“Los negocios chicos están obligados a cambiar de formato para subsistir”: Fenalco | EL PILÓN
“Los negocios chicos están obligados a cambiar de formato para subsistir”: Fenalco
El director de Fenalco, seccional Cesar, Octavio Pico Malaver, dialogó con EL PILÓN sobre las perspectivas económicas en la región. Leonardo Alvarado/EL PILÓN
En el Cesar existe una seccional de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, que agrupa a 140 afiliados de diferentes sectores como: autopartes, transporte, salud; educación, tecnología y conocimiento; grandes superficies, abarrotes; construcción e inmobiliarios, textiles, turismo, entre otros, que genera impacto económico en la región.
Cabe recordar que Fenalco es una entidad gremial, sin ánimo de lucro, encargada de fomentar el desarrollo del comercio y de orientar, representar y proteger sus intereses. Trabaja por el desarrollo del comercio, para esto busca lucha por el afianzamiento de las instituciones democráticas y promueve la solidaridad gremial, la eficiencia y la modernización de los empresarios colombianos.
Su director, Octavio Pico Malaver dialogó con EL PILÓN sobre su visión de algunas temáticas que priman en la actualidad. Es Ingeniero Industrial, especialista en Gestión Comercial y Economía, lleva 20 años en Fenalco y hace parte de la junta directiva del SENA y de la junta directiva de Comfacesar, también es gerente comercial de Disalpico.
¿Cómo está el comercio en Valledupar teniendo en cuenta las dificultades económicas del país y del mundo?
El comercio en Valledupar es un reflejo de lo que ocurre en el país; nosotros somos una fiel copia de la realidad económica. Aquí se desarrollan todas las actividades, por lo menos las comerciales que en el país hay. Nosotros consideramos que la ciudad en cuanto al comercio tiene apuestas interesantes. Estamos acercándonos a momentos donde uno dice que en la ciudad se encuentra todo lo que se conseguiría en otras ciudades del país, desde tecnología hasta las cosas básicas.
Valledupar es una ciudad que comercialmente va creciendo por la realidad que afrontamos, puesto que somos la capital económica del Cesar, sur de La Guajira, sur del Magdalena y un poco occidente de Bolívar.
¿De qué manera centros comerciales o almacenes de grandes superficies han afectado los negocios pequeños como tiendas, depósitos y almacenes de variedades?
Con Guatapurí Plaza, Mayales Plaza, Unicentro y Megamall, por no hablar de Orbe y otros emprendimientos de grandes superficies que han colocado formato en los barrios, indica que estamos creciendo. En la medida que han tenido ofertas diferenciadas, ofertas con valor agregado, con ampliación del portafolio, han hecho que los negocios tradicionales tengan que por obligación cambiar su formato. Es una realidad presente y vigente, si no lo hacemos nos van a barrer.
¿Qué opina de los supermercados a precios más bajos como Justo y Bueno?
En los últimos meses han entrado a la ciudad negocios de ‘descuento duro’ como Justo y Bueno, que suponen una nueva forma de mercadear, una nueva forma de ofrecer, que tienen un formato que se basa en la oferta de productos diferenciados por marcas, donde la marca blanca (que representa y vende el mismo productor, o marca que se producen para esa misma cadena) es la que predomina.
Allí no se venden marcas premium ni aspiracionales, sino las básicas, que suplen las necesidades de una categoría especial de consumidor. Esto se convierte en un reto porque los que tienen negocios chicos o tradicionales se ven obligados en cambiar el formato, o sea: la disposición de su negocio, su exhibición, su logística, su atención y su portafolio.
¿Sigue la tienda de barrio siendo la principal proveedora en sectores populares?
Las tiendas de barrio manejan como el 60 % de lo que es la canasta básica familiar, el resto está en los otros formatos que acabamos de mencionar. Las tiendas tienen ventajas sobre otros negocios como: la cercanía. Atiende cerca de 30 familias, por lo que los tendederos tienen conocimiento específico de esos grupos; hay de todo en presentaciones chicas o el llamado ‘menudeo’, además es el ‘club de la esquina’. Se va a charlar, a dejar las llaves, una razón, a chismosear…, lo cual las vuelve vigente.
Tienen la posibilidad de diferenciar la oferta, bajo el axioma que “lo que le hayan preguntado dos veces es un producto que se está consumiendo en el sector”, mientras que las grandes superficies y grandes negocios tienen todo un plan de expansión y mercadeo por categorías y espacios.
¿Qué hacen las tiendas con supermercados como Mi Futuro, que cada vez ingresa más a sectores populares?
Las tiendas deben comprarle a Mi Futuro porque este maneja el volumen y de una u otra manera le está prestando un servicio a la tienda, trayéndole productos de otras partes del país como plátano del Quindío, carne de La Dorada, repollo de Tunja, entre otros. Es competencia, pero a la vez aliado.
Se torna competencia cuando en los barrios se está metiendo. Es una realidad económica que nadie puede detener, frente a lo cual el tendero debe reaccionar por cuestión de supervivencia, puesto que el consumidor cada vez se torna más selectivo y más que consumir está buscando experiencias de compra (atención, exhibición, ubicación, entre otros aspectos).
¿De qué manera la inseguridad afecta el sector de los comerciantes?
De una manera contundente o en grado superlativo. Es uno de los grandes flagelos que afectan a los comerciantes y específicamente el hurto a personas, por eso hay que apoyar las disposiciones que las autoridades policivas dispongan al respecto.
De acuerdo en el DANE hay muchos desempleados, lo cual influye en la capacidad adquisitiva.
¿Esto ha bajado las ventas?
Sin duda. Cuando no hay personas que generan ingresos, no hay generación de transacciones y por ende, no hay generación de riqueza y el colectivo no se nutre. Hay desempleo y hay que crear estrategias para contrarrestarlo, pero no hay que esperar que se den por decreto.
Pese a lo anterior las ventas no han bajado, al menos así me lo reportan mis afiliados; por ejemplo, el sector de abarrotes subió un 11 % en el 2017, las grandes cadenas subieron un 6 % y las carnes procesadas incrementaron en el 12 %. Esta situación se da porque hay más gente y por ende, más consumo.
Se aprecian cierre de franquicias en la ciudad. ¿Cómo analiza esta situación?
En eso es necesario cumplirle las exigencias del franquiciante en términos de estructuras de proceso, manejo de imagen corporativa, escala de precios, formulación de productos, contribución marginal, entre otros aspectos, por lo que me toca ser ordenado en encontrar el punto de equilibrio y rendimientos en cierto tiempo. Parte de la obligatoriedad de hacer un análisis del mercado antes de llegar a colocar el dinero y es clave encontrar en esas variables que no son manejadas por mí una aproximación que permita continuar en el negocio.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
“Los negocios chicos están obligados a cambiar de formato para subsistir”: Fenalco
El director de Fenalco, seccional Cesar, Octavio Pico Malaver, dialogó con EL PILÓN sobre las perspectivas económicas en la región. Leonardo Alvarado/EL PILÓN
En el Cesar existe una seccional de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, que agrupa a 140 afiliados de diferentes sectores como: autopartes, transporte, salud; educación, tecnología y conocimiento; grandes superficies, abarrotes; construcción e inmobiliarios, textiles, turismo, entre otros, que genera impacto económico en la región.
Cabe recordar que Fenalco es una entidad gremial, sin ánimo de lucro, encargada de fomentar el desarrollo del comercio y de orientar, representar y proteger sus intereses. Trabaja por el desarrollo del comercio, para esto busca lucha por el afianzamiento de las instituciones democráticas y promueve la solidaridad gremial, la eficiencia y la modernización de los empresarios colombianos.
Su director, Octavio Pico Malaver dialogó con EL PILÓN sobre su visión de algunas temáticas que priman en la actualidad. Es Ingeniero Industrial, especialista en Gestión Comercial y Economía, lleva 20 años en Fenalco y hace parte de la junta directiva del SENA y de la junta directiva de Comfacesar, también es gerente comercial de Disalpico.
¿Cómo está el comercio en Valledupar teniendo en cuenta las dificultades económicas del país y del mundo?
El comercio en Valledupar es un reflejo de lo que ocurre en el país; nosotros somos una fiel copia de la realidad económica. Aquí se desarrollan todas las actividades, por lo menos las comerciales que en el país hay. Nosotros consideramos que la ciudad en cuanto al comercio tiene apuestas interesantes. Estamos acercándonos a momentos donde uno dice que en la ciudad se encuentra todo lo que se conseguiría en otras ciudades del país, desde tecnología hasta las cosas básicas.
Valledupar es una ciudad que comercialmente va creciendo por la realidad que afrontamos, puesto que somos la capital económica del Cesar, sur de La Guajira, sur del Magdalena y un poco occidente de Bolívar.
¿De qué manera centros comerciales o almacenes de grandes superficies han afectado los negocios pequeños como tiendas, depósitos y almacenes de variedades?
Con Guatapurí Plaza, Mayales Plaza, Unicentro y Megamall, por no hablar de Orbe y otros emprendimientos de grandes superficies que han colocado formato en los barrios, indica que estamos creciendo. En la medida que han tenido ofertas diferenciadas, ofertas con valor agregado, con ampliación del portafolio, han hecho que los negocios tradicionales tengan que por obligación cambiar su formato. Es una realidad presente y vigente, si no lo hacemos nos van a barrer.
¿Qué opina de los supermercados a precios más bajos como Justo y Bueno?
En los últimos meses han entrado a la ciudad negocios de ‘descuento duro’ como Justo y Bueno, que suponen una nueva forma de mercadear, una nueva forma de ofrecer, que tienen un formato que se basa en la oferta de productos diferenciados por marcas, donde la marca blanca (que representa y vende el mismo productor, o marca que se producen para esa misma cadena) es la que predomina.
Allí no se venden marcas premium ni aspiracionales, sino las básicas, que suplen las necesidades de una categoría especial de consumidor. Esto se convierte en un reto porque los que tienen negocios chicos o tradicionales se ven obligados en cambiar el formato, o sea: la disposición de su negocio, su exhibición, su logística, su atención y su portafolio.
¿Sigue la tienda de barrio siendo la principal proveedora en sectores populares?
Las tiendas de barrio manejan como el 60 % de lo que es la canasta básica familiar, el resto está en los otros formatos que acabamos de mencionar. Las tiendas tienen ventajas sobre otros negocios como: la cercanía. Atiende cerca de 30 familias, por lo que los tendederos tienen conocimiento específico de esos grupos; hay de todo en presentaciones chicas o el llamado ‘menudeo’, además es el ‘club de la esquina’. Se va a charlar, a dejar las llaves, una razón, a chismosear…, lo cual las vuelve vigente.
Tienen la posibilidad de diferenciar la oferta, bajo el axioma que “lo que le hayan preguntado dos veces es un producto que se está consumiendo en el sector”, mientras que las grandes superficies y grandes negocios tienen todo un plan de expansión y mercadeo por categorías y espacios.
¿Qué hacen las tiendas con supermercados como Mi Futuro, que cada vez ingresa más a sectores populares?
Las tiendas deben comprarle a Mi Futuro porque este maneja el volumen y de una u otra manera le está prestando un servicio a la tienda, trayéndole productos de otras partes del país como plátano del Quindío, carne de La Dorada, repollo de Tunja, entre otros. Es competencia, pero a la vez aliado.
Se torna competencia cuando en los barrios se está metiendo. Es una realidad económica que nadie puede detener, frente a lo cual el tendero debe reaccionar por cuestión de supervivencia, puesto que el consumidor cada vez se torna más selectivo y más que consumir está buscando experiencias de compra (atención, exhibición, ubicación, entre otros aspectos).
¿De qué manera la inseguridad afecta el sector de los comerciantes?
De una manera contundente o en grado superlativo. Es uno de los grandes flagelos que afectan a los comerciantes y específicamente el hurto a personas, por eso hay que apoyar las disposiciones que las autoridades policivas dispongan al respecto.
De acuerdo en el DANE hay muchos desempleados, lo cual influye en la capacidad adquisitiva.
¿Esto ha bajado las ventas?
Sin duda. Cuando no hay personas que generan ingresos, no hay generación de transacciones y por ende, no hay generación de riqueza y el colectivo no se nutre. Hay desempleo y hay que crear estrategias para contrarrestarlo, pero no hay que esperar que se den por decreto.
Pese a lo anterior las ventas no han bajado, al menos así me lo reportan mis afiliados; por ejemplo, el sector de abarrotes subió un 11 % en el 2017, las grandes cadenas subieron un 6 % y las carnes procesadas incrementaron en el 12 %. Esta situación se da porque hay más gente y por ende, más consumo.
Se aprecian cierre de franquicias en la ciudad. ¿Cómo analiza esta situación?
En eso es necesario cumplirle las exigencias del franquiciante en términos de estructuras de proceso, manejo de imagen corporativa, escala de precios, formulación de productos, contribución marginal, entre otros aspectos, por lo que me toca ser ordenado en encontrar el punto de equilibrio y rendimientos en cierto tiempo. Parte de la obligatoriedad de hacer un análisis del mercado antes de llegar a colocar el dinero y es clave encontrar en esas variables que no son manejadas por mí una aproximación que permita continuar en el negocio.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
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