Más voces de preocupación en sector textil
Foto: Semana
Cámara de Comercio de Bogotá
Se incrementaría en un 15% los aranceles para hilados y en un 20% los aranceles de textiles, aumento que se le traslada al precio final y genera una pérdida de competitividad.
La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia presentó ante el Ministerio de Comercio Industria y Turismo una iniciativa para imponer una medida de salvaguardia que afectaría a toda la cadena del sector textil y prendas de vestir de Bogotá, que aporta más de 1.100.000 empleos directos y 3.000.000 indirectos para esta zona del país.
Esta iniciativa, incrementaría en un 15% los aranceles para hilados y en un 20% los aranceles de textiles, aumento que se le traslada al precio final y genera una pérdida de competitividad de los empresarios bogotanos frente al mercado global.
Ante esta situación, los empresarios del Cluster de Textiles y Prendas de Vestir de Bogotá manifestaron su preocupación a través de una carta enviada al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en la que solicitan analizar con detenimiento las repercusiones que esta medida podría traer para el sector de la confección, que creció el 30% en el último año y representa el 17% del empleo industrial en Colombia.
El Vocero del Cluster, Guillermo Criado, y quien es además Gerente Comercial de la División Textil de Manufacturas Eliot, dijo que esta iniciativa es una amenaza para el sector, porque aleja a los productores nacionales de la competencia global, especialmente frente a los países asiáticos que no tienen este tipo de aranceles.
Aseguró además que el sector necesita disminuir la base de sus costos de producción, y que estas medidas dejarían los precios por encima del 10% frente a sus competidores, lo cual impide que los confeccionistas subsistan.
Angela María Abusaid, empresaria del Cluster y Gerente de la Empresa Kelinda, con 35 años de experiencia en la producción y comercialización de vestidos de baño, dijo: “para nosotros es muy importante poder importar materiales que nos permitan diferenciarnos y ofrecer al consumidor un valor agregado. Si este costo sube, nuestro precio de venta se incrementaría sustancialmente y nos sacaría de manera rápida del mercado, dejaríamos de ser competitivos tanto adentro como afuera. Esto no solo afectaría a los socios, sino a las 150 madres cabeza de familia que durante toda una vida han trabajado en nuestra empresa, somos empresas que trabajamos muy duro para generar empleo, pero si los números no dan, debemos pensar en reducir los puestos de trabajo”.
Lo que a primera vista podría interpretarse como una medida de protección a la industria nacional, podría tener el efecto contrario al esperado, porque genera un impacto negativo a un segmento muy sensible como es la confección.
El Gerente de Tejidos Piccolino Ltda, Julián Pinilla, aseguró: “Los confeccionistas generamos el 80% del trabajo de nuestro sector, pero tenemos una desventaja y es que los insumos colombianos son muy costosos y tenemos que importar. El problema de la salvaguardia es que no nos permite conseguir los insumos a precios competitivos para el mercado de exportación”.
Esta iniciativa, incrementaría en un 15% los aranceles para hilados y en un 20% los aranceles de textiles, aumento que se le traslada al precio final y genera una pérdida de competitividad de los empresarios bogotanos frente al mercado global.
Ante esta situación, los empresarios del Cluster de Textiles y Prendas de Vestir de Bogotá manifestaron su preocupación a través de una carta enviada al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en la que solicitan analizar con detenimiento las repercusiones que esta medida podría traer para el sector de la confección, que creció el 30% en el último año y representa el 17% del empleo industrial en Colombia.
El Vocero del Cluster, Guillermo Criado, y quien es además Gerente Comercial de la División Textil de Manufacturas Eliot, dijo que esta iniciativa es una amenaza para el sector, porque aleja a los productores nacionales de la competencia global, especialmente frente a los países asiáticos que no tienen este tipo de aranceles.
Aseguró además que el sector necesita disminuir la base de sus costos de producción, y que estas medidas dejarían los precios por encima del 10% frente a sus competidores, lo cual impide que los confeccionistas subsistan.
Angela María Abusaid, empresaria del Cluster y Gerente de la Empresa Kelinda, con 35 años de experiencia en la producción y comercialización de vestidos de baño, dijo: “para nosotros es muy importante poder importar materiales que nos permitan diferenciarnos y ofrecer al consumidor un valor agregado. Si este costo sube, nuestro precio de venta se incrementaría sustancialmente y nos sacaría de manera rápida del mercado, dejaríamos de ser competitivos tanto adentro como afuera. Esto no solo afectaría a los socios, sino a las 150 madres cabeza de familia que durante toda una vida han trabajado en nuestra empresa, somos empresas que trabajamos muy duro para generar empleo, pero si los números no dan, debemos pensar en reducir los puestos de trabajo”.
Lo que a primera vista podría interpretarse como una medida de protección a la industria nacional, podría tener el efecto contrario al esperado, porque genera un impacto negativo a un segmento muy sensible como es la confección.
El Gerente de Tejidos Piccolino Ltda, Julián Pinilla, aseguró: “Los confeccionistas generamos el 80% del trabajo de nuestro sector, pero tenemos una desventaja y es que los insumos colombianos son muy costosos y tenemos que importar. El problema de la salvaguardia es que no nos permite conseguir los insumos a precios competitivos para el mercado de exportación”.
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