miércoles, marzo 01, 2006

Cómo ser un líder

Jack Zenger y Joseph Folkman identificaron las características de los líderes más exitosos y encontraron que cualquiera puede desarrollar estas habilidades.

TOMADFO DE LA REVISTA DINERO


El actual momento de internacionalización se caracteriza por altos niveles de competencia, comunicaciones más ágiles y cambios constantes. Debido a estas exigencias del entorno, las empresas necesitan contratar personas preparadas, actualizadas y capaces de asumir riesgos.

Las teorías de liderazgo se han dedicado, durante décadas, a dar respuesta a la pregunta: ¿los líderes nacen o se hacen? Afortunadamente, las más recientes investigaciones demuestran que todos tienen la posibilidad de convertirse en líderes. Jack Zenger y Joseph Folkman desmitificaron el tema y nos cuentan cómo es posible desarrollar el liderazgo en la gente, mediante un modelo que permite a las organizaciones potenciar los talentos de sus empleados y a las personas identificar las herramientas o los pasos para convertirse en un líder fuera de lo común. Los resultados del estudio se encuentran en el libro El líder extraordinario.

Jack Zenger es vicepresidente del Consejo de Provant Inc., la mayor empresa de mejoras de habilidades de desempeño, y Joseph Folkman, gerente de Noviations. El estudio se basa en datos de 200.000 individuos que han calificado a unos 25.000 líderes en sectores como banca e inversión, I&D, manufactura, tecnología, publicaciones, alimentos y seguros, entre otros.
Esta amplia investigación tomó una enorme cantidad de datos sobre los líderes y, mediante análisis y observaciones cuidadosas, demostró cómo pueden pasar de ser buenos a ser grandes, enfocándose en el análisis del 10% superior de los líderes.

Para describir el liderazgo, Zenger y Folkman utilizan como modelo la analogía gráfica de una "carpa", que consideran como la estructura de cada persona. Las fortalezas clave para el desarrollo del liderazgo son los postes de la carpa.

El poste principal o el corazón del modelo es el Carácter, enmarcado en ser tenaz y no rendirse porque algo es difícil, tener estabilidad emocional, ajustándose con rapidez a los entornos cambiantes.

El siguiente poste es la Capacidad Personal, que son esas competencias clave para que la gente se posicione en su entorno y las demás personas tengan una percepción de un fuerte liderazgo.
Estos atributos son los conocimientos técnicos y de los productos, habilidades de análisis, resolución de problemas y profesionales, innovación, iniciativa, uso efectivo de la tecnología de la información.

El tercer poste se fija en el Enfoque en Resultados, y requiere que los postes de la carpa mencionados anteriormente estén fuertemente fijados. El líder efectivo convierte las ideas en acciones al establecer metas ampliadas para su gente, asumir responsabilidad personal por los resultados del grupo, operar con velocidad e intensidad, y equilibrar los resultados de corto y largo plazo.

El cuarto poste son las Habilidades Interpersonales, es decir, ser gente. Este poste, junto con el carácter, es el que más soporte le da a la carpa.
Esa fortaleza diferenciadora le permite al líder ser capaz de influir positivamente en las personas, motivándolas a mejorar su desempeño de manera colaborativa y desarrollando su talento y el de los demás.

El último poste es la fortaleza de Liderar los cambios organizacionales. Requiere tener una perspectiva estratégica, ser un vendedor efectivo para los proyectos o productos del grupo, traducir la misión y los objetivos de la organización a metas desafiantes.

Zenger y Folkman enfatizan que la mejor manera de montar la carpa es fijar los postes hacia el cielo y no tratar de levantar el trozo de lona caído con un solo poste. A partir de ello, comienzan a elaborar una serie de combinaciones poderosas entre los diferentes atributos del liderazgo para crear fortalezas múltiples, llamadas competencias compañeras o amigas que se colaboran entre sí para potenciarse.

Cita Zenger y Folkman "Nuestra esperanza es que las carpas de liderazgo de todos los integrantes de su organización se expandan constantemente al dar usted estos pasos".

Los buenos líderes hacen la diferencia pues son más efectivos que los malos. Esto se refleja en los resultados, al mejorar la productividad, el crecimiento de las utilidades, reducir la rotación, optimizar el servicio al cliente, crear altos niveles de compromiso por parte de los empleados.
Lorenzo Zambrano, presidente del consejo y director general de Cemex, es un ejemplo de liderazgo. En una década, esta compañía se ha convertido en la empresa cementera más rentable de la industria. Zambrano ha plasmado su estilo de liderazgo buscando que haya líderes y que operen en toda la organización. Cuando los directivos delegan y empoderan a ejecutivos y empleados dándoles el espacio para desarrollar sus fortalezas, los resultados se reflejan en el cumplimiento de los objetivos organizacionales.

Si usted quiere ser un líder, debe tener cuidado con los atributos cabeza dura o los errores fatales, que conducen a que las personas nunca lleguen a ser líderes. Las fallas que conducen al fracaso son la incapacidad para aprender de los errores, la falta de habilidad personal y de competencias básicas, la falta de apertura a las ideas nuevas y diferentes, la irresponsabilidad y la falta de iniciativa. Si usted posee uno de esos "atributos", comience por atacarlos.

Es indiscutible. Para mejorar el liderazgo se debe empezar por organizar la casa y por realizar un autorreconocimiento, a fin de mejorar los atributos o comportamientos vitales para producir resultados. Cuando se identifican las fortalezas y las debilidades, las personas deben enfocarse en potenciar las dos o tres fortalezas diferenciadoras y en atacar una debilidad, pero no deben centrarse en las debilidades. Es decir, repensar el plan de desarrollo personal para descubrir el genio interior y elaborar su propia carpa; por medio de combinaciones poderosas, es posible crear fortalezas múltiples o competencias compañeras.
Es clave engranar las competencias, las necesidades de la organización y la pasión. Según Peter Drucker, "el autodesarrollo es mejorar algo en lo que ya se es bueno. También significa no preocuparse por las cosas en que no se puede ser bueno".

Para lograrlo, Drucker aconseja: haga una lista de sus principales contribuciones durante los últimos tres años, especifique qué esperan de usted la organización y aquellos a quienes usted debe rendir cuentas. Sea claro sobre lo que no puede hacer y sobre lo que sí y busque tareas exigentes que hagan la diferencia.

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