lunes, septiembre 05, 2005

Las cadenas de suministros

navegando por las procelosas aguas de la integración
La unión hace la fuerza, aunque, mal gestionada, también puede conducir a la pérdidas de valores


Un gran productor global acaba de adquirir a un operador de la competencia. El acuerdo lucía muy bien en los papeles: le permitía a la empresa una mayor escala, nuevos productos, acceso a nuevos mercados y costes más bajos. Pero ahora la empresa se enfrenta a una labor crítica: integrar las cadenas de suministros de ambas organizaciones. Si tiene éxito, la empresa tendrá una cantidad de beneficios: incremento de ventas, mayor velocidad de acceso al mercado, producción más eficaz. Si fracasa, perderá la confianza de sus elementos constitutivos clave. Por Sergio Manaut.


Este es el tema de un reciente estudio de la consultora BCG (Boston Consulting Group). Sus autores, Charles-André Brouwers, Amyn Merchant y Alex Ulanov, afirman que ya no hay excusa para una mala integración, y no habrá mucha paciencia del lado de los accionistas o del mercado. Cualquier debilidad en el sistema el día uno de la vida de la nueva organización puede traducirse rápidamente en exceso de inventario, falta de productividad o clientes perdidos. El daño puede ser severo.

Cuestiones de cuidado

Por esta razón los consultores analizan un caso real de adquisición e integración exitosa del “supply chain” y extraen las siguientes enseñanzas, útiles para aquellos que estén contemplando la posibilidad de una operación de este tipo:

1) Resolver los temas de corto plazo rápidamente, pero centrándose en el plan a largo plazo. Sin duda, en situaciones de adquisición hay que apagar incendios, pero el consejo es no dejarse llevar por el cortoplacismo y no perder de vista el lugar en el que se desea colocar a la organización en un término de tres a cinco años.

2) Comunicar, comunicar, comunicar. Compartir el plan con ambas organizaciones. Los empleados de las empresas adquiridas sufren tremendas angustias en los procesos de adquisición, no sólo por la inseguridad de su puesto de trabajo sino también por el calibre del nuevo equipo gerencial. Si ellos sienten que ningun miembro de ese equipo es capaz o si se siente excluidos o ignorados, es probable que renuncien, llevándose un bagaje de conocimiento muy útil para la empresa. Es decir, hay que crear la visión y el plan, y mantener informado al personal.

3) Ser realista con los tiempos. No se puede lograr la integración completa de un día para otro. El reto inmediato para el primer año es mantener el producto en las estanterías. Simultáneamente, se puede comenzar a instituir procesos para el largo plazo. El objetivo para el segundo y el tercer año será fortalecer estos procesos y medir su efectividad.

4) Concentrarse primero en los mercados más grandes. Una escasez del producto en los mercados mayores puede ser devastadora; una escasez en mercados más pequeños es más perdonable y menos costosa.

5) Realizar desde el comienzo los cambios organizacionales necesarios. Es muy aconsejable designar “champions” visibles que manejen los mercados más difíciles, y las líneas de productos más complicadas. Esto inspirará confianza y allanará el camino para los cambios más profundos que deberán producirse cuando las dos cadenas de suministros se consoliden

Los consultores afirman que la visión correcta ante una adquisición es considerarla como la plataforma de lanzamiento para optimizar todo el proceso de supply chain. Este proceso, bien gestionada, redundará en ganancias masivas: fortalecimiento del crecimiento, reducción de costes, mejora del servicio y la habilidad de usar la cadena de suministros como un arma estratégica que construirá la próxima generación de ventaja competitiva.


Sergio Manaut
22/08/2005

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