domingo, septiembre 23, 2007

Colombia es una estrella en ascenso, asegura Michael Porter, 'gurú' de la competitividad

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Foto: Archivo-EL TIEMPO
Michael Porter acaba de realizar una nueva visita a Colombia en la que fue uno de los invitados especiales de Expogestión.

Porter, creador de la escuela de la competitividad, recomienda al país no aventurar en campos en los que no tiene experiencia y mejorar en sectores que conoce como café, flores, plásticos y metal.

Los libros de Porter son parte obligada de todas las maestrías en administración de empresas (MBA) del mundo, una teoría económica que ha conducido a muchas naciones por la senda del crecimiento económico y la prosperidad.

Porter es autor de varios libros sobre el tema, profesor de la materia en la escuela de negocios de la Universidad de Harvard, asesor y miembro de consejos competitivos de decenas de naciones alrededor del mundo. Con sus cerca de 30 años enseñando al mundo cómo competir, le contó a EL TIEMPO lo que encontró en Colombia, y dejó algunas recomendaciones.

Profesor Porter, ¿cuáles considera que son los principales temas que Colombia debe resolver para ponerse en el camino de la competitividad?

En primer lugar, Colombia tiene, definitiva e inequívocamente, una tendencia a la mejoría, bastante notable a partir del final de la década pasada. Pero aunque las cosas están mejor, el rendimiento no es el deseable: las exportaciones no son tan altas, la inversión no tiene la dimensión que podría, y para mejorar deben cambiar ese contexto de bajo desempeño por uno de eficiencia, basado en la competencia de la microeconomía y reformas a su sistema legal, entre otras.

Pero la seguridad personal, la reducción de la violencia, de la influencia del narcotráfico en la economía y la estabilidad de las reglas del juego, como factores generadores de confianza, son la base del cambio y es indispensable sostenerlas en el tiempo.

¿Qué factores son críticos entonces para el desarrollo de esa microeconomía de la competitividad?

Se deben corregir cuanto antes las deficiencias del sistema regulatorio. Las aprobaciones, permisos, certificados, licencias -todas actividades de gobierno- son lentas, costosas y en muchos casos envuelven múltiples agencias. Una única agencia responsable de que todo suceda en el menor tiempo posible sería ideal para que hacer negocios en Colombia sea fácil a los ojos del mundo entero.

La percepción que se tiene de su sistema de impuestos es que es algo muy complejo, de reglas cambiantes, que dificulta incluso la misma interacción de los contribuyentes. Se dan incentivos que luego se cambian y es un sistema lleno de reglas. En lugar de todas esas reglas podrían crear, por ejemplo, una tasa única de impuestos, más baja que las actuales. Se baja la tasa pero se aumenta la base de contribuyentes. Por ejemplo, si a las pymes, que aún cuando son cruciales para el empleo y el desarrollo se encuentran mayoritariamente en la informalidad, se les permite pagar una tasa baja mientras facturen menos de cierto monto y cuando hayan madurado se les pasa a la del resto de las empresas, se podrían sumar a la base de contribuyentes.

En cuanto a logística e infraestructura, las carreteras no son tan buenas y las regiones las necesitan para comercializar sus productos y servicios. Colombia tiene unas pésimas clasificaciones a escala internacional, que deben ser mejoradas. Por ejemplo, en la del Banco Mundial Colombia ocupa el lugar 70 entre 74 respecto a comercio a través de fronteras, y similares posiciones en pago de impuestos, PIB per capita, etc. Ahí definitivamente hay espacio para crecer.

¿Que debería incluir una estrategia de largo plazo?

Una combinación de varios ingredientes, pero por ejemplo, la mejora de las habilidades de su mano de obra. Si van a competir sin habilidades ni educación superior, enfrentará a mil millones de chinos y mil millones de indios, con los que competir mano a mano será casi imposible.

¿Cómo nos recomienda entonces avanzar?

Mejoren la sofisticación de lo que producen hoy en su país, construyan sobre lo que saben hacer bien. En primer lugar deben construir sobre sus fortalezas. Si hacen buen café, hagan uno mejor. Investiguen sobre tecnologías y mejores métodos de producción; enriquezcan la oferta; búsquenle nuevos mercados a sus productos tradicionales y a los mismos mejorados, sofisticados. Lo que no pueden hacer es saltar a fabricar aviones u otras cosas que desconocen del todo, porque no sólo sería una estrategia riesgosa en el entorno de la competitividad global, sino que tomaría una eternidad madurar un cluster de industrias relacionadas con algo enteramente nuevo.

Parecería haber aquí una contradicción con la teoría del profesor Hausman...

El profesor Hausman y yo estamos de acuerdo en que Colombia necesita que su economía alcance mayores niveles de productividad. Donde podemos estar en desacuerdo es en cómo lograrlo, con las mejores opciones de éxito. Él recomienda moverse hacia los bienes producidos con alta tecnología que los países desarrollados exportan. Eso sería posible en el largo plazo, pero hemos aprendido que para aumentar las exportaciones es necesario construir sobre áreas donde ya haya fortalezas.
Colombia debería empezar por mejorar los productos que ya exporta, como flores y café. Así aumentará su ingreso por unidad. Luego, debería expandirse hacia otras industrias dentro de los
clusters en los que tiene fortalezas, como plásticos y manufacturas de metal. Haciéndolo así, explota y promueve los clusters existentes. Finalmente, Colombia debería aumentar sus exportaciones en clusters relacionados con sus fortalezas. Del petróleo y gas puede entrar a la industria de químicos sofisticados. De la agricultura, crecer en logística y avanzar hacia alimentos especializados.

¿Qué clusters sería evidente fortalecer y sofisticar en Colombia?

Plásticos, y otros derivados del petróleo que ya hemos estudiado; metales, café y otros ya identificados.

Las alternativas básicas son las de ampliar y profundizar posiciones en clusters en los que el país ya esté presente. Desplazar estos clusters a áreas relacionadas, como por ejemplo: si ya están en petróleo y sus derivados, moverse hacia derivados más sofisticados. Esto se relaciona con las pericias que ya tienen construidas y sobre las cuáles pueden fácilmente construir.

En ese camino, ¿qué opinión tiene de mecanismos como el de las zonas francas?

Son una idea perfecta. Pero mantengan esa idea simple, no la compliquen. Ideal para empresas de IP, electrónica, etc. La visión más amplia implica poner todas las herramientas posibles dentro y alrededor de los clusters, dentro o fuera de zonas francas, con los ojos puestos en el nivel regional.

¿Algún comentario final?

El sábado pasado me reuní en Bogotá con un grupo de industriales que fueron enfáticos en señalar que a su juicio los medios se enfocan demasiado en lo negativo y se esfuerzan poco por exaltar lo positivo que sucede en Colombia. Es importante que, guardando su objetividad, destaquen también lo positivo; la confianza de su propia gente en las consecuencias de lo que están haciendo es clave para el avance de la competitividad y el desarrollo, y los medios tienen una enorme responsabilidad allí. Fue irónico que minutos después de terminar esta reunión, EL TIEMPO me llamara para una entrevista, donde tengo que decir que Colombia está mejor, por el buen camino y que puede llegar muy lejos si encuentra el modelo adecuado.



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Ignacio Gómez Escobar
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