JUAN PABLO GOMEZ E - MARCAS PROPIAS - RETAIL: El hombre más rico de Alemania, un abanderado del 'low cost'
Al igual que Albrecht, Schwarz empezó desde abajo. Hijo del comerciante Josef Schwarz, a los 21 años comenzó a trabajar junto a su padre como vendedor y creó con él un almacén de frutas tropicales llamado Lidl & Schwarz. Allí comenzaría su meteórica carrera en el mundo de los comestibles.Schwarz, cuyo grupo se encuentra en plena fase de expansión, se ha convertido en el hombre más rico de Alemania no porque su patrimonio haya dado un salto espectacular de repente, sino por pura biología: la persona que le precedía en el ranking acaba de fallecer. Se trata de Karl Albrecht, de 94 años, dueño de su principal competidor: el grupo Aldi, otro especialista del 'low cost' aplicado a la alimentación. Contaba con una fortuna valorada en 17.200 millones de euros.
El hombre más rico de Alemania, un abanderado del 'low cost'
DIETER SCHWARZ, PROPIETARIO DEL GRUPO DE SUPERMERCADOS LIDL, HA AMASADO UN PATRIMONIO DE 16.000 MILLONES DE EUROS A PARTIR DE UN ALMACÉN DE FRUTAS TROPICALES
Es como Amancio Ortega y su imperio Inditex. O como Fernando Roig, propietario de Mercadona. Rico, muy rico. Tanto como discreto. Sin el menor afán de protagonismo, enemigo de los saraos y con una vida volcada en el trabajo, la innovación constante y la búsqueda de fórmulas magistrales que conduzcan al éxito. Dieter Schwarz, de 74 años, es la mayor fortuna de Alemania, el país de multinacionales como Mercedes o Siemens. Un empresario que ha forjado un patrimonio personal de 16.000 millones de euros con una receta muy simple: ofrecer precios muy asequibles, gracias a una reducción al máximo de los costes, para conseguir grandes volúmenes de ventas. Uno de sus eslóganes publicitarios en España resume esa filosofía: "la calidad no es cara".
Schwarz es el dueño de la cadena de supermercados Lidl, unos comercios caracterizados por huir de las grandes marcas, las que se anuncian en televisión, y por ofrecer a sus clientes productos etiquetados con nombres casi desconocidos para el gran público a precios competitivos. Su imperio tiene 10.000 establecimientos repartidos por 26 países de todo el mundo, con 170.000 empleados y 7 millones de clientes cada día. Un gigante.
Al igual que Albrecht, Schwarz empezó desde abajo. Hijo del comerciante Josef Schwarz, a los 21 años comenzó a trabajar junto a su padre como vendedor y creó con él un almacén de frutas tropicales llamado Lidl & Schwarz. Allí comenzaría su meteórica carrera en el mundo de los comestibles.Schwarz, cuyo grupo se encuentra en plena fase de expansión, se ha convertido en el hombre más rico de Alemania no porque su patrimonio haya dado un salto espectacular de repente, sino por pura biología: la persona que le precedía en el ranking acaba de fallecer. Se trata de Karl Albrecht, de 94 años, dueño de su principal competidor: el grupo Aldi, otro especialista del 'low cost' aplicado a la alimentación. Contaba con una fortuna valorada en 17.200 millones de euros.
En 1974 su padre abrió el primer supermercado Lidl. Diez años después, tras su muerte, Schwarz se convertiría en el propietario de la empresa. No quería ponerle el nombre de su apellido, que significa "negro", por lo que pagó 1.000 marcos al profesor jubilado Ludwig Lidl para obtener los derechos de su apellido. Además, abrió una nueva cadena de hipermercados denominados Kaufland. A partir de este momento, Schwarz decide que sus comercios seguirán la línea de su máximo competidor, la cadena Aldi de los Albrecht: productos a bajos precios a base de reducir al máximo sus costes de todo tipo. Todos. Los de logística, personal, decoración… Los establecimientos no hacen la menor concesión al lujo, una buena parte de los artículos están situados en el suelo sobre palés, apenas hay baldas, sólo se admiten tarjetas de crédito a partir de determinadas cantidades, cobran (estuvieron entre los pioneros en España) por las bolsas de plástico… Todo para arañar el último céntimo a los precios… y engordar al máximo los beneficios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario