El sueño de que Venezuela deje de ser un país monoproductor y monodependiente luce cada vez más difícil de alcanzar. Para el cierre de este año se prevé una nueva reducción cercana a 50% en las exportaciones no petroleras del país, que en 2007 alcanzaron apenas unos 3900 millones de dólares, según estimaciones de Francisco Mendoza, presidente de Sharay Angulo
Durante los dos últimos años el descenso acumulado de las exportaciones venezolanas no tradicionales alcanzó 45%, según Mendoza. Si se revisan las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco de Comercio Exterior (Bancoex), la reducción se torna más grave, pues éstas indican que pasaron de 12.312 millones de dólares en 2005, hasta los 4.369 millones de dólares el año pasado, para una variación negativa de casi -65%. En el mismo período, las ventas de petróleo y sus derivados desde Venezuela hacia el exterior se incrementaron 26,8%, hasta alcanzar los 67.010 millones de dólares, y una participación de 93,7% sobre el total de 71.500 millones de dólares exportado por nuestro país durante 2007. Adicionalmente, las importaciones totales aumentaron 92% desde 2005, hasta superar los 42 mil millones de dólares en 2007, según las dos fuentes oficiales, aunque el Banco Central de Venezuela (BCV) las ubicó en 44,4 mil millones de dólares al cierre del año pasado, con un incremento de alrededor de 36% en comparación con 2006. Todo este cuadro numérico no hace sino corroborar que, a pesar de lograr una balanza comercial con un saldo positivo de 29.473 millones de dólares en 2007, aún Venezuela está muy lejos de reducir su dependencia del petróleo. Mendoza considera que el Ejecutivo Nacional debiera seguir el ejemplo de otros países de la región como Chile, que “disminuyó su dependencia del cobre de 48% a 22%, potenciando otros rubros a través de políticas de apoyo creadas desde el Gobierno para que los exportadores pudieran planificar a largo plazo y atacar nuevos mercados. Brasil, México y Colombia también desarrollaron estrategias similares”. Las trabas. El representante de los exportadores no petroleros del país atribuye el progresivo debilitamiento del sector a diversos factores, entre los cuales destaca las nuevas prohibiciones que hay para exportar ciertos rubros agroalimentarios, el crecimiento del consumo interno, los problemas derivados de las reglamentaciones, regulaciones y retrasos a los cuales están sometidos tanto al momento de importar insumos como para llevar sus productos afuera, y la fijación del precio del dólar que no les permite transferir costos y los hace menos competitivos. Mendoza explicó que “los mismos problemas que perturban y debilitan al aparato productivo nacional afectan aún más a los exportadores, quienes sufren un doble suplicio en el país, porque luego de pasar por todos los trámites necesarios para la importación de insumos y materias primas, deben cumplir además con los controles y requisitos exigidos para exportar, lo cual es muy engorroso”. Según el vocero de La permanencia de un tipo de cambio fijo a 2,15 bolívares fuertes por dólar tampoco les permite a estos empresarios trasladar sus costos, pese a que paralelamente se incrementan Mendoza recordó que “el negocio de la exportación requiere de responsabilidad y constancia en las entregas, y situaciones como las que están afectando al sector actualmente ocasionan que Venezuela deje de ser un suplidor confiable en el exterior, lo que a la larga hará que nuestros principales mercados (léanse Estados Unidos y Colombia) se busquen otros países que les suministren con continuidad los productos que en la actualidad le compran a Venezuela”. Medidas insuficientes. Aunque en junio el presidente Hugo Chávez anunció la flexibilización temporal (la medida en principio está vigente hasta el 31 de diciembre) de los trámites para la importación de bienes de capital, maquinarias, piezas e insumos productivos para aquellas empresas cuya solicitud sea igual o inferior a 50 mil dólares, Mendoza estima que “en la práctica las importaciones por estos montos corresponden a apenas 20% del total tramitado por Cadivi, por lo cual el beneficio será muy reducido y no favorecerá a los industriales que suelen solicitar montos más altos, sino tal vez a los importadores-comerciantes”. Chávez, sin embargo, aseguró que con esta medida el Gobierno espera reducir a 72 horas el tiempo que transcurre desde el momento en que las empresas solicitan las divisas hasta su asignación por parte de Cadivi, que a su vez “se vería liberado del 52% de las solicitudes recibidas actualmente”. Otra de las nuevas medidas económicas decretadas por el Ejecutivo para fortalecer la producción nacional fue la creación de un fondo de 1 millardo de dólares que será invertido entre 2008 y 2009 en los sectores productivos estratégicos en manos del sector privado, de los cuales 500 millones de dólares vendrán del Fondo Chino y la otra mitad provendrá de lo recaudado por el impuesto a la ganancia súbita petrolera. Al respecto, el mismo José Manuel González, presidente de Fedecámaras, señaló que “si bien es válida la creación de este fondo, no resuelve el problema estructural que implica ampliar la base productiva en Venezuela, pues para ello se requieren inversiones cuantiosas”. Noel Álvarez, ex presidente de Consecomercio y vicepresidente de Fedecámaras, acotó que “la insuficiencia de este fondo se pone en evidencia con tan sólo revisar las cifras de inversión en Venezuela durante la década de los setenta, cuando el PIB estaba alrededor de 100 mil millones de dólares, y de los 29 puntos del PIB que se invertían entonces en el país, el sector privado representaba 19 puntos, que se sumaban a los 10 puntos colocados por el Estado. Hoy, cuando el PIB está por el orden de los 200 mil millones de dólares, se deberían estar invirtiendo al menos 58 mil millones de dólares en Venezuela, por lo que un millardo de dólares no hace mayores diferencias”. Actualmente el nivel de inversión en Venezuela es de apenas 9 puntos, de los cuales 5 provienen del sector público y apenas 4 del sector privado, lo que evidencia que se han reducido notablemente las inversiones, mientras que el Estado ha sustituido al empresariado nacional. El representante de El sistema productivo nacional está debilitado por las políticas de controles de precio y cambiario, además de una larga lista de trámites y gestiones, cuya consecuencia más grave, en opinión de Mendoza, es que “se desincentivan profundamente los regímenes de inversión en el país”. El empresario destacó que “países como China y Vietnan han incrementado sus inversiones extrajeras directas, las cuales cerraron en 160 mil millones y 20 mil millones de dólares en 2007, respectivamente, mientras que ese mismo año en Venezuela hubo una desinversión por el orden de unos 643 millones de dólares. Adicionalmente, apenas 1.400 millones de dólares del total importado con divisas obtenidas a través de Cadivi se dedicaron a la compra de bienes de capital”. Para Mendoza “es lamentable que a la ausencia de seguridad jurídica que no permite hacer planes a largo plazo se le sume la insistencia del Gobierno en ir hacia esquemas sociopolíticos que ya han fracasado en el mundo, y da tristeza ver cómo países de los Emiratos Árabes sí han logrado sembrar el petróleo mientras que acá seguimos siendo monoproductores y monodependientes”. Las propuestas. Desde Por tanto, además de reducir el nivel burocrático que atenta contra la producción nacional, el Gobierno debe generar confianza y estimular la creación de planes de largo plazo que deriven a su vez en la creación de una conciencia exportadora en el empresariado nacional, manifestó Mendoza. Crear sistemas de financiamientos acordes con la realidad del país también es una tarea pendiente en opinión del vocero gremial, que refirió que “la función original del Bancoex fue redirigida al financiamiento de proyectos prioritarios para el país, pero el beneficio para el sector exportador ha sido mínimo. Actualmente sólo se están realizando misiones comerciales hacia países de Según Mendoza, “aún el Gobierno no ha entendido la importancia que tiene cancelar a tiempo lo que establece El dirigente explicó que el procedimiento para el reintegro del Draw Back es tan engorroso, que transcurren hasta siete años antes de recibirlo, por lo que muchos exportadores ni siquiera lo están solicitando. Por su parte, aquellas empresas que exportan más de 50% de su producción y, por ende, deben cancelar el IVA al momento de vender sus mercancías afuera, están esperando hasta 25 meses antes de que les devuelvan el pago de este impuesto, cuando el tiempo máximo estipulado en la ley son 60 días. “En promedio, la deuda constante actual por estos incumplimientos en el reintegro del IVA a los exportadores del país oscila entre los 500 y 600 millones de dólares, lo que afecta nuestros flujos de caja, y además luego debemos hacer otra solicitud para el reintegro de los intereses generados”, denunció el presidente de Otra de las propuestas manifestadas por la asociación es que “los exportadores tengan un trato diferente en Cadivi, si realmente la meta es fortalecer el aparato productivo venezolano”, dijo Mendoza. La idea es que del total de divisas recibidas de la exportación se les permita a estas empresas mantener entre 50% y 60%, que sería destinado a la importación de insumos y materias primas, como una manera de reducir el volumen de solicitudes tramitadas por el ente administrador y bajo la supervisión del Estado a través de auditorías periódicas. No obstante, el vocero señaló que “debido a malas experiencias con controles de cambio en el pasado, Cadivi se ha negado a considerar un régimen especial para los exportadores”, por lo que las expectativas para el sector a futuro son poco alentadoras. La caída de 50% que se espera para el cierre de 2008 en las exportaciones no petroleras afectarán principalmente al rubro agroalimentario, perecedero, de partes y piezas automotrices, vidrio y consumo masivo (hojillas de afeitar, jabones para lavar y vasos plásticos, entre otros), debido a los altos costos y a la falta de materias primas que deben traerse desde el exterior, de acuerdo con Mendoza. A modo de reflexión, el representante de los que exportan en el país destacó que “el Gobierno aún ha tomado conciencia de que las exportaciones no generan inflación, porque además de que se trata de una actividad que genera empleos, divisas y riqueza para el país, los productos no se quedan acá. Además, en la medida en que más empresas inviertan en tecnologías, se harán más competitivas y Venezuela podrá ir reduciendo su dependencia del petróleo”.
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Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
COLOMBIA - SURAMERICA
MIEMBRO ACTIVO DE COPERTEX
Gestión y Marketing
COLOMBIA Y PERÚ
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