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lunes, diciembre 25, 2017

Economía circular para un futuro sustentable

Economía circular para un futuro sustentable



Enfasis


Economía circular para un futuro sustentable

Impulsar un modelo de economía circular capaz de mantener los materiales, productos y recursos el máximo tiempo posible en el sistema, ayudará a minimizar la generación de residuos y los consumos energéticos.





El incremento constante de la población mundial, acompañado por una creciente escasez de recursos naturales, hace necesario que los gobiernos pongan en marcha medidas urgentes y efectivas que promuevan un cambio de paradigma. Debemos sustituir el concepto lineal de producción (producir-usar-tirar) por un sistema sostenible y competitivo en el que se haga un uso eficiente de los recursos. Por ello, crear un nuevo modelo que permita cerrar el ciclo productivo, dándole nuevos usos a sus residuos, convirtiéndolos en productos de valor, permitirá lograr un modelo económico más sostenible y respetuoso con el medioambiente: la Economía Circular.

Pero, ¿en qué consiste ese modelo? Se trata de repensar de principio a fin los ciclos de vida de los productos, considerando desde su concepción los impactos ambientales y apostando por un modelo integral de gestión: del rediseño al reciclaje, pasando por la reutilización, la redistribución, la reparación o la renovación. En este sentido, AINIA Centro Tecnológico cuenta con varias líneas de trabajo en I+D orientadas a desarrollar soluciones tecnológicas que permitan avanzar en el cambio de modelo y en la apuesta por la economía circular.

DE RESIDUOS ORGÁNICOS A BIOENERGÍA Y BIOPRODUCTOS

El rápido crecimiento de la población y su concentración en las grandes poblaciones ha supuesto un aumento de los residuos urbanos que se generan. Lograr una gestión integral de estos residuos para su valorización, presentaría una solución al problema de la contaminación ambiental, además de contribuir a la transformación económica hacia un modelo de Economía Circular.

En este sentido, las biorefineríasofrecen importantes soluciones por su capacidad para transformar la biomasa (residuos orgánicos de origen agrícola, ganadero, forestal, industrial o urbano, microalgas, etcétera) en productos finales: desde bioenergía hasta bioproductos, pasando por bioplásticos, bioquímicos. Estos productos finales pueden sustituir a productos ya existentes en el mercado, generalmente de origen fósil o, bien, convertirse en nuevos, incorporando funcionalidades diferentes y mejoradas para la obtención de bioplásticos o biometano y biofertilizantes.

En esta línea, el proyecto demostrativo URBIOFIN trata de establecer la viabilidad tecno-económica y medioambiental de una biorrefinería, para convertir residuos urbanos orgánicos, dotarlos de valor y convertirlos en bioproductos.

Las biorefinerías son además, una solución innovadora muy interesante para las empresas del sector del biogás, que buscan diversificar sus propuestas comerciales y obtener nuevos productos de los residuos orgánicos, a través de la tecnología de las plantas de digestión anaerobia. Algunos ejemplos de los proyectos de I+D que se están haciendo en esta línea de actividad son:
• GREENUPGAS: Desarrollo de una tecnología de upgrading biológico para la producción de biometano.
• BIOGREEN apuesta por ser la primera biorefinería verde en España basada en un concepto de economía circular.
• BioREFINA: Desarrollo de un modelo sostenible de producción hortofrutícola basado en el concepto de Economía Circular.

Dentro del concepto de biorefinería, también se puede encontrar una línea de investigación, a partir del uso y explotación de microorganismos vivos para el desarrollo de productos de mayor valor añadido, con gran potencial para sectores como el farmacéutico, biomédico, cosmético, agricultura, alimentación, envases y bienes de equipo, etcétera.

Así, la aplicación de la white biotechnology (biotecnología aplicada a procesos industriales) en la industria alimentaria, por ejemplo, está suponiendo un impulso en valores tan demandados por el mercado actual como el desarrollo de nuevos bioproductos aprovechando subproductos y residuos orgánicos. Algunos ejemplos son:
• Desarrollo de alimentos probióticos con los que ayudar al tratamiento de alergias alimentarias o a combatir infecciones y enfermedades de diversa índole.
• Desarrollo de alimentos específicos para el tratamiento de problemas de salud (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etcétera).

TECNOLOGÍAS LIMPIAS DE EXTRACCIÓN Y PURIFICACIÓN: CO2 SUPERCRÍTICO

Las tendencias actuales muestran la necesidad de emplear procesos para la obtención de productos más puros y selectivos que aprovechen mejor las materias primas, permitan valorizar fuentes infrautilizadas y que eviten el empleo de disolventes orgánicos tóxicos.

De ahí, la extracción con CO2 supercrítico es un proceso de gran valor para la industria alimentaria tanto por sus numerosas aplicaciones, como por ser una alternativa sostenible, inocua y rentable frente al uso de disolventes orgánicos contaminantes, cuya gestión supone un importante problema para el medioambiente. Algunos proyectos en los que se están trabajando con CO2 supercrítico son:
• Biorrefinerías, valor para desechos como hollejos, pepitas de uva y lías de fermentaciones vinícolas
• Aceites, pigmentos y antioxidantes obtenidos de subproductos alimenticios

BIOPRODUCCIÓN EN EL SECTOR AGROPECUARIO
El objetivo básico de la bioproducción en el sector agropecuario pasa por producir bienes de consumo eficientes económicamente, pero con una gestión racional y sostenida de los recursos, que implique un menor impacto ambiental. A este respecto se observan líneas de trabajo relativas a:

• Desarrollo de bionutrientes y biofertizantes. Por ejemplo, aprovechar la paja del arroz o el digerido de las plantas de biogás agroindustrial para generar biofertilizantes. Estos bioproductos mejoran la actividad de los compuestos químicos, pues son capaces de ofrecer idénticas capacidades en cuanto a la activación del crecimiento y la protección de las plantas pero, además, se muestran inocuos con el medioambiente y el ser humano.

• Obtención de bioestimulantes, biodefensivos y bioelicitores. Con la utilización de estas y otras tecnologías es posible obtener diseños específicos, adaptados a las características concretas de los cultivos y las mejoras que se quieren obtener en ellos.


USO EFICIENTE DE LOS RECURSOS: AGUA Y ENERGÍA

Otra línea de trabajo de gran interés de la industria alimentaria es el aprovechamiento del agua y los recursos energéticos. Las soluciones tecnológicas más innovadoras se basan en una Economía Circular dirigida a aprovechar el 100% de las aguas residuales que se generan en sus procesos productivos para darles nuevos usos y lograr la máxima sostenibilidad y eficiencia.

Así, la oxidación supercrítica es una tecnología avanzada que está despertando interés como alternativa en el tratamiento de algunos residuos altamente recalcitrantes. Se basa en las propiedades particulares del agua bajo condiciones de temperatura y presión por encima de su punto crítico (T>374ºC y P>217,7 atm). En tales condiciones, el agua puede oxidar completamente (100% de eficiencia) cualquier compuesto orgánico convirtiéndolo en moléculas simples, como son el agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), nitrógeno elemental (N), etcétera.

Por medio de esta tecnología, los contaminantes orgánicos no requieren posteriores tratamientos de inertización, facilitando la disposición final sólo de una pequeña fracción. Además, el proceso puede mostrar un ahorro energético considerable, debido a que es posible aprovechar el calor producido por las reacciones exotérmicas.

Un ejemplo del enorme potencial de la tecnología de agua supercrítica es el proyecto LO2X, que demuestra en sus resultados finales los beneficios ambientales y socio-económicos de un co- tratamiento sinérgico de lodos de depuradora y residuos (estiércol crudo y digerido, residuos alimentarios de alta carga orgánica, plaguicidas, lixiviados y otros, con recuperación de energía y fósforo mediante Oxidación con Agua SuperCrítica (OASC).

En lo relativo al ahorro energético, iniciativas como el proyecto GREENFOODS, busca apoyar a la industria alimentaria hacia una mayor eficiencia energética y la reducción de las emisiones de carbón de origen fósil.

NUEVOS BIOPLÁSTICOS Y DISMINUCIÓN DE RESIDUOS DEL ENVASE
AINIA Centro Tecnológico investiga soluciones innovadoras que supongan una reducción de los materiales de envasado. Y es que, a pesar del hábito del reciclaje, la cantidad de residuos que se deben gestionar continúa creciendo y con ello, la problemática que suponen aquellos envases que no se pueden recuperar o aprovechar.

Por ello, aunque los plásticos presentan ventajas como su funcionalidad y economía, sus inconvenientes son muchos: costes medio-ambientales, emisión de gases con efecto invernadero y, por lo general, su ciclo corto de vida ha implicado un aumento en la cantidad de residuos y elevación de los costes económicos. Todo esto está pasando factura al medioambiente y hace imprescindible la adopción de una nueva economía del plástico que:

1. Promueva soluciones eficientes para el plástico una vez usado.
2. Reduzca drásticamente la cantidad de plástico en el medio natural.
3. Elimine paulatinamente las materias primas fósiles para la producción de plástico.

En ese contexto, parece lógico que el siguiente paso en la reducción de residuos pase por el desarrollo de nuevos materiales de envasado que:
- No necesiten ser reciclados por su naturaleza biodegradable o compostable.
- Procedan de fuentes renovables e inagotables.

Algunas de las innovaciones para el sector del envasado que se están desarrollando en AINIA Centro Tecnológico se enfocan en el desarrollo de nuevos materiales de envasado, a partir de los residuos producidos por la industria alimentaria (fuentes orgánicas y no derivados del petróleo). Un ejemplo de ello, se encuentra en el proyecto PHBOTTLE con el que se ha conseguido desarrollar nuevos envases 100% biodegradables. Además, estos envases cuentan con propiedades antioxidantes que pueden alargar la vida de los zumos que contienen. Los bioplásticos utilizados están desarrollados a partir de los azúcares y otros residuos ricos en carbono, nitrógeno y oxígeno existentes en las aguas residuales de las propias industrias de zumos.

Por su parte, el proyecto WHEYPACK ha investigado la forma de obtener envases plásticos en Polihidroxibutirato (PHB). Este biopolímero se obtiene a partir del suero lácteo, lo que supone otro buen ejemplo en relación a los nuevos plásticos.

(*) Director del Departamento de I+D de AINIA Centro Tecnológico.

sábado, diciembre 23, 2017

Compras en internet, un acelerador de la economía colombiana



Compras en internet, un acelerador de la economía colombiana

DICIEMBRE 6, 2017 por ANDREA RIOS



La historia del comercio electrónico inició en Estados Unidos durante los años noventa, como resultado del intercambio electrónico de datos, negocios al detalle y fábricas de automóviles. Colombia aún no es un país maduro en compras por internet pero demuestra un interesante crecimiento desde sus inicios.
También le puede interesar: ¿Cómo va el comercio electrónico en Colombia?

Comercio electrónico en Colombia

Mientras en 1995 se estimaba que existían 50 mil usuarios, solo 5 años después se tenía un millón de suscriptores frecuentes en el canal de compras por internet.

En la quinta edición de Hotsale realizada por las entidades mencionadas el 25 y 26 de abril de este año, se presentó un crecimiento del sector del 29% respecto de la versión anterior, donde el número de transacciones creció en un 28% y ventas en un 18%. Las ventas por medio de tiendas virtuales son un canal complementario, hoy, el comercio electrónico se entiende como una alternativa que no puede faltar en una empresa que busque ingresar en nuevos canales comerciales.

La creciente dinámica de compras online en el país permite estimar que para el año 2021, la cantidad de dinero generado por este tipo de comercio igualará las transacciones con efectivo.
Aumenta la confianza de los colombianos en el uso de internet

A propósito de este ejemplo, recientemente se dieron a conocer resultados de la encuesta “Percepciones y opiniones acerca de internet en Colombia” contratada por .CO Internet con el Centro Nacional de Consultoría.

De acuerdo con la encuesta, la confianza de los colombianos con respecto a la seguridad que ofrece internet, aumentó. 90% de los encuestados en la segunda versión de este estudio, señalaron sentirse seguros en el ciberespacio al no haber tenido problemas de robos o estafas en internet, cifra que se mantiene respecto a la del 2016, permitiendo entrever que quienes usan la red para hacer compras, se sienten cada vez más seguros.

Percepciones y opiniones

El estudio, que fue realizado este año, de manera online, a usuarios entre 18 y 60 años en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena y varias ciudades intermedias, con una muestra de 1.040 encuestados, midió tres aspectos del uso de internet en Colombia: percepciones y opiniones acerca de internet; negocios y creación de páginas en internet; privacidad, seguridad y vida familiar.

Los resultados de la encuesta demuestran que ante la pregunta ¿Usted ha sido víctima de algún robo o estafa por Internet?, el 91% de los habitantes de Santander y Norte de Santander y el 89% de los de la Costa Caribe respondieron nunca haber sido víctimas. Resultado que aumentó en el caso de la zona santandereana en 6 puntos respecto al año anterior. En la misma línea, el 87% de los entrevistados en Bogotá, Medellín y Cali también respondieron nunca haber sido estafados ni robados al hacer sus transacciones o compras online.

“La encuesta refleja que los colombianos de todas las regiones confían cada vez más en la seguridad de las compras online y en realizar sus transacciones a través de la red. Esto es muy importante, especialmente porque, a pesar del crecimiento del comercio electrónico en el país, una de las grandes barreras que los colombianos tienen para comprar por internet, es justamente el tema de seguridad, y estos resultados nos muestran que la gran mayoría de quienes hacen transacciones por internet se sienten tranquilos y seguros”, indica Eduardo Santoyo, gerente de .Co Internet.
Precaución

La encuesta también refleja que un 76% de los colombianos se siente seguro al realizar compras online. Los encuestados de Medellín y Santander son quienes sienten más confianza al realizar compras por Internet con un 84% y 82% respectivamente, cifra que aumentó 27 puntos respecto al 2016 en la región santandereana. Por su parte un 72% de los bogotanos, caleños y habitantes de la Costa Caribe respondieron sentir confianza al realizar compras por Internet.

Los resultados destacan que los colombianos han continuado mejorando las medidas de seguridad del manejo de la realidad digital: este año, por ejemplo, fueron más prudentes respecto a no tener escritas las claves de acceso a archivos o aplicaciones, pues solo un 28% continúa guardándolas, cifra que cayó 12 puntos frente al 2016, mientras que el año anterior lo hacía un 40%. Los bogotanos son más precavidos a la hora de guardar sus claves frente a otras regiones, pues solo un 23% de los consultados afirmó hacerlo, mientras que un 33% de los santandereanos respondió seguir haciéndolo.

Guardar las claves es mucho más común entre los hombres. A pesar de que los mayores de 46 años son quienes más las guardan, se registra un cambio relevante, pues hoy en día lo hace un 17% menos que hace un año. (49% en 2016 a 32% en 201/). Las personas entre los 32 y 45 años, rango de edad de la generación Z, son los que menos tienden a guardar sus claves de forma escrita.

Por otra parte, un 33% de los entrevistados en el país apoyó la idea de poder tener acceso a sus correos electrónicos en defensa de la seguridad nacional, resultado que aumentó 3 puntos respecto al año anterior.

PlacetoPay, un jugador colombiano

Hace 18 años, Enrique García, un ingeniero de sistemas que trabajaba brindando soluciones tecnológicas de pagos para el sistema bancario, tuvo una idea, que tenía como objetivo transformar la forma como los colombianos pagan las cuentas o facturas pendientes.

Trabajando en ideas para solventar el problema que enfrentaban algunas compañías para el pago de servicios públicos, donde los usuarios se retiraban sin pagar, Enrique empezó a diseñar y poner en marcha, la que hoy es una de las plataformas de pago online más segura del mercado, y con un amplio potencial de crecimiento.

Hoy, PlacetoPay permite a todo tipo de establecimientos comerciales recaudar facturas, recibir pagos por internet e informar en línea el estado de transacciones realizadas con tarjetas de crédito, con PSE (Pagos Seguros En línea), tarjetas privadas o en puntos de pago en efectivo. También les permite a sus clientes recibir pagos telefónicamente o por medio de aplicaciones.
Transacciones inteligentes en territorio seguro

La compañía es reconocida como una plataforma de pago que procesa En 2016 PlacetoPay fue reconocida por Colciencias como una empresa altamente innovadora y que le ha hecho la vida más fácil a millones de personas en Colombia y en el mundo. PlacetoPay ofrece servicios para el manejo integral de transacciones por medio de canales no presenciales.

La experiencia le ha enseñado a PlacetoPay que debe propiciar un ambiente virtual que genere la transacción, que garantice la tranquilidad del comprador y asegure que el dinero llegue a la cuenta bancaria del establecimiento comercial. Esa es la razón de ser de una plataforma de pago, convertirse en una herramienta que permita a las empresas vender de forma segura, con protección y validación de datos sensibles, así mismo ofrecer facilidad en la conexión entre usuarios y comercio de manera efectiva, de tal forma que las transacciones inteligentes sean eficientes.

Realizar pagos por medio de PlacetoPay no tiene costo para los usuarios que realizan sus compras electrónicas y les garantiza que sus datos están siendo custodiados. PlacetoPay está certificado en PCI (Payment Credicard Industry) en su versión 3.2 y actualmente se encuentra en proceso de recertificación. Esta acreditación es el más alto estándar internacional en seguridad.


viernes, octubre 06, 2017

RADDAR GASTO DE HOGARES SEPTIEMBRE 2017




Gasto de los hogares continúa creciendo lentamente: creció 1,4% con respecto a septiembre de 2016 y el dato trimestral es positivo frente al año pasado,

Lo que hace pensar que el dato del tercer trimestre del PIB será mejor que el del segundo semestre.

Por esto decimos:
Ya pasó la tormenta,
Pero el comprador está mojado
El consumidor con gripa y en cama,
Y todo está embarrado ...
Tenemos mucho por trabajar

miércoles, septiembre 20, 2017

¿Tiene sentido una economía hipercompetitiva y promonopolista? | Harvard Business Review en Español

¿Tiene sentido una economía hipercompetitiva y promonopolista? | Harvard Business Review en Español






¿Tiene sentido una economía hipercompetitiva y promonopolista?

Fotografía de una trampa para ratones
En las décadas de 1980 y 1990, Blockbuster modernizó el negocio del alquiler de películas. La compañía ofrecía muchos más títulos que sus rivales más pequeños, usaba ordenadores para administrar mejor el inventario y diseñó sus tiendas para que fueran luminosas y acogedoras para las familias. En 1993, apenas ocho años después de su fundación, Blockbuster era el líder mundial en alquiler de películas, con más de 3.400 tiendas en todo el mundo.
Entonces, llegó Netflix. Blockbuster se declaró en quiebra en 2010.
El economista de la Universidad de Chicago (EE.UU.) Luigi Zingales cita en un artículo reciente la historia de Blockbuster como un ejemplo de cómo debería funcionar la economía. Una empresa tiene una idea innovadora y que durante un tiempo le proporciona una ventaja competitiva. Más tarde, llega otra empresa con una nueva idea innovadora y la empuja al lado.
Sin embargo, Zingales teme que esto no suceda tan a menudo como debería. En su lugar, argumenta, la economía estadounidense puede estar sucumbiendo a lo que él llama "el ciclo Medici", llamado así por la poderosa familia de la Florencia medieval. El lema de la famlia, o al menos el lema que a menudo se le atribuye, era "dinero para obtener el poder y poder para proteger el dinero". Zingales teme que una versión del mismo describa con acierto la verdadera estrategia de, al menos, parte del mapa corporativo estadounidense.
El artículo de Zingales es el último de toda una racha de investigación, debates, y artículos sobre la concentración cada vez mayor del poder empresarial en Estados Unidos.
Los hechos básicos son los siguientes: la mayoría de las industrias en los Estados Unidos se han concentrado más, lo que significa que las empresas más grandes acaparan también una mayor proporción de los ingresos. Al mismo tiempo, los beneficios empresariales han alcanzado máximos históricos incluso a pesar de una inversión empresarial cada vez más exigua. Además, el número de nuevas empresas se ha reducido: el número de empresas emergentes en crecimiento aumenta, pero la mayor parte tienen problemas para escalar su actividad después. Las razones de estos cambios no están claras. Las teorías incluyen desde el surgimiento de las tecnologías de la información y sus efectos de red hasta una aplicación menos estricta de la legislación antimonopolio y el cabildeo y la regulación excesiva.
Muchas personas interpretan lo anterior como una prueba de que el sector privado se está volviendo menos competitivo. Las grandes empresas ganan mucho dinero, no invierten tanto y, aun así, logran deshacerse de alguna manera de sus nuevos competidores.
Pero esa versión parece no encajar con la opinión de las juntas de dirección. La creencia generalizada es que los negocios son, en todo caso, más competitivos de lo que solían ser. No obstante, existen algunos datos que respaldan esa opinión. Las empresas, por ejemplo, fracasan más rápido que antes, y hay pruebas sustanciales de que la brecha entre empresas triunfadoras y las perdedoras está en parte impulsada por la adopción de nueva tecnología. Y aunque el ritmo de la globalización puede haber bajado, no se ha frenado. Desde este punto de vista, las empresas bregan aparentemente en todas las industrias para defenderse de los competidores digitales; en los sectores con presencia y negocios internacionales, además, se efrentan a la competencia de ultramar.
Estas dos versiones de la historia no son necesariamente excluyentes. Como concluía en un artículo del año pasado sobre el debate entre demasiada o muy poca competencia:
Hay una síntesis pesimista entre el relato de la competencia y el de la concentración. Tal vez la brecha entre las empresas comienza como el resultado inevitable de la competencia. Las empresas se concentran en lo que son buenas, adoptan nuevas tecnologías y ofrecen productos y servicios de manera más eficiente. Tras alcanzar esa posición, consolidan entonces su estatus a través del cabildeo y la compra [de otras empresas]. "Una vez que las empresas llegan a ese punto, puede ser que realmente puedan elevar el puente levadizo", dijo [John] Van Reenen [de Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.)]. Puede que la competencia cree la desigualdad entre empresas, pero quizá sea la falta de competencia la que la preserva.
Eso es más o menos como Zingales describe su ciclo Medici, quien trata la competencia y la concentración como partes de la misma historia. Cuando hablé con Zingales, me dijo que él piensa que las diferentes industrias de Estados Unidos están en diferentes fases de este ciclo. Mientras las empresa del sector financiero pueden estar pasando de un período sin mucha competencia a un escenario de disrupción, las tecnológicas estarían pasando de un tiempo de gran innovación a otro de concentración empresarial y reducción del mercado.
Facebook puede ser un ejemplo. Como el colega de Zingales e investigador también de la Universidad de Chicago Steven Kaplan escribió en otro artículo, Facebook y sus pares gigantes tecnológicos "usaron las fuerzas del mercado en su beneficio, gracias a lo cual son ahora rentables y claramente disfrutan de bastante poder de mercado". Sin embargo, continúa Kaplan, "no lograron esa posición a través del capitalismo clientelar; lo lograron porque operan en sectores donde existen efectos de red ".
El ejemplo de Facebook es ilustrativo. Sugiere cómo pueden influir diferentes causas en el aumento de la concentración de mercado. Los efectos de red son una parte intrínseca del modelo de negocio de Facebook y claramente ayudan a la empresa a mantenerse a la vanguardia de los competidores. Sin embargo, Facebook ha invertido todo el dinero de esos efectos de red en defenderse de otros rivales comprándolos. Imagine cómo sería la competencia entre las diferentes redes sociales si a Facebook no se le hubiera permitido adquirir Instagram y WhatsApp. Aunque Facebook seguiría siendo con casi toda probabilidad el actor más grande del sector, también estaría batallando para mantenerse por delante de WhatsApp entre las herramientas de mensajería instantánea y contra Snapchat e Instagram como redes sociales. Según Zingales, el dominio actual de Facebook sobre el mercado no habría sido posible sin las decisiones antimonopolio contra Microsoft de la década de 1990, las cuales limitaron la capacidad de la compañía de trasladar su actividad a otras áreas de software.
Zingales me dijo que, aunque una mejor política antimonopolio no solucionaría por completo y por sí sola la falta de competencia, sería muy útil. Si los reguladores impidieran a los líderes del sector comprar a sus propios competidores, esto limitaría su poder de mercado y daría paso a más competencia. Además, otras investigaciones recientes sugieren que si bien muchas fusiones y adquisiciones empresariales pueden ser rentables para empresas concretas, no tienen por qué serlo para la innovación y la economía en general.
Política aparte, las investigaciones de Zingales y otros son un recordatorio del papel que las empresas deberían desempeñar en la sociedad. Se supone que el beneficio económico de las empresas es un incentivo para que creen productos de valor y nuevas innovaciones, no una recompensa por presionar a los reguladores o ser la primera empresa en escalar su actividad dentro de una industria particular. Tal y como escribe Zingales:
La mayoría de las empresas se dedican activamente a proteger su fuente de ventaja competitiva: a través de una mezcla de innovación, cabildeo o ambas cosas. Mientras la mayor parte del esfuerzo se dirija en el primer aspecto, hay poco de qué preocuparse. El temor a ser superado empuja a las empresas a innovar. Lo que es más problemático es cuando se pone mucho esfuerzo en hacer 'lobby'. En otras palabras, el problema aquí no es el poder de mercado temporal. La expectativa de un poder de mercado temporal basado en la innovación es el motor de gran parte de la innovación y el progreso.
Ese es el estándar adecuado que hay que exigir a las empresas. Mientras la ventaja competitiva sea temporal, hasta las compañías más grandes tienen que centrarse en atender y satisfacer a sus clientes para permanecer en la cima. Pero si los Blockbusters del mundo son capaces de cimentar su estatus y dejar de temer a los Netflix, los clientes, competidores y sociedad saldrán perdiendo.

miércoles, julio 12, 2017

Las humanidades son el futuro de la economía digital y la tecnología | Harvard Business Review en Español

Las humanidades son el futuro de la economía digital y la tecnología | Harvard Business Review en Español






Las humanidades son el futuro de la economía digital y la tecnología

Un pensador griego conectado a la red
ALEXEI VELLA
A los estudiantes universitarios de Humanidades se les plantea siempre la misma pregunta. La escuchan tan a menudo –y en boca de tanta gente– que sus títulos deberían llevarla impresa. Esa pregunta, que plantean amigos, asesores y familiares, es: "¿Qué piensas hacer con tu licenciatura?". Sin embargo, bien podría ser esta otra: "¿Para qué sirven las letras?".
Según tres nuevos libros, la respuesta es: "Para bastantes cosas". Desde Silicon Valley hasta el Pentágono, la gente empieza a darse cuenta de que para abordar con eficacia los mayores desafíos de la sociedad y la tecnología necesitamos pensar de manera crítica en su contexto e implicaciones humanas, algo para lo que precisamente están bien preparados los titulados "de letras". Puede llamarlo, en alusión a la película dirigida por Jeff Kanew, la venganza de los empollones del cine, la historia y la filosofía
En The Fuzzy and the Techie, el inversor de capital riesgo Scott Hartley apunta a la "falsa dicotomía" entre las humanidades y las ciencias. Algunos líderes industriales proclaman a los cuatro vientos que estudiar cualquier cosa que no pertenezca a uno de los campos CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) supone un error si se quiere conseguir un puesto de trabajo dentro de la economía digital. Para muestra, una de las sentencias emitidas por el cofundador de Sun Microsystems, Vinod Khosla: "Tan solo una parte muy pequeña de lo que se enseña en el área de Humanidades hoy es relevante para el futuro".
Hartley cree que esta mentalidad "solo CTIM" se equivoca por completo. El principal problema es que anima a los alumnos a que sustituyan la visión vocacional de su educación por pensar solo en términos de los trabajos para los que se preparan. Pero las barreras de entrada para los puestos técnicos se están reduciendo también. Muchas tareas que antes requerían una formación especializada se pueden realizar ya con una serie de herramientas sencillas e internet. Por ejemplo, un programador novato puede lograr que un proyecto arranque a partir de paquetes de código de GitHub y ayuda de Stack Overflow.
Si queremos preparar al alumnado para resolver problemas humanos a gran escala, sostiene Hartley, hemos de animarles a ampliar, y no a limitar, su educación e interés. Hartley enumera una larga lista de líderes tecnológicos que tienen licenciaturas de letras. Para mencionar a tan solo unos pocos: Stewart Butterfield de Slack, Filosofía; Jack Ma de Alibaba, Filología inglesa; Susan Wojcicki de YouTube, Historia y Literatura; Brian Chesky de Airbnb, Bellas Artes. Por supuesto, explica Hartley, necesitamos expertos técnicos, pero también personas que entiendan los por qués y cómos del comportamiento humano.
Lo que importa ahora no son las capacidades que tenga una persona, sino cómo piense esa persona. ¿Puede plantear las preguntas correctas? ¿Sabe cuál es el problema que se intenta resolver? Hartley aboga por una verdadera educación de "artes liberales", una que incluya tanto ciencias "duras" como materias más "blandas". Una experiencia educativa bien equilibrada, afirma, abre a las personas nuevas oportunidades y les ayuda a desarrollar productos que respondan a necesidades humanas reales.
El contexto humano también es el enfoque de Cents and Sensibility, escrito por el profesor de humanidades de la Universidad Northwestern (EEUU) Gary Saul Morson y el profesor de economía Morton Schapiro, del mismo centro. Los autores sostienen que cuando un modelo económico se queda corto se debe a la falta de entendimiento humano. La economía tiende a ignorar tres cosas: el efecto de la cultura sobre la toma de decisiones, la utilidad de la historia para explicar las acciones de la gente y las consideraciones éticas. Las personas no existen en un vacío. Tratarlas así es tanto reduccionista como potencialmente perjudicial.

Buscar lo humano, buscar el detalle

La solución de Morson y Schapiro es la literatura. Sugieren que los economistas podrían mejorar su conocimiento sobre lo humano a partir de la lectura de las obras de grandes novelistas, quienes tienen una visión sobre las personas más profunda que muchos científicos sociales. Mientras los economistas tienden a tratar a las personas como abstracciones, los novelistas profundizan en los detalles. Para ilustrar este argumento, Morson y Schapiro preguntan: ¿cuándo ha logrado un modelo o caso de estudio científico describir a una persona de manera igual de viva que describió Tolstói a Anna Karénina?
Las novelas también nos pueden ayudar a desarrollar nuestra empatía. Las historias, después de todo, nos meten en las vidas de los personajes, obligándonos a ver el mundo como lo hacen otras personas. (Morson y Schapiro añaden que aunque muchos campos de estudio forman para empatizar, solo la literatura ofrece la oportunidad de practicarlo).
Sensemaking: The Power of Humanities in the Age of the Algorithm, escrito por el consultor de estrategia Christian Madsbjerg, recoge el planteamiento de Morson y Schapiro y lo lleva de vuelta a Hartley. Madsbjerg argumenta que a menos que las empresas se tomen la molestia de entender a los seres humanos que se esconden detrás de sus conjuntos de datos, se arriesgan a perder por completo el mercado en los que operan. Defiende que el conocimiento cultural profundo que necesitan los negocios no surge de investigaciones de mercado impulsadas por datos, sino del estudio empujado por humanos de textos, idiomas y personas.
Madsbjerg cita al vehículo Lincoln, la marca de gama alta de Ford y que hace tan solo unos años ocupaba una posición tan rezagada frente a BMW y Mercedes que la empresa casi detiene su producción. Los ejecutivos de Ford sabían que volverla competitiva de nuevo significaría vender más coches fuera de Estados Unidos, sobre todo en China, el próximo gran mercado de lujo. Así que empezaron a estudiar cómo experimentan, no solo conducen, los coches clientes de todo el mundo.Durante el transcurso de un año, representantes de Lincoln se dedicaron a hablar con clientes sobre su vida diaria y lo que significaba "lujo" para ellos. Gracias a ello, la compañía descubrió que en muchos países el transporte no representa la máxima prioridad de los conductores. Los coches son vistos más como espacios sociales y lugares donde recibir a los clientes. Aunque estaban bien diseñados, los Lincoln tenían que replantearse su función para responder al contexto y necesidades humanas de los clientes. Los esfuerzos de diseño posteriores dieron sus resultados: las ventas en China se triplicaron en 2016.
Donde convergen estos tres libros es en la idea de que escoger un campo de estudio es menos importante que encontrar formas de expandir nuestro pensamiento.  Es una idea de la que también se hacen eco otras publicaciones: A Practical Education, del profesor de negocios Randall Stross, y You Can Do Anything, del periodista George Anders. Los seres humanos pueden importarles a los alumnos CTIM del mismo modo que los alumnos de literatura (incluido quien escribe, que empezó la universidad para estudiar informática) pueden investigar de manera científica. Debemos evitar que el postureo interdisciplinar nos haga aferrarnos a lo que mejor conocemos. Para un martillo, todo son clavos. Porque, ¿en qué gran desventaja nos colocaríamos a nosotros mismos –y al mundo entero– si obligáramos a nuestras mentes a plantear todos los problemas de la misma manera?

jueves, marzo 30, 2017

2017: ¿El año de la recuperación?

2017: ¿El año de la recuperación?







2017: ¿EL AÑO DE LA RECUPERACIÓN?

CARÁTULA | 3/30/2017 12:00:00 AM
2017: ¿El año de la recuperación?


Esa era la expectativa del Gobierno. Sin embargo, con los resultados de los tres primeros meses del año es difícil hacerse ilusiones.




2017: ¿El año de la recuperación?

Son muchas las preguntas que las autoridades, los pertos, los inversionistas, los empresarios y los hogares se hacen hoy sobre el futuro económico de Colombia. En un país donde hizo carrera la frase “la economía va bien, pero el país va mal”, cada vez crece más la preocupación porque ambos frentes se estén deteriorando; por eso, en ese nuevo estado de cosas es necesario pensar con cabeza fría cuál es el diagnóstico acertado sobre los riesgos y oportunidades que se le presentan al país hoy.


Lea también: Tributaria evitó crisis fiscal pero no logró un cambio estructural: Fedesarrollo


Varios ‘heraldos negros’ se levantan en el panorama. Todo indica que la economía empezó con el freno de mano puesto y por eso este primer trimestre podría ser peor que el primer trimestre de 2016. A esto se le suma el pesimismo que han originado los escándalos de Odebrecht, lo que genera muchas dudas sobre la gran locomotora de la infraestructura. Finalmente, es claro que la reforma tributaria golpeó a los hogares en los primeros meses, lo que afectó las finanzas de todos.


El primer trimestre va a ser un periodo de crecimiento mediocre. El propio Banco de la República tuvo como una de sus consideraciones para hacer un nuevo descenso en los tipos de interés los malos resultados en indicadores claves.





En el comunicado emitido luego de la más reciente Junta Directiva de la entidad, el Emisor explicó que “indicadores recientes de actividad económica, como las ventas al por menor, la producción industrial y la confianza del consumidor, sugieren un debilitamiento de la economía en el primer trimestre del año. Si esta tendencia se acentúa, el pronóstico de crecimiento del equipo técnico para 2017 podría reducirse (2% en un rango entre 0,7% y 2,7%)”.


El anuncio es preocupante, pues se suponía que 2017 iba a ser el año de la consolidación, así que es necesario encender las alarmas. El exdirector de Planeación Nacional y hoy presidente de la Cámara de Comercio de Cali, Esteban Piedrahita, ratificó que, aunque el año pasado tuvo un comportamiento regular, lo que lo convirtió en la peor vigencia desde 2009 en crecimiento, “2017 arrancó peor que 2016; la tributaria generó una ola de pesimismo que llenó de zozobra a las empresas, que empezaron quejándose del consumo”.





Andrés Pardo, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, explicó que “estábamos esperando que comenzara mal por el menor gasto de los hogares por cuenta de la reforma tributaria. Ese cambio normalmente tiende a tener un peso importante en las ventas, que son las que se van a afectar; por eso, los datos que salieron de comercio al por menor con una caída no nos sorprenden, los estábamos esperando”. Según él, este mal resultado queda ratificado con los datos del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISC) que registraron apenas un crecimiento de 1,2%, “el más bajo en más de un año, si se exceptúa el de julio pasado, cuando se sintió el impacto del paro”, comentó.


Aun así, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ratifica que este año la economía crecerá 2,5%, impulsada por los planes que anunció el Gobierno en su estrategia Colombia Repunta, que debe aportar 1,3 puntos porcentuales al crecimiento este año. ¿En qué radica su optimismo, justo cuando muchos piensan que se está disipando la ilusión de que 2017 sea el año de la recuperación? El debate está abierto.


Ajuste necesario


Para entender el tema, es necesario mirar los problemas en perspectiva. A Mauricio Cárdenas le ha tocado bailar con la más fea recientemente. Colombia enfrenta desde hace tres años el mayor choque externo de su historia, por cuenta de la caída de los ingresos fiscales, originada en el abrupto descenso de los precios del crudo. Eso significó que las finanzas públicas dejaron de recibir alrededor de $30 billones al año, un golpe sin antecedentes en la historia reciente. Eso ha exigido un duro plan de ajuste que implicó la reforma tributaria que acaba de entrar en vigencia.


El propio Cárdenas señaló en entrevista con Dinero que la caída en las exportaciones de Colombia en esta coyuntura es equivalente a la registrada en el periodo de la Gran Depresión mundial de la década de los 30 y en la Guerra de los Mil Días. En ambos casos, este choque vino seguido por una depresión que duró dos años en cada caso, explicó Cárdenas.


Así las cosas, la economía colombiana ha mostrado una enorme resiliencia. Así que haber mantenido la estantería en pie no es un logro menor; de hecho, hasta el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) halagó el plan de ajuste que ha adelantado el país; el FMI no se caracteriza por ser políticamente correcto y cada vez que tiene que señalar los problemas de las economías de los países lo hace sin mayores eufemismos. Al finalizar la visita a Colombia, el FMI expidió un comunicado en el que señaló: “Colombia continúa adaptándose de forma gradual a una combinación de shocks internos y externos gracias a las pautas marcadas por un sólido marco de políticas. La oportuna adopción de una política económica más restrictiva el año pasado ayudó a reducir en cierto grado los desequilibrios macroeconómicos relacionados con el déficit en cuenta corriente y la inflación”.


Las Agencias Calificadoras también hicieron un guiño, al ponderar el plan de ajuste y su impacto en las finanzas públicas. Sólo una prueba de ello: Fitch mejoró la perspectiva de la deuda colombiana y, aunque no se adornó con elogios, reconoció los avances del país en el plan de ajuste, por logros como el menor déficit en cuenta corriente, la corrección en la inflación y la aprobación de la reforma tributaria.


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Los resultados del ajuste apenas empiezan a verse. Primero, este año habrá unos mayores ingresos fiscales por cuenta de la aplicación de la reforma tributaria; además, el déficit en cuenta corriente se alejó del 6,4% que registró a finales de 2015 y se empezó a acercar hacia niveles de 4,4%, que siguen siendo altos, pero que muestran una tendencia a la baja; las expectativas de inflación parecen haberse corregido y prueba de ello son los menores resultados del IPC en los últimos meses.


Nadie puede discutir que, hasta el momento, el plan de ajuste parece haber mostrado resultados. El propio FMI llamó a toda esta estrategia “un sólido marco de políticas”. Tal marco de política incorpora el ajuste en las tasas de interés para afinar las expectativas de inflación el año pasado y ahora una reducción moderada para impulsar de nuevo la economía; y la presentación de un presupuesto ajustado en términos de inversión para 2017, con la promesa de aprobar una reforma tributaria en el Congreso, para luego poner a consideración del mismo Legislativo una adición presupuestal para incorporar los mayores recursos generados.


¿Consumidor angustiado?


Pero que el ministro Cárdenas haya sacado adelante el ajuste necesario hasta el momento no significa que ya todo el trabajo esté hecho. Es evidente que lo más importante aún queda pendiente y los riesgos que va a enfrentar el país –o que de hecho ya está evidenciando– son tan o más graves que los enfrentados hasta el momento.


El primer punto de análisis es lo que está pasando con la confianza entre los consumidores. El clima venía lleno de incertidumbre desde el año pasado, cuando el triunfo del No en el plebiscito por la paz demoró la presentación de la reforma tributaria en el Congreso de la República, lo que llevó a que terminara siendo aprobada el 28 de diciembre. Eso significó que apenas tres días después, justo en el Año Nuevo, empezaran a aplicarse las nuevas normas tributarias que le generaron grandes impactos, tanto a las empresas como a los consumidores; todo ello exigió que muchos recalcularan sus presupuestos.


A la economía en plena desaceleración se le sumó el mal ambiente que han generado los escándalos de corrupción en torno del caso Odebrecht y una discusión pública atizada por la inminencia del debate electoral; el resultado es que hoy el gobierno Santos está enfrentando un duro momento de imagen y con buena parte de su principal gestión, el proceso de paz, pendiente de realizar; además de los desafíos tradicionales que se le presentan a un Gobierno con el sol en las espaldas.


Así, el sistema de preocupaciones de los consumidores se ha ajustado. Los resultados del Índice de Confianza del Consumidor así lo revelan. Hay suficiente literatura que demuestra una correlación entre este tipo de indicadores y los resultados finales de crecimiento de la demanda y, en consecuencia, del PIB: esto significa en términos generales que, cuando la confianza del consumidor cae, la demanda tiende a resentirse, y cuando la confianza crece, reacciona favorablemente; así, el PIB puede ir al vaivén de las expectativas de los consumidores, razón por la cual estos índices se convierten en predictores más o menos acertados sobre los resultados generales de una economía.


Sin embargo, desde febrero de 2016 en Colombia este indicador mostró caídas considerables: estuvo en terreno negativo casi todo el año anterior y en enero de este año mostró su nivel más bajo de la historia con un balance negativo de 30,2%. El asunto es que, a pesar de este crítico registro, la economía colombiana creció el año pasado 2%; si bien es un resultado mediocre, no fue negativo, como se podría concluir si se aplicara la regla general de correlación con el ICC.


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Según el propio ministro Cárdenas (ver entrevista) este es uno de los temas que más preguntas está generando. “La correlación entre el ICC y el PIB se ha ido debilitando. Nadie ha podido entender eso, pues las variables están mejorando y esperamos que esto cambie”, explicó.


El asunto no es la típica disyuntiva entre percepción y realidad; pues, al fin de cuentas, el país todavía está sintiendo los coletazos del choque externo y los consumidores y actores económicos tienen que asimilar aún buena parte del impacto de la reforma tributaria. El problema realmente se refiere a la posibilidad de que los consumidores lleven el ajuste más allá de lo necesario, lo que generaría un círculo vicioso, pues al fin de cuentas el consumo es más de 60% del PIB.


La preocupación latente hoy es que la tendencia se agrave y que las expectativas negativas de los hogares se consoliden y eso los lleven a ajustar de manera excesiva el consumo; ese sí podría convertirse en un verdadero problema para la economía. Si los colombianos somatizan excesivamente las nuevas circunstancias del país, muchas cosas podrían salir mal.


Por eso las autoridades consideraron necesario empezar a enviar mensajes positivos a los ciudadanos; de ahí que la discusión central en el Banco de la República es hasta dónde se debe reducir la tasa de interés y a qué velocidad; ese debate se tomó las últimas juntas, tanto así que el propio Ministro de Hacienda llamó la atención sobre la necesidad de que los intereses “bajen por ascensor y no por escalera”.


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En este frente, la estrategia tiene límites. En su informe semanal 1353, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) advierte que el margen para la política monetaria también se podría estar reduciendo. Según el informe, “cabe señalar que la pérdida en potencial de crecimiento económico (tal como también ocurre en Colombia) tiende a sugerir menor espacio para que los bancos centrales (guiándose por sus Reglas de Taylor) puedan rebajar las tasas de interés y así realizar políticas monetarias contracíclicas efectivas. De hecho, en el caso de Colombia, la Regla de Taylor ahora arroja un espacio acomodaticio menor en política monetaria debido a que la brecha del Producto es negativa en solo cerca de un -1% (= 2,2% crecimiento - 3% potencial) frente al -2% (= 2,2% crecimiento - 4,5% potencial) que se habría observado de no haberse perdido el crecimiento potencial respecto de décadas anteriores”. Esto significa que, si al Banco se le va la mano en su reducción de tasas, podría haber nuevas presiones inflacionarias.


Así las cosas, el futuro de la economía también depende de convencer al ciudadano de a pie de que este año las cosas van a estar mejor y con ello reajustar su idea sobre hasta dónde puede llevar el consumo.


Pero esa no es una tarea fácil, más aún cuando el más reciente dato de desempleo pasó de 10% en febrero de 2016 a 10,5% en febrero de 2017. La perspectiva negativa de los consumidores es el resultado de una mezcla peligrosa: el mal ambiente creado por los escándalos de corrupción, las amenazas sobre el sector de infraestructura, los debates sobre el futuro de la minería y las dudas acerca de la capacidad del Gobierno para sacar adelante la carpintería del proceso de paz son elementos inusuales en la matriz de riesgo para los colombianos; cabe recordar que se está cerrando un ciclo de 50 años de conflicto y en dicha transición las incertidumbres son inéditas, así, todo se ha decantado en un ambiente general de pesimismo.


Juan Camilo Cárdenas, decano de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, explicó que es necesario incorporar otro elemento de análisis. Según él, en distintas partes del mundo están preocupados porque de manera sistemática muchos sectores e industrias vienen mostrando problemas de ventas. Es el caso de la industria textil y los retailers de ropa. El análisis tradicional los lleva a pensar que la demanda está cayendo. Sin embargo, se ha descubierto que lo que ocurre es que las nuevas generaciones están reduciendo sus niveles de compra de este tipo de productos y se están moviendo hacia otras formas de consumo, como los servicios de bares y restaurantes. Así, es muy probable que muchos de estos indicadores sobre expectativas de consumo, que preguntan por ejemplo sobre la compra de bienes como carros y viviendas, no les están midiendo bien el pulso a los consumidores.


Es necesario ponderar los riesgos reales para la economía hoy. Los propios analistas consideran que, en este frente, si bien hay desafíos enormes, es claro que el país no está al borde del abismo, si mueve bien sus fichas. Aún así, algunos ya revisan sus proyecciones de crecimiento e inclusive están viendo en 2017 crecimientos por debajo de 2%.


El otro frente de preocupación de corto plazo es el desarrollo de los proyectos de infraestructura de cuarta generación (4G) que, tras el escándalo de Odebrecht, han estado en hibernación. Solo 8 de los 32 proyectos aprobados están con cierres financieros y los cierres de los otros 24 están a la espera de que esta etapa dura de cuestionamiento sobre la infraestructura que generó el caso Odebrecht se decante. De hecho, Cárdenas reconoció que, en recientes reuniones con representantes del sector financiero, los bancos se comprometieron a apoyar estas iniciativas y sacar adelante los cierres financieros. Esto es fundamental, porque en los cálculos del Gobierno este año deben invertirse cerca de $9 billones en este rubro, lo que representaría un crecimiento de 0,5 puntos al final del año.





La inflación, la relativa estabilidad del dólar, el cambio de tendencia en la cuenta corriente y la estabilización en los precios del crudo son señales de que las graves amenazas del año pasado ya quedaron superadas; todo ello podría ser una base para consolidar la recuperación; sin embargo, si se mueven mal las fichas, las historia podría ser otra. En ese caso, no habría que hacerse muchas ilusiones.

lunes, enero 25, 2016

¿En qué consiste la Cuarta Revolución Industrial?

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¿En qué consiste la Cuarta Revolución Industrial?

Bogotá_

Hace casi 230 años James Watt innovó probando cómo funcionaría su máquina de vapor en algunas máquinas británicas, dando vida a lo que se consideró la Primera Revolución Industrial, que transformó el modo de transportarse y también de trabajo.

Ahora, dos siglos después, el mundo se enfrenta a la Cuarta Revolución Industrial, que se acomoda en el escenario de una economía global interconectada, donde resaltan empresas supranacionales, modos de producción automatizados, energías renovables y sociedades de consumo impulsadas por la internet.
Este proceso de cambio tecnológico global fue el lema del Foro Económico Mundial que se desarrolló en Davos, Suiza, durante la semana pasada y los líderes del mundo de más de 100 naciones discutieron las posibilidad de enfrentarse a esa coyuntura, en la cual América Latina tiene posibilidades de  sobresalir, una vez solucione retos como la evasión de impuestos de empresas y personas, la desaceleración de la economía y el déficit fiscal, según mencionó Alicia Bárcerna, secretaria general de la Cepal, en un comunicado de prensa.
Parte de la descripción de lo que significa la Cuarta Revolución Industrial lo entregó Klaus Schwab, director general y fundador del FEM, en su libro homónimo, en el cual, según el diario abc, describe que los nuevos modelos empresariales combinados con las nuevas tecnologías llevarán al planeta a desarreglos económicos que tendrán consecuencias sociales, políticas y económicas que ni los gobiernos, ni los entes públicos podrán resolver.
Raúl Ávila, profesor experto en industria de la Universidad Nacional, señaló que lo que esta nueva revolución significa son empresas supranacionales como Uber, que pusieron en jaque a la ley; y también el cambio en la manufactura tradicional enfocada en las tecnologías de la información y en la transformación de las naciones impulsada por las energías renovables.
“Internet y la automatización abren la posibilidad para que la región se suba en esta revolución con la generación de contenidos innovadores y plataformas como las aplicaciones móviles, que transformen la vida cotidiana”, añadió.
Y es que en las tres transformaciones industriales, el aporte de América Latina ha sido casi nulo, a excepción de su aporte en la Segunda Revolución Industrial como jugador petrolero.
Cabe recordar que la Primera Revolución, en 1786, utilizó el hierro como materia prima fundamental y destacaron inventos como la calefacción a gas y la máquina de coser. La Segunda, que surgió cerca de 90 años después, estuvo marcada por el desarrollo de la electricidad y su aplicación a las fábricas y al hogar. Además, apareció el automóvil y con él los diferentes modelos de producción.
La Tercera Revolución empezó en 1920 y despuntó la energía atómica al igual que los medios de comunicación, ahora su transformación y la automatización indican que llegó una nueva era.

Para contactar al autor de esta nota:

Gabriel Forero

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Editor de esta nota:
Vanesa Pérez
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