Cortesía
| El robo hormiga es una industria criminal que para ser atacada
requiere de herramientas legales que permitan la judicialización de los
responsables.
El robo hormiga se tragó 140 mil millones de pesos
Según el último Censo Nacional
de Mermas dado a conocer por Fenalco, en Colombia el "robo hormiga" en
supermercados y grandes superficies, representó en el año 2010 pérdidas
por 140.446 millones de pesos, cifra con la que se alcanzaría a entregar
3.783 viviendas de interés prioritario (37 millones de pesos) a igual
número de familias.
En comparación con el censo de 2009 aumentó la frecuencia de robos, y disminuyó el valor de los productos hurtados. Según cifras de Alto Colombia, empresa especializada en la prevención del "robo hormiga" el 51,7 por ciento de los productos sustraídos en los establecimientos, está en el rango de un peso a 20.000 pesos.
Los cinco productos más robados son los enlatados (entre ellos, el atún) , los artículos de aseo personal, los cárnicos, las prendas de vestir y los licores. Las tres maneras más frecuentes de robo externo son ocultar mercancía en prendas y carteras, empacarla en bolsas de aluminio y en bolsas plásticas del almacén con tiquetes falsos.
Según Luis Anaya Abello, gerente comercial de Alto Colombia, una de las principales causas por los cuales el robo aumenta es porque estos delitos no se judicializan, solo un 10 por ciento llega a estas instancias.
Para Anaya, judicializar es un tema clave, porque la conciliación, es decir, proponerle al ladrón que pague el valor del artículo, es una invitación a robar, porque a sabiendas de que esto sería lo máximo que le puede suceder, el ladrón carga el dinero con el cual responde sí es pillado.
"El hecho de que este delito no se judicialice hace que se convierta en la cuna de la delincuencia, es decir, que empiezan robándose un confite y terminan atracando un banco", expresa Anaya, quien agrega que en Medellín, ciudad que da cuenta de una suma cercana a los 35 mil millones de pesos en esta modalidad de robo, se han logrado judicializar unos 1.600 casos.
A juicio del director Ejecutivo de Fenalco Antioquia, Sergio Ignacio Soto, esta es una industria criminal, que tiene el agravante que para evadir la judicialización se utiliza a menores de edad, mujeres y adultos mayores.
"Además, por más que se tenga el acerbo probatorio en flagrancia, al otro día están de nuevo en el supermercado", expresa Soto.
En comparación con el censo de 2009 aumentó la frecuencia de robos, y disminuyó el valor de los productos hurtados. Según cifras de Alto Colombia, empresa especializada en la prevención del "robo hormiga" el 51,7 por ciento de los productos sustraídos en los establecimientos, está en el rango de un peso a 20.000 pesos.
Los cinco productos más robados son los enlatados (entre ellos, el atún) , los artículos de aseo personal, los cárnicos, las prendas de vestir y los licores. Las tres maneras más frecuentes de robo externo son ocultar mercancía en prendas y carteras, empacarla en bolsas de aluminio y en bolsas plásticas del almacén con tiquetes falsos.
Según Luis Anaya Abello, gerente comercial de Alto Colombia, una de las principales causas por los cuales el robo aumenta es porque estos delitos no se judicializan, solo un 10 por ciento llega a estas instancias.
Para Anaya, judicializar es un tema clave, porque la conciliación, es decir, proponerle al ladrón que pague el valor del artículo, es una invitación a robar, porque a sabiendas de que esto sería lo máximo que le puede suceder, el ladrón carga el dinero con el cual responde sí es pillado.
"El hecho de que este delito no se judicialice hace que se convierta en la cuna de la delincuencia, es decir, que empiezan robándose un confite y terminan atracando un banco", expresa Anaya, quien agrega que en Medellín, ciudad que da cuenta de una suma cercana a los 35 mil millones de pesos en esta modalidad de robo, se han logrado judicializar unos 1.600 casos.
A juicio del director Ejecutivo de Fenalco Antioquia, Sergio Ignacio Soto, esta es una industria criminal, que tiene el agravante que para evadir la judicialización se utiliza a menores de edad, mujeres y adultos mayores.
"Además, por más que se tenga el acerbo probatorio en flagrancia, al otro día están de nuevo en el supermercado", expresa Soto.
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