domingo, mayo 30, 2010

Manos extranjeras le ganaron la carrera al miedo



Manos extranjeras le ganaron la carrera al miedo

Manos extranjeras le ganaron la carrera al miedo

EL MIEDO ESTABA ahí, en la mente y en el corazón. Pero no sucumbieron a la mala imagen y se arriesgaron. Llegaron aquí, a tierra ajena y hoy son empresarios de galletas, de la hotelería, de negocios en madera y hasta de pizzería. Cuatro ejemplos de amor foráneo.
Juan David Correa López | Medellín | Publicado el 30 de mayo de 2010
Auno lo enamoró el pescuezo de gallina relleno que encontró en las calles de Villa de Leyva. A otro, el amor de una buena mujer lo hizo abandonar Italia. Uno más quiso probar suerte en los negocios en una ciudad desconocida que lo sorprendió, lo asustó y lo convenció. Y el último llegó por obligación, pero se quedó por convicción.

Cuatro historias de extranjeros que un día decidieron traer sus huesos para esta tierra llena de verde encendido y de una imagen difusa entre la violencia y el esplendor, donde encontraron la oportunidad de hacer negocios. Cada uno en lo suyo, con sus sueños y a su manera, creó empresas de la nada.

» Grecia, Italia, Bélgica y Chile ahora tienen un pedazo de amor y de negocios en Medellín

Spiro Gongas, el griego que hace galletas con puro sabor europeo

De la literatura a la realidad. Spiro Gongas leía tranquilamente Cien Años de Soledad en la cálida Corfú, una isla en el mar Jónico de su natal Grecia. Años después, exactamente en 1995, un viaje de turismo a conocer ese país descrito allí lo convenció: "me vengo a vivir acá". ¿Y por qué? Simple: en Villa de Leyva le ofrecieron pescuezo de gallina relleno. "Mágico", dice hoy este hombre que desde entonces invirtió en esa tierra ajena para crear una fábrica de galletas a la que bautizó como Greco. Y el lugar elegido fue Medellín, a donde trasladó una distribuidora de alimentos que tenía en Corfú para convertirla en el sueño de negocios que hoy le genera empleo a 70 personas. Pero no fue fácil. Para aprender el idioma trabajó ocho meses como operario cargando cajas en una empresa de unos amigos griegos que ya estaban por estas tierras.

De ahí, la oportunidad de comprar una compañía de galletas en crisis le abrió el camino para cumplir su sueño. Sin embargo, duró dos años antes de conseguir la maquinaria necesaria para arrancar con las galletas finas para un segmento de estrato medio y alto. "En ese entonces no se conocían y las ponían en los almacenes como producto importado", cuenta. En los primeros años, su familia no veía con buenos ojos su nuevo hogar. Pero se los trajo y los convenció. "Cuando llega un extranjero a Colombia se siente absolutamente bien acogido", dice. Hoy, cuando su mente vuelve atrás, dice que la decisión de venir a invertir acá fue la mejor. Por eso, no duda en recomendarlo a cualquier extranjero. "Uno necesita sentirse cómodo y contar con la calidad humana que tienen Colombia y Medellín, la formación profesional y la gente es emprendedora, trabaja duro y eso es de admirar".

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Giuseppe Mele, el italiano que quiere hacerles probar a los medellinenses el auténtico sabor de la pizza natural

La imagen del verde encendido de Rionegro lo impactó. "Parece Suiza", dice Giuseppe Mele en un italiano que aún no lo abandona. Hace cinco años llegó a Colombia. El amor de su esposa, Olga Candelaria Ortiz, y las bellezas que varios amigos le hablaron sobre Colombia, lo convencieron.

"En Europa se parla muy mal de Colombia. Pero no estoy muy de acuerdo porque uno tiene que venir aquí, mirar con sus ojos este país que encanta".
Ahora, a sus 40 años, Mele, oriundo de Bari, quiere hacerle probar a los medellinenses el verdadero sabor de la pizza italiana. En un local de 220 metros cuadrados en el recién inaugurado Mall del Este, quiere hacer realidad su sueño. Aún faltan detalles, pero en dos semanas abrirá Pizzos, el nombre que bautizó la tradición familiar por hacer esta comida que ya tiene sucursales en Italia y Venezuela.

Una pizza de 33 centímetros de diámetro será su receta. Además del amor que ya le tiene a Medellín, espera atraer a los amantes de esta comida con una masa cien por ciento natural y un sabor único que proporcionará un horno importado de Italia, luego de varios meses de investigación en el que probó muchas de las pizzas que se hacen en la ciudad.
"La pizza acá es muy americanizada y yo quiero traer la verdadera pizza italiana".

Pero no todo ha sido color de rosa. Los trámites y el precio de las obras para montar su negocio, aún lo sorprenden.  "Los trámites fueron muy complicados y los precios de arreglar un negocio son casi el triple de la misma Italia", dice aunque no fueron obstáculos para invertir y tener ya a 12 empleados listos para arrancar.

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Yannick Loop, el belga que convirtió su amor por el arte en un hotel

A Medellín llegó solo. Fue una aventura hace dos años de pura exploración para hacer negocios. Y el mismo día que pisó esta tierra Yannick Loop, un belga de 47 años, encontró la salvación: una ayuda de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín (ACI), le abrió el camino para convertir su amor por el arte en un hotel boutique, a dos cuadras del Parque Lleras. Este fue el lugar que visitó en aquella exploración y le encantó. Hace un año tomó el riesgo y con otros amigos inversionistas montó el Art Hotel. Hoy, dice, no se arrepiente. "Me impresionó la ciudad desde el mismo día, la gente, la forma cómo acogen al extranjero", dice este ingeniero administrativo oriundo de Lovaina, una ciudad de Bélgica de la que Loop salió para hacer empresa, primero en Buenos Aires (donde creó el primer Art Hotel) y ahora en Medellín. "En general es una cuestión de tirarse a la pileta y empezar a nadar. Uno puede tener una percepción del potencial pero hay que encontrar el nicho y la necesidad específica", dice.

En su hotel, de 54 habitaciones y que emplea a 25 personas, el arte se vive en todas partes. Además, tiene un cine para 40 personas y acceso a todo el lugar para personas discapacitadas.
"El turismo acá todavía no es muy fuerte. Falta un largo camino para explotar el potencial turístico que tiene esta bella ciudad", concluye.

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Renato Satta, el chileno que se quedó en el negocio de la madera

Al principio, no lo niega, la idea de venir a trabajar a Colombia lo inquietó. Pero encontró aquí un sitio que no imaginaba. Por eso, desde el 2007, cuando llegó para explorar la posibilidad de replicar un proyecto forestal de su natal Chile, se enamoró de esta tierra. Renato Satta Espinosa, de 53 años y oriundo de Concepción, primero vivió en un hotel, luego arrendó un apartamento y, por último, se decidió a traer a su esposa y a sus cuatro hijos a vivir a Medellín. Este ingeniero Forestal, magíster en Administración y gerente General de la Compañía Agrícola de la Sierra, está feliz en la ciudad. "Soy un férreo hincha de Colombia, me gustan mucho Medellín y Antioquia. Creo que se destaca la gran fortaleza que tienen los paisas de emprender cosas en esta topografía", asegura.

Su labor, sin embargo, no ha sido fácil. Y más porque el proyecto que emprendió hace tres años en compañía de otros inversionistas, tuvo como destino una compleja zona de Antioquia: el Nordeste antioqueño. La idea, cuenta, es intervenir unas 22 mil hectáreas en un plazo de ocho años de las cuales ya tiene un 10 por ciento. Hoy, Satta es el 'padrino' de 300 empleos directos en esta subregión y espera ampliar más cupos en los próximos años. "El consejo es que vengan a invertir a Colombia, hay muchas cosas todavía por hacer por la potencialidad de esta tierra".
ADMINISTRACION DE LA CADENA DE ABASTECIMIENTO, MONTAJE Y OPERACION DE TIENDAS Y SUPERMERCADOS, INVESTIGACION DE MERCADOS CUALITATIVA Y CUANTITATIVA. igomeze@une.net.co igomeze@gmail.com http://igomeze.es.tl/ VISITE..... Ignacio Gómez Escobar ESTRATEGA EN MERCADEO www.igomeze.es.tl www.igomeze.blogspot.com igomeze@msn.com COLOMBIA - SURAMERICA

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