sábado, marzo 25, 2006

Uribe quiere hipermercados lejos de las tiendas de barrio




Las tiendas de barrio "les dan en las muelas a todos": gremio comercial.
Esa ley no es necesaria, sostiene Guillermo Botero, vocero de Fenalco.
El Presidente propone una ley para que gran comercio no afecte al tendero.

Por
Germán Jiménez Morales
Medellín

EL COLOMBIANO - MEDELLÍN - COLOMBIA

en tiempo de campaña electoral hay bonanza de propuestas. A esa cosecha contribuye el propio presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, quien el pasado jueves propuso en la ciudad de Barranquilla proteger a los tenderos de barrio obligando -por Ley de la República- a las grandes superficies a que pongan sus locales en sitios que no afecten a los pequeños comerciantes.

En la noticia, difundida por el oficial Servicio de Noticias del Estado (SNE), se destacan textualmente las siguientes palabras del mandatario: "mi propuesta es que Colombia estudie una ley para darles toda la confianza a los tenderos y a los almacenes grandes y decirles a los almacenes de cadena que se sitúen en unos sitios donde no les causen riesgos a los tenderos".

Uribe reconoció el gran aporte que hacen las grandes cadenas comerciales, en la medida que compran los bienes de pequeños productores agropecuarios e industriales, los cuales son comercializados en el país o en el exterior. Por ello, añadió, en Colombia debe haber espacio para todo.

"Entonces vamos a buscar una cosa concertada. Yo empiezo a estudiar desde ya la ley complementaria de la Ley de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) para decirle a las entidades locales que se ponga todo el cuidado para definir la ubicación de estos almacenes en sitios que no constituyan riesgo para las tiendas y el pequeño comercio", reafirmó el Presidente de la República.

No se necesita
Guillermo Botero Nieto, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), considera que el país se puede ahorrar esa ley.

Su afirmación la sustenta en varios hechos. Lo primero, dice, es que los almacenes de gran formato no afectan a las tiendas de barrio, porque los hiper y supermercados están ubicados en magníficos lotes y muy alejados de los sitios de influencia de los pequeños locales comerciales.

Lo segundo, es que cuando esas cadenas llegan a sitios muy populosos, se encuentran con unas oficinas de Planeación que, amparadas en sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT), les imponen restricciones al tamaño de los establecimientos, el número de parqueaderos y el abastecimiento de mercancías.

Y la tercera razón de Botero Nieto, es que la realidad misma indica que las tiendas de barrio están regadas por todas partes de la ciudad, de manera que al aplicar una medida como esa prácticamente se congelaría la expansión del gran comercio.

"La propuesta del presidente Uribe se cumplió hace rato y todo apunta a que el gran comercio no está afectando a los pequeños. Al contrario, los hechos demuestran que las tiendas de barrio les están dando en las muelas a todo el mundo".

Esa divertida expresión tiene su propio sustento. El presidente de Fenalco recuerda que en el año 2000 el gremio comercial realizó un estudio, en el cual se vaticinó la muerte de las tiendas de barrio, por cuenta del gran crecimiento de los duros del comercio.

¡Mamola!
Para entonces, el 54 por ciento de la comercialización de alimentos era controlada por los hiper y supermercados. Las sesudas cuentas de los expertos auguraban que hacia el 2005 esa tajada del mercado de los grandes saltaría al 75 por ciento. Sin embargo, la bola de cristal no les funcionó.

"¡Mamola!, como diría el candidato Serpa. Las tiendas de barrio no perdieron participación y, por el contrario, se fortalecieron", resaltó el presidente de Fenalco.

De suerte que el panorama actual es como sigue: los grandes establecimientos comerciales controlan el 49 por ciento de la comercialización de alimentos. Y las tiendas de barrio, que cuando les pronosticaron una muerte acelerada tenían un peso del 25 por ciento, registran ahora una participación del 51 por ciento.

¿Por qué?
"Bueno, dice Botero Nieto, lo que pasa es que el poder del cuaderno es insuperable".

Mejor dicho, entre las ventajas del tendero está el manejo del fiado, o venta a crédito, que registra religiosamente en un sencillo cuaderno... o detrás de una cajetilla de cigarrillos.

Además, expenden productos frescos. Venden cantidades al alcance del presupuesto de sus clientes y a veces con precios más módicos.

Tan bueno es este canal de ventas, que ahora son muy consentidos por los grandes industriales.




Ayuda al lector
Eso lo debe definir cada municipio
Al gremio de los comerciantes la propuesta de Uribe lo toca por punta y punta.

Fenalco Antioquia, por ejemplo, tiene como afiliados a las grandes cadenas del comercio, pero también cuenta, en calidad de asociados, con 20.000 tenderos de barrio.

Quizás por ello, su director Ejecutivo, Sergio Ignacio Soto, hace un llamado para que se preserven los intereses de estos dos segmentos empresariales. Así mismo, dice que "como adalides que somos de las normas antitrámites, recomendaría que la ubicación de los hipermercados lejos de las tiendas de barrio no se tramitara por ley de la República. Lo aconsejable es preservar la autonomía que tienen los municipios, a través de sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT)".

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