La venta de uvas, champaña, ‘cucos’ amarillos, espigas y todo tipo de productos que alimentan las supersticiones están en auge por estos días.
Sólo bastan cinco minutos para que el 31 de diciembre de cada año, antes de las 12 de la noche, los colombianos hagan todo tipo de actividades con la ilusión de que el año siguiente sea mejor.
Según las estadísticas de la Federación Nacional de Comerciantes, el 18 por ciento de la facturación total del comercio se hace en diciembre y gran parte corresponde a la venta de vino, champaña, uvas rojas y verdes, ropa interior amarilla, panes, espigas y hasta hiervas especiales para los agüeros y supersticiones.
La palabra superstición procede del latín super, que significa arriba y stare que quiere decir estar. Esto explica por qué la gente invierte en querer estar bien, a pesar de que la mayoría de agüeros tiene su cuna en Europa e incluso muchos , como las uvas, nacieron como forma de negocio (ver recuadro).
Irma Mora, representante de Cafam Floresta, comenta que en la última semana de diciembre las ventas de ropa interior amarilla y roja se incrementan en cerca de 35 por ciento.
Grégoire Kaufman, director de Mercancías de Carrefour, afirma que la venta de panties es uno de los fuertes de la temporada. “En un sólo día se venden en promedio 8.000 panties amarillos y 5.000 docenas de flores de este mismo color”, dice.
Entre tanto, Diana Londoño, jefe de la División de Mercadeo Social de Colsubsidio, sostiene que en la última semana de diciembre las ventas se triplican, en particular las de uva importada. Los vinos espumosos de la temporada representan en Colsubsidio el 60 por ciento de la venta del año y en panadería la facturación se incrementa en un 35 por ciento.
Pero no sólo los supermercados e hipermercados mueven las registradoras. Por esta época las plazas se convierten en una buena opción.
En el fin de año, los atados de hiervas se valorizan por la alta demanda y de 500 pesos pueden llegar incluso a 3.000 pesos. En la plaza Samper Mendoza de Bogotá, flores como las del ajo, que es de color lila y que sirve para adornar y dar energía positiva o para hacerse baños, pasan de los 3.500 pesos que cuestan normalmente a los 25.000. Las plantas medicinales adquieren propiedades esotéricas y los atados de cundeamor, cuyo uso es bastante obvio, se venden bien por estos días.
Las uvas, un negocio redondo
Buena parte de los 42 millones de habitantes que tiene Colombia se come las 12 uvas a la par de las 12 campanadas que marcan el fin de un año y el comienzo del siguiente.
Tradicionalmente, las familias alistan los platos, incluso de los niños, para seguir la costumbre.
Grégoire Kaufman, director de Mercancías de Carrefour, dice que la cadena proyecta la venta de 40 toneladas de uva en un solo día. “Eso es muchísimo”, comenta el directivo.
La tradición se remonta a principios del siglo XX, cuando en 1909 los productores españoles de uva tenían un gran excedente de su producción. Fue entonces cuando a alguien se le ocurrió proponer, en una reunión, que se pusiera de moda el consumo de las 12 uvas a las 12 de la noche del 31 de diciembre de ese año.
omenzaron a promover la idea y la vendieron bajo el argumento de que traería suerte. La idea trascendió las fronteras y hoy se ha convertido en una constumbre que mueve las registradoras en casi todo el mundo.
Los granos no pueden faltar
Comer lentejas el 31 de diciembre no es una constumbre muy común en Colombia, pero hay países donde se hace, debido a que existe la creencia de que éstas proporcionan abundancia. La costumbre de los colombianos para esta época es poner en un recipiente algunos granos de maíz, chocolate, lentejas, sal y azúcar “para que no falte la comida en el año venidero”. Esto ha impulsado a pequeños y medianos empresarios a armar paquetes pequeños con este tipo de productos, que usualmente se venden en las calles de las principales ciudades. Hay quienes, incluso, pegan pequeñas canastas a las tradicionales espigas que se venden adornadas por 1.000 y 2.000 pesos para ahorrarle ese paso a la gente.
- El cuco suerte vende más de 350.000 pantys
Desde mediados de septiembre los productores de ropa interior comienzan a trabajar en la oferta de prendas amarillas y rojas para comercializar en la última temporada del año. Solamente la empresa Marrocar S.A, una de las más grandes en este segmento y dueña de la cadena Feria del Brasier y Sólo Cucos, fabrica 350.000 unidades para esta temporada, de las cuales un 80 por ciento corresponde a damas, un 15 por ciento a hombre y un 5 por ciento a niños.
Dagoberto Burbano, directivo de esta firma dice que, además, la empresa confecciona parte del surtido que se vende en algunos almacenes y también exporta a Brasil bragas amarillas y rojas, para los cerca de 250.000 latinos que viven en España.
La empresa invierte anualmente 80 millones de pesos en la publicidad que hace entre el 26 y el 31 de diciembre para las prendas, con lo cual logra acabar con toda la producción en una sola semana.
La marca Cuco Suerte Amarillo está registrada por Marrocar S.A. hace más de 14 años y a través de ésta ha logrado hacer que la empresa crezca y encuentre nuevos mercados.
Una de las estrategias de Marrocar para la época es ofrecer combos de interiores amarillos y rojos. Los primeros para usar al revés el 31 de diciembre y los rojos para estrenar el primero de enero. Los precios oscilan entre 2.900 y 6.900 pesos.
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