lunes, agosto 20, 2007

Esta cadena de supermercados quiere seguir siendo un negocio familiar

TOMADO DE EL ESPECTADOR COLOMBIA

Jaime Cardona Parra, presidente de Almacenes La 14.











sábado, 18 de agosto de 2007

“...Acuérdate también de nuestros hermanos, que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así con María la Virgen, madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron de tu amistad a través de los tiempos merezcamos por tu hijo Jesucristo compartir la vida eterna, cantar tus alabanzas y seguir disfrutando de las compras en La 14. Permite padre que este supermercado siga en manos de nuestros hermanos vallecaucanos... amén”.

Los feligreses levantaron la mirada y, aunque creyeron que el sacerdote se había equivocado en la plegaria, la compartieron, comulgaron y no comentaron nada durante la misa de ese domingo en uno de los barrios más representativos de Cali.

La verdad es que el cura nunca se equivocó. Un angustiado feligrés que por esos días había escuchado el insistente rumor de que Almacenes La 14 sería vendida a un inversionista extranjero, no encontró más remedio que acudir a la ayuda divina para evitar tal “catástrofe” y decidió pagar una misa para pedir para que el negocio no se concretara.

La 14 ha logrado sobrevivir a la avalancha de capitales externos, de fusiones, adquisiciones y la desaparición de marcas con el mismo principio de hace 45 años: la cercanía con la gente y la fidelidad de sus clientes.

Por eso Jaime Cardona Parra, presidente de la compañía y miembro de la segunda generación, sagradamente revisa a diario el buzón de quejas y sugerencias de sus clientes y colaboradores, mensajes que finalmente resultan convirtiéndose en un mandato para él.

Hace más de cuatro décadas, su padre compró una ferretería que llevaba el mismo nombre de la calle en que se encontraba ubicada y, a punta de tesón, sentido común e instinto, esta familia de origen caldense ha logrado convertirla en una de las empresas más representativas del Valle del Cauca.

El buen sentido de los negocios que posee su presidente le ha permitido a la compañía aprovechar los momentos precisos para acometer proyectos de expansión.

Por ejemplo, con el impulso que le dio a Cali la organización de los juegos Panamericanos de 1971, La 14 abrió su primera sede de gran superficie, con 17.000 metros cuadrados.

En los años 90 se incrementó el nivel de competencia con la llegada a Cali de operadores nacionales e internacionales y entonces la empresa decidió reforzar su posición en la ciudad con nuevos almacenes; en 2002 construyó La 14 Pasoancho, con 19.000 metros cuadrados de área de venta y 10.000 metros cuadrados con locales comerciales.

Ante el empuje de la economía, generado en buena medida por la construcción, los empresarios de este sector comenzaron el desarrollo de la vivienda en lo que hoy en Cali se denomina el nuevo sur y la empresa aprovechó ese momento para construir el centro comercial Valle de Lili, el más moderno de Cali.

“En el sector del comercio la empresa familiar puede competir de manera eficiente, ya que pueden tomarse decisiones de manera rápida. Y en nuestro caso, el enfoque que tenemos en el cliente nos permite tomar decisiones de inversión, cuyo retorno puede ser esperado de manera diferente a cuando sólo se piensa en las utilidades anuales que se deben entregar a los accionistas del mercado de capitales”, señala Cardona al preguntarle sobre las fortalezas de una empresa de familia.

Pero también advierte que eso no es todo y que una gran parte del desempeño a través de medio siglo se ha basado en el desarrollo y la contribución del talento humano tanto de proveedores —con quienes mantiene una relación casi tan buen como con sus clientes—, como con sus empleados, siempre orientados al cliente.

Allí, dice, está el secreto que les ha permitido a los Cardona desarrollar en sus clientes un sentido de pertenencia de “alta fidelidad que nos ha permitido competir con las multinacionales del retail que han llegado a nuestro país”.

Hoy, hermanos y sobrinos que hacen parte de la compañía comparten la premisa del compromiso con el cliente y se preparan para lo que será la transición a la tercera generación.

“Toda empresa familiar cuyos miembros deseen que ésta permanezca en el tiempo, debe acometer procesos y procedimientos de organización empresarial y familiar”, reconoce el presidente de La 14. Por eso han decidido dejar en manos de asesores externos las recomendaciones y el manejo de las tareas que conlleva el proceso de sucesión.

Las ambiciones futuras de los Cardona en el Valle pasan por el fortalecimiento a través de formatos de rapitiendas y superdroguerías. Pero también preparan su llegada a Bogotá con la construcción de un centro comercial de 220.000 metros cuadrados.

Jaime Cardona es consciente de que la competencia con los grandes capitales no es fácil, pero para tranquilidad del cliente que pagó la misa, asegura que por ahora seguirán siendo una empresa ciento por ciento familiar.

Análisis del caso


La familia Cardona, y especialmente La 14, es una muestra más, de que en Colombia hay sociedades importantes y exitosas que son de carácter familiar.

El sector de ‘retail’ es uno de los de mayor movimiento y consolidación tanto a nivel nacional como internacional; prueba de esto es la operación de Carulla-Vivero-Éxito recientemente.

La 14 ha logrado sobrevivir en el mercado colombiano como una de las principales empresas regionales en ese sector, lo que de por sí es un gran logro, sobre todo en una región tan complicada como ha sido la del Valle del Cauca.

En el ámbito empresarial, los Cardona tienen claro cuáles son sus factores diferenciales y ventajas competitivas como empresa familiar. El reto será mantenerlas y gestionarlas para la continuidad de la empresa dentro de la familia, como el desarrollo de la estrategia corporativa a través de negocios relacionados.

En la parte familiar, el reto es la consolidación de sus órganos de gobierno y la implementación a futuro del traspaso e incorporación de la nueva generación, no sólo dentro de la empresa, sino también dentro de los órganos de gobierno corporativo y familiar, entendiendo cuál es el legado que se quiere dejar a las siguientes generaciones.

Family Council Consulting.

EL ARCHIVO


1964. La 14 se inicia como empresa.

1966. Se abre el segundo almacén.

1971. Primera sede de gran tamaño. 17.000 mts.

1979-1987. Avenida Sexta, Cosmocentro, El Limonar y centro comercial Calima.

1989-1996. Expansión por el Eje Cafetero, Buenaventura, Tuluá y Jamundí.

2002. Pasoancho.

2004. Sede Llanogrande en Palmira.

2007. Se prepara llegada a Bogotá.


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Ignacio Gómez Escobar
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1 comentario:

Anónimo dijo...

El primer almacen no era una ferreteria sino una cacharreria. Por eso se llamaba cacharreria la 14.