Falabella se apresta a desembarcar en ese país. Ya tiene como aliado, a través de Sodimac Homecenter, al grupo empresarial Corona, un conglomerado ligado a Hernán Echavarría, polémico hombre de negocios que ha sufrido en carne propia la violencia y las luchas políticas.Por: Héctor Mario Rodríguez, desde Bogotá | |
En Bogotá llaman la atención los frenéticos trabajos de ampliación que en las últimas semanas se ejecutan en los locales de Homecenter. Pese a que no hay nada confirmado, en Colombia aseguran que esas instalaciones se alistan a recibir a una nueva multitienda: "los chilenos de Falabella". Los ejecutivos de la cadena de retail anunciaron la semana pasada que entre sus planes de expansión se cuenta Colombia. De hecho, ya están ahí tras la fusión en 2003 de Falabella con la familia Del Río, que se había instalado, a través de Sodimac, en diferentes ciudades colombianas desde mediados de 1994. Sus socios desde esa fecha hasta hoy son la Organización Corona, ligada a la familia Echavarría. Ellos son dueños del 65% de Homecenter Colombia y, por lo visto, se perfilan como los más probables socios de la nueva expansión internacional de Falabella, que ya cuenta con operaciones en Perú y Argentina. Los Echavarría son una familia poderosa y conocida en Colombia. Su historia está marcada con el sino de la violencia y las luchas políticas. Son el octavo grupo empresarial del país y su fortuna se estima en US$400 millones. Historia de una fortuna Los fundadores de la cadena de tiendas Falabella y del Grupo Corona tienen un origen similar. En 1875 Rudesindo Echavarría fundó en Medellín, la ciudad más industrial del país, la primera casa comercial Echavarría de lo que es hoy el conglomerado Corona. Con una fortuna hecha en minas de oro, Echavarría decidió importar telas desde Londres y sus herederos fundaron años después las textileras más importantes del país: Coltejer y Fabricato. El origen de Falabella, por 1889, es similar. Salvatore Falabella abrió por entonces su primera gran sastrería en Chile. A comienzos del siglo pasado los Falabella y los Echavarría estaban dedicados a la confección en cada uno de sus países. Los descendientes de Rudesindo dejaron la industria textil y se abocaron a diversos negocios. Uno de sus nietos, Gabriel, descubrió lo que sería el éxito presente de la familia: a fines del siglo XIX compró grandes extensiones de tierras arcillosas que nadie podía cultivar en Antioquia e inició la gran industria de la cerámica, hoy fuerza principal de la Organización Corona. A lo largo del siglo XX los Echavarría consolidaron el más poderoso complejo económico de materias primas para la construcción, que ofrece desde un grifo para un baño, pasando por las vajillas más usadas por las familias colombianas y las losas y baldosas esenciales en cualquier hogar. El actual patriarca El patriarca y líder hoy es el hijo de Gabriel: Hernán Echavarría Olózaga. Estudio Ingeniería Mecánica y Economía. Laboró en la fábrica de cerámica de su padre y a los 31 años fue ministro de Obras Públicas y luego de Comunicaciones. Muy tentado por la política, y claramente como hombre de derecha, se opuso a la dictadura que Colombia vivió en los 50, cuando su hermano, Felipe Echavarría Olózaga, fue torturado por los servicios de inteligencia, que lo sentaron en un bloque de hielo durante una noche. Entonces jugó un papel esencial en la caída del general Rojas Pinilla, presionada por el mundo empresarial. Cuarenta años más tarde abanderó desde el sector privado el proceso de oposición al presidente Ernesto Samper, acusándolo de haber recibido en su campaña más de seis millones de dólares por parte del cartel de Cali. En su polémico currículo destaca también haberse enfrentado, a fines de los años 70 al en ese entonces, conglomerado financiero más grande del país, el Grupo Grancolombiano, encabezado por el banquero Jaime Michelsen Uribe. Los acusó de manipular a través de la bolsa acciones de los fondos de inversión y de dejar sin ahorros a centenares de viudas y pensionados. Venció: el Grupo Grancolombiano desapareció algunos años después. Echavarría ha liderado en el último tiempo tres campañas: una contra la corrupción privada, otra contra la financiación política por el narcotráfico y otra como defensor del neoliberalismo. Esto le ha granjeado múltiples amores y odios. Apenas hace dos semanas recibió la distinción como el "Líder Empresarial del año" otorgada por el diario económico Portafolio. En el mismo acto Homecenter se llevó el título de la "Empresa que más genera empleo" pues pasó de 596 trabajadores en el 2000 a 1.453 este año, toda una proeza de recuperación en un país que llegó a tener más del 20% de tasa de desempleo. Con seis locales y otros tres en construcción Sodimac es la tienda de referencia de los sectores medios y altos del país. Vende US$ 100 millones, pero no ha logrado todavía destronar a las ferreterías de barrio. Secuestros y asesinatos Pero esta historia de triunfo empresarial ha estado acompañada por la violencia. Entre 1971 y 1990 siete miembros de su familia sufrieron secuestros y dos de ellos fueron asesinados en cautiverio. Su tío Diego fue plagiado por delincuentes comunes. Ocho días antes de que ello sucediera había dicho que "si a mí me secuestran que me maten, pero no paguen ni un peso". Desde entonces se habla de un pacto de no pago de la familia Echavarría. En septiembre de 1990, Echavarría enfrentó uno de los retos más grandes. Su sobrina fue secuestrada por Pablo Escobar, que la utilizó como un seguro de vida para que el gobierno no lo capturara. Unas semanas más tarde también fue plagiado otro familiar. Todos esos golpes han endurecido su posición política. Es visto como un representante de la derecha: ideológicamente lo es. El desafío de Falabella También destaca por el estilo de manejo y trato de sus empleados en sus negocios, que se concentran en el mundo de insumos para la construcción. Colcerámica S.A. es hoy el negocio principal que controla con sus hermanos; en el retail controla a Sodimac Homecenter y Arcesa; mientras que complementa su producción a través de Locería Colombiana, Gamma y Sumicol, empresas fruto de la fusión en los 90 de una veintena de compañías. El grupo cuenta con trece plantas industriales, 33 tiendas de venta directa de sus productos -sin contar a Homecenter- y seis mil empleados. Los Echavarría están ligados familiarmente al Grupo Santodomingo, el más fuerte conglomerado unipersonal de Colombia, y en conjunto planean uno de los más ambiciosos complejos hoteleros del Caribe en la isla de Barú, muy cerca del puerto de Cartagena. Falabella podría ser su nueva apuesta con chilenos, tal como lo fue cuando se asociaron a los Del Río en 1994. No será un trabajo fácil el que tendrá la multitienda en Colombia. Grandes competidores se disputan el mercado. Por eso tendrá que luchar a brazo partido con Carrefour (asociada con el Grupo Santodomingo), con la cadena de Almacenes Éxito (aliada con el Grupo Empresarial Antioqueño), con Carulla (de la mano del fondo de inversión estadounidenses Newbridge) y con Alkosto, por citar a los más grandes. |
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