domingo, septiembre 17, 2006

EL COLOMBIANO - Santuarianos y granadinos los reyes del hueco (Comercio en Medellín)

EL COLOMBIANO

Manuel SaldarriagaMás de 6.000 comerciantes tienen asiento en el sector de El Hueco y, la mayoría, proviene de los municipios de El Santuario y Granada. El crecimiento de este sector no se detiene: a la izquierda, el nuevo centro comercial Hollywood y, al fondo, se observa otro centro comercial en construcción.


Manuel SaldarriagaOscar Darío Ramírez, "Osquitar", es el acólito de la capilla y uno de los comerciantes de El Santuario más reconocidos en la Central Mayorista.
Santuarianos y granadinos, reyes en El HuecoSe conoce el dicho de que los santuarianos y granadinos salieron de su pueblo "con una mano adelante y otra atrás..., espantando el hambre con una rama".


Un 70% de los comerciantes del sector proviene del Oriente de Antioquia.

La Central Mayorista también es un gran centro de comercio "oriental".

Sagaces para los negocios y honran la palabra como el respaldo.PorFrancisco Javier Arias R.MedellínSe conoce el dicho de que los santuarianos y granadinos salieron de su pueblo "con una mano adelante y otra atrás..., espantando el hambre con una rama". A ellos también se les conoce como "prófugos del azadón y del machete" porque dejaron la papa y el maíz para buscar el comercio en la gran ciudad. Mucho de lo uno y de lo otro tiene Oscar Darío Ramírez Serna, nacido en El Santuario hace 46 años, a quien en la Central Mayorista, donde es uno de los grandes comercializadores de verduras y legumbres, conocen simplemente como "Osquitar".Él, como toda su familia y muchos paisanos y amigos, se vino del Oriente a buscar las oportunidades que su tierrita le negó. De los cuatro hermanos que integran su familia, dos tienen negocios en la Mayorista y otros dos en El Hueco. Y, como es costumbre entre los habitantes de esta población, está casado con una santuariana, Rocío González, quien también tiene su negocito en este sector comercial.Osquitar ya suma 30 calendarios en la Mayorista, a donde llega todos los días a las 2:30 de la mañana lleno de vitalidad a rebuscarse la vida. Durante mucho tiempo ha sido el acólito en la capilla de la plaza y quien maneja sus llaves. Mejor dicho, allí no se celebra una misa sin el permiso de Osquitar. Pero él mismo se ganó ese puesto, por su carisma y su liderazgo y por su formación: estudió seis semestres de filosofía y dos de teología, o sea que iba de cura que se las bogaba.Negociantes sagaces"El espíritu santuariano es de negociante y pega en cualquier parte", dice Osquitar, al señalar que los mayores comercializadores de papa, maíz, legumbres, insumos agropecuarios, abarrotes y granos y, además, los grandes importadores que operan en la Central Mayorista, son de El Santuario o de Granada, dos municipios agrícolas en el Oriente de Antioquia. Como también son de su propiedad los principales supermercados que operan allí."El santuariano es muy oportunista y vende lo que esté de moda, lo de temporada... La mayoría empieza con legumbres o ventas pequeñas y termina vendiendo mercancías en El Hueco", afirma este campesino madrugador y emprendedor, a quien no se le cerraron las fronteras para salir de su pueblo, uno de los municipios más pequeños del país (con sólo 75 kilómetros cuadrados) y caracterizado por minicultivos y miniparcelas de propiedad de familias muy numerosas. La más pequeña es de unos doce hijos, pero las hay de docena y media y hasta de dos docenas. Por esa razón, dice Blanca Elena Gómez Giraldo, directora de la Fundación de la Central Mayorista, "los campesinos debieron salir a buscar otras oportunidades. "Yo tengo 15 primos de Marinilla y 13 de ellos son confeccionistas en El Hueco".Pero también es reconocida su sagacidad y honradez para los negocios, su liderazgo cívico y su sentido de la solidaridad. Lo primero queda demostrado con la extensión de sus negocios a los Sanandresitos y otros renglones del comercio en otras ciudades capitales. Incluso, se les reconoce como los fundadores del populoso sector de San Victorino, en Bogotá y como los promotores y principales actores del gran comercio en otras capitales, como lo hizo el santuariano Iván Botero Gómez, quien se radicó con sus Almacenes IBG y otras empresas en el Eje Cafetero hace más de 40 años, en compañía de 14 hermanos, que ya tienen negocios en las principales ciudades del país.Lo segundo, por su activa participación en diferentes programas, cualesquiera que sean, en beneficio de la comunidad... de su comunidad, la de El Santuario o de Granada (incluida su reconstrucción total luego de una toma guerrillera). Y, además, por la participación en las juntas, consejos o comités de cuanta organización integran, participan o dirigen. Y, lo tercero, por la vinculación directa de su familia, amigos o conocidos a la actividad comercial.El primero que llega se trae a un hermano, a un paisano, a la cuñada o a un amigo a trabajar con él... Y aquí termina toda la familia. Como el viejo dicho, "antioqueño no se vara", y si es santuariano, mucho menos, porque siempre encontrará la mano conocida de un paisano o de un familiar en cualquier parte. "Santuariano ayuda a santuariano hasta que coge vuelo propio", parece ser una consigna entre ellos. Los mismos apellidosLos santuarianos sólo se casan entre ellos mismos o con granadinos, o viceversa. Por eso, los apellidos en los dos municipios son iguales o muy parecidos: los Hoyos, Duque, Ramírez, Aristizábal, Gómez, Pineda, Zuluaga, Castaño, Botero y Giraldo son de Granada o son de El Santuario. Si no es de allá, no le proponga matrimonio a una persona con estos apellidos... Mejor, siéntese a hacer negocios con ella.Efraín Yepes Aristizábal vivió en carne propia la frustración con un cultivo de papa, que se acabó con la lluvia y el granizo. Y hace 32 años se vino de Granada a trabajar con un paisano en un almacén, hasta que tuvo su negocio propio. "Yo me vine primero que mis 15 hermanos y todos trabajamos en Guayaquil. Hasta mis padres se vinieron y la finca se quedó abandonada, porque casi nadie va", dice don Efraín, en entrevista con los investigadores de la Secretaría de Cultura Ciudadana, que recoge desde mayo de este año la memoria cultural y comercial de Guayaquil."La relación entre compadres, que es más característica en las zonas rurales, se hace muy evidente en Guayaquil, como reflejo en lo urbano", dice la antropóloga Natalia Quiceno Toro, líder del equipo de trabajo.Desde ventas ambulantesAbelardo Parra Aristizábal, profesor de la Universidad de Antioquia, es de Granada. Recuerda que, ante la limitada capacidad de producción agrícola (de papa, maíz y legumbres, especialmente), los hijos mayores debieron salir buscar alternativas. "Conozco a un comerciante que empezó comprando el bulto de limones para venderlo cerca de La Veracruz, y hoy ya tiene varios negocios en El Hueco... Las ventas ambulantes pasaron a ser pequeños locales y, luego, grandes almacenes y grandes negocios". También recuerda que llegó el momento en que Medellín les quedó chiquito y empezaron a buscar negocios en otras ciudades, sobre todo en el Valle y el centro del país. "Me voy pa´ arriba" era lo que se decía en el pueblo hace unos años y, así fue como colonizaron los Sanandresitos de Cali, Bogotá y Barranquilla... Tienen un espíritu aventurero y son comerciantes por formación genética". Señala que su familia la componen 12 hermanos, pero ninguno vive en Granada y dice que un sobrino suyo, Amiro Parra Pérez, hijo de un hermano contador que se radicó en Yumbo hace varios años, ya fue alcalde de esa población.Según el analista "de la informalidad han pasado a la formalidad y a las grandes ligas de comerciantes... Ahora, los hijos son profesionales y muchos han aprendido el mandarín para hacer negocios con los chinos, a donde viajan dos o tres veces al año a traer mercancías".Marta Oliva Gómez Gómez, de El Santuario, ya cumplió 19 años en El Hueco -desde que falleció su esposo- y, con la venta de ropa interior, vestidos de baño y pijamas de marcas nacionales (Leonisa y Laura, entre otras), ya educó a sus dos hijas, que son profesionales: Paula Andrea, ingeniera Ambiental, y Luz Angela, administradora de Negocios. "Conmigo trabajan varios paisanos. Sólo tengo este local... Este almacén es el piojito que yo rasco", dice doña Marta, quien fue apoyada por varios familiares y amigos para iniciar su negocio en El Hueco.


Coogranada les financia el crecimientoEl desarrollo comercial de los granadinos y santuarianos ha estado acompañado de dos cooperativas, nacidas en Granada: la Cooperativa San Pío X (Coogranada) y Creafam, ambas con operaciones en El Hueco (el 90 por ciento de la población está afiliada a las dos cooperativas). Coogranada, próxima a cumplir 45 años (fundada en noviembre de 1963) cuenta con 23.000 asociados, el 60 por ciento de ellos de ese municipio y, el 50 por ciento de ellos son comerciantes. La cartera colocada llegaba, en julio de este año, a 31.100 millones de pesos (más de la mitad en Medellín), informó el director Administrativo, Iván Darío Hoyos.Y tiene agencias en Granada, en Medellín (dos, en El Hueco y en Villahermosa "el segundo piso de Granada"), en Cali (2), en Bogotá (2) y en Cartagena y Barranquilla. Ello indica que donde haya un granadino, hay una agencia de Coogranada. Hoy, en el club Comfama de Girardota, se realiza uno de los encuentros más tradicionales: el Día de la Familia, con más de 5.000 personas, que también celebra en las ciudades donde tiene agencias.Los comerciantes también son atendidos por la banca tradicional y por otras entidades, entre ellas, la Corporación Mundial de la Mujer, que muy pronto tendrá una oficina en El Hueco. Ya tiene una cartera cercana a los 1.000 millones entre unos 620 comerciantes, con promedios entre tres y cinco millones de pesos."Manejan grandes volúmenes de ventas y altos inventarios y es reconocida su seriedad en los negocios. Son buenas pagas y están rotando el crédito constantemente, porque lo necesitan para trabajar", dijeron analistas de las dos entidades.