Este emprendedor le apuesta a cerrar la brecha de productividad en Colombia
Sebastián Montes | marzo 20, 2024 @ 5:03:00 am
Hay una verdad absoluta en Colombia: se trabaja mucho, pero se produce poco. A esta premisa se le une otra más preocupante: nadie quiere proponer soluciones al respecto. No obstante, el CEO de Catalizadora Kamay, Anderson Alzate, conversó con Forbes Colombia sobre cómo cambiar este panorama.
De todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Colombia es el que cuenta con la menor productividad, aportando solo US$19,50 a la economía por hora. El problema se agrava al observar que es el que cuenta con el mayor número de horas trabajadas: 2.405 al año, seguido de México con 2.226 y Costa Rica con 2.149 ¿Lo peor? Que nadie se atreve a hablar de ello, o al menos no con la profundidad que merece.
Eso fue lo que se encontró Anderson Alzate desde los 17 años, cuando empezó a estudiar el tema a profundidad mientras investigaba diferentes estrategias para traer desarrollo al país, tema que considera su principal preocupación. Hoy, a sus 25 años, concluye que la productividad es un tema que ningún economista se atreve a hablar o discutir, pues ni siquiera hay propuestas tangibles para mejorarlo.
“El tema de la productividad te explica el 50% del ingreso de un país, su modelo de educación, e incluso qué producto le está vendiendo al mundo (…) Es un tema que tiene que ver con la innovación, las políticas de reindustrialización y los impuestos”, dijo Alzate en diálogo con Forbes Colombia.
Todos estos temas son prioridad para Catalizadora Kamay, la empresa que Alzate dirige desde el 27 de marzo de 2021, aunque reconoce que la idea lleva en práctica más o menos cinco años. Hasta la fecha, la compañía ha impactado indirectamente a 8.321 empresas y lleva unas 343 compañías catalizadas, lo que implica que las mejoras productivas que se buscaban tuvieron efecto.
De acuerdo con el directivo, esa es la gran diferencia entre catalización y consultoría, pues la primera permite crear un modelo de implementación de buenas prácticas, mientras que la segunda consiste en entregar a las empresas un documento con recomendaciones de las cuales solo se implementan algunas. Para Alzate, muchas veces es necesario pasar de los papeles a la acción.
Con esta metodología, han ayudado a crear unos 11.576 nuevos puestos de trabajo y, en cuanto a utilidades, de las 343 compañías catalizadas, han cooperado con ellas para incrementarlas hasta $270 millones anuales en promedio. Todo esto mediante generación de valor agregado que les ha permitido vender hasta $92.610 millones en excedentes, crecer 37% en términos reales y aumentar su rentabilidad hasta 23,5%. “Pensamos que mejorar la productividad es mejorar los ingresos de la gente y mejorar la formalidad”, agregó.
Todos estos logros tienen un objetivo en mente: cerrar la brecha de productividad en Colombia. Sin embargo, hay por lo menos dos cuellos de botella que solucionar si se quiere pensar en ello: la adaptación tecnológica y la productividad del capital. Al respecto, Alzate tiene claro que el gerente de una compañía tiene que pensar tanto en el concepto general de su empresa como en el retorno sobre el patrimonio (ROE por sus siglas en inglés). Esto, para que sus activos respondan a través de innovación, que debe traducirse en mejores productos.
Alanalizar qué hace Kamay para abordar estos puntos, Alzate mencionó cinco acciones clave: dar herramientas a gerentes de pequeñas y medianas empresas para liderar con base en prácticas de proyección global; creación de esquemas de adaptabilidad tecnológica; desarrollo de tecnologías; adaptabilidad de la gente e innovación. En este último, el directivo sostuvo que el concepto es una combinación de creatividad, flujo de caja y rentabilidad.
“¿Qué significa eso? Pensar diferente, sea en un producto o un proceso, para disminuir costos de un proceso, o para lanzar un producto muy rentable, pero todo se ve en últimas en la rentabilidad, que es el reto de la productividad”, añadió.
En ese orden de ideas, el gran problema de Colombia en materia de productividad es que “pensamos local y nos quedamos locales”. Para atajar eso, Alzate y su equipo comparan cuáles son las mejores prácticas globales para cada sector y las adaptan de una manera procedimental, estudiosa y proyectada.
“Yo no puedo hablar de una empresa sin proyectarla o sin hablar de sus planes a cinco o seis años. La estrategia no es solo crecer, sino cómo yo le compito a otras empresas del mundo con los precios del mundo, cómo genero la calidad y los productos de las empresas globales, y eso hacemos”, explicó.
De ahí que Kamay también trabaje con muchos proyectos de gobiernos territoriales para hacer más competitivas a las regiones del país. A la fecha, cuentan con proyectos en la Alcaldía de Bogotá y en las Cámaras de Comercio de Bogotá, Barranquilla y Cali, por mencionar algunas ciudades.
Un tercer modelo de negocio apunta a que las empresas que no tienen cómo pagarles cedan hasta 10% de la rentabilidad generada del valor agregado que se da después de la productividad. Eso ha hecho que, en el último año, Kamay pasara de una facturación de US$300.000 a más de US$2 millones el año pasado.
“Por eso, nosotros crecemos al ritmo que queremos crecer, porque la idea nuestra no es crecer y vender miles de millones como locos. La idea es ser el McKinsey de las pymes en Colombia, pero para ello tenemos que crear un modelo personalizado empresa por empresa. Creo que eso nos diferencia demasiado”, dijo Alzate.
Todos estos procesos han permitido que Kamay alcance una capitalización de mercado de US$32 millones con corte a 31 de enero y, según proyecciones de Alzate, el valor de la empresa puede triplicarse al cierre de 2024. Unido a ello, la catalizadora cuenta con tres inversionistas corporativos e inversiones por cerca de US$2,5 millones.
¿Qué debe mejorar? A juicio del ejecutivo, el reto de 2024 es masificar el producto, pues sigue siendo costoso. “Una empresa no tiene $10 millones o $15 millones por mes para pagarle a una empresa, y creemos que muchos de los patrones se repiten”, subrayó Alzate, quien además reveló que trabajan en ser la primera firma con una integración de inteligencia artificial que permita aprender de todas las consultorías, proyectos y buenas prácticas, para así entregar esa información a compañías que lo requieran.
Para Alzate, la misión de Kamay como catalizadora debe estar dedicada a la adaptación y no a la generación de estrategias, pero también es consciente de que podrían pasar unos cinco o seis años antes de que llegue ese momento. “Es un tema muy retador porque son modelos complicados. Nosotros no vendemos una receta, entonces eso hace que el tema sea un poco diferente”, concluyó.
NuestraRevista | Este es un recuento de los artículos publicados en nuestra edición de la revista Forbes Colombia de marzo. Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese aquí para suscribirse.
Lea también: Así es como los CEOs de grandes compañías del país están usando la inteligencia artificial
Hay una verdad absoluta en Colombia: se trabaja mucho, pero se produce poco. A esta premisa se le une otra más preocupante: nadie quiere proponer soluciones al respecto. No obstante, el CEO de Catalizadora Kamay, Anderson Alzate, conversó con Forbes Colombia sobre cómo cambiar este panorama.
De todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Colombia es el que cuenta con la menor productividad, aportando solo US$19,50 a la economía por hora. El problema se agrava al observar que es el que cuenta con el mayor número de horas trabajadas: 2.405 al año, seguido de México con 2.226 y Costa Rica con 2.149 ¿Lo peor? Que nadie se atreve a hablar de ello, o al menos no con la profundidad que merece.
Eso fue lo que se encontró Anderson Alzate desde los 17 años, cuando empezó a estudiar el tema a profundidad mientras investigaba diferentes estrategias para traer desarrollo al país, tema que considera su principal preocupación. Hoy, a sus 25 años, concluye que la productividad es un tema que ningún economista se atreve a hablar o discutir, pues ni siquiera hay propuestas tangibles para mejorarlo.
“El tema de la productividad te explica el 50% del ingreso de un país, su modelo de educación, e incluso qué producto le está vendiendo al mundo (…) Es un tema que tiene que ver con la innovación, las políticas de reindustrialización y los impuestos”, dijo Alzate en diálogo con Forbes Colombia.
Todos estos temas son prioridad para Catalizadora Kamay, la empresa que Alzate dirige desde el 27 de marzo de 2021, aunque reconoce que la idea lleva en práctica más o menos cinco años. Hasta la fecha, la compañía ha impactado indirectamente a 8.321 empresas y lleva unas 343 compañías catalizadas, lo que implica que las mejoras productivas que se buscaban tuvieron efecto.
De acuerdo con el directivo, esa es la gran diferencia entre catalización y consultoría, pues la primera permite crear un modelo de implementación de buenas prácticas, mientras que la segunda consiste en entregar a las empresas un documento con recomendaciones de las cuales solo se implementan algunas. Para Alzate, muchas veces es necesario pasar de los papeles a la acción.
Con esta metodología, han ayudado a crear unos 11.576 nuevos puestos de trabajo y, en cuanto a utilidades, de las 343 compañías catalizadas, han cooperado con ellas para incrementarlas hasta $270 millones anuales en promedio. Todo esto mediante generación de valor agregado que les ha permitido vender hasta $92.610 millones en excedentes, crecer 37% en términos reales y aumentar su rentabilidad hasta 23,5%. “Pensamos que mejorar la productividad es mejorar los ingresos de la gente y mejorar la formalidad”, agregó.
Todos estos logros tienen un objetivo en mente: cerrar la brecha de productividad en Colombia. Sin embargo, hay por lo menos dos cuellos de botella que solucionar si se quiere pensar en ello: la adaptación tecnológica y la productividad del capital. Al respecto, Alzate tiene claro que el gerente de una compañía tiene que pensar tanto en el concepto general de su empresa como en el retorno sobre el patrimonio (ROE por sus siglas en inglés). Esto, para que sus activos respondan a través de innovación, que debe traducirse en mejores productos.
Alanalizar qué hace Kamay para abordar estos puntos, Alzate mencionó cinco acciones clave: dar herramientas a gerentes de pequeñas y medianas empresas para liderar con base en prácticas de proyección global; creación de esquemas de adaptabilidad tecnológica; desarrollo de tecnologías; adaptabilidad de la gente e innovación. En este último, el directivo sostuvo que el concepto es una combinación de creatividad, flujo de caja y rentabilidad.
“¿Qué significa eso? Pensar diferente, sea en un producto o un proceso, para disminuir costos de un proceso, o para lanzar un producto muy rentable, pero todo se ve en últimas en la rentabilidad, que es el reto de la productividad”, añadió.
En ese orden de ideas, el gran problema de Colombia en materia de productividad es que “pensamos local y nos quedamos locales”. Para atajar eso, Alzate y su equipo comparan cuáles son las mejores prácticas globales para cada sector y las adaptan de una manera procedimental, estudiosa y proyectada.
“Yo no puedo hablar de una empresa sin proyectarla o sin hablar de sus planes a cinco o seis años. La estrategia no es solo crecer, sino cómo yo le compito a otras empresas del mundo con los precios del mundo, cómo genero la calidad y los productos de las empresas globales, y eso hacemos”, explicó.
De ahí que Kamay también trabaje con muchos proyectos de gobiernos territoriales para hacer más competitivas a las regiones del país. A la fecha, cuentan con proyectos en la Alcaldía de Bogotá y en las Cámaras de Comercio de Bogotá, Barranquilla y Cali, por mencionar algunas ciudades.
Un tercer modelo de negocio apunta a que las empresas que no tienen cómo pagarles cedan hasta 10% de la rentabilidad generada del valor agregado que se da después de la productividad. Eso ha hecho que, en el último año, Kamay pasara de una facturación de US$300.000 a más de US$2 millones el año pasado.
“Por eso, nosotros crecemos al ritmo que queremos crecer, porque la idea nuestra no es crecer y vender miles de millones como locos. La idea es ser el McKinsey de las pymes en Colombia, pero para ello tenemos que crear un modelo personalizado empresa por empresa. Creo que eso nos diferencia demasiado”, dijo Alzate.
Todos estos procesos han permitido que Kamay alcance una capitalización de mercado de US$32 millones con corte a 31 de enero y, según proyecciones de Alzate, el valor de la empresa puede triplicarse al cierre de 2024. Unido a ello, la catalizadora cuenta con tres inversionistas corporativos e inversiones por cerca de US$2,5 millones.
¿Qué debe mejorar? A juicio del ejecutivo, el reto de 2024 es masificar el producto, pues sigue siendo costoso. “Una empresa no tiene $10 millones o $15 millones por mes para pagarle a una empresa, y creemos que muchos de los patrones se repiten”, subrayó Alzate, quien además reveló que trabajan en ser la primera firma con una integración de inteligencia artificial que permita aprender de todas las consultorías, proyectos y buenas prácticas, para así entregar esa información a compañías que lo requieran.
Para Alzate, la misión de Kamay como catalizadora debe estar dedicada a la adaptación y no a la generación de estrategias, pero también es consciente de que podrían pasar unos cinco o seis años antes de que llegue ese momento. “Es un tema muy retador porque son modelos complicados. Nosotros no vendemos una receta, entonces eso hace que el tema sea un poco diferente”, concluyó.
NuestraRevista | Este es un recuento de los artículos publicados en nuestra edición de la revista Forbes Colombia de marzo. Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese aquí para suscribirse.
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