miércoles, octubre 18, 2006

Negocio inmobiliario, lunar de los centros comerciales

PORTAFOLIO

Experto internacional dice que es nocivo que se mezclen ambas actividades.
Colombia tiene la particularidad de ser un país en el que la propiedad en finca raíz es sinónimo de estabilidad económica. Sin embargo, eso no es lo que, precisamente, favorece el explosivo crecimiento de centros comerciales de los últimos años.
Así lo planteó ayer Jorge Lizan, director de desarrollo de negocios de International Council of Shopping Centers, una asociación internacional con sede en Nueva York que congrega a más de cien países.
El directivo recorrió esta semana centros comerciales de Bogotá, Cali y Medellín, invitado por la Asociación de Centros Comerciales de Colombia, con sede en la capital del Valle.
El directivo dijo que después de visitar varios complejos comerciales constató el desarrollo y el crecimiento que ha tenido el sector en el país, a la par con otros mercados latinoamericanos. Los criterios en diseño especialmente, son interesantes, anotó.
Igualmente, destacó la calidad del servicio que ofrecen comerciantes y cadenas locales.
El único 'lunar' que encontró el representante de International Council of Shopping Centers fue el tratamiento que tiene el tema de finca raíz el desarrollo de loscentros comerciales.
Su planteamiento apunta a que comerciantes ni inversionistas pueden entrar al negocio con la compra directa de locales porque la administración se vuelve compleja y pone en riesgo el éxito en el largo plazo del propio centro comercial.
No es sano que un administrador se tenga que entender con 'varios dueños' porque se dificulta la toma de decisiones sobre estrategias de mercadeo y sobre el mejoramiento de la infraestructura.
Los conceptos avanzados de centros comerciales en el mundo plantean que un desarrollador invierte en los terrenos, promueve el proyecto y asume la administración y arrendamiento de los locales. De esta manera, este inversionista se preocupará en el largo plazo por garantizar que el centro comercial tenga la oferta adecuada y mejore permanentemente para mantener rentable el negocio. Eso en Colombia no se encuentra, dijo Jorge Lizan.
Por su parte, el comerciante, dice Lizan, debe preocuparse por sacar adelante sus productos y cumplir con cánones de arrendamiento que en algunos casos pueden ser hasta de 20 años prorrogables.
Al respecto, varios gerentes de centros comerciales coincidieron en que para un comerciante es negocio comprar el local y reconocieron que cumplir con sus tareas no es nada fácil.
Se mencionó el caso de la firma Arturo Calle a la que el peso financiero de los locales que ha comprado puede ser mayor que la misma mercancía que maneja.
María Rosario Lizarralde, de Pedro Gómez & Cía, se refierió a que los mismos comerciantes son los que han preferido ser dueños de locales, a tal punto que un proyecto en Bogotá que se estableció bajo la modalidad de arrendamiento tuvo que dejarse un 60 por ciento en venta, por petición de los grandes comerciantes, en razón a la valorización que alcanza el metro cuadrado a medida que avanzan los proyectos comerciales.