lunes, octubre 16, 2006

Los envases de grandes licores también forman leyendas y modos de consumo


EL TIEMPO

Bordelesa, borgoñona, alsaciana y californiana, tipos de botellas.


Pocas veces al pasar un trago alguien se toma en serio la historia de la botella que está consumiendo. Pero los amantes del coñac Luis XIII, de Remy Martin, sí tienen clara la historia de su botella.


Debe ser así. La botella sola (sin contenido) puede superar en valor el millón de pesos. Y llenita supera los cuatro millones. Por lo general, cuentan en el restaurante Matiz, de Bogotá, los clientes que piden la botella (que permanece encerrada en una caja especial con llave) la compran y la dejan ahí, para tomarse un trago de 300 mil pesos cada vez que vuelvan.


Y cuando esta se vacía por completo, se la llevan, porque es de colección (la tapa y el envase son únicos y tienen número de serie, no se puede poner a una botella la tapa de otra, porque no encajan).


Sin embargo, esta no es la única curiosidad que puede encontrarse en la barra de un bar, sommeliers y bartenders, pueden, de vez en cuando, dejar de oír los pesares de sus clientes para contar historias fantásticas de las botellas que sirven.


Por ejemplo, pueden explicar, como lo dice Rafael Arango (sommelier que dicta actualmente un diplomado sobre vinos en la Universidad Externado), que en el principio, cuando no había botellas, existían las ánforas de arcilla inventadas en Canaán. Estas fueron llevadas a Egipto, adoptadas después por griegos (con capacidad de 40 litros) y romanos (26 litros).


También es posible descubrir que a Pierre Perignon (el famoso Dom Perignon que le dio nombre a la champaña) se le atribuye la implementación del corcho en las botellas: porque un día vio que españoles y portugueses tapaban sus cantimploras con cortezas de alcornoque.


Luis XIII, de Remy Martin


El cristal de bacarat con el que está hecha, el oro de 24 kilates que rodea su cuello, el hecho de que el licor que lleva adentro es una mezcla de coñacs de 40, 50 o más décadas, hace de esta una botella exclusiva.
Es la réplica de una botella encontrada en un campo de batalla, hace siglos, que por su belleza fue adoptada por la casa productora. Cada pestaña lateral recuerda a dos maestros bodegueros que han elaborado el licor y han muerto.


En honor sus tradiciones


Hay botellas como esta que parecen evocar símbolos de sus lugares de origen. Esta grappa italiana, con su forma de campana puede recordar los primeros campanarios de las iglesias.
Otras, como el vodka francés Grey Gooze, llevan en la botella todo el paisaje completo de Los Alpes y las aves de la región.


Absolut medicinaAbsolut Vodka


El vodka Absolut se produce desde 1879. Sin embargo, el envase mundialmente conocido es de principios del siglo XX. Se inspiró en la historia misma del vodka en Suecia, que empezó vendiéndose como medicina para males varios.


De hecho, se habla de batallas en que los soldados llevaban cantimploras con ella, en botellas parecidas que también sirvieron de modelo.


Un whisky que tiene mucho 'Swing'Swing (Johny Walker)


Esta botella se balancea, pensando en el balanceo en alta mar, porque se diseñó, en 1932, para un whisky inspirado en los grandes viajes transatlánticos.


Un diseño de amorDisaronno


Este amaretto italiano Disaronno existe desde 1525 (con una fórmula que mezcla 17 esencias de hierbas y almendras).


El diseño de su botella se le atribuye a un artista de la escuela de Da Vinci, Bernardo Luini, que encontró la inspiración para elaborar la botella en una mujer que le dio de beber este licor asociado con el enamoramiento. Esta botella se ha convertido en un emblema de los licores italianos.


Las formas básicas del vino


Los hombros delatan a una botella bordelesa (de Burdeos). En ella básicamente se envasan cepas de vino como el merlot o el cabernet sauvignon. La borgoñona, sin hombros, suele usarse para el pinot noir o chardonnay. La alsaciana o tipo Rhin es más alargada, en ella se embotellan cepas como el riesling o el gewurztraminer.


Por otro lado, la californiana, creada a mediados del siglo pasado, viene sin cápsula sobre el corcho, en su lugar se usa un lacre.


Sin embargo, hay muchos otros tipos de botellas: la franconia, que parece una garrafa, o las botellas con canasta, que se idearon cuando el vidrio era más frágil, para protegerlo de rupturas.