LAUREANO TURIENZOSIN CATEGORÍA 0 COMMENTS
EDÉN SIN ADÁN
70.000 mil personas se arremolinan en torno a una tienda. La ignauguran hoy. Es 1876. La mayoría de las personas son mujeres. No se ha visto nada igual en Estados Unidos. Estamos en Filadelfia. Se inaugura el “Grand Depot” de Wanamaker en 1876.
Dentro, los empleados (la mayoría mujeres) esperan a la apertura. Durante años se presentarán 2 horas antes de la apertura para acicalarse, pasar por peluquería, estar perfectos cuando entren los clientes. Hay un órgano increíble, y hay 1.100 asientos donde los clientes pueden sentarse a hablar sobre sus compras con sus amigos, en realidad estaban haciendo más que comprar. La mayoría de los clientes son las clientas.
Los periódicos escribe acerca de esta emancipación de las mujeres traída por los grandes almacenes : “Esto conduce a la jerga, la charla audaz; al amor por el placer y la indiferencia al deber; al deseo de dinero antes que al amor o la felicidad; en una palabra, a las peores formas de lujo y egoísmo ”.
Eran los días en occidente dondecualquier mujer burguesa que saliera al aire libre sin compañía sería vista como una “mujer pública” o prostituta. Virginia Woolf escribe: “caminar sola por Piccadilly es como caminar en una “bata y llevar una esponja de baño”.
Los grandes almanacenes durante las décadas posteriores fueron el brazo armado, y silencioso, de la liberación de la mujer, fueron sus lujosos palacios donde podían moverse sin la “protección” de los hombres fuera de casa. Estaban el marido, el hogar, los hijos, y por suerte, estaban los grandes almacenes. El lugar donde socializar con las otras. Fueron el “Edén sin Adán” Eran palacios con techos abovedados, habitaciones de mármol, alfombras orientales, muebles de cuero, orquestas tocando en los restaurantes, desfiles de gala por los vestíbulos, salones de té. Los grandes almacenes fueron la patria agradable de las mujeres.
En el restaurante de Macy´s en Nueva York, llegan a juntarse 2.500 mujeres solas. Algo está sucediendo. Los libros de historia dicen que fue el germen real del moviento real de la liberación de la mujer. Edén sin Adán.
Harrods de Knightsbridge, en Londres, tenía 6.000 empleado, el 90% mujeres, y 80 departamentos diferentes. Gran parte de sus clientes eran clientas. Selfridges, también en Londres, es la concentración más grandes de todos los tiempos de mujeres solas. Dicen los periódicos de la época. Mujeres solas y seguras.
Henry Gordon Selfridge publicó en periódicos mensajes de apoyo al movimiento sufragista. Ondeó la bandera de la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) sobre su tienda, se convirtió en la primera tienda en ofrecer baños para mujeres. Selfridges vendía cintas de rayas tricolores para sombreros, cinturones, rosetones e insignias.
Los grandes almacenes le deben mucho a la emancipación de las mujeres: se convirtieron en un refugio seguro donde podían reunirse sin tutores ni escoltas. Ir de compras fue una declaración de independencia.
Los grandes almanaces se feminizaron, tan bellos, tan increíbles, Field’s, Gimbels y Wanamker’s, incluso exhibieron Tizianos y Manets en sus paredes. Aunque los foros especializados del retail actual eso no lo saben.
Selfridges, en Londres ,abre el 15 de marzo de 1909. Un millón de personas acuden en su primera semana de vida. La mayoría son mujeres. En unas semanas más, se convierte en el lugar más visitado de Londres, por encima del Big Ben . Cinco pisos de altura con tres niveles de sótano, una terraza en la azotea y más de 100 departamentos y servicios para visitantes, incluido un salón de té, una peluquería, una biblioteca ,suntuosos guardarropas para damas…. Ellos no lo saben, pero ellas se están emancipando silenciosamente.
En el Libro de modales de 1901 , la Sra. Kingsland se quejaba: “La vieja regla, ‘Vístete para pasar desapercibido’, parece haber cambiado a ‘Vístete para desafiar la admiración o la atención’“.
Pero muchas mujeres no podían disfrutar de esa liberación que trajo los grandes almacenes: mujeres de la clase trabajadora, y las mujeres de color . Décadas después, hace un siglo, los almacenes introdujeron el compra hoy y págalo a plazos. Masas de proletarias en la frontera de la clase media, vieron en los grandes almacenes sus “palacios liberadores”.
“Edén sin Adán”.
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