Reducción de los costes operativos y materiales a través de los nuevos soportes electrónicos P.V.P.: los "leds display".
Una de las actividades más importantes y valoradas por los clientes en el comercio detallistas es informar correcta y oportunamente a los clientes de los precios de los productos y promociones que se encuentran tanto en el lineal como en la sala de ventas. Además de los métodos tradicionales a través de etiquetas impresas, mayoritarios en los puntos de ventas, hoy en día no es raro ver especialmente en las grandes superficies cómo se impone una innovación que permite actualizar los precios en tiempo real mediante radiofrecuencia. En el argot técnico el nombre es conocido como Electronic Shelf Label, o bien a por medio de su abreviatura “ESL” . Corresponde popularmente con el de "etiquetas electrónicas", en cuanto en tanto los clientes, ajenos a los tecnicismos, ven soportado el precio en pantallas digitales. Las etiquetas electrónicas tal y como las venimos conociendo en los últimos años son en sí pantallas de cristal líquido colocadas en los rieles y sujeciones de las bandejas de lineal especialmente adaptados al objeto de permitir ajustar su posición para que el consumidor observe fácilmente la información desglosada de producto. Usualmente las etiquetas se fijan al riel con una sujeción de seguridad magnética que se fijan al éste para que no sean retiradas, sustraídas o cambiadas de lugar (su coste unitario suele ser elevado aunque en España se opta por no anclarlas), o bien con ello evitar que el precio no correspondiera al producto. La duración de la baterías de la etiquetas puede ir desde los cinco a diez años, según el uso. Las pantallas o leds displays que incorporan las etiquetas hacen referencia al contenido y naturaleza del producto, por lo general, origen y prestaciones y cuyos precios generalmente han sido configurados y personalizados de acuerdo a sus características y política de P.V.P. En este sentido, las etiquetas electrónicas dan lugar a su rendimiento mediante un sistema de transmisión de baja frecuencia o bien atendiendo a la transmisión de datos vía rayos infra-rojos: son la dos modalidades de transferencia. Por lo tanto, en el área de ventas para cada producto se designa el lugar fijo y consigna su precio con la ubicación de una etiqueta y siempre en relación a la localidad de sala de producto en relación a su código GTIN o EAN (código de barras, trece dígitos) por lo que la etiqueta tiende a permanecer permanente sin cambiar de lugar al menos mientras dure el diseño de lineal al que responde de modo estandar, promocional o circunstancial.
Frontal de configuración de servicios, alertas y funciones de un modelo básico de E.S.L.
Se puede contemplar en su consideración histórica que las etiquetas electrónicas pertenecen prácticamente tres generaciones o protocolos. En la primera generación, la que dio origen al concepto, se enviaba el precio de un artículo a los dispositivos, se recibían los P.V.P. en ellos pero con la salvedad de que no existía una confirmación formal de recepción y/o actualización: se requería de un desplazamiento físico e inspección para verificar la implantación o cambio de precio de cada una de las etiquetas electrónicas por parte de los coordinadores de sala o sector; es comprensible si tenemos en cuenta que este tipo de etiquetas primigenias tuvieron su origen a mediados de los noventa, cuando aún no eran ni tan siquiera leds. La segunda generación que funcionalmente es muy similar a la primera, se sometió a la innovación de la interacción mediante la variante de que hizo posible establecer una comunicación bidireccional entre el servidor que actualiza los precios y el terminal final, esto es, la etiqueta electrónica, permitiendo conocer prácticamente en tiempo real si los cambios habían sido actualizados o no correctamente en el dispositivo. Esto permitió conocer “por excepción”, ya entrado en el nuevo siglo, qué dispositivos se encontraban actualizados correctamente sin necesidad de personarse en la sala y auditar todo el proceso: el ordenador central recibía un acuse confirmativo. Ya, por último, la llamada tercera generación, que corresponde a los soportes electrónicos de P.V.P. (Precio de Venta al Público) que pueden incluir además de información relativa al coste de consumo final del productos, datos complementarios como su precio sin I.V.A. (especialmente en los Cashs), promociones adjuntas temporales (3x2's, descuentos, bonificaciones), orden de stock (rotura, seguridad, stoppeds, alertas de reposición,...), imágenes del producto o ficha nutricional y/o trazabilidad e incluso adoptar funciones y roles que ya en sí desempeñan en sus dimensiones físicas la cartelería con la que llega a competir dentro del establecimiento comercial.
Procesos interactivos de comunicación radiofrecuencia E.S.L.
Con respecto a su protocolo radiofrecuencia, la señal viaja a través de la tienda desde el servidor central de los precios mediante una red de antenas receptoras y emisoras ubicadas en la parte superior de la sala de ventas hasta los receptores internos de las ESL (los sistemas basados tanto en transmisión de radiofrecuencia como de rayos infra-rojos, desde que han logrado penetrar en los establecimientos comerciales, cada uno opera y requiere de condiciones físicas que permite que las ventajas de unos signifiquen las desventajas de otros). Por regla general, en el diseño estratégico de dispositivos radiofrecuencia para una disposición de sala, durante su implantación, una prueba piloto puede reflejar un mejor aprendizaje del funcionamiento y en especial de la determinación de los requerimientos para aprovechar al máximo los dispositivos y su distribución espacial y de radio de acción. Cuando desde las oficinas locales o centrales (o mediante orden intranet a través de la red de redes si procede de plataforma de distribución o centrales de compras) se hace el cambio de precio o se define la promoción, la información viaja electrónicamente y se deposita en el servidor de la tienda; a partir de este es transmitida la información a los diferentes equipos de punto de venta, verificadores de precios, básculas y, por supuesto, a las etiquetas electrónicas, garantizándose la confirmación de cada uno de los soportes LED, o informando de cualquier anomalía de proceso (ESL dañado, agotado de alimentación interna, sustraído, deslocalizado,…) una vez que se origina un cambio en la información. Algunos sistemas de etiquetas presentados al sector ofrecen prestaciones complementarias de información tanto a nivel externo (clientes, inspectores sanitarios o incluso la competencia en su ejercicio de captura de precios), como internos, privativos (pueden incluir información de inventarios, mercancía por recibir, estado de la expedición, fechas de promociones, etc…) al que se puede acceder únicamente mediante personal interno de gestión. En un futuro más inminente que previsible se estima que las etiquetas electrónicas dejarán de ser monocromáticas y se convertirán en displays interactivos (en una evolución muy análoga a las pantallas de los terminales móviles o celulares que usamos en nuestro día a día) lo que además permitirá ofrecer al cliente un contenido aún más rico en interacciones, alertarle por ejemplo de promociones y ofertas presentes y futuras o comunicarse mediante bluetooth, sms o androit, todo con el único propósito de que pueda acceder a toda la información que necesite en el sentido de tomar la decisión de compra correcta (los productos también se están complejizado en sus características, tratamiento y trazabilidad y la futura legislación internacional obligará a los operadores de distribución final a reflejar toda la información sobre los productos que comercializa).
Flujos de información de dispositivos E.S.L.
Las ventajas asociadas a este nuevo proceso de gestión de mercancías e inventarios no se han dejado pasar entre los sistemas de procesos del sector y su intensidad en manos de obra nada desapercibida, como para la perfección de mejora de calidad entre los clientes. Dentro de las ventajas más importantes que ofrecen este tipo de sistemas de etiquetas electrónicas están las siguientes: 1.- Se cuenta con información exacta y oportuna para el cliente. 2.- Mayor información disponible del producto. 3.- Libera al personal de la unidad comercial de este proceso que usualmente es manual y permite a los colaboradores asumir responsabilidades más comerciales, como el asesoramiento al cliente. 4.- Reducción de costos y tiempo de reetiquetado (varía según el formato). 5.- Reducción de objeciones de clientes por precios incorrectos o mal asignados. 6.- Respuesta inmediata a los precios de la competencia. 7.- Generación de lealtad hacia la unidad comercial. 8.- Imagen innovadora y corporativa y mayor prestigio y poder de marca. 9.- Reducción de costes operacionales y de personal. 10.- Control de la estructura de stock.
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