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lunes, abril 24, 2017

millennials ¿hay realmente un conflicto generacional?

millennials ¿hay realmente un conflicto generacional?


Millennials y baby boomers: ¿conflicto generacional?


Millennials y baby boomers: ¿conflicto generacional?

Mucho se ha hablado del impacto que está teniendo la incorporación al mercado laboral de los denominados millennials, jóvenes nacidos entre los años ochenta y mediados de los noventa, que ha sido tildada como la generación mejor preparada de la historia, al menos en lo que se refiere a titulación académica. Mientras que ellos no conciben su existencia sin un smartphone, probablemente sus padres, pertenecientes a la masificada generación del baby boom, tampoco sobrellevarían la suya sin la televisión o un buen periódico. En el trabajo conviven con la Generación X, a medio camino entre boomers y millennials, y en algunos casos en casa con hermanos de la primera hornada de nativos digitales a los que se ha bautizado como “Generación Z”.
Lo cierto es que los millennials comienzan a ser un porcentaje importante de la fuerza de trabajo y su peso demográfico los convierte en protagonistas como público objetivo, sobre todo en el mercado de la tecnología y las comunicaciones. Los departamentos de Marketing, pero también los de Recursos Humanos, se preguntan cómo atraer a este colectivo. Pero ¿realmente es ahora la brecha con las generaciones precedentes mayor que en el pasado?, ¿sus necesidades son distintas por tratarse de esta generación en concreto o simplemente por ser jóvenes?, ¿es solo la fecha de nacimiento lo que determina la diferencia entre unas y otras generaciones?
Espacio Fundación Telefónica se hizo eco de esta inquietud el pasado mes de enero en un interesante debate bajo el título “Millennials vs Baby Boomers: brechas digitales e información”, en el que se proponía ahondar sobre la idiosincrasia de cada uno de estos colectivos y su papel tanto como productores como consumidores de información. La charla, moderada por Antonio San José, intentó esbozar algunos rasgos diferenciadores:
  • Cultura del emprendimiento
Suele asociarse a los millennials con una generación de emprendedores vinculados al ámbito de la tecnología. A diferencia de los boomers, son por lo general ajenos a inquietudes políticas y conciben su proyección personal en el ámbito de la empresa. Sin embargo, no hay que olvidar que coinciden cronológicamente con el fenómeno NiNi (jóvenes de entre 18 y 35 años que no estudian ni trabajan), al tiempo que el mayor impulso al mercado tecnológico ha sido auspiciado por la generación precedente (nacidos a finales de los años sesenta y década de los setenta).
  • Cultura de lo inmediato
Internet ha propiciado una impaciencia vital, próxima a la hiperactividad, que se perfila como nota característica de estos jóvenes. Lo quieren todo y lo quieren ya, por lo que se sienten frustrados en organizaciones en las que el ascenso profesional responde a escalas de antigüedad o resulta complicado llegar a un conocimiento integral de la compañía hasta que no transcurre un tiempo. Esta actitud choca con la experiencia de sus compañeros más veteranos que se incorporaron al mercado laboral en un momento de sobredimensionamiento de la demanda (boomers) y retracción de la oferta de empleo (Generación X) que les obligó a centrar sus aspiraciones en conservar el puesto a golpe de méritos y antigüedad. Sin embargo, la impaciencia, ya sea por una carrera profesional fulgurante o en cualquier otro aspecto de la vida, ¿no es característica de la juventud, en cualquier generación de la historia?
En el ámbito de las expectativas también salieron a colación algunas diferencias tanto en el rol de consumidor como en el de empleado:
  • Flexibilidad en el trabajo
Se reclama un liderazgo moderno que promueva flexibilidad horaria, rotación y teletrabajo. Pero ¿es ésta una reivindicación exclusiva de los millennials? Sin embargo, sí parece serlo la necesidad de empoderamiento, algo que agradecen pero no conciben como vital sus compañeros. Los modelos de recompensa en las empresas están experimentando un cambio pero tampoco parece claro si el objetivo es satisfacer a este colectivo o simplemente reducir costes con opciones más atractivas para ellos y más baratas para las compañías.
  • Las experiencias, protagonistas del consumo
¿Cómo atraer a un joven que, a golpe de clic, tiene acceso a buena parte de la oferta de la competencia? La clave para ellos está en la experiencia diferencial, mientras que para los boomers es esencial la fiabilidad avalada por una marca de prestigio.
Pero el factor determinante a la hora de analizar el ecosistema millennial es, sin duda, la tecnología y el acceso a la información. En la juventud de sus padres se produjo el fenómeno sin precedentes de asistir en su hogar, a través de la pantalla del televisor, a lo que ocurría en el mundo. En la suya, han podido ver lo que ocurría en la fiesta de graduación vía Instagram. La protección de la intimidad, tan valorada por sus mayores, choca con la permanente exposición de lo cotidiano de que hacen gala estos jóvenes, a los que han llegado a tildar de “exhibicionistas digitales”.
Por otra parte, se encuentran más informados y, por lo general, son fecundos creadores de contenidos pero ¿están “mejor” informados? Si recordamos las palabras de Umberto Eco, que no era precisamente devoto de Internet, hay que reconocer que no le faltaba razón al afirmar que el riesgo radica en que “te fías de todo porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada. Lo cierto es que la progresiva desaparición de intermediarios entre el creador de un contenido y su consumidor influye de forma notable tanto en un cambio de mentalidad, como en la aparición de nuevas oportunidades de negocio que estos grandes reclutadores de audiencias han sabido aprovechar.
Lo cierto es que no todo es tan nuevo como creemos. Aún no habían nacido los boomers cuando escribía Julián Marías “parece que, por primera vez en la historia, los hombres de nuestra época necesitamos saber, con insólita urgencia, qué es una generación y a qué generación pertenecemos “. A juzgar por el último informe sobre la Sociedad de la Información no podemos considerar Internet como emblema de identidad de ninguna generación, tras la incorporación masiva de los mayores de 65 años a las redes sociales. De hecho, visto con perspectiva, se encuentra mucho más cerca en mentalidad un joven millennial de su abuela internauta, que ella de su madre a su misma edad. Ya decía Ortega y Gasset que no es tanto la fecha de nacimiento lo que marca los limites de una generación, como los valores vigentes y compartidos entre coetáneos… y en ese aspecto la tecnología parece que, hoy por hoy, más que abrir brechas acerca generaciones.
¿Qué opináis vosotros?
Imagen: Yenny Otero