sábado, agosto 21, 2021

Es el nombre más bello que vi en esto llamado retail. En esto que consiste en gente que vende o alquila cosas o servicios a gente.

Es el nombre más bello que vi en esto llamado retail.  En esto que consiste en gente que vende o alquila cosas o servicios a gente.

En su web dice que vende “objetos merecidos”. No sé nada de ellos, ni siquiera si aún existen, pero sé que tienen el nombre más bello que puedes poner a una tienda.

 MIL GRACIAS. Dicen en sus redes sociales: “Es una tienda que reúne a emprendedores, diseñadores, creadores y apasionados por el diseño en un mismo espacio. Deco, pequeños mobiliarios, ideas convertidas en piezas únicas ...objetos merececidos! Puertas adentro, así lo definimos! En un barrio donde se respira diseño, rodeados del buen gusto y el arte como vida cotidiana. Bienvenidos! Casa, showroom, amigos, clientes, talleres curiosos...muchos, pocos! TODOS! Merecemos esta mezcla divertida! Mil Gracias! … de eso se trata!!

No sé absolutamente nada de ellos. Pero me tropecé con su nombre. Bueno, sé algo, sé que están, o estaban, en el bellísimo barrio bonaerense de Palermo, y sé tienen el nombre más bello que se le poner a una tienda.

En esta era donde tod@s, sin excepción, nos declaramos “customercentristas” , donde sucede que tod@s confesamos que estamos obsesionados con los clientes, que todo lo que hacemos es por su bien; en esta era de la urgencia, del envío ultrarápido y del algoritmo omnívoro; en esta época donde nos cuentan, los que no saben de esto, que morirán las tiendas físicas; en esta era de todo tan global, tan de datos, tan de inteligencias artificiales y de astronautas con sombrero de cowboy, nos falta dar más las gracias a la gente que entra en nuestras tiendas, a las personas que visita nuestras casas, que nos elige, y que confía en nosotros, a ellos y ellas que son los que hacen posibles nuestros sueños, a los que debemos el poder existir.

El retail es una cosa de personas que necesitan y ayudan a personas. El resto, es periférico.

Nos falta tanto regresar a esa parte tan simple y humana como es que la gente sienta que nos alegramos porque ellos y ellas han venido. Hoy sabemos tanto de ellos y ellas, gracias a la tecnología, tanto que nos creemos que es suficiente, tanto que nos hemos olvidado de darles más las gracias.  

Se llaman, o se llamaban, MIL GRACIAS, y se dedican a vender objetos merecidos.

Mil gracias por llamaros así.



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