Smart Discount: El futuro de la proximidad con Tecnología de Alto Impacto
Por Ignacio Gómez Escobar
igomeze@colombiaretail.com
¿Qué es el Smart Discount? Un modelo híbrido de proximidad e inteligencia
“El retail cambia, el consumidor evoluciona y la
proximidad se reinventa. El Smart Discount es más que un modelo: es la
síntesis entre precio bajo, cercanía y tecnología”. Con estas palabras se
resume el concepto de Smart Discount, un formato de tienda que mantiene
los precios bajos propios del hard discount, pero agrega valor
mediante tecnología, conveniencia y eficiencia operativa. En otras palabras, no
se trata solo de vender barato, sino de vender de forma inteligente: aprovechar
los datos, la automatización y procesos optimizados para mejorar
la propuesta al cliente sin perder la esencia de la economía en precios.
Este modelo híbrido combina lo mejor de dos mundos:
la agresividad en costos y simplicidad de un descuento duro tradicional,
con la cercanía y servicio de una tienda de conveniencia moderna. Desde
la perspectiva de tienda física, un Smart Discount suele consistir en establecimientos
pequeños, con surtido limitado, pero bien ajustado a las necesidades
locales, precios competitivos y ubicaciones estratégicas en
barrios o zonas de alto tráfico. En esencia, se acerca al cliente con tiendas
de proximidad al estilo convenience, pero operando con la eficiencia
extrema de un hard discount. Suelen privilegiar la alta rotación de
productos, una logística impecable y servicios adicionales (por ejemplo,
recargas móviles, pago de recibos, café para llevar) que aumentan la
conveniencia para el cliente. Todo esto se logra manteniendo una estructura de
costos muy baja y apoyándose en tecnología para optimizar cada aspecto
del negocio.
En el retail moderno el cliente no busca la tienda,
la tienda busca al cliente
En resumen, Smart Discount implica “aprender
a ser inteligentes siendo baratos”. No se abandona la promesa central de
precio bajo, sino que se le añaden capas de valor percibido. Como señala un
análisis del sector, esta evolución del formato descuento ha sido “inteligente,
hábil y elegante” al agregar ciertas ventajas de los supermercados
tradicionales sin perder sus fortalezas originales El resultado es un comercio
avanzado: tiendas de descuento 2.0 que ofrecen al cliente no solo ahorro
de dinero, sino también ahorro de tiempo, cercanía y mejor experiencia.
Tendencias
del retail actual: cercanía, conveniencia y tecnología
El auge del Smart Discount responde a tendencias
claras en el retail contemporáneo. El consumidor actual está más informado,
exigente y sensible al precio, pero al mismo tiempo valora profundamente su
tiempo y la comodidad. Tras años de expansión de grandes
superficies, vemos una aceleración del canal de proximidad y conveniencia:
cada vez más personas prefieren hacer compras rápidas cerca de casa o del
trabajo, en lugar de desplazarse a hipermercados lejanos. De hecho, en muchos
países se vive una verdadera "tienditis" de formatos de
barrio. Por ejemplo, en Perú se abre en promedio una tienda de conveniencia
nueva cada ocho días en Lima, reflejando la demanda de compras más cercanas
y frecuente. Este fenómeno no es exclusivo de un país: en Ecuador, Colombia,
Argentina, México o España el formato de tiendas de descuento duro de barrio
se ha consolidado respondiendo a nuevas dinámicas de consumo. Sus características comunes
son locales pequeños, surtido esencial, precios bajos y ubicaciones
pensadas para estar “a la vuelta de la esquina”, permitiendo compras ágiles con
bajo ticket promedio.
Al mismo tiempo, la tecnología se ha vuelto
factor decisivo tanto en la experiencia del cliente como en la eficiencia
operativa de los retailers. Hoy el valor para el cliente no se mide solo en el
precio de los productos, sino también en el tiempo que ahorra, la
cercanía del servicio y la facilidad de la experiencia. Conceptos como la omnicanalidad
(integración fluida de canales físicos y digitales), los pagos móviles o sin
contacto, la entrega a domicilio ultra-rápida (Rappi Turbo) y la personalización
de ofertas mediante datos se están volviendo estándar en las expectativas del
consumidor urbano moderno. La pandemia de COVID-19 también reforzó muchos de
estos hábitos: favoreció que el comprador hiciera sus compras más cerca del
hogar y aceleró la adopción de herramientas digitales para evitar fricciones
(como comprar por apps y recoger en tienda, escanear códigos QR, etc.).
En este contexto, las cadenas de retail que
combinan proximidad física con innovación tecnológica llevan la
delantera. Se suele decir que “hoy, el valor no se mide solo en dinero, sino
también en minutos”. Un Smart Discount entiende esto y busca que el cliente
ahorre en ambos sentidos: que gaste poco dinero y poco tiempo,
sin sacrificar la calidad básica de la experiencia. En palabras del propio
foro de retail: “Hoy, el valor no se mide solo en precio, sino en tiempo,
cercanía y experiencia”. Las tiendas de descuento inteligente apuntan
justamente a esa intersección: precios imbatibles con la máxima comodidad
posible.
Del hard
discount al smart discount: evolución y cambio cultural
El formato descuento ha recorrido un largo
camino, desde los austeros almacenes de descuento duro hasta estas nuevas
tiendas inteligentes. Tradicionalmente, el Hard Discount se definió por
la eficiencia extrema y el enfoque en el precio más bajo posible,
a costa de prescindir de cualquier lujo en tienda – desde la decoración
hasta la variedad de marcas. Cadenas pioneras como Aldi o Lidl en sus inicios
ofrecían locales simples, pocas referencias (principalmente marcas propias
básicas) y ningún servicio extra, todo orientado a minimizar costes y trasladar
ese ahorro al cliente. En contraste surgió luego el llamado Soft Discount,
que mantiene el precio bajo pero buscando ofrecer mejor experiencia que
el hard discount puro. Este soft discount incorporó algunas mejoras en tienda
(por ejemplo, tiendas un poco más amigables, más categorías de producto o algo
de atención al cliente) sin dejar de ser económico.
La llegada del Smart Discount representa la
siguiente fase en esta evolución: añadir valor sin perder el precio
competitivo. Como bien se ha dicho, “no es dejar de ser baratos, es
aprender a ser inteligentes siendo baratos”. En la práctica, esto significa
que las cadenas de descuento entendieron que, para crecer sostenidamente,
necesitaban atraer nuevos segmentos de clientes, no solo a los más
necesitados o buscadores de ofertas tradicionales. El comprador actual abarca
desde familias de clase media queriendo rendir su presupuesto, hasta jóvenes
profesionales valorando la comodidad, pasando por consumidores que “ahorran
por inteligencia, no solo por necesidad”. De hecho, ha ocurrido un cambio
cultural en la percepción del descuento: se pasó de “subsistir” a
“optimizar”, de “ahorrar por necesidad” a “ahorrar por inteligencia”. Hoy
comprar en una tienda de descuento no es signo de estatus económico bajo; al
contrario, muchos consumidores lo ven como una decisión inteligente para
maximizar el valor de su dinero.
Este cambio se refleja en cifras. Por ejemplo, Lidl
y Aldi llevan años ganando cuota de mercado consistentemente al atraer clientes
que antes compraban en supermercados tradicionales Se ha hablado incluso de la
"supermercadización del discount" los discounters añadieron
ciertas capas de valor propias de un supermercado (mayor surtido, productos
frescos, tiendas más cómodas) de forma muy inteligente, sin perder sus
fortalezas base como la competitividad en precio, la simplicidad
de surtido y la operación funcional Como describe un analista, “las enseñas
discount han pasado de ser famosas por sus establecimientos espartanos a tener
tiendas amplias, modernas y funcionales que han cambiado radicalmente la
experiencia de compra del cliente” Mantienen el modelo de costos bajos,
pero han logrado que el cliente promedio ya no perciba sus tiendas como lugares
deprimentes o de compromiso, sino como opciones válidas para hacer incluso la
compra completa de la semana si así lo desea.
En resumen, el paso de Hard a Smart
Discount ha implicado evolucionar sin traicionarse. Se siguen
aplicando principios de austeridad donde el cliente no lo ve (p. ej., logística
eficiente, menos intermediarios, marcas propias económicas) pero se invierte
en lo que el cliente sí valora y percibe. El resultado es un modelo donde “la
esencia del descuento se mantiene; la experiencia del cliente se transforma”.
Los consumidores de hoy buscan valor integral – es decir, buena relación
calidad-precio más conveniencia – y las tiendas de descuento inteligente se
posicionan para dárselo.
La
inteligencia aplicada al descuento: eficiencia con valor añadido
Otro ámbito de aplicación tecnológica es la automatización
de procesos. Muchas tiendas de descuento inteligente operan con plantillas
de personal reducidas, por lo que incorporan soluciones automáticas en tareas
repetitivas: cajas de autopago, conteo automatizado de inventario (por ejemplo,
con sensores IoT en estanterías o robots que escanean pasillos), sistemas de
pedidos automáticos a proveedores basados en algoritmos, etc. Un hito reciente
lo marcó Aldi UK, que a inicios de 2022 abrió su primera tienda con
tecnología check-out free (sin cajas) en Londres. Con ello
se convirtió en el primer discounter en adoptar el modelo de tienda sin cajeros
al estilo de Amazon Go, mostrando que incluso operadores enfocados en bajo
costo pueden liderar en innovación tecnológica de alto impacto. Este
tipo de automatización de punta – basada en visión por computadora, sensores y
machine learning – todavía es incipiente, pero sienta la pauta de hacia dónde
va el retail: reducir al máximo la fricción y los costos operativos
simultáneamente.
La inteligencia aplicada al
descuento: eficiencia con valor añadido
Un pilar fundamental del Smart Discount es la inteligencia
de negocio aplicada para potenciar el modelo de bajo costo. ¿Cómo se puede
añadir valor percibido al cliente sin elevar los precios? La respuesta está en
usar tecnología como palanca para lograr mayor eficiencia y
diferenciación. Esto implica decidir muy bien dónde invertir los escasos
recursos de la empresa de modo que el cliente lo note y lo aprecie. Por
ejemplo, puede que una cadena elija invertir en un sistema de cobro
automatizado rápido en vez de en decorar lujosamente la tienda, porque sabe
que su cliente valora más salir pronto sin hacer fila que tener
estanterías de madera fina. La inteligencia está en conocer al cliente y
optimizar cada detalle en función de ello.
En la práctica, aplicar inteligencia al descuento
significa usar datos y tecnología para tomar mejores decisiones
operativas y comerciales. Un caso claro es el manejo de inventarios y
abastecimiento: las cadenas más avanzadas emplean algoritmos de inteligencia
artificial para pronosticar ventas y optimizar la distribución, lo que les
permite reponer productos justo a tiempo, evitar agotados y reducir mermas OXXO
en México, con más de 23.000 tiendas y 13 millones de clientes diarios, es
ejemplar en este sentido – su escala sería inmanejable sin sistemas
inteligentes. Según su director de TI, “tenemos algoritmos con IA para
pronosticar ventas y optimizar la distribución. Sin eso, el negocio no podría
operar” Gracias a esas herramientas, OXXO garantiza disponibilidad
de productos en cada local (factor crítico en conveniencia) y ha logrado
incluso personalizar el surtido por tienda según datos de ventas,
métodos de pago utilizados, perfil socioeconómico de la zona y otros factores.
Esto último es clave, aplicar inteligencia no solo mejora la eficiencia
operativa, reduciendo costos, sino que también puede elevar las ventas
al afinar la oferta a lo que cada comunidad realmente quiere.
Cabe señalar que ser “inteligente” no significa
incorporar tecnología por moda, sino de forma estratégica. Muchas veces la diferenciación
de un Smart Discount proviene de detalles muy pensados: por ejemplo,
implementar una app de fidelización robusta puede ser más valioso que
lanzar costosas campañas de marketing masivo. La cadena peruana Tambo+
entendió esto al introducir su propia aplicación de lealtad, mediante la cual
recopila datos de compra y lanza promociones personalizadas, además de
habilitar ventas vía canal digital. Con una inversión tecnológica relativamente
contenida (una app móvil), logró conocer mejor a su cliente y aumentar
su propuesta de valor con cupones y ofertas dirigidas, algo que los jóvenes
urbanos aprecian. Este tipo de tácticas, apoyadas en análisis de datos,
permiten al descuento inteligente sentir al cliente individualmente a
pesar de ser formatos de autoservicio de gran escala. En palabras de un
ejecutivo de OXXO, “gracias a nuestro programa de lealtad, donde ya tenemos
más de 23 millones de usuarios, podemos saber quién nos compra, qué compra y
cuándo. Eso nos permite no solo satisfacer la demanda actual, sino anticiparla”thelogisticsworld.com. La personalización se convierte así en
parte integral del modelo, algo impensable en el hard discount tradicional.
En síntesis, la inteligencia aplicada al descuento
busca mantener los precios bajos añadiendo valor percibido mediante
decisiones respaldadas por datos. Es exprimir cada euro o dólar para que
trabaje doble: que reduzca un costo o aumente la satisfacción del cliente, y
preferiblemente ambas. De esta forma, el Smart Discount consigue lo que parece
un contrasentido: ofrecer más por menos. La tecnología es un habilitador
fundamental en ese logro, actuando como “palanca” para disparar la eficiencia y
la diferenciación allí donde más importa.
Conveniencia inteligente:
proximidad sin fricciones
Otro eje crucial es la transformación de la conveniencia
tradicional en una “smart conveniencia”. Originalmente, tener una tienda
conveniente significaba ante todo estar bien ubicado – cerca del
cliente. Hoy, ese es apenas el punto de partida. “Conveniencia ya no es solo
ubicación: es eliminar obstáculos para el cliente”. Las tiendas de
proximidad inteligente buscan brindar una experiencia sin fricciones:
que entrar, comprar y salir sea lo más ágil y sencillo posible. Esto
implica adoptar múltiples innovaciones centradas en la facilidad de compra (seamless
experience).
Un ejemplo paradigmático es Amazon Go, la
visión de Amazon para el comercio de barrio del futuro. En estos
establecimientos ultratecnológicos, basta con tomar un producto del estante y
salir de la tienda, sin pasar por ninguna caja física. Cámaras en el techo e inteligencia
artificial detectan qué productos se lleva el cliente, y automáticamente se
le carga el importe a su cuenta Amazon al salir. Este formato logra literalmente
cero fricciones en el acto de compra: ni filas, ni pagos manuales.
Amazon describe Go como “un nuevo tipo de tienda de barrio”, donde uno
puede “entrar, tomar un café recién hecho o el almuerzo, y salir” sin demoras. La primera
tienda Amazon Go abrió al público general en Seattle en 2018, y desde entonces
la compañía ha inaugurado decenas de ubicaciones en EE.UU. y algunos en el
Reino Unido. Si bien el modelo enfrenta desafíos (en 2023 Amazon pausó algunas
aperturas por buscar rentabilidad sostenible), ha marcado un antes y después en
lo que a conveniencia augmentada con IA e IoT se refiere. Ha demostrado
que es posible eliminar la mayor molestia de la compra tradicional – el
checkout – mediante tecnología. Como era de esperar, otros retailers están
experimentando con variantes de este concepto de tienda sin cajeros en el
mundo.
Sin embargo, no toda conveniencia inteligente
requiere llegar a ese extremo futurista. Hay implementaciones más sencillas
que, sumadas, quitan fricciones y ahorran tiempo al cliente. Por ejemplo, la
adopción masiva de pagos móviles y sin contacto en tiendas de proximidad
ha agilizado enormemente las transacciones. Cadenas como Mercadona en España
invirtieron millones de euros para equipar todas sus cajas con tecnología contactless,
permitiendo que los pagos con tarjeta o móvil sean rapidísimos También vemos
tiendas pequeñas que habilitan escaneo de códigos QR para obtener
información de productos o promociones instantáneamente, evitando que el
cliente deba buscar precios o detalles nutricionales, Algunas
tiendas de conveniencia urbana incorporan cajas de autopago para que
quien lleve prisa no espere por un cajero. Incluso servicios como “scan
& go” (el cliente escanea sus productos con el móvil mientras compra y
luego solo paga el total) se están probando en supermercados compactos para
reducir filas.
La omnicanalidad es otro elemento de la
conveniencia moderna. Esto significa que la tienda física ya no actúa aislada:
está integrada con plataformas digitales. Un cliente puede hacer un pedido
en línea y recogerlo en su tienda de barrio camino a casa, combinando la
rapidez online con la inmediatez física. O puede desde la app de la tienda
verificar si un producto está en stock antes de salir. Empresas de conveniencia
están ofreciendo también delivery de última milla: OXXO, por ejemplo,
habilitó entregas a domicilio y alianzas con apps de reparto para llevar
productos de sus tiendas al hogar del cliente en minutos. Esta estrategia
omnicanal exige una gran sincronización logística, pero apunta a lo que OXXO
denomina ser “hiperconvenientes, capaces de satisfacer necesidades del
cliente en cualquier momento y lugar”. Es decir, llevar la
conveniencia a un nivel superior: que la tienda vaya (virtualmente) al cliente
si el cliente no puede venir.
El entorno de una tienda smart también busca
anticiparse a las necesidades. Mercadona, en su renovación de
supermercados, ha incorporado detalles como zonas de café para llevar
dentro de la tienda y plazas de aparcamiento para patinetes eléctricos
afuera. reconociendo
nuevas costumbres urbanas. Son añadidos para mayor comodidad, quien recoge su
almuerzo preparado puede también llevarse un café recién molido de una máquina
automática de pago rápido y quien llega en movilidad sostenible encuentra
facilidades para estacionar su bici o scooter Todos estos pequeños extras
eliminan “obstáculos” y fomentan que la gente elija esa tienda por sobre otra
menos adaptada.
En conclusión, smart conveniencia significa
repensar la cercanía más allá de la geografía: es lograr que la compra sea fluida,
rápida y agradable. Las tiendas de descuento inteligente abrazan esta
filosofía. Mantienen el formato pequeño de barrio (siempre cercano),
pero apalancan alto impacto tecnológico para garantizar una experiencia
sin complicaciones. Implementan formatos pequeños con gran impacto
tecnológico: desde pagos rápidos, surtido optimizado por datos, hasta
integraciones con apps móviles. De este modo, la conveniencia deja de ser solo
una cuestión de dónde está la tienda, y pasa a ser cómo le hace la vida más
fácil al cliente. Y un cliente satisfecho con la experiencia, sumado al
precio bajo, es la receta para la lealtad en este segmento.
Convergencia
de formatos: cuando descuento y conveniencia se unen
Históricamente, el retail clasificaba rígidamente a
las tiendas en categorías: “supermercado”, “tienda de conveniencia”,
“discount”, etc., cada una con su propuesta separada. Hoy, esos límites se
difuminan. Estamos viendo una convergencia en el Smart Retail, donde
conceptos de descuento y de conveniencia se integran bajo un mismo formato.
El Smart Discount en sí es un ejemplo de híbrido: combina precios bajos de
discounter con la cercanía y facilidad de tienda de conveniencia,
usando la tecnología como puente para lograr eficiencia y
personalización simultáneamente. Modelos híbridos así están redefiniendo las
reglas del juego y demostrando que el cliente no quiere elegir entre “barato
pero lejos/incómodo” o “cerca pero caro”: lo quiere todo, y las cadenas
que logren dárselo tendrán su preferencia.
Un claro indicador de esta convergencia es cómo retailers
de distintos orígenes adoptan atributos del otro formato. Cadenas
discounters se han vuelto más “cómodas” y cercanas, mientras cadenas de
conveniencia incorporan estrategias de precios agresivos o surtidos marca
propia típicos del discount. Incluso supermercados grandes como Mercadona
han tenido que adaptarse para no quedar fuera: la empresa valenciana ha
iniciado una transformación profunda de sus tiendas para hacerlas más eficientes,
tecnológicas y cómodas, consciente de que el consumidor espera lo mejor de
ambos mundos. Han modernizado procesos, añadido servicios de
conveniencia en tienda, potenciado la sostenibilidad y digitalización, todo sin
perder su foco en precios competitivos. Mercadona describe su visión del
supermercado del futuro con cuatro palabras: “eficiente, cómodo, tecnológico
y enfocado en las necesidades reales” del cliente. –
prácticamente los mismos atributos que buscamos en un Smart Discount, pero
aplicados a una tienda de mayor tamaño. Esto evidencia que el futuro del
retail será inteligente… o no será, frase lapidaria que resumen muchos
expertos. Las empresas que no integren tecnología, eficiencia y cercanía en su
propuesta corren el riesgo de volverse irrelevantes.
Otro ejemplo de convergencia es la incursión de
actores no tradicionales en formatos opuestos: Amazon, nacida 100% digital,
abrió tiendas físicas de conveniencia; 7-Eleven, reina de la conveniencia,
experimenta con formatos de supermercado pequeño; Aldi y Lidl, reyes del
descuento, lanzan tiendas urbanas más chic (como Aldi Corner Store en
Australia, orientada a público urbano con café y productos listos para
consumir). Todos están aprendiendo unos de otros. En América Latina, las
gasolineras (tradicionales puntos de conveniencia) están adoptando surtidos
tipo hard discount en sus tiendas; a la vez, discounters de barrio añaden
servicios tipo cafetería o panadería para competir no solo por precio sino por
practicidad y proximidad emocional con el cliente.
La tecnología impulsa la integración de formatos en retail,
permitiendo eficiencia y cercanía gracias a la digitalización y sistemas
robustos de datos. Ejemplos como OXXO muestran cómo la experiencia se unifica
entre app y tienda física, conectando canales digitales y físicos mediante una
logística eficiente. Los límites entre descuento, conveniencia y supermercado
están desapareciendo; el Smart Retail integra modelos flexibles centrados en el
cliente, ofreciendo precios bajos y alto valor tecnológico. Las empresas deben
adaptarse integrando formatos y respondiendo ágilmente a necesidades integrales
del cliente para mantenerse competitivas.
Los pilares
del Smart Retail: eficiencia, personalización, tecnología y adaptación
A modo de síntesis estratégica, podemos desglosar
el Smart Discount (y el Smart Retail en general) en cuatro ejes
fundamentales sobre los que construir la propuesta de valor:
Eficiencia operativa total: Reducir
costos sin sacrificar el servicio. Este pilar viene del ADN del hard discount.
Se trata de optimizar cada proceso – compras, logística, inventarios, tienda –
para eliminar gastos superfluos. La eficiencia incluye el diseño inteligente de
tiendas (layouts sencillos que requieren poco personal), la negociación fuerte
con proveedores, el uso de marcas propias y eliminar intermediarios. Hoy,
además, la eficiencia se potencia con automatización y datos: pronósticos de
demanda, reposición automatizada, gestión centralizada de categorías. El
objetivo es lograr la máxima productividad por metro cuadrado y por empleado.
Un caso ilustrativo: Lidl y Aldi operan con hasta un 30% menos de
gastos operativos que supermercados tradicionales gracias a procesos
estandarizados y tecnología en la cadena de suministro. Esa
eficiencia ahorrada se traduce en precios bajos al consumidor, pero también en
margen para reinvertir en mejoras clave. En un Smart Discount, ninguna
iniciativa prosperará si no se sostiene sobre una base operativa
ultra-eficiente que garantice rentabilidad con márgenes pequeños.
Experiencia de cliente
personalizada: Conocer y anticipar las necesidades del cliente
para que cada uno sienta que obtiene un trato especial, pese al autoservicio.
Esto abarca desde surtido adaptado a gustos locales hasta promociones
individualizadas. La analítica de datos y los programas de
fidelización son herramientas centrales aquí. Por ejemplo, Lidl
lanzó su app de fidelidad “Lidl Plus” que ofrece cupones personalizados y
dinámicas de gamificación para aumentar la frecuencia de visita y la
fidelidad del cliente. El éxito ha sido notable, cambiando la percepción de que
un discounter no puede tener lealtad de marca. Asimismo, OXXO – con su base de
millones de usuarios registrados – ajusta su oferta por tienda según el perfil
de sus visitantes (horarios, productos más comprados, etc.) La personalización
también puede verse en la comunicación dentro de la tienda: señalización
digital que recomienda recetas, ofertas destacadas según la hora del día (ej.
café por la mañana, snacks por la tarde), etc. El cliente debe sentir que la
tienda “entiende” sus necesidades. Un directivo lo resumió bien: “el precio
sigue siendo rey… pero el cliente también quiere sentirse especial”. Dar
ese sentimiento de reconocimiento y conveniencia individual es clave para
fidelizar en un entorno de tanta competencia.
Tecnología de alto impacto:
Incorporación de IA, IoT, automatización y digitalización en toda la
propuesta de valor. Este pilar habilita en gran medida los anteriores. Incluye
tanto la tecnología de cara al cliente (apps, pagos móviles, kioskos
electrónicos, realidad aumentada en tienda, carritos inteligentes) como la
tecnológica tras bambalinas (sistemas de gestión ERP avanzados, analítica big
data, robótica de almacén, sensores IoT en frío y estanterías, etc.). La idea
es usar las herramientas tecnológicas más avanzadas donde aporten valor:
no por novedad, sino para mejorar eficiencia o experiencia. Por ejemplo, IoT
(Internet de las Cosas) permite monitorear en tiempo real las condiciones de
productos frescos, optimizar energía en refrigeradores o hacer seguimiento del
tráfico de clientes en pasillos para ajustar la tienda. La IA ayuda en
infinidad de decisiones: desde predecir qué promociones serán efectivas hasta
optimizar precios dinámicamente o detectar fraude. La automatización
física reduce errores y libera al personal para tareas de atención al cliente –
pensemos en la reposición automática de inventario con robots en centros de
distribución, o máquinas expendedoras avanzadas dentro de tiendas para ciertos
productos. Un hito notable fue mencionado: Aldi abriendo la primera
tienda checkout-free entre discountersfoodretail.es,
combinando visión computarizada y machine learning para eliminar cajas. Otro
ejemplo: Mercadona desarrolló 12 centros de coinnovación donde, junto a
clientes, prueba nuevas tecnologías y productos antes de implementarlos
masivamenteinfo.mercadona.eseconomiadigital.es. Todas
estas iniciativas de alto impacto tecnológico buscan darle una ventaja
competitiva sostenible a quien las aplica primero, ya que mejoran la
propuesta al cliente al mismo tiempo que pueden reducir costos operativos a
largo plazo.
Adaptación local y ágil: A pesar de
apoyarse en estándares globales, cada tienda debe ser única según su entorno.
Este pilar reconoce que la inteligencia está en unir “lo global y lo local,
lo barato y lo valioso”. Significa que un Smart Discount debe adaptarse
continuamente a la demanda local y a los cambios del mercado. Esto se
refleja en surtidos diferenciados por región o barrio (incluyendo productos de
proveedores locales cuando sean relevantes), en estilos de tiendas que puedan
variar según el público (no todas las tiendas con calco exacto si atienden
comunidades distintas) y en la capacidad de la cadena para aprender y
ajustarse rápidamente. Por ejemplo, si en cierto barrio un producto no
rota, la tienda lo reemplaza por otro más acorde a los gustos locales en vez de
mantener un planograma rígido. O si un competidor nuevo abre cerca, la tienda
local puede responder con promociones específicas para su zona. OXXO
lleva esto al extremo al utilizar datos externos como nivel socioeconómico del
vecindario o presencia de competidores para definir el surtido ideal de cada
tienda. En Europa, Lidl y Aldi empezaron a introducir productos
regionales y marcas líderes locales en sus estanterías (además de sus
marcas propias) para conectar mejor con las preferencias locales sin perder la
escala global. La adaptación continua también implica
estar atento a tendencias: por ejemplo, incorporar rápidamente una categoría de
producto emergente (orgánicos, veganos, sin gluten, etc.) o un servicio nuevo
si el mercado lo pide. En resumen, es tener una estructura lo suficientemente
ágil para que cada tienda se sienta del barrio, pero con el poder de compra
y la inteligencia centralizada de una gran cadena.
Estos cuatro ejes son interdependientes. Una
operación eficiente libera recursos para invertir en tecnología; la tecnología
habilita personalizar la experiencia; una experiencia personalizada requiere
adaptar la oferta localmente; y una adaptación local acertada redunda en más
ventas, alimentando la eficiencia. Juntos, forman la columna vertebral
estratégica del Smart Discount. Como se dijo en el foro: “la inteligencia
está en unir lo global y lo local, lo barato y lo valioso”. Es decir,
combinar la escala y ciencia de una gran operación global con el toque humano y
cercano de la tienda de la esquina. Las empresas que logren ese equilibrio
habrán descifrado el código para liderar el retail del mañana.
Ejemplos
internacionales de Smart Discount en acción
Para aterrizar estos conceptos, veamos algunos
ejemplos y casos de estudio, tanto internacionales como de América Latina, que
ilustran diferentes facetas del Smart Discount y la proximidad tecnológica:
Lidl y Aldi
– La evolución del descuento en Europa
Dos referentes globales del Smart Discount son Lidl
y Aldi, cadenas alemanas que han transformado el concepto de hard
discount tradicional. Lidl, con presencia en decenas de países, pasó de ser una
tienda espartana de bajo costo a convertirse en uno de los formatos de retail
más releventes del mundo y con más de 30.000 tiendas si sumamos las de ambos
ganando compradores de manera acelerada. ¿Cómo? Agregando capas de valor,
mejoró la calidad de su surtido (sus marcas propias ahora compiten en
calidad con marcas líderes), incorporó líneas premium accesibles y
amplió la variedad de productos frescos para ser una tienda “one-stop
shopping” donde el cliente pueda hacer su compra completa y con
expansión. También invirtió en modernizar sus tiendas, que hoy son amplias,
luminosas y agradables, con panaderías integradas, secciones especiales (p. ej.
la quesería en Lidl con gran surtido de quesos) y pasillos de bazar no
alimentario que renuevan constantemente ofertas y atraen tráfico. Todo ello
sin dejar de ofrecer precios muy competitivos. Aldi, por su parte, ha seguido
una estrategia similar: manteniendo su eficiencia extrema en costos
(parte de su ADN), pero traduciendo esa eficiencia en inteligencia de
negocio. Ha innovado con nuevos formatos – por ejemplo, tiendas urbanas más
pequeñas orientadas a conveniencia – y fue pionera en adoptar tecnología de
punta, como vimos con la tienda sin cajeros de Londres. Tanto Lidl
como Aldi han incorporado apps de fidelización (Lidl Plus, Aldi app) e
iniciado pasos hacia la venta online y entregas a domicilio en algunos
mercados, rompiendo la barrera que históricamente separaba a los discounters
del comercio electrónico. Gracias a estas evoluciones, hoy Lidl y Aldi encarnan
el Smart Discount a gran escala: siguen siendo “baratos” pero el cliente
ya no los ve “baratos y malos”, sino “baratos e inteligentes”. No
es coincidencia que se les atribuya estar ganando clientes de todas las franjas
socioeconómicas, obligando a los supermercados tradicionales a ponerse las
pilas.
Amazon Go –
Conveniencia automatizada sin fricciones
Aunque no es una cadena de descuento, Amazon Go
merece mención como exponente de la tecnología de alto impacto en proximidad.
Amazon Go demostró cómo podría ser la tienda de conveniencia del futuro:
entras, tomas lo que necesitas y te vas, sin pasar por caja. Este
concepto de tienda autónoma (autonomous store) utiliza una densa red de cámaras,
sensores en estantes y algoritmos de reconocimiento para identificar los
productos que cada cliente toma y cargarlos a su cuenta automáticamente.
Inaugurada al público en 2018, la primera tienda en Seattle causó sensación por
eliminar filas y cajeros, ofreciendo una experiencia de compra ultra-rápida.
En el surtido, Amazon Go combina básicos de conveniencia (bebidas, snacks,
productos frescos listos para llevar) con una selección de platos preparados en
la misma tienda – de hecho, tiene una pequeña cocina oculta donde empleados
preparan sándwiches y ensaladas frescas a diario. Es decir, añade valor con
conveniencia alimentaria además de la tecnología. El espacio es reducido
(alrededor de 170 m² la tienda tipo) y está pensado para compras de paso, muy
en línea con necesidades urbanas. Amazon ha seguido experimentando con este
formato, abriendo tiendas en Nueva York, Chicago, San Francisco, y también
exportando la tecnología a su cadena de supermercados Amazon Fresh en
versiones más grandes. Si bien enfrenta retos (no todas las ubicaciones han
sido rentables al corto plazo), Amazon Go ha marcado tendencia: retailers como
7-Eleven, Tesco, Carrefour y Alibaba (con sus tiendas Hema) han probado tiendas
sin cajero inspiradas en este modelo. Para el ámbito de Smart Discount, Amazon
Go deja una lección: incluso en una pequeña tienda de barrio, la IA y la
automatización pueden eliminar puntos de fricción tradicionales y redefinir
la comodidad. Esto eleva el estándar de lo que un consumidor puede esperar de
una compra rápida. Tal vez en el futuro cercano, elementos de este modelo (por
ejemplo, sistemas de pago invisibles o sensores de inventario en tiempo real)
se integren en las tiendas de descuento inteligente, aunque sea de forma
parcial, para seguir mejorando la agilidad de la experiencia.
Mercadona –
Digitalización y servicio en un Hard Discount diferente.
Mercadona, la cadena
de supermercados líder en España, es un caso interesante de cómo un retailer
tradicional adopta principios del Smart Retail para mantenerse a la vanguardia.
Si bien Mercadona no es un discounter (opera con un modelo de calidad alta a
precios bajos, pero no mínimos), su reciente transformación refleja muchas
ideas clave. La empresa ha implementado un Modelo de Innovación transversal
que involucra a toda la cadena de valor – desde proveedores hasta tiendas –
para anticiparse a nuevas necesidades del cliente. Algunos de los cambios
visibles en sus renovadas tiendas incluyen: sistemas de códigos QR en
productos para que el cliente pueda conocer origen, trazabilidad,
ingredientes y otra info con solo escanear el envase; instalación de cafeteras
automáticas self-service en la sección de platos preparados, de modo que el
cliente puede llevarse un café al momento de comprar su almuerzo sin hacer cola
adicional; mejoras de movilidad y conveniencia, como las mencionadas
plazas para patinetes o carritos de compra más ergonómicos. Asimismo, Mercadona
ha finalizado la implantación de pago contactless en todos sus
supermercados, facilitando pagos rápidos. Detrás de escena, la empresa lleva
adelante la modernización de unas 300 aplicaciones y procesos internos con
mejoras tecnológicas – desde logística hasta gestión de personal – e
incluso ha experimentado con almacenes automatizados para su canal
online (proyecto Colmena). Todo esto demuestra que incluso el líder de
supermercados de gran tamaño ve imprescindible reinventarse con tecnología,
sostenibilidad y comodidad para responder al nuevo consumidor. Mercadona
busca consolidar un “supermercado del futuro” eficiente, cómodo, tecnológico
y centrado en las necesidades reales de quienes lo visitan, lo que la
alinea conceptualmente con la filosofía Smart Discount a otra escala. Su caso
sirve de inspiración a retailers en mercados emergentes: aún sin ser discounter
puro, abrazar la proximidad (abrir tiendas más pequeñas en ciudades), la
digitalización (apps, pedidos online), la eficiencia verde (reducir plásticos,
flota sostenible) y la omnicanalidad son caminos prácticamente obligados para
seguir liderando. La gran conclusión de Mercadona es que ninguna cadena, por
exitosa que sea, puede dormirse: el consumidor manda, y está poniendo el listón
cada vez más alto en cuanto a conveniencia y valor.
Ejemplos en
América Latina: proximidad y descuento en mercados emergentes
Latinoamérica ha sido terreno fértil para el
desarrollo del hard discount en la última década, y ahora comienza también a
ver los primeros pasos hacia el Smart Discount. Veamos algunos casos destacados
de la región:
Tambo+
(Perú) – Proximidad urbana con enfoque inteligente
En Perú, Tambo+ se ha convertido en la
cadena de tiendas de conveniencia líder, y ejemplifica cómo un formato de
proximidad puede incorporar elementos de smart retail. Fundada en 2015, Tambo+
creció explosivamente hasta operar 450 locales a inicios de 2024,
liderando el mercado peruano de tiendas de conveniencia. Estas tiendas,
presentes en Lima y principales ciudades, combinan la ubicación estratégica
(siempre cerca de paraderos de transporte, zonas laborales y barrios
residenciales) con precios competitivos casi equiparables a
supermercados. Tambo+ ofrece un surtido limitado enfocado en el consumo diario
urbano – snacks, bebidas, alimentos listos, abarrotes básicos – optimizado
tanto para conveniencia como para mantener precios asequibles. Uno de sus aciertos
fue el diseño eficiente de tienda: locales bien iluminados, con layout
claro que permite circulación rápida, estanterías bajas y señalización que
comunica valor sin abrumar visualmente. El cliente entra y en pocos minutos
puede tomar lo que necesita.
En términos de tecnología, Tambo+ dio un paso
importante al introducir una app de fidelización propia. A través de
esta aplicación móvil, los clientes acumulan puntos, reciben promociones
personalizadas y pueden encontrar su tienda más cercana – conectando así el
canal digital con la experiencia en tienda. También ha servido para que Tambo
recopile datos sobre preferencias y patrones de compra, incursionando en la
personalización de ofertas (por ejemplo, promociones geolocalizadas por
distrito o recomendación de combos según la hora del día). Otra iniciativa fue
lanzar su servicio “Tambo Delivery” en alianza con apps locales,
capitalizando la tendencia de consumo on-demand. Aunque Tambo+ nació como un
formato de conveniencia con algo de espíritu hard discount (sus tiendas
inicialmente no tenían ni asientos ni mayores servicios para minimizar costos),
con el tiempo ha ido elevando la propuesta de valor: por ejemplo,
incorporó pequeñas estaciones de café ¡Gratis! dentro de algunas
tiendas, generando tráfico y diferenciación frente a competidores. Todo esto,
manteniendo su promesa base de precios bajos en categorías clave (su
posicionamiento de marca destaca que comprar en Tambo es “tan barato como en
el súper” en muchos productos). En conclusión, Tambo+ demuestra que en
mercados emergentes es posible construir rápidamente una red de proximidad
exitosa sumando conveniencia y elementos tecnológicos. Aún puede evolucionar
más en el uso de data y experiencias digitales, pero ya sienta un precedente
importante en la región.
TuTi
(Ecuador) – El hard discount acelerado que va camino a smart
Ecuador vio nacer en 2019 a TuTi (así,
contracción de “Tu Tienda”), un formato de hard discount de proximidad
que en poco tiempo ha revolucionado el retail local. Propiedad de Corporación
El Rosado, TuTi inició operaciones en Guayaquil y luego se expandió por todo el
país con una estrategia muy clara: locales pequeños en barrios populares,
surtido limitado de productos básicos, énfasis en marca propia y precios
agresivamente bajos. Lo que comenzó casi como un experimento, rápidamente tomó
fuerza: hoy TuTi cuenta con más de 650 puntos de venta en 138 ciudades
del Ecuador, y se proyecta abrir entre 100 y 150 tiendas adicionales hacia
finales de 2025. Este crecimiento meteórico muestra la enorme demanda de
opciones de descuento y cercanía en el país.
TuTi comparte muchas características clásicas del
hard discount: tiene menos variedad de productos (pero alta rotación), gastos
mínimos por local (muy poco personal, mobiliario básico, casi nada de
decoración) y una fuerte presencia de marcas propias para abaratar
costos. Además ahorra en empaques y marketing – su publicidad ha sido
principalmente el boca a boca y promociones directas – todo lo cual le permite
vender hasta un 40% más barato que supermercados tradicionales en muchos
artículos, según análisis de Kantar. En esencia, TuTi llevó el modelo de
Aldi/Lidl adaptado al contexto ecuatoriano: estar “a la vuelta de la esquina”
con precios imbatibles. Sin embargo, para considerarse un verdadero
Smart Discount, a TuTi aún le falta dar el salto en tecnología e
inteligencia operativa. Sus tiendas, aunque eficientes, todavía no
incorporan elementos digitales significativos de cara al cliente (no tienen app
de fidelización conocida, ni procesos omnicanal desarrollados). Tampoco se
habla de personalización en su modelo actual. En el documento de presentación
se mencionaba que TuTi es “un formato híbrido entre hard discount y tienda
de proximidad, con fortalezas en precio, cercanía y formato ágil, pero aún le
falta evolucionar en tecnología, inteligencia operativa y digitalización para
ser un verdadero Smart Discount”. Esta apreciación subraya que TuTi tiene
la base perfecta – escala, eficiencia, proximidad – y que el siguiente paso
deberá ser invertir en sistemas de información, analítica de datos y quizá una
plataforma digital de cliente. Dado que su casa matriz (El Rosado) es un grupo
grande, no sería extraño que en poco tiempo veamos a TuTi lanzar alguna app o
servicio innovador. Por ahora, es un caso de éxito de descuento duro de
barrio, cumpliendo la fórmula de “precios bajos + ubicación cercana”, y
sirviendo de inspiración para otros países. El desafío será que evolucione
hacia la inteligencia para mantener su liderazgo cuando la competencia local
(como Oki Doki, Akí Express u otras) adopten también tecnología.
OXXO
(México) – Omnicanalidad y datos en la cadena de conveniencia más grande
No se puede hablar de tiendas de proximidad en
Latinoamérica sin mencionar a OXXO. Esta cadena mexicana de tiendas de
conveniencia, propiedad de FEMSA, opera más de 23.000 tiendas y atiende
a unos 13 millones de clientes cada día, cifras asombrosas que la
convierten en la cadena de tiendas de barrio más grande de las Américas. OXXO
nació en los años 70 como tiendas adjuntas a gasolineras y expendios de
cerveza, pero evolucionó hasta ser omnipresente en ciudades y pueblos de México,
ofreciendo desde abarrotes hasta servicios financieros básicos. En años
recientes, OXXO se ha reinventado incorporando fuerte dosis de tecnología y
análisis de datos para mantener su liderazgo.
Un foco clave ha sido la logística inteligente
y la gestión basada en datos. Dada su escala, OXXO ha desarrollado
sistemas de pronóstico y distribución apoyados en IA: su equipo menciona que
utilizan “algoritmos con inteligencia artificial para pronosticar ventas y
optimizar la distribución”, lo cual les da la resiliencia necesaria para
operar miles de tiendas sin quiebres de stock. Esto les permite anticipar la
demanda con precisión casi tienda por tienda. Además, han logrado personalizar
surtidos a nivel de tienda: combinan datos internos (ventas históricas,
métodos de pago usados, horarios pico) con datos externos (características del
barrio, nivel socioeconómico, competencia cercana) para decidir qué productos
vende cada OXXO. Así, una tienda en una zona de oficinas puede tener más
ensaladas y platos listos, mientras otra en zona residencial prioriza lácteos y
básicos del hogar. Esta micro-segmentación es posible gracias a la
infraestructura digital que han montado.
OXXO también lanzó en 2020 su programa de lealtad OXXO
Premia, que rápidamente ha sumado millones de usuarios. A través de este y
de su app móvil, la empresa recoge información valiosa: “sabemos quién nos
compra, qué compra y cuándo”, dice Patricio Gil, director de estrategia al
consumidor. Con ello pueden anticipar necesidades y diseñar promociones
muy enfocadas. Por ejemplo, envían cupones personalizados vía app, o
recomiendan productos relacionados en el ticket electrónico. En la parte de omnicanalidad,
OXXO ha integrado servicios financieros (permitiendo depósitos, retiros y pagos
de servicios en la caja), y está expandiendo su plataforma OXXO Pay para
comercio electrónico, en la cual los clientes pueden pagar compras en línea en
tiendas OXXO físicas (resolviendo el pago en efectivo para e-commerce).
Adicionalmente, iniciaron pilotos de entrega a domicilio en alianza con
startups, algo que mencionamos antes.
En términos de experiencia en tienda, OXXO está
probando conceptos como “foodvenience” – tiendas con áreas de comida
rápida y panadería de calidad (han introducido pan europeo y café barista en
algunos locales). También han instalado kioscos de autoservicio en ciertas
tiendas para agilizar pagos de servicios. Y desde 2023, implementaron tecnología
contactless en más de 10.000 tiendas para modernizar los pagos sin
contacto. Incluso se habla de que usa IA para sugerir compras en
pantallas dentro de la tienda, personalizando ofertas en tiempo real según el
cliente (proyecto anunciado en 2022). Todo esto pinta a OXXO como un retailer
que, a pesar de su formato de tienda pequeña, opera con la sofisticación de uno
grande. Su mantra es ser “hiperconveniente”, y claramente entiende que
para ello la tecnología y la analítica son aliados esenciales. OXXO
demuestra que un modelo de conveniencia puede escalar enormemente sin perder
cercanía, siempre que inviertas en conocer a tu cliente y agilizar tu operación
con las mejores herramientas disponibles.
Tiendas D1
y Ara (Colombia) – El éxito del descuento duro y su transición pendiente
Colombia ha vivido un boom del hard discount
desde la llegada de Tiendas D1 en 2009 y posteriormente Ara (del
grupo Jerónimo Martins) en 2013. D1, de capital local, creció de manera
explosiva bajo un formato ultra básico: tiendas muy simples, pocas referencias
(mucha marca propia), sin ninguna publicidad y con precios bajísimos. Hoy D1
opera cerca de 2.600 tiendas en Colombia y sigue expandiéndose,
transformando los hábitos de compra de millones de colombianos. Ara, por
su parte, compite con un modelo similar, sumando más de 1.600 tiendas, aunque
con un toque más adaptado culturalmente (por ejemplo, introdujo desde temprano
productos locales y ambientes algo más alegres en tienda). Juntas, D1 y Ara han
hecho que el canal descuento pase de cero a más del 20% de las ventas de la canasta
básica en Colombia en poco más de una década.
Sin embargo, en la transición de hard discount a
smart discount, todavía tienen camino que recorrer. D1 se mantiene como hard
discount puro: foco en precio más bajo, ante todo, con muy poca inversión
en tecnología visible para el cliente. No cuenta aún con programa de lealtad ni
app propia, y su presencia digital es mínima (no ofrece venta online ni
interactúa mucho en redes sociales). Esto le ha funcionado para crecer en
penetración, pero podría limitar su capacidad de fidelización a futuro. Tal y
como se mencionó, D1 tiene el potencial para evolucionar hacia Smart
Discount si integra tecnología, datos y mejora la experiencia. Es decir, si
construye sobre su exitosa base de precio bajo añadiendo las capas de
omnicanalidad y personalización.
Ara, en cambio, ha intentado algunas innovaciones:
sus tiendas suelen ser más coloridas, con cierto énfasis en experiencia (por
ejemplo, campañas emocionales y mensajes cercanos al cliente en tienda). Ha
desarrollado una aplicación móvil limitada (para consultar catálogos y
descuentos) y estuvo experimentando con entregas a domicilio a través de
aplicaciones de terceros. Aun así, “le falta desarrollo digital, pero va por
una vía más emocional, conectada y adaptativa” según el análisis
presentado. Ara parece estar posicionándose a medio camino entre hard y smart
discount, tratando de conectar con el cliente a nivel local (ha introducido
secciones de productos frescos locales y colabora con pequeños proveedores
colombianos) y creando cierta afinidad de marca, pero sin integraciones
tecnológicas robustas todavía.
Un desafío para ambos será modernizarse sin
perder su esencia low-cost. Por ejemplo, ¿cómo introducir cajas
auto-servicio o apps de cupones sin incrementar mucho los gastos? ¿Cómo usar la
data de ventas para personalizar surtidos regionalmente, algo factible dado que
Colombia es muy diversa por zonas? Es probable que en los próximos años veamos
movimientos en este frente: ya hay start-ups locales ofreciendo soluciones de analytics
y fidelizaciones adaptadas a discounters. Incluso se rumora que D1 podría lanzo
un piloto de venta online de combos de canasta básica apoyándose en su
red logística. Lo claro es que, habiendo alcanzado cierto techo en número de
tiendas, la siguiente batalla de D1 y Ara será por la lealtad y la
frecuencia de compra de sus clientes, y ahí la tecnología e inteligencia de
negocio serán armas decisivas. De no evolucionar, corren el riesgo de que
nuevos competidores (o incluso gigantes como Lidl, que ha anunciado
interés en Latinoamérica a futuro) les tomen ventaja ofreciendo una experiencia
más integral. En conclusión, Colombia ya ganó con D1/Ara en términos de
democratizar los precios bajos; ahora la expectativa es cuándo darán el salto
cualitativo al Smart Discount, completando así el círculo de valor para el
consumidor colombiano.
Conclusiones:
Claves para implementar el modelo Smart Discount
De todos los conceptos y ejemplos analizados,
podemos extraer una fórmula y unas enseñanzas fundamentales. La fórmula
ganadora parece ser: Proximidad + Precio + Tecnología. Es decir, la
tienda del futuro en mercados emergentes deberá estar cerca del cliente,
ofrecer precios muy competitivos y a la vez apalancarse en tecnología
de alto impacto para brindar una experiencia superior y operar
eficientemente. Los casos exitosos muestran que el cliente busca valor, no
solo precio: aprecia los bajos costos, pero también el ahorro de tiempo, la
facilidad de compra, la calidad consistente y sentirse atendido. Para los
líderes del sector retail y proximidad, el mensaje es claro: evolucionar o
quedar atrás. No se trata de una moda pasajera, es una cuestión de
supervivencia en el mercado actual. Quien no adapte su modelo incorporando
estas dimensiones inteligentes, verá cómo sus clientes migran hacia quienes sí
lo hagan.
Al planear la implementación de un modelo Smart
Discount en América Latina u otros mercados emergentes, conviene tener en
cuenta las siguientes recomendaciones estratégicas:
Mantener la esencia de la marca
y el formato: Si su marca ha ganado confianza por ser la más
barata, no abandone ese posicionamiento. La evolución debe ser sin perder la
esencia. Por ejemplo, al introducir tecnología, hágalo para reforzar sus
atributos (más eficiencia, más cercanía), no para volverse algo que no es. La
tecnología debe servir para ser aún más descuento, pero más listo, no
para volverse costoso o complejo.
Conocer profundamente al nuevo
cliente: Invierta en herramientas de datos para entender a
sus shoppers. Sus hábitos están cambiando rápidamente – más digitales, más
exigentes – y solo con datos podrá anticiparse. Implementar un programa de
lealtad sencillo o recolectar feedback vía redes sociales puede brindar
insights valiosos. Recuerde: “el cliente busca valor”, y ese valor lo
define el cliente, no el retailer. Hay que escuchar qué significa valor para su
segmento (¿precio?, ¿tiempo?, ¿calidad?) y optimizar en base a ello.
Escalar la tecnología
gradualmente: No necesita poner todas las novedades de golpe.
Puede empezar por “quick wins” tecnológicas (por ejemplo, sistemas básicos de
analítica de ventas, o un piloto de pagos sin efectivo en algunas tiendas) e ir
aprendiendo. Priorice tecnologías que resuelvan puntos de dolor evidentes
de sus clientes o de su operación. Cada mejora tecnológica debería notarse en
la satisfacción del cliente o en la eficiencia interna. Si no, replantéela.
Formar al equipo en mentalidad
smart: La transformación no es solo de cara al cliente,
también interna. Sus colaboradores deben entender el concepto Smart Discount
para ejecutarlo día a día. Capacítelos en el uso de nuevas herramientas, pero
también en la filosofía de hacer más con menos, de innovar constantemente y de
centrarse en el cliente. La cultura de la empresa debe pasar de “vender barato”
a “vender inteligente”.
Localizar la estrategia: Adapte
las iniciativas al contexto local. No todo lo que funciona en Europa o EE.UU.
funcionará igual en Latinoamérica. Hay que tropicalizar. Por ejemplo, puede que
su público valore más un trato cercano humano que una máquina self-checkout –
en tal caso, invierta primero en capacitar a su personal para dar un servicio
ágil y amable, apoyados por tecnología en segundo plano. O si su zona tiene
baja penetración de smartphones, quizás una tarjeta de fidelidad física con
código de barras tenga más éxito que una app móvil inicialmente.
En última instancia, implementar el modelo Smart
Discount es emprender un proceso de evolución continua. No es un destino
fijo, sino una dirección estratégica: volverse cada vez más eficiente, más
conveniente y conectado con el cliente, sin dejar de ser asequible. Como se
destacó en el foro internacional: “La clave es evolucionar sin perder la
esencia de la marca”. Aquellas empresas que logren este balance serán las
que lideren el retail del mañana. Smart Discount no es simplemente un concepto
teórico, es la respuesta práctica a un consumidor que quiere “todo y lo
quiere ya”: buenos precios, aquí cerca, y sin complicaciones.
El reto está lanzado. Los pioneros ya muestran el
camino integrando precio, proximidad y tecnología de formas innovadoras. Ahora,
cada mercado – sea en América Latina, Asia o cualquier región emergente –
deberá adaptar y aplicar estas lecciones para crear sus propios casos de éxito.
Lo que queda claro es que esto no es una moda, es una necesidad de
supervivencia competitiva. El retail seguirá cambiando y el consumidor
seguirá evolucionando; la proximidad se seguirá reinventando. En ese viaje, el
modelo Smart Discount se perfila como una brújula estratégica para quienes
deseen prosperar en la nueva era del retail inteligente. Quien tenga la visión
de aprender a ser inteligente siendo barato seguramente tendrá un lugar
asegurado en el futuro del comercio minorista.
Ignacio Gomez Escobar
Fuentes utilizadas:
- Presentación “Smart Discount: El Futuro de la Proximidad con
Tecnología de Alto Impacto” – Foro Internacional de Retail & Expo
Ecuador 2025.
- OnData (2025). Lo que no sabías de TuTiondata.com.econdata.com.econdata.com.ec.
- Food Retail & Service (2022). Del hard discount al smart
discount, la evolución del formatofoodretail.esfoodretail.esfoodretail.es.
- The Logistics World (2025). OXXO: La logística y la tecnología
como su eje estratégicothelogisticsworld.comthelogisticsworld.comthelogisticsworld.com.
- El País Tecnología (2018). Amazon Go, la tienda sin dependientes
donde no se pasa por cajaelpais.comelpais.com.
- Gestión (2024). Tiendas de conveniencia en expansión: Tambo y el
avance de Listo y Oxxogestion.pegestion.pe.
- Ignacio Gómez Escobar Blog (2025). Revolución en Mercadona
(AS.com)
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