viernes, septiembre 02, 2005

Las tiendas se han convertido en un negocio de mujeres y de bachilleres

TOMADO DE PORTAFOLIO


El conocimiento del cliente y la rotación de productos, son sus principales fortalezas.

"Si toma para olvidar pague antes de tomar". Esta es una de las frases populares entre los tenderos. Muchas hablan de no fiar, pero esa práctica no desaparece.

En estos tiempos en los que cada vez más se promueve la importancia de que las empresas conozcan a sus clientes, la tienda se mueve en el modelo ideal de esa práctica, ya que la experiencia demuestra que la mayoría de sus propietarios los conoce, incluso, por el nombre.


De esta manera, se facilita de la forma más elemental la disposición y calidad del surtido para los compradores y se facilita la comunicación con los proveedores, un tema que ha sido espinoso en el caso de las grandes cadenas.


Estudios de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, asegura que las tiendas en su ejercicio diario son el caso del ‘marketing relacional en acción’. Los tenderos colombianos señalan que en el 73 por ciento de los casos conocen a sus consumidores por el nombre. En Argentina ese porcentaje es del 84 por ciento, en Chile es del 64 por ciento y en México llega al 63 por ciento.


Respecto a la frecuencia con que compran los clientes permanentes, los tenderos estiman que el 74 por ciento lo hace diariamente,.


Mientras tanto, el 9 por ciento lo hace cada tercer día, otro 7 por ciento semanalmente, un 6 por ciento cada quincena y otro 4 por ciento va a la tienda una vez al mes.


Aunque los refranes populares que son comunes entre las tiendas hacen referencia a que no fían, la realidad es otra.


Según la consulta entre el sector, el 70 por ciento de ellos ofrece crédito directo como voto de confianza a quienes los visitan.


Ni las tarjetas de crédito ni los cheques son herramientas financieras para los tenderos.


En materia de competidores, la mayoría declara como principal amenaza la tienda más cercana porque ‘la pelea del mercado ’ es por las cuadras que los circunda, aunque algunos reconocen ya en los grandes supermercados una amenaza por la forma en que han ido penetrando en las zonas urbanas.


En América Latina, Colombia es uno de los países con mayores tiendas, según los estudios. Y el perfil de quienes las administran han cambiado con el paso del tiempo.


Por años se habían asociado con hombres sin ninguna preparación académica que llegaban del campo a la ciudad para montar en un barrio una tienda y así sobrevivir.


A la hora de preguntar "¿Quién administra la tienda?", Fenalco encontró que las mujeres son las líderes con el 58 por ciento. Buena parte de ellas, combina el manejo del negocio con los asuntos del hogar.


Un sondeo, sobre las condiciones de educación, demuestra que se ha salido de la educación básica primaria, a veces incompleta, y que la mayoría ya tienen estudios de secundaria, e incluso en algunos existe título profesional.


El 33 por ciento de los tenderos consultados por Fenalco, de una muestra cercana a 1.000, reconoce que tiene estudios completos de bachillerato, en tanto que un 22 por ciento dice que la secundaria no la terminó.


Un 17 por ciento habló de haber adelantado primaria completa y otro 8 por ciento, dijo que no cumplió toda la etapa de la educación básica.


Una carrera tecnológica completa está en la hoja de vida del 8 por ciento de los tenderos consultados, y ese nivel incompleto lo desarrolló un 1 por ciento de estos comerciantes.


Un 8 por ciento, en partes iguales, dice que adelantó estudios universitarios completos e incompletos.


Aunque para algunos el hecho de que los profesionales se dediquen a ser tenderos puede resultar un escape a la falta de oportunidades de empleo en sus diversas ramas, Fenalco considera que se puede percibir como una oportunidad para que el negocio se profesionalice y se especialice más en beneficio del consumidor. Por antigüedad, la mayoría de las tiendas se declaran ‘jóvenes’: tienen máximo dos años de vida, según lo declaró el 38 por ciento.


Otro 26 por ciento, tiene entre 2 y 5 años de operar. Un 16 por ciento habla de 5 a 10 años y otro 20 por ciento dice que funciona hace más de 10 años.


Aunque se hacen esfuerzos por la formalización de los negocios, entre un 26 por ciento de los tenderos no lo aplica.


Según Fenalco, estos pequeños empresarios "presentan resistencia en primera instancia por desconocimiento de las normas legales, y en segundo lugar porque consideran que son unos costos muy elevados y afectan de alguna manera los ingresos operacionales del negocio".


En su relación con los proveedores y los productos: la preferencia es hacia lo que tenga que ver con el consumo masivo. Ya no le importa el inventario como forma de llevar el negocio porque prefiere la rotación de los productos que más ‘mueve’ su clientela que en su mayoría, diariamente le compra un promedio máximo de 3.000 pesos.

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