El encierro y el temor al contagio catapultaron las ventas en la cercanía de los hogares e impulsaron un sector comercial que evolucionó.
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REVISTA PORTAFOLIO POR: CONSTANZA GÓMEZ G.
ENERO 17 DE 2021 11:10 A. M.
En estos tiempos en los que el autocuidado es la prioridad y el hogar el centro de la vida, el aprovisionamiento de bienes y servicios se prefiere seguro, cercano y en el menor tiempo posible.
En esas condiciones, ir a un centro comercial o a una zona de grandes establecimientos se convierte en algo extraordinario.
Por esa razón, ganan terreno no solo las tiendas de barrio, sino también las papelerías, floristerías, ferreterías, droguerías, peluquerías y misceláneas, entre otros pequeños negocios, que están más cerca de los hogares.
Todo comenzó en marzo del 2020, cuando se decretó el confinamiento y esos negocios tuvieron que ‘bajar la reja’. Pero en el segundo semestre, con la reactivación, poco a poco retomaron operaciones y quienes se han quedado en casa se han vuelto sus clientes más valiosos.
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Las investigaciones y los expertos en el tema así lo han advertido. Un análisis revelador al respecto es el de American Express, que investigó en países de América Latina, incluido Colombia, los avances de los pequeños negocios. La firma, de paso, puso en marcha su programa global Shop Small, que buscaba estimular las compras con su medio de pago en estos canales.
El estudio, elaborado con datos a septiembre pasado y en el que participó Voices Research & Consultancy, indica que el 79% de los consumidores realizó más compras en comercios de barrio durante la etapa más crítica de confinamiento e, inclusive, el 53% las hizo entre 1 a 3 veces por semana. Antes de la pandemia, ese porcentaje era 40%.
La compra diaria, tan tradicional en nuestro país antes de la aparición del coronavirus, era del 12%, pero ya va en 25%. Y llama la atención que el 80% manifestó que cuando terminen las restricciones de aislamiento seguirá visitando estos sitios. Pero aún hay más revelaciones en esta misma línea: aparecen por ejemplo opiniones mayoritarias en torno a frases como “los comercios de barrio son muy importantes para mí” (79%) y “el crecimiento de los negocios y comercios del barrio le hacen bien a la comunidad” (84%).
Para Rafael España, director económico de Fenalco, lo que pasa es que el concepto de conveniencia se ‘repotencializa’. “El teletrabajo, las clases virtuales y estar encapsulados en casa es música para los oídos de los negocios del barrio, incluyendo los restaurantes”, afirma. “Gran reto para los centros comerciales, porque es difícil esperar que la gente vuelva a inundarlos dando vueltas”, añade.
CANAL TRADICIONAL, CAPÍTULO APARTE
La misma encuesta advierte que el 82% de los comercios visitados durante la pandemia están relacionados con alimentos y bebidas, es decir, las tiendas, los minimercados o los puntos de frutas y verduras. El segundo lugar más visitado (57%), son las farmacias.
Con estos datos, las empresas de consumo masivo siguen la evolución de estos establecimientos y han creado estrategias para fortalecerlos ya que, en todo caso, no han dejado de ser golpeados con bajas ventas por el menor ingreso de clientes, impactados por la crisis económica.
De hecho, identificados los cierres y el temor de los tenderos a retomar actividades por miedo al contagio, Fenalco, en unión con marcas como Coca-Cola, Postobón y PepsiCo, activó la campaña ‘Mi tienda cerca, Mi tienda segura’ que se enfoca en apoyar a los tenderos en temas tan importantes como adoptar normas bioseguras.
Juan Caro, director comercial de Kantar, señala que en marzo y abril del año pasado hubo compras de los hogares enfocadas en abastecimiento, con grandes desembolsos para adquirir volúmenes altos, pero a medida que hubo disminución de ingresos optaron por bajar esos gastos, lo que favoreció a los canales de proximidad y de conveniencia como los minimercados de barrio y las tiendas de descuento. “Lo que vemos es que la gente prefiere llevar carritos con 10 productos o más, pero con volúmenes menores a los de marzo y abril”, advierte.
Según Kantar, entre enero y septiembre del 2020 las compras en los minimercados crecieron 11% en valor para artículos de la canasta de consumo masivo, con el pico de su desempeño en abril. Además, se detectó que 8 de cada 10 usuarios compran en estos establecimientos, con una frecuencia de 29 veces en estos nueve meses (es decir, 3 al mes) con un ticket promedio de $28.200.
Un análisis en el mismo sentido lo hace Nielsen, al señalar que los formatos de menos de 500 metros cuadrados son los que, en tendencia, muestran los mejores desempeños en cuanto a variación porcentual de ventas en valor.
“Como consumidores volvemos a lo ‘básico’, a lo ‘esencial’. Por ende, el negocio de abarrotes es el que muestra la mejor dinámica y es el que por naturaleza forma parte de los pequeños formatos y, en consecuencia, lo que potencia su desempeño. Se encuentra lo que se necesita sin tener que desplazarse tanto”, agrega.
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Para este segmento en particular no se puede ignorar que D1, Justo & Bueno y Ara han tenido sus réditos y les ha tocado desarrollar servicios que eran considerados impensables, como el de los domicilios.
LO QUE FALTA
Si bien los consumidores valoran a los pequeños comercios, también creen que hay asuntos por mejorar, según lo evidencia el estudio de American Express.
El 53% de los consultados pide, por ejemplo, que los comercios de cercanía ofrezcan un mayor surtido de productos, en tanto que otro 41% plantea la necesidad de más medidas de higiene frente a la pandemia. El 41% se muestra a favor de que extiendan el horario de atención.
La entrega a domicilio es otra solicitud de los clientes (38%), mientras que 24% es partidario de la compra telefónica o por internet. Asimismo, un 20% demanda de los comercios de cercanía poder pagar con tarjetas de crédito y por medios electrónicos.
Estos pequeños empresarios, al parecer, no han sido sordos a las observaciones. El 70% reconoce que las ventas por canales digitales se aceleraron por la crisis sanitaria, mientras un 57% confirmó que tuvo que cambiar los medios de pago que acepta en sus locales. De hecho, otra encuesta de Fenalco dice que WhatsApp empezó a tomar relevancia como herramienta para las ventas.
El presidente del gremio, Jaime Alberto Cabal, pidió al propio Iván Duque “un programa robusto de transformación tecnológica y digitalización para pequeños negocios del comercio que permita fortalecer su capacidad competitiva”. De avanzar en ese objetivo, estos establecimientos de barrio saldrán fortalecidos de la crisis y la preferencia que han ganado entre sus vecinos no se perderá cuando la pandemia llegue a su fin.
Constanza Gómez G.
Redacción Portafolio
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