RETAILERS|Así se aplican los supermercados contra el desperdicio alimentario
Ahorramas, Lidl o Aldi son ejemplos de esta lucha y ya han puesto en marcha acciones concretas para alcanzar el objetivo de desperdicio cero en sus tiendas.
La batalla contra el desperdicio alimentario está cada día más presente en la distribución alimentaria. Las grandes cadenas se aplican en esta materia.
La actualidad a este respecto nos la trae Ahorramás, que mantiene su empeño de alcanzar el objetivo de desperdicio cero a través de su donación a entidades benéficas.
Para la compañía es muy importante que los consumidores recuerden que hay establecido un periodo de cadencia en la vida comercial de los distintos alimentos suministrados por la enseña a sus clientes. Este periodo, definido como 'tiempo/fecha de retirada', se basa en un porcentaje de la vida útil del alimento, de tal modo que la fecha de retirada señala el margen suficiente de tiempo para que su consumo se realice con seguridad tras su compra.
Por tanto, un alimento que se encuentre en su 'tiempo/fecha de retirada', se halla en perfectas condiciones de consumo, ya que está dentro de su fecha de caducidad y de consumo preferente.
Con ello, por un lado, la cadena proporciona a sus clientes el tiempo suficiente para consumir el alimento en su hogar antes de su fecha de caducidad o consumo preferente y, por otro lado, desde el supermercado, todo alimento que se encuentra dentro del periodo citado es donado, evitando, así, su desperdicio.
STOCK DE PRODUCTOS PARA DONAR
Esta retirada genera diariamente un stock de productos en los puntos de venta que son donados a comedores sociales y organizaciones que atienden a las personas más vulnerables. Cada tienda Ahorramas tiene asignada una entidad a tal fin, de modo que la asignación de comedor u organización social se lleva a cabo seleccionando la que mayor cobertura tenga en la zona de influencia del supermercado.
Actualmente, existe una red de entidades dedicadas a la recogida diaria de productos en los establecimientos de esta cadena que, por su cercanía, forman parte activa de los barrios donde están ubicados y contribuyen a ayudar a las personas más necesitadas que viven en su entorno.
Además de este tipo de colaboración, la compañía también atiende otras carencias a través de la donación de otros productos necesitados por esta población vulnerable, tales como leche, pañales, productos de higiene, etc.
A través del Proyecto Comida Útil, la enseña dona cada año en torno a 300.000 kg de alimentos desde sus tiendas. Actualmente, colabora en este proyecto con más de 70 entidades, desde asociaciones, parroquias y ONGS, hasta comedores sociales, hospitales, etc.
LIDL Y ALDI, EN ACCIÓN CONTRA EL DESPERDICIO
Junto a estas iniciativas de Ahorramas, encontramos también las de otras cadenas muy implicadas en la batalla contra el desperdicio. Lidl, por ejemplo, ha anunciado su compromiso de reducir el desperdicio el 30% hasta 2025 y el 50% hasta 2030.
Para lograr estos objetivos la compañía ya tiene implementadas varias medidas. Entre las de carácter preventivo, destaca su propio modelo de negocio que le permite realizar una eficiente planificación y gestión de su surtido con pedidos optimizados y ajustados. Además, lleva a cabo un control diario de fechas, aplicando entre el 30% y 50% de descuento en artículos cuya fecha de retirada de sus lineales sea próxima, potenciando así su venta.
Aldi, por su parte, también ha puesto en marcha acciones para luchar contra este grave problema. La enseña de origen alemán ha evitado el desperdicio de 1.670 toneladas de productos perecederos de sus lineales desde principios de este año, a través de diversas medidas entre las que destaca el descuento del 30% en los productos con fecha de caducidad próxima.
Además, rebaja el precio de los artículos con fecha de caducidad corta o próxima, asegura el abastecimiento de sus productos a través de un inventario diario que se adapta a la demanda y a las necesidades de consumo de sus clientes y optimiza los procesos logísticos para evitar el desperdicio o la pérdida de calidad durante el transporte.
La cadena de supermercados también opta por el rediseño de los envases de manera que se ajusten a los mejores estándares de calidad, para prolongar la vida útil del producto, y de sostenibilidad.
NUEVA LEGISLACIÓN
El Gobierno también se ha puesto manos a la obra para ayudar a los supermercados a incentivar la lucha contra el desperdicio de comida. En concreto, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunciaba recientemente un cambio legislativo que permitirá a los supermercados rebajar el precio de productos perecederos sin mostrar el importe de venta anterior, como medida para incentivar las promociones y luchar contra este problema que supone la pérdida de 31 kilos de comida por persona al año.
Esta modificación, que ha sido bien recibida por el sector, formará parte de la ley para la mejora y modernización de las normas de protección de los consumidores que se está tramitando.
La normativa actual obliga a los supermercados a que indiquen el importe rebajado junto al precio mínimo que el producto haya tenido en el mes anterior. Según Consumo, esa exigencia supone un desincentivo para bajar el precio de productos perecederos porque afecta a futuras promociones cuando se acerca la fecha de caducidad.
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