martes, marzo 25, 2008

Adán y Eva crecen juntos en el paraíso exportador - COLOMBIA




Empresas exportadoras Exitosas: quinto informe de la serie.
Nació en Leonisa, pero aprendió a exportar con Distrihogar.
Prepara el segundo turno de trabajo para crecer las exportaciones.


Por
Francisco Javier Arias R.
Medellín

La familia Urrea es reconocida en esta región y en el país como una de las más tradicionales y conocedoras del negocio de la corsetería. Los que no se dedican a la producción, lo hacen en la comercialización. Y algunos hacen lo uno y lo otro. Lo cierto es que quien quiera hablar de corsetería en Colombia tiene que referirse, necesariamente, a la historia de Leonisa, la pionera y la madre de otras y la que abrió trocha en el negocio de las exportaciones para todas las compañías del sector.

El negocio viene a la familia por tradición. Fueron varios hermanos Urrea los que se asociaron para tener negocios de comercio en Armenia, a donde habían llegado desde el Oriente antioqueño, "a buscar la tierra prometida".

Allí empezaron con la venta puerta a puerta de mercancías y, con algunos créditos, montaron los almacenes Volga, en esa ciudad, que llegaron a ser una cadena de siete establecimientos. Y, como las mayores ventas de esos almacenes se registraban en la línea de ropa interior, su visión de los negocios y su capacidad de trabajo los llevaron a pensar en instalar una pequeña fábrica de confecciones que contrató las primeras modistas para que produjeran esa línea para sus propios almacenes.

Así nació Leonisa y así funcionó durante varios años, hasta que decidió el traslado a la capital antioqueña, donde contaba con mejores recursos e infraestructura para el desarrollo del negocio y con una mano de obra más calificada.

Nace Adán y Eva
Más tarde, dos de los cuatro hermanos Urrea, Joaquín y Julio, se quedaron con la empresa y otros dos, Luis y Marcos, crearon a Confecciones Lumar. Pero, a los cinco años, se dividió la sociedad y uno de los socios, Marcos Urrea (quien falleció en 1995), compró un pequeño taller, -Confecciones J.E., con 14 máquinas- donde ya existía la referencia Eva, que se consideró, desde ese momento, y hasta ahora, como la marca más precisa y original para las prendas femeninas.

Confecciones Lumar se transformó en Adan y Eva Internacional, empresa que, recientemente, fue separada en dos compañías hermanas: la firma como tal, que atiende la comercialización y C.I. Corsetex, como planta de producción. Su gerente, Oscar Urrea Aristizábal, recuerda que desde pequeño, con sus hermanos, frecuentaba la fábrica donde laboraba su padre y empezó a entender el tema de la ropa interior. "Por eso es que hablo de una trayectoria de más de 50 años en el campo de la corsetería", afirma.

Cumplimiento y calidad
"Cualquier producto se puede hacer en cualquier parte muy fácilmente, pero el que tiene una especialidad, demanda calidad y conocimiento".

A partir de esta premisa, Adán y Eva se ha abierto un camino en el negocio de las exportaciones con base en calidad y cumplimiento, como lo aprendió de sus mayores. Hace 38 años explota la marca Eva, recuerda el empresario, quien dice que "anteriormente nos venían a comprar, por la calidad reconocida de nuestros productos. Ahora, el mundo y las economías han cambiado y nos toca salir a vender... Hemos tenido experiencia, pero no hemos sido exportadores. A nosotros, todo el tiempo, nos habían venido a comprar".

El primer mercado, hace 35 años, fue Isla Margarita, en Venezuela, que se extendió pronto a Ecuador y a las Antillas Holandesas. La empresa mantuvo el dinamismo exportador hasta los años 80, pero se perdió un poco, por diferentes razones logísticas y económicas. Revivió el interés en los años 90 y volvió a exportar, aunque muy aisladamente, a Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Panamá. Ahora, desde 1999, se reactivó el comercio exterior con un portafolio de productos más sofisticado y más técnico y con mayor conocimiento del tema.

Le apunta al 60%
Adán y Eva ha logrado diversificar su portafolio y atacar el mercado con varias marcas: Eva -la tradicional-, Paraíso, Salomé, De´bra y Elle. Y, para los hombres, la marca de pantaloncillos Adán. "Adán llegó a acompañar a Eva alrededor de su paraíso", dice Urrea.

La marca ingresó hace poco al portafolio compuesto por 80 referencias, aunque ya se había incorporado desde tiempo atrás en su razón social. "Se trata de un desarrollo de la línea para responder a la demanda de los clientes, quienes ya conocen de nuestra calidad y nuestros diseños".

Paraíso, además de una marca específica, es la empresa que desarrolla el sistema de ventas por catálogo, de mucho auge en nuestro medio. La empresa exporta hoy el 25 por ciento de su producción, pero tiene la meta de llegar al 60 por ciento en dos años y medio. Paso a paso, podría llegar a niveles del 35 ó 40 por ciento en este año.

Eso quiere decir que, de unas ventas anuales estimadas en $10.000 millones de pesos, vende en el exterior unos $2.500 millones. Y, en la medida en que crezcan las exportaciones, podría generar empleo en un segundo turno de producción (de 2 de la tarde a 10:00 de la noche). Actualmente, genera empleo para 150 personas, que laboran hasta las 2:00 de la tarde.

Se estima que existen unas 300 empresas en el renglón de corsetería en Colombia: Adán y Eva es la quinta de ellas, con una producción mensual entre 180.000 y 200.000 unidades (entre pantyes, brasieres, pantaloncillos y otras prendas). "Hemos sido artesanos en este tipo de prendas y conocemos los gustos de las mujeres en materia de ropa íntima", dice.

Los retos del Atpa
El gerente de la empresa se refiere a los retos que el nuevo Atpa les plantea a todos los confeccionistas para ingresar sin aranceles a los Estados Unidos, pero advierte que no hay en el mercado las telas suficientes y específicas para la producción de prendas íntimas, que cumplan las condiciones para acceder a los beneficios de la ley.

Estamos hablando, explica, de telas colombianas fabricadas en Colombia o en la región andina con hilazas americanas o telas con materia prima de origen americano. "Tampoco estamos hablando de que el Atpa sea la panacea para estas empresas, por las condiciones impuestas en materia de origen de las telas o insumos para el producto final", se quejó Urrea.

Las empresas del sector se han visto obligadas a importar estas telas desde Estados Unidos o desde México, gracias al Nafta. "Solo en el primer semestre del año pasado, se dejaron de exportar 400.000 dólares a México porque no había materia prima con certificado de origen". Aún así, sabe que tiene el reto de aprovechar este cuarto de hora, vigente sólo hasta diciembre de 2006, para penetrar con más fuerza al amplio mercado de Estados Unidos.

Oscar Urrea no para de viajar, con maletín en mano, visitando clientes y explorando mercados. El sabe y repite que "el mundo se ha globalizado y ya no estamos hablando de mercados externos sino de clientes que hacen unos pedidos específicos, desde cualquier parte del mundo, con unas características determinadas.... No se nos apareció la virgen con el Atpa... Pero hay que rezarle a esa estampita porque el potencial es enorme".

Implicaciones
Una ahijada de Productora Distrihogar

El crecimiento logrado en exportaciones y el reconocimiento de su marca en los mercados externos ha sido producto, entre otras razones, del apoyo que le ofreció la Productora Distrihogar en desarrollo del Plan Padrino, que impulsa la Cámara de Comercio.

- ¿Qué le aprendió Adán y Eva a Distrihogar en el tema de las exportaciones?

- "Que hay que tener condiciones de cumplimiento, estándares precisos y universales para los mercados del mundo. Promover la cultura exportadora a todos los niveles, desde las operarias hasta los altos directivos... Aprendimos que tenemos que trabajar en la certificación de la calidad, que esperamos obtener en este año. Aunque tenemos un departamento de Comercio Exterior, toda la empresa está orientada a las exportaciones y también vendemos en el mercado interno. Pero no vendemos pasilla para el país, como pasaba con el café".

Adán y Eva exporta a Ecuador, Aruba, Curazao, Puerto Rico, República Dominicana, Panamá, Costa Rica, México, Estados Unidos, Italia, España, Francia, Perú y Chile y espera que se recupere el mercado de Venezuela, el más importante de su historia, el único en los años 70 y el cual llegó a representar el 80 por ciento de sus ventas. "El tema con Venezuela ya no es que nos compren sino que nos paguen... No sabemos si despacharles o no".



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Ignacio Gómez Escobar
ESTRATEGA EN MERCADEO
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