Al hotel Santa Teresa de Cartagena llegaron esta semana 31 jóvenes de todas partes de Latinoamérica con un solo objetivo: presentar sus propuestas de negocio para ser escogidos como uno de los emprendedores Endeavor. Esta organización, que recientemente llegó a operar en Colombia y que está presente en otros ocho países, tiene como objetivo fundamental darles soporte, asesoría y ayuda a empresarios de alto impacto, que una vez seleccionados empiezan a hacer parte de una selecta red conformada por 260 emprendedores y 180 empresas de diferentes partes del mundo.
Entre el ajetreo y los ánimos exaltados de los empresarios, resultaron elegidas dos nuevas compañías colombianas para sumarse a la red de Endeavor: Bodytech y Ecoflora. En el proceso de selección siempre estuvo activa y sonriente la estadounidense Linda Rottenberg, una de las cofundadoras de la iniciativa.
Linda, quien además se ha desempeñado como miembro del Council on Foreign Relations y hace parte del comité de iniciativas sobre brecha digital del Foro Económico Mundial, conversó con El Espectador acerca de los emprendedores latinoamericanos, sobre los obstáculos a los que se enfrentan los empresarios para mantener sus compañías y sobre las estrategias que han llevado a Endeavor a convertirse en una de las redes globales empresariales más sobresalientes del mundo.
P. ¿Por qué su interés en América Latina?
R. Después de que me gradué de la escuela de leyes en la Universidad de Yale me fui a vivir a Buenos Aires, y luego estuve varios meses en Chile. Ahí me enamoré de Latinoamérica. Lo que vi es que aquí había talento, energía, pero ni siquiera existía una palabra para el emprendimiento, ¡no existía! Había empresarios pero no había algo que describiera propiamente lo que era un emprendedor. Había muy pocas historias que sirvieran como modelo, pocas historias de un chico en un garaje que tiene una idea, que alguien encuentra y lo convierte en el próximo Steve Jobs (creador del Apple), en el siguiente Michael Dell o en el Ralph Lauren de la moda.
La gente en Latinoamérica tiene que lidiar con un mal, y es que si no estás entre los primeros diez apellidos del país, nunca podrás tener una gran empresa. Puedes trabajar para un negocio, pero ser dueño de uno no es una opción tan real. Esta región tiene todos los ingredientes para ser una gran fábrica de emprendedores, pero no había la plataforma para darle soporte.
P. ¿Cómo es la relación de Endeavor con los gobiernos de la región?
R. Yo sé que hay mucha gente que cree que los gobiernos deberían salirse del camino, pero nosotros, por el contrario, creemos que los gobiernos pueden ayudar mucho. Ellos tienen un rol muy importante en la formación y el acceso al capital. El emprendimiento puede ser soportado por el gobierno, pero no liderado por él, por eso nuestro éxito ha radicado en que nosotros operamos con fuerza local, con fondos locales, con dirección local y privada, y eso nos permite ser muy respetuosos de los modelos que se aplican en cada país.
P. ¿Cuáles son los mayores obstáculos con los que deben enfrentarse los emprendedores en América Latina?
R. Es muy interesante, porque mucha gente asegura que la falta de acceso a capital es el problema más grande. Por ejemplo, en el caso del Perú, siempre se habla acerca de que uno de los grandes obstáculos para emprender un negocio es el número de días que se toman los trámites para poder empezar, pero yo creo que esta idea es una locura, este no es el problema real. Nosotros les preguntamos a los emprendedores ¿cuál es la forma en la que Endeavor lo ayudó a usted más? Y yo estaba segura de que iban a responder que les habíamos facilitado el acceso a capital. Sin embargo, los empresarios contestaron que en lo que más los habíamos ayudado era a pensar en grande y a crear redes que creyeran en su trabajo.
Con esto nosotros nos dimos cuenta de que existe un obstáculo intangible que tiene que ver más con una forma de pensar instaurada culturalmente. El caso de Bodytech es muy representativo. Hay una gran diferencia en pensar en tener dos gimnasios y pensar en tener una franquicia de 150. Esa imposibilidad de pensar en grande es el principal obstáculo que encontramos.
P. ¿Cómo cosechar emprendedores menos fugaces?
R. Es gracioso, porque después de las crisis, los emprendedores muestran unos índices muy altos de crecimiento. Mientras todo el mundo se está quejando, los emprendedores ven oportunidades, ellos son capaces de ver oportunidades en medio de situaciones muy adversas. Es gente que está tomando riesgo, creo que los verdaderos emprendedores presencian las crisis y no se rinden y, por el contrario, si se equivocan, son capaces de buscar la siguiente oportunidad.
P. Endeavor funciona a través de redes, ¿qué tan efectivo ha resultado este modelo y qué potencias le ven?
R. Las redes son maravillosas, y van mucho más allá de ir a la misma iglesia, pertenecer al barrio, o que los chicos vayan a un mismo colegio. Donde hay gente que está compartiendo valores comunes, una pasión común y modos de pensamientos comunes, es donde las redes se convierten en algo verdaderamente útil. Yo era parte de YPO, y creo que es una red maravillosa en donde hay gente que está interesada en hacer relaciones comerciales, pero lo que creo que es único de Endeavor es que hay gente conectada no sólo para que se les ayude en sus negocios, sino que además tiene este gran interés en devolverle algo a la comunidad. Creo que aún son insospechadas las consecuencias de sentirse unidos por una misión mucho más grande, yo creo que las redes se van a convertir cada vez más en algo determinante.
P. ¿Cómo escogen los países en los que quieren aterrizar?
R. Endeavor siempre busca mercados emergentes. Andamos a la caza de países en los que grandes grupos económicos no se han enfocado mucho, pero en donde creemos hay un gran potencial. En estos países es muy importante desarrollar las empresas que están en la mitad. Nosotros nos hemos dado cuenta de que la mayoría de ayudas e inversiones van a parar en las empresas que ya generan millones y millones en ingresos, pero creemos que ayudando a esos emprendedores que tienen empresas medianas, y que están en camino de convertirse en grandes firmas, es como podemos generar un impacto mayor. Teniendo esto claro, operamos alejándonos de ese modelo que lo que hace es “empujar una cantidad de ayudas dentro de un país”, y que profesa: ¡nosotros desde acá en Estados Unidos, que tenemos la plata y las ideas, los podemos ayudar! Endeavor invierte el modelo, nosotros rastreamos gente del sector privado local, conseguimos recursos locales y buscamos el modelo propio para operar en cada país.
P. ¿Cómo se diseñó el modelo de evaluación con el que eligen a los emprendedores Endeavor?
R. Es a la vez una ciencia y un arte. Hace un poco más de tres años manejábamos un cuestionario con preguntas específicas, pero un día decidimos tirar eso por la ventana, porque la forma en la que empezamos a trabajar es consiguiendo gente de mucha calidad. En esta ocasión hemos invitado, por ejemplo, a Edgar Bronfman, presidente y CEO de Warner Music Group, Woods Staton director administrativo de McDonald’s en Argentina, entre otros, y lo que creemos es que cada una de estas personas trae sus propias perspectivas de lo que debe ser un emprendedor, una persona con ambiciones, con planes de crecimiento, que sea capaz de producir cientos y cientos de ganancias, pero que a la vez se convierta en un modelo a seguir. Así que una sola definición y una sola medición serían muy ambiguas. Nosotros nunca diremos, ¡el que tiene más cuadritos rellenos es el que se queda!
P. ¿Por qué cree en el espíritu de los empresarios?
R. Creo que los emprendedores no sólo fundan grandes empresas, aumentan los empleos y tienen un impacto sobre la economía. Yo creo que su espíritu puede cambiar muchas cosas. Yo crecí en un lugar en donde no tenía ningún privilegio. Luego fui a la escuela de leyes de Yale y empecé a hacer una red con diferentes personas iguales a mí y nos dimos cuenta de que éramos muchos, y dije: ¡un momento, tal vez nosotros podamos hacer algo! Y de ahí nació Endeavor. Por eso, lo que creo es que los emprendedores ayudan a otra gente a que se inspire, ellos crean un sentido de posibilidad. Y lo que veo es que nosotros vivimos en una era donde son las estrellas del deporte, las estrellas del pop y los actores los que se están convirtiendo en héroes y creo que si abrimos un espacio para que los emprendedores sean héroes, todos tendríamos mejores países.
P. Ya hay dos empresas colombianas que hacen parte de su red: LST e Ideagro, y ahora han elegido a Bodytech y a Ecoflora. ¿Cómo ha sido su experiencia con los emprendedores colombianos?
R. La gente colombiana es una de las más emprendedoras que alguna vez conocí y realmente creo que tienen todo para serlo. Los brasileños, por ejemplo, tienen este gran profesionalismo, pero el mercado es tan grande, que es suficiente con conquistar las demandas locales. En Uruguay, por su parte, usted tiene que ser regional por definición y lograr ser un líder en un mercado tan pequeño es muy difícil, pero los emprendedores colombianos tienen esta gran oportunidad para ser jugadores a la vez locales, regionales y hasta globales, tienen un mercado aún en expansión pero pueden desbordar las demandas internas.
P. ¿Cómo es el hombre de negocios de ahora y cuál es el hombre de negocios que Endeavor quiere construir?
R. Cuando yo viví en Latinoamérica, en los noventa, la gente tenía una muy mala imagen de los empresarios, porque parecía que había un vínculo muy estrecho en que te fuera bien en los negocios y fueras un miembro de la alta sociedad. Uno de nuestros deseos ha sido no sólo mostrar modelos de éxitos, sino reconocer a gente buena a la que le interesa la sociedad, que tienen un buen trabajo y buenos ingresos, pero que a la vez son capaces de devolver algo a su comunidad. Por otro lado quisiera que la pregunta me la formulara en doble vía, ¿cuál es el hombre y la mujer de negocios qué soñamos?, porque ese es uno de nuestros grandes retos. A mí me encantaría encontrar cada vez más mujeres emprendedoras.
P. Justamente, ¿qué les diría a las mujeres que todo el tiempo se encuentran en el dilema de desenvolverse como grandes profesionales o cumplir su rol de mamás?
R. Esto es algo en lo que he pensado mucho, ¿cuál es la forma de generar ese balance? Lo primero que tengo que decir es que en una gran medida, los negocios se han trasladado a los hogares y nosotras tenemos que aprovechar al máximo toda esta era virtual. Estoy convencida de que el mundo necesita del poder, del potencial y de la pasión de las mujeres en los negocios. Creo que las mujeres tenemos que imponer este coraje de decir no voy a esta reunión o a este viaje porque es la presentación de mis hijas en el colegio, y creo que tenemos que hacerlo, para que los hombres de negocios empiecen a hacerlo también, que puedan rehusarse a una reunión porque tiene el juego de fútbol de sus hijos. Cuando veo a mis hijas, me doy cuenta de que ellas no sólo necesitan un modelo de madre, sino un verdadero modelo que puedan seguir y admirar en su vida, con lo cual me convenzo de que mientras más feliz sea y más ampliamente me pueda realizar, mejor mamá voy a ser. |
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