Las adversidades le han forjado el camino empresarial | Vanguardia.com
Domingo 03 de Diciembre de 2017 - 12:01 AM
Las adversidades le han forjado el camino empresarial
Cada estrategia diseñada en supermercados La Canasta es pensada en fidelizar a sus clientes, ofrecer precios justos y las mejores experiencias de compras para quienes los visita.
La Canasta tiene clasificado su portafolio en tres líneas de productos: los bajitos, La Canasta y las líneas comerciales.
(Foto: Fabián Hernández / VANGUARDIA LIBERAL)
La panadería de La Canasta es un espacio dentro del supermercado con una oferta gastronómica que busca satisfacer los principales gustos de sus clientes.
(Foto: Fabián Hernández/ VANGUARDIA LIBERAL)
La Canasta cuenta con su sección fruver, con una variedad de frutas y verduras frescas.
(Foto: Fabián Hernández / VANGUARDIA LIBERAL)
Para Esperanza Isaza la competencia es más un ventaja que desventaja, que permite hacer un balance de lo bueno, lo malo y de aquellos aspectos que se deben mejorar al interior de la compañía.
Siguiendo este el consejo que siempre le ha inculcado su madre, Javier Parra, gerente general del supermercado La Canasta, ha logrado superar los obstáculos que le ha traído la vida empresarial.
“Cuando llegamos hace 24 años acá (punto de venta) éramos el único supermercado de esta zona, pero abrió el Centro Comercial Parque Caracolí y con él llegó Más por Menos, al tiempo Justo y Bueno, al frente tengo una plaza campesina, que abrió con unos precios muy bajos, y hace poco tiempo me abrieron al lado una canasta campesina, con el mismo logo nuestro, pero no tienen relación comercial con nuestra empresa, ahí estamos en esa demanda; entonces todo esto ha sido muy difícil”, confiesa Javier.
Pero nada de esto le impidió continuar adelante, tener buenos resultados y seguir siendo la opción preferida de sus clientes a la hora de mercar.
Javier explica que para no permitir que las tiendas de grandes superficies que venden a bajos precios afecten las ventas de su supermercado, La Canasta creó la línea económica ‘Las bajitas’, en la que ofrece un portafolio de productos variados entre los que se destacan alimentos (abarrotes, leche y atún) y productos de aseo (suavizantes, lavarropa, limpiavidrios, desengrasantes, guantes y detergente de ropa, entre otras).
“Con ello competimos, aunque no tenemos todo el portafolio que ellos manejan, ofrecemos los principales productos que más nos afectaron inicialmente”.
Adicionalmente manejan la línea La Canasta, donde la política es satisfacer las necesidades de sus clientes por precio y calidad.
El 2017 no ha sido un año fácil para la economía nacional y La Canasta no ha dejó de estar afectado por esta situación, afortunadamente, afirma Javier, desde septiembre a la fecha la dinámica mejoró con una recuperación importante en ventas.
“Ha sido un año duro, pero desde septiembre hemos visto una recuperación en ventas. Notamos que las personas estaban precavidas en qué gastar, en enero tuvimos una caída del 20% en las ventas, comparado con enero de 2016, en un negocio como este es significativo y para hacer esa recuperación en temas de contabilidad se debe empezar a sumar”, explica el gerente general del supermercado.
Si bien, asegura Javier, durante el año ha tenido meses con crecimientos del 5% y 6%, en otros no se ha registrado la misma dinámica, “nos hemos mantenido y hoy en día estamos en un punto de equilibrio bueno, lo que ha sido septiembre, octubre y noviembre se ha activado y eso nos devuelve las esperanzas”.
Con 24 años de experiencia
En Floridablanca, La Canasta está celebrando su 24 aniversario. El supermercado fue fundada por los esposos Ricardo Parra y Esperanza Isaza quienes decidieron dar el primer paso para la expansión de su negocio y abrir en la región un local.
“La empresa la creó mi mamá, quien es santandereana, pero debido a un traslado laboral de mi papá se radicaron en Boyacá, entonces empezó a buscar una independencia económica, fue cuando abrió una pequeña tienda de abarrotes, pero allí no vendía por unidad, como es tradición en las tiendas de barrio, sino por paquetes, con los años el negocio se consolidó y se convirtió en supermercado de alimentos. Con los años tomó la decisión de expandirse en su ciudad natal”, rememora Javier.
Esta época coincidió con el ingreso a la vida universitaria de Javier, el primogénito de la familia Parra Isaza, quien inició estudios de Administración de empresas en la ciudad y en sus tiempos libres los apoyaba en La Canasta como jefe de personal, mientras Esperanza ejercía como gerente general.
Algunos cambios llegaron al interior del supermercado: Esperanza se retiró, Javier se fue a vivir a Australia, donde estuvo radicado durante 10 años, y Ricardo, el segundo hijo de la familia Parra Isaza se desempeñó como gerente general.
“En Australia estudié inglés e hice una maestría; sin embargo seguía siempre investigando sobre como potenciar la empresa familiar, fue así como un día le mandé a mi mamá una estrategias de negocio que podía implementar en el supermercado, la respuesta de ella fue que esa propuesta si fortalecería la compañía, entonces me planteó regresar, lo hice y pedí una licencia de seis meses y me quedé un año, llamé a mi jefe y le dije que no regresaba”, cuenta.
Si bien Ricardo siempre tuvo buenos resultados dentro de la empresa, se retiró y dedicó al mundo religioso como Pastor; en el 2011 Javier asumió nuevamente el cargo directivo, el cual sigue desempeñando.
Ideas asertivas
Durante este tiempo, Javier no ha dejado de innovar. Aunque sus papás están retirados, siguen haciendo una supervisión de las decisiones de la empresa.
“Lo más difícil que he enfrentado desde que estoy al frente de la empresa es el cambio de mentalidad, pero mostrando los resultados con números decidieron apoyar las ideas, que han sido positivas para la compañía”, afirma Javier.
Dentro de algunos proyectos emprendidos por el supermercado está el Bingo ganatón de La Canasta, la adecuación del parqueadero y reestructuración del mismo que consistió en la instalación de unos elevadores, que hoy tiene una capacidad para parqueo de 52 vehículos y más de 50 motos.
Además, dentro de su compromiso ambiental, La Canasta decidió implementar en su infraestructura paneles solares, proyecto que les ha traído buenos resultados económicos.
“Este último proyecto nos ha dado resultados económicos buenos, porque los elevadores del parqueadero funciona 100% con electricidad y es un servicio que se iba a incrementar, pero con los paneles no lo hemos sentido, seguimos pagando lo mismo, nos estamos ahorrando el 15% de energía”, asevera el empresario. Debido a estos resultados, el supermercado planea implementar el 80% de su energía con este sistema.
La Canasta seguirá creciendo en la ciudad. Dentro de los sectores que contempla está al norte de Bucaramanga, Piedecuesta y el barrio La Cumbre, en Floridablanca.
Domingo 03 de Diciembre de 2017 - 12:01 AM
Las adversidades le han forjado el camino empresarial
Cada estrategia diseñada en supermercados La Canasta es pensada en fidelizar a sus clientes, ofrecer precios justos y las mejores experiencias de compras para quienes los visita.
La Canasta tiene clasificado su portafolio en tres líneas de productos: los bajitos, La Canasta y las líneas comerciales.
(Foto: Fabián Hernández / VANGUARDIA LIBERAL)
La panadería de La Canasta es un espacio dentro del supermercado con una oferta gastronómica que busca satisfacer los principales gustos de sus clientes.
(Foto: Fabián Hernández/ VANGUARDIA LIBERAL)
La Canasta cuenta con su sección fruver, con una variedad de frutas y verduras frescas.
(Foto: Fabián Hernández / VANGUARDIA LIBERAL)
Para Esperanza Isaza la competencia es más un ventaja que desventaja, que permite hacer un balance de lo bueno, lo malo y de aquellos aspectos que se deben mejorar al interior de la compañía.
Siguiendo este el consejo que siempre le ha inculcado su madre, Javier Parra, gerente general del supermercado La Canasta, ha logrado superar los obstáculos que le ha traído la vida empresarial.
“Cuando llegamos hace 24 años acá (punto de venta) éramos el único supermercado de esta zona, pero abrió el Centro Comercial Parque Caracolí y con él llegó Más por Menos, al tiempo Justo y Bueno, al frente tengo una plaza campesina, que abrió con unos precios muy bajos, y hace poco tiempo me abrieron al lado una canasta campesina, con el mismo logo nuestro, pero no tienen relación comercial con nuestra empresa, ahí estamos en esa demanda; entonces todo esto ha sido muy difícil”, confiesa Javier.
Pero nada de esto le impidió continuar adelante, tener buenos resultados y seguir siendo la opción preferida de sus clientes a la hora de mercar.
Javier explica que para no permitir que las tiendas de grandes superficies que venden a bajos precios afecten las ventas de su supermercado, La Canasta creó la línea económica ‘Las bajitas’, en la que ofrece un portafolio de productos variados entre los que se destacan alimentos (abarrotes, leche y atún) y productos de aseo (suavizantes, lavarropa, limpiavidrios, desengrasantes, guantes y detergente de ropa, entre otras).
“Con ello competimos, aunque no tenemos todo el portafolio que ellos manejan, ofrecemos los principales productos que más nos afectaron inicialmente”.
Adicionalmente manejan la línea La Canasta, donde la política es satisfacer las necesidades de sus clientes por precio y calidad.
El 2017 no ha sido un año fácil para la economía nacional y La Canasta no ha dejó de estar afectado por esta situación, afortunadamente, afirma Javier, desde septiembre a la fecha la dinámica mejoró con una recuperación importante en ventas.
“Ha sido un año duro, pero desde septiembre hemos visto una recuperación en ventas. Notamos que las personas estaban precavidas en qué gastar, en enero tuvimos una caída del 20% en las ventas, comparado con enero de 2016, en un negocio como este es significativo y para hacer esa recuperación en temas de contabilidad se debe empezar a sumar”, explica el gerente general del supermercado.
Si bien, asegura Javier, durante el año ha tenido meses con crecimientos del 5% y 6%, en otros no se ha registrado la misma dinámica, “nos hemos mantenido y hoy en día estamos en un punto de equilibrio bueno, lo que ha sido septiembre, octubre y noviembre se ha activado y eso nos devuelve las esperanzas”.
Con 24 años de experiencia
En Floridablanca, La Canasta está celebrando su 24 aniversario. El supermercado fue fundada por los esposos Ricardo Parra y Esperanza Isaza quienes decidieron dar el primer paso para la expansión de su negocio y abrir en la región un local.
“La empresa la creó mi mamá, quien es santandereana, pero debido a un traslado laboral de mi papá se radicaron en Boyacá, entonces empezó a buscar una independencia económica, fue cuando abrió una pequeña tienda de abarrotes, pero allí no vendía por unidad, como es tradición en las tiendas de barrio, sino por paquetes, con los años el negocio se consolidó y se convirtió en supermercado de alimentos. Con los años tomó la decisión de expandirse en su ciudad natal”, rememora Javier.
Esta época coincidió con el ingreso a la vida universitaria de Javier, el primogénito de la familia Parra Isaza, quien inició estudios de Administración de empresas en la ciudad y en sus tiempos libres los apoyaba en La Canasta como jefe de personal, mientras Esperanza ejercía como gerente general.
Algunos cambios llegaron al interior del supermercado: Esperanza se retiró, Javier se fue a vivir a Australia, donde estuvo radicado durante 10 años, y Ricardo, el segundo hijo de la familia Parra Isaza se desempeñó como gerente general.
“En Australia estudié inglés e hice una maestría; sin embargo seguía siempre investigando sobre como potenciar la empresa familiar, fue así como un día le mandé a mi mamá una estrategias de negocio que podía implementar en el supermercado, la respuesta de ella fue que esa propuesta si fortalecería la compañía, entonces me planteó regresar, lo hice y pedí una licencia de seis meses y me quedé un año, llamé a mi jefe y le dije que no regresaba”, cuenta.
Si bien Ricardo siempre tuvo buenos resultados dentro de la empresa, se retiró y dedicó al mundo religioso como Pastor; en el 2011 Javier asumió nuevamente el cargo directivo, el cual sigue desempeñando.
Ideas asertivas
Durante este tiempo, Javier no ha dejado de innovar. Aunque sus papás están retirados, siguen haciendo una supervisión de las decisiones de la empresa.
“Lo más difícil que he enfrentado desde que estoy al frente de la empresa es el cambio de mentalidad, pero mostrando los resultados con números decidieron apoyar las ideas, que han sido positivas para la compañía”, afirma Javier.
Dentro de algunos proyectos emprendidos por el supermercado está el Bingo ganatón de La Canasta, la adecuación del parqueadero y reestructuración del mismo que consistió en la instalación de unos elevadores, que hoy tiene una capacidad para parqueo de 52 vehículos y más de 50 motos.
Además, dentro de su compromiso ambiental, La Canasta decidió implementar en su infraestructura paneles solares, proyecto que les ha traído buenos resultados económicos.
“Este último proyecto nos ha dado resultados económicos buenos, porque los elevadores del parqueadero funciona 100% con electricidad y es un servicio que se iba a incrementar, pero con los paneles no lo hemos sentido, seguimos pagando lo mismo, nos estamos ahorrando el 15% de energía”, asevera el empresario. Debido a estos resultados, el supermercado planea implementar el 80% de su energía con este sistema.
La Canasta seguirá creciendo en la ciudad. Dentro de los sectores que contempla está al norte de Bucaramanga, Piedecuesta y el barrio La Cumbre, en Floridablanca.
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