2006/06/25
Se replica el fenómeno que se dio en Argentina y Perú a mediados de los 90. Unos 50 profesionales ocupan cargos clave en filiales de transnacionales y también en compañías locales. La avanzada se ha potenciado, además, con el aumento de las inversiones de empresas nacionales en ese país.
Colombia dejó de ser la "niña terrible" del vecindario. La reducción de la violencia generada por la guerrilla y el narcotráfico la están transformando en una plaza atractiva no sólo para las empresas chilenas, sino que en un destino elegido por muchos ejecutivos nacionales para hacer carrera.Como pasó en su momento con Argentina y Perú, en la década pasada, hoy Bogotá está concentrando un contingente de más de 50 profesionales que ocupa cargos claves en compañías locales, transnacionales y también en las filiales que las firmas chilenas están instalando en ese mercado.
Colombia dejó de ser la "niña terrible" del vecindario. La reducción de la violencia generada por la guerrilla y el narcotráfico la están transformando en una plaza atractiva no sólo para las empresas chilenas, sino que en un destino elegido por muchos ejecutivos nacionales para hacer carrera.Como pasó en su momento con Argentina y Perú, en la década pasada, hoy Bogotá está concentrando un contingente de más de 50 profesionales que ocupa cargos claves en compañías locales, transnacionales y también en las filiales que las firmas chilenas están instalando en ese mercado.
Se trata de ejecutivos de entre 30 y 50 años, que se mueven básicamente en las áreas comercial y financiera."Hay varios en retail, otros en servicios (eléctricas y de desarrollo informático); petroleras y bancos", comenta Carlos Bonomo, cónsul de Chile en Bogotá.Algunos están recién llegados, otros ya llevan más de una década, están casados con colombianas y hasta tienen hijos nacidos en esa tierra.Una primera avanzada del management chileno se produjo a mediados de los 90 cuando Endesa compró eléctricas colombianas y con la incursión de AFP como Provida.
Una segunda oleada de capitales y profesionales se potenció con las políticas aplicadas por el actual Presidente Álvaro Uribe. Su batalla para combatir el terrorismo y un programa económico que le permitió al país crecer 5,1% el año pasado, animó a las empresas chilenas a invertir y a los ejecutivos a trasladarse para ejercer en un lugar que antes aparecía como de alto riesgo.
Esta nueva arremetida la protagonizan empresas como Falabella. La compañía controlada por la familia Solari lleva la delantera con Homecenter y este año inaugurará su primera multitienda en Bogotá. Para echar a andar ese negocio trasladó a dos ejecutivos: Ricardo Hepp, en la gerencia general, y Sebastián Araya, en la gerencia comercial. Pero los chilenos no sólo están en roles claves en compañías chilenas, también su expertise es apetecido por transnacionales y firmas locales. "En Colombia los chilenos son muy valorados por su eficiencia y empuje. Hay una lógica que indica que si se trata de ejecutivos de un país exitoso, este éxito debiera replicarse en la gestión de las empresas locales", dice Bonomo.
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