Los errores son parte del proceso emprendedor, porque errar es propio de la condición humana. Sin embargo, una de las habilidades que tienen los emprendedores exitosos es justamente gestionar los errores tratando de cometer los menos posibles.
Como en muchas otras actividades de nuestra vida, las personas, equipos u organizaciones a veces salen airosas justamente porque tuvieron la capacidad de reducir la incidencia de errores. Obviamente hay distintos tipos de errores. Como en algún momento expresó un antiguo CEO de 3M (“Desi” DeSimone) al comentar que la empresa toleraba los “fracasos bien intencionados”, pero él mismo hacía énfasis en que “al final, tiene que haber resultados. No podemos dejar que los proyectos duren indefinidamente”, en clara alusión a que todo tiene un límite justo y razonable.
Bajo esta premisa, estos son –en ningún orden particular- 10 errores que se pueden considerar universales; aquellos que los emprendedores cometen en casi todas partes.
- La fiebre del fundador y la pérdida de objetividad:
Los emprendedores tienden a enamorarse de sus proyectos y eso es algo positivo. Pero no tener “un cable a tierra” puede ser perjudicial. Siempre se debería tener un “abogado del diablo” que ayude a aterrizar los proyectos. - Escoger mal a los compañeros de viaje:
Tener un buen equipo resulta clave. Tu mejor amigo, tu compadre y hermano del alma son precisamente eso: tu amigo, tu compadre y tu hermano. Eso no significa que sean las mejores personas para hacer un proyecto. - Falta de orientación al mercado o público objetivo:
Por muy innovador que sea el producto o servicio, alguien tiene que estar dispuesto a pagar por eso. Mientras más se conozca a ese público, mucho mejor. - Carecer de estrategia competitiva:
Se debe tener un foco. La universalidad hay que dejársela a empresas como Coca-Cola (y hasta ellos tiene estrategias diferenciales). - Despreciar a la competencia:
Muchas veces, la gente se confía por “no tener competencia”. Pero en cualquier momento, Cencosud y Walmart entran al negocio y todo cambia. - No entrar en el momento adecuado:
No todo lo innovador tiene su “ventana de oportunidad” siempre abierta. Si no, vean lo que pasó con proyectos como Newton de Apple, los autos eléctricos de GM a finales de los 80, etc. - Desconocimiento del negocio:
Si no sabes en un 100% de qué se trata, mejor no hacerlo. - No conocer la estructura de costos:
Siempre es más costoso de lo que aparenta ser; siempre hay que vender más barato de lo que se tenía pensado. - Empezar con recursos inadecuados:
Ojo, no siempre es dinero. Pueden ser personas, contactos e incluso tiempo. - El “mal de piedra”:
Querer tener todo construido y rápido no siempre es bueno. Si quieres empezar tu negocio con una oficina en la Torre Titanium creo que no es una buena idea. Una regla siempre: mejor alquilar que comprar y mejor tomar prestado que alquilar.
Fuente: José Ernesto Amorós de Guioteca
EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. Contactos en: igomeze@une.net.co igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co COLOMBIA - SURAMERICA
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