miércoles, febrero 19, 2014

KFC: Un storytelling lleno de magia

KFC: Un storytelling lleno de magia

KFC: Un storytelling lleno de magia

En el branding existe un espacio donde el gerente de marca pone a volar su imaginación hasta los más altos niveles, allí la capacidad creativa no tiene límite, es el lugar de la fantasía de la marca, de su arte, de su máxima creación literaria y de todo el contenido mágico que encierra el branding.

Se trata de uno de los elementos del EMA más nuevos, denominado storytelling, que busca, con toda la magia, contar la historia de la marca de una manera que enamore al consumidor y resalte los principales valores. Como todos los cuentos de hadas, éste debe tener verosimilutud y ser capaz de introducir al cliente en el mundo de la ficción y la fantasía.

¿O acaso no se ha escuchado sobre la fórmula secreta de Coca-Cola que sólo la saben dos personas en el mundo y por eso no les es permitido viajar juntos? Y qué decir del “toque secreto” que pone Papá Noel a la salida del horno en las galletas Ducales de Noel, el mismo toque que hace imposible reconocer si se trata de un producto dulce o salado que tiene boronas que se deshacen en la boca. Havaianas, la marca brasilera, no se queda atrás contando su origen y cómo llegó el color a sus productos, ni mucho menos el famoso vino Casillero del Diablo que tiene una leyenda que se relaciona directamente con su naming.

En esta oportunidad destacaremos uno de los más antiguos storytellings que sin lugar a dudas se trata de los mejores casos de este EMA. Hablaremos entonces de la franquicia de comidas rápida KFC (Kentucky Fried Chicken) fundada en 1939 que actualmente cuenta con más de 18 mil restaurantes alrededor del mundo.

Esta marca, a pesar de pertenecer desde 1986 a la multinacional PepsiCo, conserva, a través del EMA toda la herencia de marca con la figura del Coronel Harland Sanders (fundador de la marca) en su logo y un storytelling que siempre la acompaña.

Dice la leyenda que el pequeño de 12 años H.Sanders (después Coronel de Kentucky), tras la muerte de su padre preparaba un pollo crujiente aderezado con once especies y aromas diferentes, condimentos que lo hacían único y preferido por todos los comensales. El éxito de esta receta propia fue tal, que en 1940 el Coronel decidió patentarla y mantenerla en secreto, copiada en una caja de seguridad custodiada cuya clave sólo conocen dos empleados de los cuales no se revela su nombre.

Actualmente, para proteger el secreto de la receta del pollo KFC, una compañía prepara una parte de la mezcla que le entrega a otra organización que se encarga de incorporarla a un preparado que han elaborado con antelación. Así, ninguna empresa puede afirmar que conoce la receta completa. Con el fin de asegurar la estandarización del sabor, se emplea un sistema de procesamiento por computador que se encarga de homogenizar y evaluar que el sabor si sea fiel a la receta creada por el Coronel hace más de 75 años.

Dice las malas lenguas, que tras un arduo trabajo de espionaje, se logró descubrir la receta completa del pollo frito, y que ésta ya fue publicada (Preparar el pollo a 200 grados C y luego reducirlo a 120 grados C. Agregar en su cobertura media cucharadita de MSG, harina, sal, pimienta negra, cayena, páprika, salvia en polvo, coriandro molido, tomillo, ajo y aceite). Sin embargo, sea éstas o no las once especies y aromas secretas del Coronel, lo que si fue revelado desde hace 6 días es que el pollo es de origen Colombiano y a partir de entonces así será declarado en sus menús.

Cualquiera que sea la receta original, revelada o no, la magia del sabor y del storytelling de KFC no se pierde, pues como bien dicen por ahí, “cualquier producto o servicio es imitable. Una marca solo es falsificable” (I. Ochoa)

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