COLOMBIA - San Diego: El kilómetro cero de los centros comerciales en Colombia - IGNACIO GOMEZ ESCOBAR



San Diego: El kilómetro cero de los centros comerciales en Colombia




Con apoyo de IA

Cuando hoy hablamos de centros comerciales, pensamos en megaconstrucciones con arquitectura de vitrina, food courts, marcas internacionales y experiencias omnicanales. Pero hubo un tiempo en que este concepto era apenas un experimento, una traducción importada del modelo norteamericano que aún no encontraba su acento local. Y en ese mapa en construcción, el Centro Comercial San Diego, inaugurado en Medellín en 1972, se convirtió en el punto de partida, el primer capítulo de una historia que transformaría el comercio urbano en Colombia.

La génesis: entre la autopista y los cerros

En plena Medellín de los años setenta, una ciudad que vivía su despertar industrial y urbano, surgía la idea —entonces atrevida— de concentrar comercio, parqueaderos y espacios sociales en un solo lugar. Era una época en la que las tiendas de barrio y los centros del centro todavía dominaban la escena, pero ya se avizoraba un cambio. El modelo americano del shopping mall comenzaba a hacer eco, y con visión pionera, un grupo de empresarios locales decidió sembrar la semilla de un nuevo formato en un terreno periférico, justo al borde de la naciente Autopista Sur.

San Diego no solo fue el primero. Fue también un laboratorio, donde se ensayó por primera vez en el país la idea de ir de compras en carro, de caminar bajo techo, de tener todo en un mismo espacio: desde supermercados hasta bancos, desde peluquerías hasta restaurantes. Con su diseño abierto —muy distinto a los centros comerciales cerrados que vendrían después—, San Diego combinaba pasillos al aire libre con locales organizados alrededor de una gran plazoleta, evocando una plaza de pueblo pero con lógica comercial moderna.

De lo pionero a lo emblemático

Durante décadas, San Diego fue más que un centro comercial. Fue símbolo de estatus, punto de encuentro familiar y referencia geográfica de ciudad. Las marcas que allí se instalaron ganaron prestigio por el solo hecho de estar en “el centro comercial”. Y mientras otros formatos nacían con el tiempo —Oviedo en los ochenta, El Tesoro en los noventa— San Diego mantuvo su lugar, no solo por su antigüedad sino por su capacidad de adaptación.

En los años noventa y dos mil, mientras Medellín se transformaba aceleradamente, San Diego entendió que debía renovarse. Y lo hizo sin perder su esencia: se ampliaron espacios, se diversificaron categorías, se modernizó la infraestructura. Pero, sobre todo, se mantuvo como un centro de ciudad: más humano, más cercano, menos aspiracional y más cotidiano.

Un ícono que resistió al tiempo

En un entorno donde la obsolescencia parece ser la norma en el retail, San Diego es la excepción que confirma la regla. No es el más grande, ni el más moderno, ni el más lujoso. Pero sí es, quizás, el más significativo. Porque su historia no es solo la de un inmueble comercial, sino la de una ciudad que aprendió a consumir de otra manera, que entendió que el comercio podía ser también experiencia, encuentro, esparcimiento.

San Diego ha sobrevivido a lo que muchos otros no: a la expansión desbordada de nuevos malls, al auge del comercio electrónico, a la migración de las marcas hacia el oriente y al consumo de periferia. ¿Su secreto? Una mezcla entre tradición, ubicación y sentido de pertenencia. Hoy, aún en medio de gigantes, sigue atrayendo visitantes, comerciantes y memorias.

Epílogo: un pasado que aún respira presente

Hablar del Centro Comercial San Diego es hablar del nacimiento de una categoría que hoy es parte integral del paisaje urbano colombiano. Pero también es hablar de cómo una idea importada fue reinterpretada con acento paisa, con lógica local, con identidad propia.

Y aunque los centros comerciales del siglo XXI ya no se parecen al modelo original, San Diego sigue ahí. No como un vestigio del pasado, sino como una brújula que señala de dónde venimos. Porque en la historia del retail colombiano, San Diego no es solo un pionero: es el testigo silencioso de medio siglo de transformaciones comerciales, sociales y culturales.


IGNACIO GÓMEZ ESCOBAR
Consultor y asesor en Retail
Énfasis en Hard Discount

Miembro de
Asociación Colombiana de Retail
Discount Retail Consulting


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