viernes, febrero 06, 2009

Un impacto positivo

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Publicado el 06-02-09

Un hecho importante ha pasado inadvertido para muchos, en medio del debate sobre el curso de la economía. Este es que en los últimos años Colombia se ha convertido en uno de los tres destinos más atractivos para la inversión extranjera en América Latina. De hecho, el país se ubicó en el segundo lugar en la región, al lado de Perú y detrás de Chile, en cuanto a los flujos de inversión foránea como porcentaje del Producto Interno Bruto en el 2007, último año para el que hay cifras comparables. Dicho comportamiento no cambió sustancialmente el año pasado, cuando la inversión extranjera que llegó al país rondó la sorprendente suma de 10.000 millones de dólares.

Semejante desempeño no tiene antecedentes en el pasado reciente, cuando éramos vistos con desdén por parte de los inversionistas que se fijaban en este lado del mundo. Hay que recordar que hasta mediados de la década de los noventa el saldo de la inversión extranjera como porcentaje del PIB en Colombia era consistentemente inferior al promedio latinoamericano, y no llegaba ni a la mitad del de las economías emergentes. Todo eso ha cambiado en los últimos años, y hoy dicho indicador supera no solo el regional, sino además el del promedio de las economías en desarrollo, según datos de la Unctad.

Esta situación inédita pone de presente dos preguntas centrales para el futuro económico del país. ¿Qué tan conveniente es la inversión extranjera para la economía colombiana? ¿Es sostenible en el mediano plazo? El primer interrogante tiene una larga trayectoria en el debate sobre el desarrollo económico. Mientras unos piensan que la inversión foránea es fuente de financiamiento y cambio productivo para una nación como la nuestra, otros afirman que las empresas transnacionales explotan los recursos ajenos sólo en beneficio propio y sin dejar nada positivo en retorno.
Aunque esa polémica pueda parecer anacrónica, lo cierto es que está 'viva y coleando'. Para verificarlo basta con ver la hostilidad de gobiernos como los de Venezuela, Ecuador y Bolivia hacia las compañías multinacionales, con una confusa mezcla de argumentos económicos e ideológicos.

Mientras eso sucede en el vecindario, en el caso colombiano la inversión extranjera ha tenido un impacto muy positivo en diversos aspectos. Un estudio adelantado por Fedesarrollo muestra que la llegada de dinero foráneo aportó a la economía local alrededor de un punto de crecimiento anual en promedio entre el 2002 y el 2007.

Además esos flujos de capital se han convertido en una valiosa fuente de divisas para financiar el déficit de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, en estos momentos en que la crisis internacional está empezando a golpear las exportaciones y a dificultar el acceso a recursos de crédito externos. Adicionalmente, una encuesta adelantada entre más de 250 empresas como parte del trabajo citado, arrojó datos que resultan muy interesantes: las compañías que operan con capital extranjero en el país usan más mano de obra calificada, pagan mejores salarios y tienen más arraigada la cultura de la responsabilidad social que las firmas colombianas.

Estos resultados hacen más importante el segundo interrogante sobre la sostenibilidad de los flujos de inversión de afuera hacia el país. La historia muestra que los recursos trasnacionales se mueven al vaivén del ciclo económico mundial, lo que permite presagiar que la crisis producirá una desaceleración de los flujos dirigidos a Colombia. Sin embargo, el territorio nacional tiene dos activos que seguramente seguirán dándole una ventaja frente al resto de la región: los avances en seguridad, que han aumentado el valor de la economía colombiana para los inversionistas, y nuestro evidente atractivo relativo en un vecindario inestable y hostil al capital externo.

Debido a ello hay que ser optimistas, reconociendo que será inevitable tener algún tropiezo con la crisis. Por eso, son tan importantes las señales que envíe el Gobierno en materia de reglas de juego, porque así será posible que, una vez se normalice la situación mundial, la inversión vuelva a crecer en el país para el beneficio de todos.


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