RFID: su aporte a la cadena de suministro
El ingeniero Uriel Capelli, Consultor Senior Asociado de Logyt Sudamericana señala que en Argentina, RFID se ve limitada hasta el momento a algunos mercados muy particulares, en especial los medicamentos.
El factor económico es hoy el principal condicionante para una mayor aplicación de radiofrecuencia en la actividad local.
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“Hay algunos productos que tienen que ver en general con envases de alto costo o que necesitan una trazabilidad muy importante en los que se está empezando a implementar”, explica el ingeniero Capelli.
Añade que hay un proyecto muy importante para que los medicamentos requieran contar con un nivel de trazabilidad análogo al que presta el RFID, pero todo eso todavía está en discusión.
“Hay algunos insumos medicinales como el caso de los tubos de oxígeno y otros gases relacionados con procesos críticos en determinadas industrias que tienen identificación por RFID, ya que el envase tiene un valor considerablemente caro y por lo general están en lugares muy específicos, entre otras razones”, señala el ingeniero.
Según explica Capelli, el factor económico es hoy el principal condicionante para una mayor aplicación de radiofrecuencia en la actividad local.
“De la misma manera en que se implementa la trazabilidad para los tubos de oxígeno, podría implementarse para un producto tan masivo como es el gas en garrafa, por ejemplo”, comenta Capelli.
“Sin embargo, obviamente, las garrafas no llevan RFID porque esto tendría un alto impacto en su costo que seguramente no podría trasladarse al precio. Hoy por hoy, es bastante selecto el tipo de productos que utilizan este tipo de trazabilidad, ya que su implementación y utilización es compleja y de alto costo, por lo que no es un recurso que todas las industrias estén dispuestas a adoptar. De allí que se utilice únicamente en algunos nichos críticos”, agrega.
Capelli señala que a nivel mundial “es algo que cada vez va creciendo más y obviamente es un valor agregado, pero lo que sucede es que no todo el mundo está dispuesto a pagarlo hoy en día”.
¿Considera que este tipo de codificación puede llegar a implementarse masivamente en nuestro país en un futuro cercano o puede ser reemplazado por otros sistemas más económicos que lo hagan quedar obsoleto?
No, no creo que vaya a quedar obsoleto. El RFID es algo que le gustaría tener a cualquiera dentro de su cadena logística si es que tienen la necesidad de contar con los beneficios que brinda el RFID. Sin embargo, hoy no hay costos que lo permitan. Existen pocos productos que pueden amortizarlo dentro de sus costos logísticos. Sin ir más lejos, dentro de lo que tiene que ver con la logística, sería de gran utilidad que los propios pallets tuvieran RFID, ya que es algo en lo que hay mucho dinero involucrado tanto en inversión, control, trazabilidad y administración y constantemente las compañías se quejan de la cantidad de pallets que se pierden o la periodicidad con la que tienen que comprar nuevos, sumado a la complejidad administrativa que supone su control. Lo que sucede es que hoy, incorporar RFID en un pallet sería un costo muy alto que no es seguro de poder recuperarse porque el sistema en general no está adecuado para su uso, ni están dadas las condiciones de infraestructura para eso. Desde un punto de vista cultural, se podría decir que el mercado logístico argentino no cuenta con los estándares de calidad instaurados con los que debería contar para que eso pasara.
¿Qué haría falta para lograr un mayor desarrollo de RFID en Argentina?
Es una buena pregunta, aunque no sé si hay una respuesta única. Desde una opinión personal, creo que falta cultura en la utilización, falta automatización de procesos, inversión en aplicación de tecnología, etc. Hay que tener en cuenta que para llegar a una aplicación masiva, los retailers serían quienes deberían empezar a tenerlo, pero nadie va a invertir en un gasto que sus clientes no valoran. Tal vez la iniciativa debería surgir de alguna asociación como pueden ser GS1 o ARLOG. Debería alcanzarse un acuerdo de partes donde se establezca el ir en una determinada dirección con pasos y plazos pre establecidos.
Lo que sucede actualmente es que cada uno controla sus propios costos, por supuesto. Entonces si uno se pone en la piel de la Dirección de una cadena de supermercados se pregunta: ¿para qué voy a poner RFID si no la necesito o no es algo que todos mis proveedores están preparados para utilizar o finalmente valoren? Y de la misma manera, las marcas que proveen a esas cadenas van a decir “¿para qué voy a poner RFID si mi cliente no lo valora?”
Entonces se transforma en un círculo vicioso hasta que no haya una definición clara que indique que no se pueda operar más con el esquema actual porque alguna autoridad que rija o influya directamente en la operación logística exige la utilización de RFID como un salto tecnológico y de calidad en el proceso. En ese sentido tenemos el ejemplo de la ley de trazabilidad de los medicamentos, que estaría dictada por el Congreso Nacional y que entiendo prevé imponer altos estándares de trazabilidad a los productos que alcanza. En ese caso, es una legislación que obliga a que todas la industria y todos los operadores logísticos que manejen un medicamento tengan que tener la posibilidad de leer e identificar los productos con sistemas comparables con RFID.
¿Con qué ventajas cuenta el RFID respecto de otro tipo de trazabilidad?
La trazabilidad vía RFID es automatizada, uno puede seguir un producto por cercanía. Es similar al funcionamiento de la red WiFi, por ejemplo: con WiFi, si uno tiene una computadora y camina cerca de un campo generado por el router, se conecta al WiFi. El caso del RFID es igual, pero en el sentido inverso: cuando un producto pasa cerca de un router, el router detecta que ese producto está cerca y éste queda identificado en esa posición.
¿Qué ventajas otorga esto para la logística respecto a otras tecnologías?
Al contar con el RFID, uno puede identificar productos en múltiples puntos con sólo ser alcanzado por sensores que toman señales del chip ubicado en el producto, caja, pallet etc. En el caso de los depósitos que cuentan únicamente con radiofrecuencia, por ejemplo, debe pasarse la pistola de radiofrecuencia por el código de barras con una cercanía o precisión importante que involucra a un colaborador. Con RFID, en cambio, uno puede detectar el producto en los depósitos a distancias mayores, sin la necesidad de la participación directa del colaborador. Se le asigna una posición dentro del depósito, y su sistema de administración (WMS), y a medida que se lo va moviendo, automáticamente su posición va cambiando no sólo físicamente, si no a nivel del WMS, ya que hay sensores que van detectando la posición del producto. Lo mismo sucede en lugares externos: se puede medir distintos atributos del producto, por ejemplo la temperatura vía RFID dentro del camión de manera online, como se puede ver, hay múltiples usos de esta tecnología.
¿Y en cuanto a la cadena de suministro?
En primer lugar, acelera gran cantidad de procesos logísticos, empezando por las tareas que involucran recepción posicionamiento o carga y expedición de productos que hoy tienen intervención manual. Eso se libera a partir de que el producto transita por un sector y automáticamente es leído por un campo magnético que va posicionando el producto. Eso trae aparejado un costo de instalación, tanto en los productos como en las instalaciones. Y en el medio de transporte, a raíz de este campo magnético, como mencionábamos antes, puedo medir temperatura y alguna condición adicional. Por supuesto que en ese caso también necesito contar con un campo magnético en el vehículo. Todo requiere un costo de instalación: en el transporte, en el mismo producto, y en determinados lugares donde se quiera tener un posicionamiento del producto. Sin embargo, puede que a la compañía tampoco le interese seguir al producto todo el tiempo: puede que una vez cargado en un vehículo se confíe en que una vez precintado y con el seguimiento satelital adecuado, lo que pase dentro del vehículo no es algo de lo que sea necesario tener información el 100% del tiempo. En ese caso, el camión se pierde desde el punto de vista del RFID durante ese trayecto y vuelve a aparecer cuando pasa por el campo magnético al entrar a un nuevo depósito, un comercio, sucursal, etc.
¿Qué otros usos se le ha dado al RFID?
En México, por ejemplo, hubo una marca de ropa utilizó esta aplicación dentro de una de sus tiendas. En ese caso, lo que se hizo fue instalar RFID en todos los distintos modelos de pantalones de esa marca, y entonces cuando un cliente se probaba el pantalón, se miraba a un espejo y cuando el espejo detectaba el RFID en frente, de repente aparecían de fondo imágenes de New York, México, París o diferentes lugares del mundo, simulando una caminata del cliente real con la prenda que se estaba probando por calles de estos lugares estimulando mucho más al cliente a comprar. El RFID tiene diversas aplicaciones, pero desde el punto de vista logístico, es una herramienta muy potente de posicionamiento y trazabilidad en depósitos y transporte ya que simplifica y automatiza el registro de movimiento de productos de la posición “1” a la posición “2”, contando con los sistemas necesarios para ello. Es como si se contara con un campo de coordenadas dentro del centro de distribución o la red de transporte, que permite ir viendo todo lo que se mueva ahí adentro a medida que va pasando por los diferentes sensores.
¿Qué industrias serían las más plausibles de implementar RFID?
Hoy en día serían las industrias que tienen una necesidad de trazabilidad crítica y que puedan soportar los costos de inversión e implementación. Los medicamentos son los primeros candidatos en ese sentido, puesto que hay además una ley nacional que ya lo considera. Otra podría ser la industria vitivinícola o frutícola, en el caso de vinos de alta gama o frutas finas de exportación (frambuesa, arándano, etc.) o algún otro producto de alto valor, que serían los más plausibles de implementar un sistema de estas características.
¿Qué beneficios le traería a esas industrias la implementación de RFID?
En primer lugar, mejor trazabilidad, por supuesto. Pero también simplifica los procesos y le otorga un valor agregado al producto. Hay un costo de implementación y una inversión que es alta, pero también hay costos que se reducen, como el manejo de operaciones manuales dentro de los depósitos. Lo recomendable sería establecer un estándar para cada industria a partir del cual cada compañía pueda evaluar cuánto le afecta a sus costos y de allí poder implementarlo.
EXPERTO EN LOGÍSTICA Y RETAIL. igomeze@gmail.com www.igomeze.blogspot.com igomeze@une.net.co +57 3014152370 COLOMBIA - SURAMERICA
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