Lecciones de marketing de un músico callejero
(jueves, 14 de febrero de 2013)
Pietro Mascagni |
En un viaje a Londres, escuchó el compositor a un músico callejero interpretar con su organillo un fragmento de aquella ópera frente al hotel en el que se alojaba. Al parecer del autor, que algo sabría de aquella partitura que había salido de su cabeza, el organillero estaba tocando el fragmento demasiado ligero, es decir, algo acelerado. El autor se dirigió al músico y le reprendió por interpretar mal su obra, diciéndole que la estaba tocando demasiado ligero.
¿Y quién es usted para hacer observaciones? Le respondió el otro algo enfadado. Entonces Mascagni se identificó como el autor de la obra y al momento le cerró la boca con tal argumento al organillero. Además, para mostrarle cómo debía hacerse, Mascagni tomó el lugar del interpreté callejero y tocó su propia composición.
Al día siguiente, al salir del hotel, Mascagni se encontró con el mismo organillero, en el mismo lugar, pero con un cartel enorme que rezaba: “Discípulo de Mascagni”.
Hay que decir que técnicamente no mentía aquel buen hombre, aunque su afirmación quizás era un poco exagerada. En cualquier caso, demostró tener talento para el marketing y para aprovechar las ocasiones, incluso cuando estas hubieran partido de un error.
Fuente: Mis anécdotas favoritas, de Carlos Fisas.
IGNACIO GOMEZ ESCOBAR igomeze@gmail.com skype: igomeze (+57) 3176677496
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