miércoles, septiembre 02, 2009

Panorama de las ventas minoristas en Latinoamérica (opinión)




La crisis disparó el nivel de desconfianza del consumidor, lo que afectó a varios sectores.

A lo ancho y a lo largo del planeta la confianza de los consumidores se derrumbó dejando sin respuesta a toda clase de negocios, debido a la crisis financiera por la que atraviesa el mundo.

Por ejemplo, los compradores estadounidenses y europeos fueron afectados, dado que los altos pagos hipotecarios redujeron drásticamente el presupuesto familiar. Sumado a ello, la destrucción de riqueza sucedida en los mercados de capitales profundizó el problema y disparó la desconfianza a niveles inimaginables.

En Latinoamérica, los consumidores recurrieron a endeudarse con la esperanza de que la crisis que empezaba a afectar a los países desarrollados se desvaneciera sin dejar rastro para las economías locales. Pero el endurecimiento de las condiciones del crédito no permitió seguir gastando desmesuradamente y las repercusiones en la producción real de los países empezaron a desbaratar todos los planes, lo que llevó a una notable contracción del consumo. Sin duda, esto vino de la mano con el aumento del desempleo y la caída del nivel de actividad en todas sus ramas.

Ya habiendo pasado un año desde la caída del Banco Lehman Brothers en Estados Unidos, el OFIN advierte que es prudente analizar cómo se está manifestando el sentir de los compradores a nivel global, y en particular el caso latinoamericano.

En primer término, reconforta escuchar que la confianza del consumidor estadounidense subió más de lo esperado en agosto, gracias a un mejor panorama del mercado laboral y de la economía en general. El indicador elaborado por The Conference Board sobre la confianza del consumidor subió a 54,1 en agosto desde una lectura revisada al alza para julio de 47. La lectura del mes pasado fue la más alta desde mayo, cuando alcanzó 54,8.

Además, el componente de expectativas saltó a 73,5 -su mayor nivel desde diciembre del 2007, cuando fue de 75,8- desde 63,4 de julio.

Aún así, las ventas minoristas siguen titubeantes a la espera de la confirmación de datos positivos sobre la mayor economía del mundo.

Recordemos que en julio el sector minorista cayó inesperadamente en Norteamérica (-0,1%), cuando se esperaba una alza de 0,6 por ciento dado el programa de incentivos del Gobierno para cambiar autos antiguos por nuevos. De igual modo, las ventas minoristas de la zona europea retrocedieron inesperadamente en junio, apuntando a una débil demanda del consumidor. Datos oficiales mostraron que las ventas minoristas en los 16 países que usan el euro cayeron un 0,2 por ciento frente a mayo. En la comparación interanual, la baja en las ventas fue del 2,4 por ciento.

El caso de Colombia

En el plano local, la situación ha acompañado ciertamente a la evolución descrita en las principales potencias mundiales.
Las ventas minoristas del país cayeron en junio con lo que se refuerza las expectativas de que la recesión se extendió durante el primer semestre. En el sexto mes del año las ventas al detalle bajaron 4,5 por ciento, ambas frente a junio del año pasado, según el Dane.

Los grupos de mercancías que registraron las mayores variaciones negativas, fueron: vehículos automotores y motocicletas (-22,5%), utensilios de uso doméstico (-8,6%) y productos de aseo del hogar (-4,8%). Por su parte, los mayores aumentos en las ventas se registraron en: calzado, artículos de cuero (14.4%); otras mercancías (6.4%), y equipo de informática, hogar (1.0%).

En el primer semestre, las ventas minoristas bajaron un 5,2 por ciento, en comparación con igual periodo del año anterior. 11 de 16 grupos de mercancías analizados en las encuestas presentaron variaciones negativas, entre los que se destacaron: vehículos automotores y motocicletas (-24,9%) y lubricantes para vehículos (-6,1%).

El Gobierno y el Banco de la República habían advertido sobre la caída de la economía en el primer semestre, la cual se revertiría en la segunda mitad del año para cerrar el 2009 con un crecimiento plano del Producto Interno Bruto, PIB. En la misma línea, el empleo generado por la por el comercio minorista descendió un 3,4 por ciento.

Si consideramos entre julio de 2008 y junio de 2009, las ventas reales del comercio minorista presentaron una disminución de 3,0 por ciento frente al año inmediatamente anterior que fue del 5,2 por ciento.

Situación similar se vivió en la economía chilena, puesto que el índice de ventas reales del comercio al por menor (Ivcm) cayó un 4,7 por ciento interanual en junio, en medio de un freno en el gasto. La variación del Ivcm fue explicada principalmente por la disminución experimentada en el comercio especializado, particularmente en artículos de ferretería, otros productos y automotores nuevos y usados.

Asimismo, las ventas reales de los supermercados chilenos subieron un 3,3 por ciento a tasa anual en junio, aunque se contrajeron un 6,2 por ciento frente al mes anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La industria de los supermercados en Chile es liderada por D&S, filial de la gigante estadounidense Wal-Mart y Cencosud . También participa en este negocio el grupo minorista Falabella.

En Argentina y México, las ventas minoristas también fueron duramente golpeadas. En el primer caso, las ventas en los comercios disminuyeron un 16,1 por ciento en julio último. En los primeros siete meses del año la caída acumulada llegó al 13,1 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2008.

En hotelería y gastronomía el menor flujo de turistas representó una caída de ingresos que osciló entre el 50 y 60 por ciento. Con el resultado de julio, la actividad comercial cumplió su onceavo mes consecutivo de caídas.

Las ventas minoristas de México cayeron un 5,1 por ciento en junio a tasa anual, mientras que las mayoristas bajaron un 10,9 por ciento, según datos oficiales. Así, el personal ocupado en los establecimientos al por menor se contrajo 3.1 por ciento durante junio pasado comparado con el nivel de igual mes de un año antes.

Las principales contracciones se dieron en subsectores como el de computadores, vehículos de motor, refacciones, combustibles y lubricantes.

Brasil, línea para la región

En junio las ventas de autos dieron un salto porque vencía el plazo de una exención impositiva temporaria decidida por el Gobierno para el sector automotriz, luego extendida.

El alivio impositivo fue parte de las medidas adoptadas para impulsar la economía del país, que en el primer trimestre del año entró en una recesión técnica.

Según estimaciones de los economistas, las señales en la recuperación brasileña son buenos indicios para el resto de los países. La principal economía latinoamericana ha estimulado las políticas destinadas a fomentar el consumo interno, provocando excelentes resultados a nivel agregado.

Es de esperar que las demás economías suramericanas empiecen a ver signos de recuperación en sus negocios minoristas conforme la confianza de los consumidores se recupere.

PABLO SANTIAGO ARNOLDI - OMAR SAÚL DUARTE U. / Economista OFIN - Executive Manager Openworld Colombia



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