacar adelante la promoción de productos naturistas, teniendo en cuenta que la tendencia del mercado es hacia esa línea de medicamentos.
Próximamente, firmará un acuerdo con Deprisa para prestar el servicio de mensajería.
Igualmente, ofrece descuentos especiales a clientes que adquieran sus productos y tengan afiliación con entidades como Liberty y Compensar.
La compañía Copidrogas que el año pasado consolidó ventas por 458.616 millones de pesos trabaja en el formato Farmacenter, con 31 puntos de venta, de los cuales 17 están en Bogotá. En total, esta cadena cuenta con 2.600 afiliados.
Una de las pioneras como red de droguerías es la cadena Olímpica. Al cierre del 2005 contaba con 37 establecimientos entre Superdroguerías y Droguerías. Adicionalmente, en sus supermercados, como los SAO, cuenta con ese servicio. Eso, sin contar con dispensarios para atender afiliados a entidades de salud.
En el escenario también está la cadena Cafam que acaba de abrir su más moderna droguería en la Floresta. Bajo el sistema de autoservicio y de mostrador, la cadena ofrece desde un sitio de comidas rápidas hasta un refrigerador para la oferta de alimentos como frutas y lácteos. El concepto se llama Mercadroguería.
Hoy tiene 72 droguerías y la meta es crecer más. Este año abrió 11 en Bogotá, una en Pereira dentro del supermercado y otras tres en Cartagena.