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Un aspecto que ha golpeado a las flores, en particular las colombianas, es la competencia con otros productos sustitutos que hacen las veces de regalos en fechas especiales.
Datos recogidos por la firma de consultoría International Strategic Consultants, señalan que para el día de la madre de 2005, por ejemplo, el 59,6 por ciento de los consumidores pensó regalar una tarjeta, el 35,5 por ciento flores y el 33,1 por ciento en invitarla a un restaurante. El 45 por ciento de las flores regaladas a la mamá en el 2005 fueron cortadas, 32 por ciento plantas para el jardín, y el 22 por ciento plantas para interiores.
En San Valentín las flores fueron más fuertes, el 60 por ciento de los hombres pensó en regalar flores, que compitieron con dulces y joyas. Además, el interés creciente en las flores orgánicas es una consecuencia de la búsqueda de lo natural y lo simple. Las ventas de flores orgánicas en el 2003 fueron de 20 millones de dólares y el crecimiento se espera que sea del 13 por ciento hasta el 2008.
Preocupa que los regalos que compiten con las flores pertenezcan a industrias con fuerte capacidad de mercadeo, las tarjetas y los vinos. Es difícil competir con Hallmark, por ejemplo, que tiene publicidad en televisión por varias semanas a nivel nacional en E.U.
Para los productores colombianos el tema de promoción es costoso, aunque se han hecho esfuerzos. Hay iniciativas como Proflowers, que tiene recursos muy limitados, 2 ó 3 millones de dólares al año, que emite comerciales en televisión por dos meses en algunos sitios; a comienzos del 2006 se hizo en seis ciudades y el consumo mejoró sustancialmente.
Para la ex ministra Angela María Orozco, una de las posibilidades para enfrentar los desafíos de la industria podría ser generar cambios en la estructura del negocio. Habría que pensar en fortalecer la posición negociadora, Colombia tiene un peso importante en la industria en el mundo, con participación del 60 por ciento en algunos tipos de flores. Se podrían tomar posiciones unidas dirigidas a generar mejoras de mercadeo y ventas, por ejemplo, aunque las iniciativas individuales han sido válidas.
"Para enfrentar una concentración de demanda, debería haber una concentración de oferta, en el marco de una competencia global", comentó Orozco.
Pero el tema de la consolidación de la industria no se ve claro. La estructura de las empresas, muchas de carácter familiar, hace difícil que ello ocurra. Además, sostienen algunos floricultores en el mundo sucede una situación parecida.
"La consolidación tiene reparos, hubo esfuerzos como los de Dole, que hace algunos años compró varios cultivos y hace poco anunció que va a desmontar parte de su operación en Colombia. El sector de las flores en el mundo tiene la particularidad de tener muchas empresas medianas y pequeñas", manifestó Alfonso Sarmiento, gerente general de Multiflora.
La industria tiene mano de obra relativamente barata y costos reducidos de transporte y almacenamiento, por la cercanía de los centros de producción con los aeropuertos y beneficios comerciales con Estados Unidos como las preferencias del Atpdea y acuerdos con la Unión Europea.
Para Augusto Solano, presidente de Asocolflores, además del tema de la tasa de cambio "habría que establecer estándares de calidad de la flor, la incorporación de tecnología en los invernaderos y procesos de cultivo, mejorar las cadenas de frío y adecuar zonas especiales en el nuevo aeropuerto de Bogotá para el envío de flores, entre otras".
La industria requiere altos niveles de capital (flujo de caja) por la exigencia de mano de obra, el promedio por hectárea sembrada es de 16 operarios, en su mayoría con salario mínimo, e insumos importados, agroquímicos y esquejes (trozo de tallo verde que se siembra para multiplicar la planta) que incluye las preferencias del mercado en tamaños, colores, mejoras de rendimiento y resistencias a plagas.
También le restan competitividad el tamaño de las empresas, en su mayoría Pymes. El 90 por ciento de las exportaciones del 2005 las realizaron 228 empresas, con exportaciones promedio de 3,3 millones de dólares. Hay empresas con baja competitividad y capacidad para enfrentar factores externos.
La operación individual en la comercialización, cuando se trata de empresas pequeñas, es una desventaja competitiva.
LE INVITO A LEER http://igomeze-retail.blogspot.com/
Ignacio Gómez Escobar
CONSULTOR EN VENTAS AL POR MENOR
INICIATIVAS EN RETAIL
CADENA DE SUMINISTROS - LOGÍSTICA
INVESTIGADOR DE MERCADOS
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