Ecomercados, otra forma de cuidar su alimentación EL COLOMBIANO
Ecomercados, otra forma de cuidar su alimentación
Ecomercados, otra forma de cuidar su alimentación
POR MARGGIE RIAZA | PUBLICADO EL 17 DE JULIO DE 2015
Esta semana la #TwitterCrónica recorrió la ciudad en busca de mercados saludables. ¿Qué venden?, ofrecen productos orgánicos, sin azúcar ni conservantes ni colorantes o agentes químicos. Incluso, promueven la cultura vegetariana.
Hacen parte de la tendencia de alimentación saludable, de la misma manera que las ferias ecológicas y, en general, la comida que genera bienestar .
La mayoría de estos espacios quedan en los barrios El Poblado y Laureles, y en el municipio de Envigado. No son solamente tiendas de barrio, también están en centros comerciales como Vizcaya y Oviedo.
El recorrido empezó en el barrio Suramericana. Justo frente a la estación del metro está Col y Flor, Tienda de Comercio Justo. Desde las nueve de la mañana tenía clientes escarbando en su variedad de verduras, hortalizas y granos. Todo, cultivado por 108 familias campesinas de San Cristóbal, que trabajan sin pesticidas o fertilizantes.
Allá, los clientes asiduos convierten la tarea de mercar en una tertulia: discuten la calidad de los huevos, lo ricas que son las papas moradas y cómo estos alimentos mejoran la salud. “Yo sufría de deficiencia hepática. Hace un año estaba muy mal y empecé a comer alimentos orgánicos. Vea como estoy de aliviada”, afirmó Dulfary Smir.
William Alberto Álvarez, uno de los fundadores de esta tienda, cuenta que empezaron en 2001 a convencer a los agricultores locales para que dejaran de usar pesticidas y agentes tóxicos. “Ellos estaban enfermándose y, además, contaminando el medio ambiente”, dice.
Su ideología es el comercio justo, por eso, los agricultores que llevan sus productos a la venta reciben el pago adecuado por su trabajo. Eso no significa que usted se gaste una millonada haciendo mercado allí. Un paquete de arepas de maíz, cultivadas por mujeres de Santa Elena, está a $ 1.650, un kilo de zanahoria, $ 2.200 y medio de chocolate de San Rafael, sin colorantes ni conservantes, le cuesta $ 7.500.
Pan, a su medida
Luego fuimos a Laureles para conocer Salud Pan, recomendado en redes reconocidas como Tripadvisor. Cerca al primer parque del barrio, está este amplio local que hace 8 años empezó como panadería. Su creadora, Ángela Londoño, explicó que la idea nació por su interés personal de comer saludable. “No encontraba un espacio así en Medellín, entonces abrí vendiendo panes artesanales, hechos con granos enteros y personalizados”, explica.
Ahora Salud Pan es panadería, restaurante y tienda. Allí se consigue, por ejemplo, Maka en polvo, tubérculo que ayuda a quienes tienen altos niveles de colesterol y triglicéridos. Viene en paquete de 100 gramos y cuesta $27.200. La coca también se consigue en varias presentaciones: té, harina y hojas, en precios que van entre $6.000 y $30.000. Venden leche en polvo de varios tipos: semilla de chía, nuez de Brasil, marañón, avellanas, arroz, coco y almendras. Los precios oscilan entre $20.00 y $50.000.
El restaurante ofrece comida Raw, alimentos crudos y veganos (solo de origen vegetal). Todos los días hay menú para el almuerzo, el de hoy era un ceviche vegetariano acompañado de arroz integral y ensalada, costó $10.500.
“Siempre me he cuidado y desde que encontré este lugar me maravillé... me encantan sus panes artesanales, son realmente deliciosos y saludables”, dice Martha Elena Botero, clienta desde hace unos pocos meses.
El fuerte allá es la panadería. Su producción es artesanal. Hornea panes con granos enteros y creados uno por uno, no en masa. “Hacemos panes especiales para diabéticos, personas con problemas digestivos o cardíacos. Díganos qué quiere y nosotros lo producimos”, agrega Ángela.
Más que comida
Por último, visitamos Ceres, Mercado Orgánico, en el sector Provenza, de El Poblado. Julia Correa, una de las creadoras, nos explicó que el negocio empezó hace seis años, cuando en la ciudad era raro encontrar tiendas de este tipo.
Su ideología combina consumo solidario con los campesinos agricultores, respeto por los animales y el medio ambiente y hábitos saludables.
Hay productos de los campesinos de La Ceja y alimentos para la comunidad vegetariana como hamburguesas de lentejas y otros granos, y chorizos a base de soja que, por paquete cuesta $8.000. Además, encuentra champús, jabones, lavaplatos y desinfectantes elaborados por empresas locales con plantas y libres de químicos.
Como producto estrella, usted puede comprar mantequilla de maní hecha al instante, pues una máquina la produce en segundos frente a sus ojos. El tarro pequeño está a $8.000.
No se puede ir sin probar los jugos y batidos de frutas y vegetales orgánicos, sin azúcar y con leche de almendras. “No usamos vasos plásticos ni pitillos, todo lo servimos en vidrio. La idea, a largo plazo, es que nuestros clientes traigan sus propios recipientes”, explica Julia. También venden zapatos de fibras vegetales y materiales reciclados.
Así que si quiere tener un estilo de vida con mejor alimentación, Medellín tiene lugares indicados con variados precios .
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