lunes, febrero 09, 2009

Bolivia convertida en basurero internacional

FMBolivia :: Noticias


La Paz - Bolivia, 08 de febreri.- A más de 25 años de la venta de ropa usada, las autoridades aún no hacen nada para controlarlo y menos prohibir su comercialización; y la economía nacional pierde anualmente 85 millones de dólares.

El gobierno debe decidirse “ si somos un país basurero o productivo”, criticó el empresario Emilio Gutiérrez ante el continuo ingreso y comercialización de ropa usada en el mercado interno boliviano.

El Programa de Reconversión Productiva no da efectivos resultados para evitar la importación y comercialización de ropa usada desde el exterior, y esta actividad viene a ser fomentada por autoridades del Ministerio de Hacienda y Planificación, denunció.

La falta de un programa de reconversión provoca que gente profesional, ingenieros, médicos, periodistas, entre otros, se dediquen al tráfico y venta de ropa usada, a falta de empleo en el país y ante la carencia de una Plan Económico por parte del gabinete ministerial de Evo Morales.

Ejecutar un verdadero Plan de Reconversión implica traer maquinaria desde el exterior para la elaboración de productos que no hay en el país, como ensambladoras para automóviles, dijo.

Según Gutiérrez, la importación de ropa usada está afectando la salud y la dignidad de los bolivianos, ya que en la actualidad no sólo se importa ropa, ahora se importa bolsas, vajilla, juguetes, medicamentos, y sin pagar impuestos, lo que pone en quiebra a los pequeños industriales.

En su momento, Porfirio Quispe, presidente del Comité de Defensa de la Industria Nacional (Codeina), señaló que alrededor de un millón de dólares se había destinado a la reconversión, pero hasta ahora sin ningún resultado.

También manifestó, en anteriores declaraciones, que el Gobierno estaba analizando la ampliación de la comercialización de prendería usada, que fenece en marzo de este año.

Según explicaciones de los microempresarios, la mercadería que tienen los ropavejeros se estaría incrementando a través del contrabando, por lo que las prendas de segunda mano no se terminarían.

Historia

Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la importación y consumo de ropa usada, ( denominada prendería usada de acuerdo con la clasificación del Comercio Internacional) tiene larga data en la historia económica de Bolivia.

El inicio de esta actividad se remonta a fines de los años setenta, cuando la importación era realizada por instituciones benéficas de países como los Estados Unidos y Europa, que recolectaban desechos de familias americanas y europeas.

Desde el año 1993, el mercado de ropa usada se empieza a consolidar en Bolivia, gracias a la internación desde Chile, y con puntos de mercado establecidos en Oruro, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. El volumen importado durante el primer quinquenio alcanzó las 8.000 toneladas anuales.

A partir del año 2005,el mercado de la ropa usada se consolida en Bolivia, dando un duro golpe a la industria nacional de confecciones la que es incapaz de absolver los efectos de distorsión de los precios.

Impactos y Empleo

En ese contexto, para los años 2000 y 2005, la pérdida anual que tuvo la economía boliviana fue de 85 millones de dólares cada año. Si se acumula el valor de la producción perdida por la industria textil, la economía nacional perdió 513 millones de dólares, lo que equivale a un seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

En ese mismo periodo, la pérdida anual de puestos de trabajo fue de 15.300 puestos. Si se acumula los empleos perdidos por la industria textil y los otros sectores de la economía, el número es de 107.000 empleos, equivalentes al total de empleos generados en la industria manufacturera boliviana en un sólo año.

Importaciones

Según registros de la Aduana Nacional, el volumen importado legalmente de prendería usada fue durante el año del 2003, de 3.695 toneladas y para la gestión del 2004, paso a 2.717 toneladas. Se estima que hasta fines del 2005, la ropa usada sobrepasó las 3.600 toneladas.

El ente fiscalizador señala que el valor registrado alcanza a los 2 millones de dólares, pero a través del contrabando pasa los 38 o 40 millones de dólares anuales.

No control

El contrabando de mercadería usada no tiene ningún control por parte de las autoridades aduaneras en los lugares fronterizos, y tampoco de las de impuestos internos en los centros urbanos, en donde se establecieron ferias muy conocidas por la población.

La insuficiente capacidad de infraestructura, logística, y personal de la Aduana Nacional y el escaso interés de la renta interna de intervenir mercados, ha permitido que el mercado desarrolle hasta el punto de distorsionar severamente las actividades de la industria y el comercio, señala el informe de la IBCE.


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