Logística empresarial: 5 mejores prácticas para lograr 3 grandes objetivos
La logística empresarial se apoya en la cadena de suministro para aumentar la competitividad del negocio. La planificación y el control resultan esenciales para cumplir objetivos en materia deeficiencia y capacidad de respuesta, las dos áreas donde el supply chain puede lograr marcar esa diferencia con las organizaciones competidoras. El tercer gran objetivo de las compañías el sector es el ahorro de costes.
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Para avanzar hacia esas metas se necesita una manera objetiva de evaluar los procesos y sistemas. Los indicadores clave de gestión permiten monitorizar, evaluar y controlar el rendimiento de los diferentes componentes de la cadena de extremo a extremo. Desde el conocimiento que se extrae de ellos y su análisis es posible impulsar la mejora pero, ya desde su establecimiento, hay que tener en cuenta que la estrategia a aplicar deja de basarse únicamente en la logística empresarial, para calar incluso en la cultura corporativa. Sólo de esta forma se conseguirá que la transformación sea sostenible.
Además de los KPIs existen otras formas de conseguir objetivos en materia de logística empresarial. La aplicación de todas ellas es el modo más seguro de hacerlo en las mejores condiciones.
Avanzando hacia el cumplimiento de objetivos de logística empresarial
Eficiencia, capacidad de respuesta y ahorro en costes son metas al alcance de las cadenas de suministro que tengan en cuenta las mejores prácticas en cuanto a:
- Servicio al cliente: conocer lo que realmente quieren los clientes no es lo mismo que imaginar lo que logra su satisfacción. Esta diferencia supone, en la práctica, una gran diferencia en el modo de emplear los recursos. Los indicadores juegan un papel clave para entender hacia dónde hace falta dirigir las acciones, teniendo en cuenta que, todo aquello que no sea generador de valor no debería ser considerado.
- Enfoque bottom – up (de abajo hacia arriba): ahondando en la idea anterior, hay que tener en cuenta que, en la actualidad, la estrategia no es la que define los objetivos sobre los que se estructura el funcionamiento de los procesos de logística empresarial a nivel operativo, sino al revés. Es la demanda la que impulsa las decisiones a nivel táctico y estratégico.
- Comprensión de los procesos: alcanzar este entendimiento es clave para poder tener una visión global sobre el sistema que permita, dese llevar a cabo una planificación acertada hasta elegir la solución tecnológica que mejor apoyo dará a las operaciones. Los indicadores clave de gestión se deben emplear para poder disfrutar de la perspectiva necesaria, desde la objetividad que garantizan las métricas.
- Diseño de la cadena de suministro: un diseño en el que la creación de una red de colaboración que se soporte en el outsourcing en las áreas que se crea conveniente, conseguirá que cualquier compañía tenga posibilidades reales de acercarse a los tres objetivos de logística empresarial generales perseguidos.
- Maximización del uso de los activos: ya sea ajustando las capacidades de almacén a las necesidades generales y ampliándola mediante el arrendamiento de mayores espacios en los momentos puntuales en que se necesita, o bien distribuyendo homogéneamente, sobre una base diaria, las tareas asignadas a cada camión de reparto. De esta forma se logra evitar la inactividad y las pausas que, al no generar valor, suponen una forma de propiciar la aparición de desecho y pérdidas de ajuste (costes, ineficiencia y problemas de servicio).
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