El calvario de ir al supermercado
- Pagan un 40% más que el año pasado por los productos que compran
Los ciudadanos de cada país de América Latina tienen sus propias costumbres a la hora de ir al supermercado. Según un estudio de la consultora Kantar Worldpanel, los mexicanos son los que acuden con mayor frecuencia a esos centros de compras –en promedio, 290 veces al año- mientras que los chilenos van poco pero son los que más gastan en cada visita. Léase, el equivalente a 13 euros en cada compra, cuando el consumidor ecuatoriano solo desembolsa algo más de cuatro euros.
Pero los que más sufren al pasear con el carrito por los pasillos del súper son los argentinos. De acuerdo con el estudio, realizado en base a 35.000 hogares de la región, los habitantes de la ribera occidental de río de La Plata gastan un 40% más que el año pasado en la compra de alimentos, bebidas, artículos de limpieza e higiene personal. El segundo lugar en el podio lo ocupan los venezolanos, quienes pagan un 28% más que en el 2012, por los mismos productos. No hace falta decir que el infortunio de los consumidores rioplatenses y de los caribeños, es fruto de la inflación que en Argentina superó la barrera del 25 por ciento (2012) y en Venezuela cerró el mismo período con un índice de 20,1%.
Otro estudio, de la agencia Net Maxiliner, señala que donde más tiempo se pasa en la cola del supermercado es, nuevamente, en Argentina. El comprador de este país dedica, como mínimo, de 15 a 20 minutos a esperar en la fila, mientras que en Uruguay la espera consume la mitad de ese tiempo. Esto se debe a la confusión de las cajeras o cajeros respecto a los productos que están en oferta y a las discusiones que estallan a raíz de ese problema. Un botón de muestra; la cadena de supermercados de Carrefour, en Buenos Aires y su extrarradio urbano, ofrece todos los viernes, un del 30% en lácteos. El cliente agarra cuanto puede, pero al revisar la factura descubre que el beneficio no incluye a la leche en cartón. Pero cómo, ¿de dónde deriva la palabra lácteo si no de la leche?, se ofusca el cliente. La cajera o cajero llama al supervisor que justo está ocupado en otro asunto y comienzan las protestas de los que están en la cola.
Ante el riesgo de perder clientes a favor del típico almacén de barrio, las grandes cadenas de supermercados también ofrecen descuentos en el rubro de frutas y verduras. Pero los que disponen de tiempo, como los jubilados, son expertos en detectar los trucos que utilizan esos establecimientos, para mantener su margen de ganancias. "Un día suben el precio del tomate y al siguiente hacen el descuento. Si haces el cálculo, al final la famosa oferta es pura propaganda. Estamos metidos hasta el cuello en el pantano de la inflación", sentencia un ex asesor fiscal, mientras que sus compañeros de cola asienten con la cabeza.
IGNACIO GOMEZ ESCOBAR igomeze@gmail.com skype: igomeze (+57) 3176677496
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